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14 de enero de 2005


Santa Sede
Comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
El Papa recuerda al cardenal Schotte como «artífice de comunión»
Año de la Eucaristía: Indulgencia plenaria al participar en actos de culto al Sacramento
Misa en el Vaticano por las víctimas del «tsunami» el 24 de enero

Mundo
Cáritas ya ha recogido más de 63 millones de dólares para las víctimas del tsunami
La Iglesia en Suiza convoca un año (2005) para redescubrir la grandeza del sacerdocio
Filósofos piden introducir la causa de beatificación de Emmanuel Mounier
Urge en Venezuela un diálogo «auténtico y responsable», alerta el episcopado
Sacerdote católico asesinado en Indonesia
El fundamentalismo islámico ataca y pone en fuga a los cristianos iraquíes
Los Hijos de la Sagrada Familia quieren promover su espiritualidad entre los laicos

Documentación
Hitos en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Mensaje a nuestros lectores
Problemas técnicos en el despacho informativo por correo electrónico

 




 


Santa Sede



Comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
En este año, su preparación ha implicado un avance en la colaboración ecuménica

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- «Cristo, fundamento único de la Iglesia» es el lema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se celebra en casi todo el mundo del 18 al 25 de enero.

Durante estos ocho días, muchos de los dos mil millones de cristianos participarán en encuentros de oración, inspirados en un texto que en esta ocasión se basa en una propuesta redactada por los miembros del comité teológico del Consejo Ecuménico de Iglesias de Eslovaquia.

Este año, la preparación de la Semana ha marcado un hito en la colaboración entre la Santa Sede y el Consejo Mundial de las Iglesias: por primera vez el texto ha sido publicado conjuntamente por la comisión «Fe y Constitución» de ese Consejo y por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

La decisión ha sido anunciada por el obispo Brian Farrell, secretario del Consejo vaticano, y por Samuel Kobia, secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias.

El texto, preparado por el grupo ecuménico, plantea tres preguntas: «¿Cuál es el fundamento sobre el cual se construye la nueva “existencia” de sus Iglesias?»; «¿Existe un espacio de creencia en la unidad dentro del proceso de fe de las respectivas comunidades confesionales?»; «¿Cuáles son los medios para fortalecer el servicio de la Iglesia?»;

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos concluye el 25 de enero, día en el que se celebra la conversión de san Pablo. En el Hemisferio Sur en ocasiones se celebra en otras fechas, frecuentemente en torno a Pentecostés.

La Comisión «Fe y Constitución» es la única entidad del Consejo Mundial de las Iglesias que cuenta con una representación de la Iglesia católica.

El Consejo agrupa a más de 340 iglesias, denominaciones y comunidades de iglesias en más de 100 países y territorios de todo el mundo que representan a unos 400 millones de cristianos, incluidas la mayoría de las iglesias ortodoxas, gran cantidad de denominaciones de tradiciones históricas de la Reforma Protestante como anglicanos, bautistas, luteranos, metodistas y reformados, así como muchas iglesias unidas e independientes.

La Iglesia católica no forma parte del Consejo, aunque mantiene relaciones de colaboración.

El texto completo de los materiales de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos puede leerse en la página web del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
ZS05011409

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El Papa recuerda al cardenal Schotte como «artífice de comunión»
Exequias del antiguo secretario general del Sínodo de los Obispos

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recordó al cardenal Jan Pieter Schotte como «hombre de paz» e «incansable artífice de comunión» durante la homilía que pronunció en la misa de exequias celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

El cardenal belga, antiguo secretario general del Sínodo de los Obispos, falleció el 10 de enero a los 76 años después de una breve enfermedad.

«¡Fue un hombre de paz!», aseguró el pontífice, que participó en la eucaristía sin esconder su conmoción. «Hizo del valor de la paz uno de los puntos característicos de su largo servicio a la Iglesia universal y, en particular, a la Santa Sede».

Después de haber desempeñado importantes cargos en la Congregación del Corazón Inmaculado de María (Misioneros de Scheut) en Bélgica, Estados Unidos y Roma, según recordó el Papa, el difunto cardenal «puso ha disposición generosa e incansablemente de la Curia Romana sus múltiples dotes de inteligencia, humanidad y espiritualidad».

