Monseñor Fernando Sebastián considera que con la aprobación del "matrimonio" entre homosexuales no se corrige ninguna discriminación

Redacción - 08/01/2005 El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela monseñor Fernando Sebastián, ha asegurado en su última “Carta desde la fe” que entiende que “a lo mejor” está justificado que el Estado regule “algunos aspectos y algunas consecuencias” de la convivencia entre homosexuales, pero rechaza el “empecinamiento” de los gobernantes en equipararla con el matrimonio, “porque no lo es, a no ser que cambien la definición literaria, la figura jurídica y la identidad cultural del matrimonio”.

Para monseñor Sebastián, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudeloa, con el paso que va a dar el Gobierno de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo “no se corrige ninguna discriminación”, ya que, según él, “no son iguales los sentimientos, las relaciones o las consecuencias” del amor entre un hombre y una mujer o del amor de dos personas del mismo sexo. Estas afirmaciones las ha hecho el secretario de la Conferencia Episcopal, en su última “Carta desde la fe”. En ella asegura que prescindiendo de consideraciones teológicas o religiosas, el cuerpo sexuado, masculino o femenino, no es pura genitalidad, sino que necesita desarrollar sentimientos y tendencias afectivas “congruentes” con la propia biología; “por eso, lo homo no es igual que lo hetero, se diga lo que se diga”, resuelve el arzobispo en la última de sus “Cartas desde la fe”.

Monseñor Sebastián ha aclarado que con lo dicho en su carta no busca la confrontación ni menospreciar a nadie, ni responde a una falta de “afecto o respeto” hacia los homosexuales, porque “para mí todos son hijos de Dios y todos me merecen el mismo respeto”. El prelado aboga por que las personas en las que no coinciden lo biológico con lo psicológico reciban ayuda para que el proceso termine bien, en una “personalidad del todo masculina o del todo femenina”. “Los homosexuales, si quieren, con ayudas bien dirigidas, pueden cambiar su situación”, asegura.

Para monseñor Sebastián, equiparar el matrimonio a las relaciones entre personas del mismo sexo provocará que el sacramento deje de ser una “unión permanente” entre un hombre y una mujer, un lugar para la “multiplicación” de la vida y la “célula básica de nuestra sociedad”, en detrimento de la idea de que el sexo de una persona es una “realidad indeterminada que cada uno puede dirigir y orientar como le parezca mejor”.
 

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Carta pastoral de monseñor Fernando Sebastián, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela - 04/07/2004