APOYO. Recio (izquierda) y Piñeiro estuvieron en la bendición del
salón parroquial de 'San Lorenzo'. / DM
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La Hermandad de San Pedro cuenta con más de doscientos años de historia.
Aunque el espíritu con el que fue creada en el año 1801 por un grupo de
curas del municipio de Santander sigue vigente (asistir a los hermanos
enfermos o necesitados), en los últimos diez años su estructura ha sufrido
una serie de cambios con el fin de adaptarse a los nuevos tiempos. El
aumento del número de cofrades de todas las edades, el más alto desde su
fundación -150 familias-, demuestra que van por el buen camino.
Entre sus costumbres más antiguas está el celebrar una misa de Navidad, en
la que se recuerda a los hermanos fallecidos. Así, el pasado día 19, el
párroco de Boo de Piélagos, Francisco Javier Calzada, ofició la eucaristía a
la que también asistieron el alcalde de Santander, Gonzalo Piñeiro, y el
concejal de Barrios, Santiago Recio, entre otros, además de los cofrades.
Durante el acto cantó el coro de la hermandad, dirigido por el sacerdote
Jesús Gil. Esta misa fue aprovechada para inaugurar el salón parroquial de
la iglesia 'San Lorenzo', de Peñacastillo, promovida por la hermandad con la
ayuda del Ayuntamiento de Santander (de la Escuela Taller).
Tras la bendición del salón parroquial, los asistentes celebraron una comida
de hermandad en el restaurante del Club de Tenis Monteverde.
Cambios
Muchos han sido los cambios que ha vivido esta hermandad, cuyo objetivo
principal, según explicó su presidente, Eugenio Salcines, es «ser ejemplo
dentro de la familia y para los demás de cómo vivir y morir cristianamente».
Hasta hace diez años, cuando cambió la dirección de la junta rectora, sólo
podía existir un cofrade por familia. Ahora, toda la familia puede ser
miembro de la hermandad de San Pedro. Uno de los pasos más importantes fue
abrir la cofradía a las mujeres y a sus hijos.
De cara a 2005, entre los proyectos del grupo está el celebrar charlas y
reuniones sobre el Evangelio y temas de actualidad. Se reconocen
profundamente católicos y creyentes, pero «nos interesa vivir la realidad»,
aseguró Salcines.
Entre sus intenciones está el seguir manteniendo dentro de la familia el
espíritu de transmitir lo que supone la vida cristiana.
La Hermandad de San Pedro nació con la intención de atender a los enfermos,
a los cofrades que estuvieran pasando por apuros económicos, rezar por ellos
y darles cristiana sepultura. Ésto se ha mantenido en la actualidad gracias
a la labor de los 'vocales-avisadores', uno por cada pueblo que compone la
Hermandad ( Santa Cruz de Bezana, Boo de Piélagos, Liencres, Monte, Mortera,
Peñacastillo, San Román de la Llanilla, Santander y Soto de la Marina). Los
'avisadores' se reúnen cada quince días con los miembros de la junta para
informar sobre cada cofrade y por si necesitan alguna ayuda.