Primero trabajó en la Secretaría de Estado (desempeñando un papel importante en la relación de la Santa Sede con organismos internacionales), después en la Comisión Pontificia «Iustitia ed Pax», y por último secretario general del Sínodo de los Obispos.

«Incansable artífice de comunión, colaboró activamente a la universal solicitud pastoral del sucesor de Pedro», reconoció el Papa.

Para Juan Pablo II el cardenal Schotte ha sido un «testigo del amor que procede de Dios y que constituye el fundamento de la unidad de la Iglesia».

El colegio de cardenales se compone ahora de 120 electores y de 64 no electores (han cumplido los ochenta años de edad).
ZS05011408

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Año de la Eucaristía: Indulgencia plenaria al participar en actos de culto al Sacramento
Según establece un decreto de la Penitenciaría Apostólica

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha dispuesto que durante el Año de la Eucaristía se pueda alcanzar la indulgencia plenaria participando en actos de culto y veneración al Santísimo Sacramento, así como por rezar ante el sagrario las Vísperas y Completas del Oficio Divino.

Así lo establece un decreto de la Penitenciaría Apostólica, fechado el 25 de diciembre de 2004 y publicado este viernes por la Sala de Prensa de la Santa Sede, firmado por el cardenal James Francis Stafford y por el padre Gianfranco Girotti, O.F.M.. Conv., respectivamente penitenciario mayor y regente de la Penitenciaría Apostólica.

La disposición pontificia, indica el documento, tiene por objetivo «exhortar a los fieles, en el transcurso de este año, a un conocimiento más profundo y a un amor más intenso al inefable "Misterio de la fe" para que saquen frutos espirituales cada vez más abundantes».

El decreto recuerda que para poder alcanzar la indulgencia plenaria es necesario respetar las «condiciones habituales»: «confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice, con el alma totalmente desprendida del afecto a cualquier pecado».

En el Año de la Eucaristía --que comenzó en octubre de 2004 y concluirá en octubre de 2005, cuando se celebrará el Sínodo mundial de obispos sobre este Sacramento-- la indulgencia plenaria se concederá con dos motivos particulares.

En primer lugar, según el decreto, «cada vez que los fieles participen con atención y piedad en una ceremonia sagrada o en un servicio piadoso en honor del Santísimo Sacramento, expuesto solemnemente o conservado en el tabernáculo».

En segundo lugar, «al clero, a los miembros de los institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostólica y a los otros fieles obligados por ley al rezo de la Liturgia de las Horas, además de los que están acostumbrados a rezar el Oficio Divino por pura devoción, cada vez que, al final de la jornada, recen ante el Señor presente en el sagrario, ya sea en común o de forma privada, Vísperas y Completas».

El decreto también prevé que puedan alcanzar la indulgencia plenaria aquellas personas que a causa de una enfermedad o de otras causas justificadas, no puedan participar en un acto de culto al Sacramento del Eucaristía en una iglesia u oratorio.

Estas personas podrán alcanzar la indulgencia si «hacen espiritualmente la visita con el deseo del corazón, con espíritu de fe en la presencia real de Jesucristo en el Sacramento del Altar, y rezan el Padre Nuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa a Jesús Sacramentado (por ejemplo, «Bendito sea y alabado en todo momento el Santísimo Sacramento»).

Obviamente, en todos los casos, re requiere que respeten las condiciones establecidas para recibir la indulgencia plenaria.

«Si ni siquiera pudieran hacer esto --añade el decreto--, obtendrán la indulgencia plenaria si se unen con deseo interior a los que practican de forma ordinaria la acción prescrita para la indulgencia y si ofrecen a Dios misericordioso la enfermedad y los problemas de su vida, con el propósito de cumplir apenas sea posible las tres condiciones acostumbradas».

El decreto pide a los sacerdotes, sobre todo a los párrocos, que informen a los fieles sobre estas disposiciones y generosidad para «escuchar sus confesiones y, en los días que se determine según la utilidad de los fieles, para guiar a los fieles de forma solemne en las oraciones públicas ante Jesús sacramentado».

