Hispanidad
Objetivo del nuevo plan de TV del Gobierno
Zapatero: marginar a la COPE
El plan de TV aprobado el día 30 acentúa y perpetúa el oligopolio informativo vigente en España. El objetivo final es desterrar a la Iglesia de la sociedad de la información. Instrucción de Zapatero al secretario de Estado Miguel Barroso: “A Pedro J. hay que matarle a besos”, por lo que el periodista tendrá su canal de TV. Polanco, Vocento y La Vanguardia serán otros de los favorecidos. El objetivo del plan de TV consiste en dar una apariencia de pluralismo, con multimedia de centro izquierda y de centro derecha. El verdadero objetivo del proyecto consiste en contentar a todos los Señores de la prensa y perpetuar el oligopolio informativo que rige en España, con un reparto de papeles entre la prensa filosocialista (la mayoría) y una imagen de pluralismo a través de El Mundo, Recoletos y Vocento, presuntos medios próximos a la derecha. La COPE, cadena de emisoras perteneciente a la Iglesia, así como La Gaceta de los Negocios, del editor cristiano Juan Pablo Villanueva, son los grandes perdedores, porque el objetivo final es desterrar cualquier ideario cristiano de la sociedad de la información. El caso Pedro J. Ramírez y El Mundo, merecen, asimismo, especial atención. Pedro J. Ramírez, siempre ha querido controlar un grupo multimedia pero desde la dirección de El Mundo. Ahora mismo, está aliado con Jaime Castellanos, a punto de hacerse con el control de Recoletos, en Veo-TV, aquellas concesiones digitales del Partido Popular que nadie ve, pero a las que se podía permitir la emisión en analógico. Ramírez también coquetea con Vocento, pero José María Bergareche sabe que Ramírez es ingobernable: si logra que los italianos de Rizzoli pasen por el aro, lo mismo puede conseguir con Ybarra y Bergareche. Ahora bien, dejar un canal de TV en abierto en manos de Ramírez es lo que saca de quicio al ex presidente del Gobierno Felipe González, pues fue El Mundo quien capitalizó las denuncias sobre la corrupción felipista y el terrorismo de Estado de los GAL. Cuando los felipistas se quejan a Barroso de las facilidades que el Gobierno otorga a Ramírez, la respuesta es rotunda: “El presidente del Gobierno me ha dicho `A Pedro J. hay que matarle a besos’”.