Redacción -
06/01/2005 Monseñor Jesús Sanz Montes, obispo de
Huesca y Jaca, ha dedicado su primar carta pastoral de 2005 a la fiesta
de la Epifanía. Con el nombre “Sigue la cabalgata”, el prelado recuerda
a sus feligreses el sentido verdadero de la festividad de los Reyes
Magos en la que “todos nos volvemos a hacer niños”. Monseñor Sanz ha
animado a los fieles a que continúen “la cabalgata de la vida” que
sigue, pese al final de las fiestas navideñas, por lo que cada uno
necesita “encontrar una estrella” que guíe siempre en el camino de la
fe.
En la última carta pastoral escrita por el obispo de Huesca y Jaca,
monseñor Jesús Sanz Montes, primera de este año 2005, el prelado habla a
sus fieles de la fiesta de la Epifanía con el nombre “Sigue la
cabalgata”. En ella, el obispo recuerda a sus feligreses que la
festividad de los Reyes Magos es “uno de esos días en los que todos nos
volvemos niños recuperando los sueños de nuestra infancia más feliz”.
“La fiesta de los Reyes Magos –recuerda el prelado- nos permite ver lo
que en verdad hemos estado celebrando” ya que ellos “reconocieron en
aquel bebé al misterio resuelto de todos sus enigmas, de todas sus
búsquedas, de todas sus preguntas”. Es por ello por lo que el obispo ha
querido explicar el sentido verdadero de los regalos, que no es otro que
“recordar el gesto agradecido de aquellos sabios que ofrecieron al Señor
sus mejores dádivas, reconociendo que sus cábalas no eran acertijos
ciegos por resolver, sino la exigencia de sus corazones que Alguien
había abrazado y resuelto”.
Monseñor Sanz Montes anima a todos los cristianos a que, mientras “se
van desmontando los motivos navideños que nos han acompañado estas
semanas”, no hay que olvidar que “la cabalgata de la vida sigue”. Y
destaca que aunque la “cabalgata” de cada uno sea diferente a la de la
niñez, “las preguntas de nuestro corazón no han cambiado, y tampoco la
respuesta que en su Hijo nos sigue dando Dios”. El prelado destaca en su
carta “Sigue la cabalgata” que “necesitamos de nuevo una estrella”
frente a “tantos horrores y tantísimos errores”. Por eso, dice el
obispo, es “menester encontrar la estrella, la que el Señor enciende en
nuestra vida para nuestro bien, como discreto guiño de un camino a
recorrer, o de un camino que dejar, a fin de poder llegar a la luz para
la que también nuestros ojos nacieron”.
El obispo de Huesca y Jaca destaca en su primera carta pastoral de 2005
el Mensaje de Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Paz, del que
destacó las palabras del Papa en las que afirmaba que los cristianos
“tenemos la certeza de que el mal no prevalecerá” confiando “en que
ayudados por el Señor es posible construir un mundo mejor”.
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