Por último, exhorta también a los fieles a «testimoniar abiertamente y a menudo su fe y veneración al Santísimo Sacramento».

Las disposiciones fueron aprobadas por el Santo Padre durante la audiencia concedida el 17 de diciembre al cardenal Stafford y al padre Girotti.

El decreto está en vigor durante el Año Eucarístico a partir de la fecha de su publicación en «L'Osservatore Romano», que tiene lugar en la edición italiana diaria este sábado 15 de enero.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1471, explica que «la indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos».

El número 1479 añade: «Puesto que los fieles difuntos en vía de purificación son también miembros de la misma comunión de los santos, podemos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados».
ZS05011403

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Misa en el Vaticano por las víctimas del «tsunami» el 24 de enero


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- El próximo 24 de enero, a las 17.00, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, presidirá en la Basílica de San Pedro del Vaticano, una misa en sufragio por las víctimas provocadas por el tsunami en el sudeste asiático.

«Todos los fieles están invitados a participar en la misa, sobre todo los sacerdotes, religiosos y ciudadanos de los países afectados por ese devastador cataclismo», afirma un comunicado vaticano publicado este viernes.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) señaló este jueves que al menos 153.397 personas han muerto como consecuencia del terremoto y maremoto en el Océano Indico, mientras que 27.194 siguen desaparecidas y la cifra de desplazados se eleva a 1,2 millones de personas.

Nada más recibir la noticia de la catástrofe acaecida el 26 de diciembre, Juan Pablo II se recogió en oración y movilizó la solidaridad de todos los católicos del mundo. Ha seguido constantemente la evolución de los hechos, manteniendo contactos con los nuncios apostólicos de los países afectados.

El Papa ha enviado primeras ayudas a Sri Lanka, la India, Tailandia, Indonesia y Somalia a través del Consejo Pontificio «Cor Unum».

Para finales de este mes de enero, la Santa Sede ha convocado en Roma una reunión del Apostolado del Mar para asistir a los pescadores, que se encuentran entre las categorías más afectadas de las zonas flageladas por la avalancha, pues han perdido tanto su casa como sus medios de trabajo.
ZS05011405

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Mundo



Cáritas ya ha recogido más de 63 millones de dólares para las víctimas del tsunami
Concentra sus esfuerzos en los países más afectados por la tragedia

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Cáritas Internationalis ha recogido más de 63 millones de dólares en los diferentes países del mundo para salir en ayuda de las poblaciones del sudeste asiático flageladas por el «tsunami».

«Los fondos recaudados por la red Cáritas están siendo remitidos directamente a las Cáritas de los países afectados a medida que éstas solicitan nuevas partidas para financiar los trabajados de emergencia», informa Cáritas en un detallado informe enviado a Zenit.

Según esta fuente, la Cáritas estadounidense (Catholic Relief Services) es la que más dinero ha puesto a disposición (25 millones de dólares), seguida de Cáritas Austria (9.572.122); Cáritas Española (8.878.760); Cáritas Alemania (5.866.920); CAFOD, Cáritas Inglaterra (3.559.510); Cáritas Suiza (1.960.869); Cáritas Francia (1.339.840); Trocaire, Cáritas Irlanda (3.559.510); Cáritas Australia (1.293.847); Cordaid, Cáritas Holanda (1.156.170); y Cáritas Italia (812.680).

Aunque los países afectados de un modo u otro por el maremoto del día 26 de diciembre de 2004 fueron doce, entre los asiáticos y los africanos, la red internacional de Cáritas ---integrada por 162 Cáritas nacionales de todo el mundo-- ha optado por hacer frente a la emergencia en los cuatro países donde los daños (humanos y materiales) han sido mayores: Indonesia, India, Sri Lanka y Tailandia.

No obstante, mantiene una postura de cercanía hacia Bangladesh y de búsqueda de información en otros lugares, como Myanmar (Birmania).

Cáritas India ha conseguido llegar, a petición del Gobierno, a aquellas zonas que quedaban más remotas y que el Gobierno todavía no había conseguido atender. El número de víctimas mortales supera ya las 10.000 y sigue creciendo.

En Sri Lanka, existen serios riesgos para la salud a causa de la contaminación de las aguas, la polución del aire, las epidemias de tifus, diarrea, bronquitis y neumonía. En cuanto a infraestructuras, 21.885 casas han quedado destruidas, 93.054 tienen daños y la población desplazada se concentra en 611 centros de acogida temporal.

Cáritas Sri Lanka (SEDEC) ha organizado a unos 1.000 grupos comunitarios en todo el país, que están federados por distritos y están compuestos, cada uno, por cientos de voluntarios y líderes comunitarios. Estos grupos cuentan con buena experiencia para trabajar en esta emergencia porque ya venían desarrollando una activa acción humanitaria con la población víctima de la guerra civil que asola al país desde hace décadas.

En Tailandia, además de las víctimas mortales entre turistas, los grupos más afectados han sido los más vulnerables: pescadores, pequeños comerciantes, personal de los servicios turísticos y allegados que visitaban a sus familiares residentes en la costa (la catástrofe tuvo lugar en domingo).

Las necesidades actuales de la población afectada son: asistencia psicológica, bolsas para los cadáveres, comida, ropa y asistencia sanitaria, según Cáritas.

COERR–Cáritas Tailandesa, junto con la Conferencia Episcopal Tailandesa, están llevando a cabo las primeras acciones de emergencia, en las que tienen amplia experiencia por el trabajo que desarrollan habitualmente: asistencia a víctimas de desastres naturales, acogida a refugiados que llegan de países limítrofes y acompañamiento a la población tailandesa de las áreas fronterizas afectada por el influjo de refugiados.

COERR-Cáritas Tailandia dispone de un equipo de 80 personas trabajando en todo el país. Las congregaciones religiosas en Tailandia han puesto al servicio de la emergencia a 30 religiosas durante un período inicial de 6 meses.

En Indonesia, se empiezan a registrar casos de diarrea, enfermedades de la piel y respiratorias, así como numerosos casos de trauma psicológico.

Fuentes de Cáritas destacan tres problemas como principales en Indonesia: la dificultad de coordinación entre las ONG y las agencias del Gobierno; la dificultad para llegar a las zonas más afectadas y remotas, y la falta de conductores, que agravan el problema del transporte. Pero una de las necesidades más urgentes es la atención psicológica a las víctimas, ya que hay pocas organizaciones que la estén prestando.

[Más información en www.caritas.org]
ZS05011402

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La Iglesia en Suiza convoca un año (2005) para redescubrir la grandeza del sacerdocio
En el año de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia

FRIBURGO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- La Iglesia en Suiza propone este año como un tiempo de descubrir otra vez la grandeza y la belleza del sacerdocio y para orar por las vocaciones sacerdotales

De acuerdo con monseñor Denis Theurillat, obispo encargado de la pastoral juvenil helvética, «sencillamente tenemos necesidad de sacerdotes», cita el servicio informativo «Sir» del episcopado italiano.

Y añade el prelado: «Necesitamos de un tiempo para redescubrir la belleza y la grandeza del sacerdocio». Se convoca así 2005 como Año de las Vocaciones Sacerdotales.

«Sigo creyendo que el sacerdote es un enviado, un testigo que va hacia las personas para recorrer una parte del camino con ellas e invitarlas a vivir la Eucaristía y la Reconciliación --subrayó--. De otra forma, se corre el riesgo de hacer de él sólo un “distribuidor” de sacramentos, que tiene cada vez menos contacto con la realidad cotidiana».

Para el abad Pascal Desthieux, párroco de Romont, son varias las causa de la crisis vocacional: «Nuestra sociedad está en cambio, el papel de los sacerdotes es menos valorado que en otro tiempo, las familias tienen menos hijos y, sobre todo, hay menos creyentes y practicantes en nuestras parroquias».

Pero en su opinión también hay que «situar esta crisis en su justo contexto»: «Salimos de un período de abundancia. ¡Hasta hace 50 años el obispo se preguntaba dónde podría situar adecuadamente a sus jóvenes sacerdotes! ¿Cuál es el número ideal de sacerdotes? Se podría decir “el mayor posible”, como se desea que haya más creyentes y santos, pero son datos no cuantificables».

Para la Iglesia, según el abad Desthieux, esta crisis es «un tiempo de prueba y purificación» que hay que superar a través de la oración –de aquí la propuesta del año dedicado a las vocaciones--, pero sobre todo «transmitiendo a los niños y a los jóvenes el deseo de ser sacerdotes».

En este sentido, «los sacerdotes deben ser los primeros testigos de su ministerio. ¡Que se pueda percibir, a través de ellos y a pesar de las dificultades, el gozo, la belleza y la calidad de su vocación!», recalcó.

En la Eucaristía que culminó su visita de junio pasado a Berna, el Papa invitó a la Iglesia católica en Suiza a superar las dificultades de las últimas décadas recuperando su espíritu misionero. En la celebración participaron, rompiendo las previsiones más optimistas, 70 mil peregrinos.

«Ha llegado la hora de preparar jóvenes generaciones de apóstoles que no tengan miedo de proclamar el Evangelio», dijo en su homilía. «Para todo bautizado es esencial pasar de una fe de costumbre a una fe madura, que se expresa en opciones personales claras, convencidas, valientes», añadió.


La víspera el Santo Padre compartió un encuentro con 13 mil jóvenes a quienes invitó a una vida «llena de sentido», ya sea formando una familia, «fundada sobre el matrimonio como pacto de amor entre un hombre y una mujer que se comprometen en una comunión de vida estable y fiel», ya sea en la vida consagrada a Dios.

«Sé bien que ante a una propuesta así experimentas dudas --reconoció el Papa--. Pero te digo: ¡No tengas miedo! ¡Dios no se deja vencer en generosidad! Después de casi sesenta años de sacerdocio, estoy contento de ofrecer aquí, ante todos vosotros, mi testimonio: ¡es bello poder entregarse hasta el final por la causa del Reino de Dios!».


La Iglesia en Suiza recibía por tercera vez al Papa –en su viaje apostólico 103º-- dejando a sus espaldas años de divisiones internas, y profundamente preocupada por el avance de la indiferencia religiosa.

El número de los sacerdotes diocesanos ha pasado de 2.396 en 1985 a 1.817; los sacerdotes religiosos en ese mismo período pasó a ser de 1.627 a 1.274; las religiosas han pasado de 9.575 a 5.877.

El 41% de los 7,3 millones de habitantes de Suiza son católicos, de los cuales el 9,1% es de origen extranjero. Los protestantes constituyen el 37% y los musulmanes el 5%. El 11% de los suizos se declara hoy sin confesión religiosa, mientras que hace diez años era el 7,5 %, según un informe de la agencia católica suiza APIC.
ZS05011401

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Filósofos piden introducir la causa de beatificación de Emmanuel Mounier
El cardenal Poupard le define como un cristiano «profundamente arraigado en la Iglesia»

ROMA, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- El cardenal Paul Poupard ha definido al filósofo francés Emmanuel Mounier como «un cristiano profundo y profundamente arraigado en la Iglesia» al participar en el Congreso internacional que se le ha dedicado en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma.

El presidente del Consejo Pontificio de la Cultura aclaró que «ante una sociedad que se derrumba, es urgente encontrar lo espiritual contra el espiritualismo, la tradición contra el tradicionalismo, la fe contra el fideísmo, la moral contra el moralismo».

«En definitiva --subrayó el purpurado galo, el orden auténtico contra el desorden establecido».

En el congreso internacional «Persona y humanismo relacional, herencia y desafíos de Mounier», clausurado este viernes, participaron más de 550 personas de unos cien países.

Al concluir el Congreso, los congresistas han escrito una petición para pedir la introducción de la causa de beatificación de Emmanuel Mounier.

«Estamos convencidos de que un eventual reconocimiento de la heroicidad de las virtudes de Mounier por parte de la Iglesia, en los tiempos de Dios, será un estímulo particularmente precioso para el ejercicio de una santidad laical a la luz del mensaje de la encarnación y resurrección del Señor», afirman los participantes, en su mayoría filósofos.

Los congresistas han escrito también un mensaje dirigido a Juan Pablo II en el que reconocen que con este congreso «han recibido el don de profundizar en la personalidad multilateral de este filósofo y profeta de nuestro tiempo».

Emmanuel Mounier (1905-1950), profesor de filosofía, fundó en 1932 la revista «Esprit» con la que reunió a los intelectuales cristianos más brillantes de su época.

La filosofía de Mounier, se fundamenta totalmente en la grandeza y respeto de la persona humana, motivo por el cual se le dio el nombre de «personalismo». Para él, no puede haber conciencia cristiana sin compromiso en el «combate» de las ideas y desafíos que afectan a las personas y a la sociedad.

«Esprit» fue prohibida en Francia por el gobierno de Vichy (durante la ocupación nazi, en la segunda guerra mundial) y Mounier fue hecho prisionero. Tras la guerra, la revista reanudó su andadura y amplió su influencia. Mounier falleció prematuramente a los 45 años.
ZS05011406

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Urge en Venezuela un diálogo «auténtico y responsable», alerta el episcopado
Al concluir su 83ª Asamblea Ordinaria

CARACAS, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Urge en Venezuela «establecer un diálogo auténtico y responsable entre gobierno y quienes no comparten su proyecto político-social» para superar el prolongado estado de polarización en que se vive, alertan los prelados del país.

Un «deseo profundo y del deber apremiante de reiterar el llamamiento a la reconciliación entre todos los venezolanos» late en la exhortación que todos los arzobispos y obispos de Venezuela firmaron el miércoles pasado al término de su 83ª Asamblea Ordinaria.

«Diálogo y perdón para la paz» titulan el texto en el que constatan con inquietud el aumento de «la confrontación, la polarización y el revanchismo» en un país donde «no se aprecian pasos que indiquen la superación de estas actitudes y de la exclusión que ellas producen en nuestra sociedad».

Ni el gobierno ni la oposición «han trabajado suficientemente en la búsqueda de la reconciliación y la paz», «y si bien en democracia el tono debe darlo quien ejerce la autoridad, la responsabilidad de la convivencia es de todos los ciudadanos», subraya el episcopado.

De trazar el panorama nacional se encargó el viernes pasado el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Baltazar Porras (Zenit, 11 enero 2005).

Al cierre de los trabajos de la asamblea, los obispos insisten en su «gran preocupación por la aprobación de leyes con carácter decididamente punitivo que además entran en contradicción con el espíritu de los principios y derechos consagrados en la Constitución y en los tratados internacionales suscritos por el Estado Venezolano y que amenazan la libertad ciudadana».

«Una sociedad en la que se restrinja, aunque sea legalmente, la libertad de opinión y el disenso, y en la que se imponga, sin más, la decisión tajante de la mayoría, sin dejar espacio al intercambio y conjunción de propuestas, cierra prácticamente el camino a la verdad», denuncian.

Señalan en particular «la reforma parcial del Código Penal como un retroceso en materia de derechos humanos y como instrumento de intimidación a la disidencia política y cívica».

«Otro preocupante elemento» --añaden-- es que «se percibe una excesiva concentración de poder, bajo el dominio de un gobierno en el que pareciera diluirse la autonomía de los Poderes Públicos».

Se trata de un aspecto «altamente perjudicial para una democracia que, por naturaleza, exige junto a poderes públicos autónomos y libres de presiones en sus ejecutorias, una oposición responsable y crítica»; si no, «se correría el peligro del abuso del poder y se abrirían las puertas a una dictadura bajo la apariencia de legalidad».

Lejos de que sea posible construir todos juntos una nación «humana, justa, solidaria y fraterna» a base de «venganzas, exclusiones y abusos», «en Venezuela es urgente establecer un diálogo auténtico y responsable entre el Gobierno y quienes no comparten su proyecto político-social» porque «el país no debe continuar con el prolongado estado de polarización», piden los obispos.

«El diálogo consiste en ver en el otro un prójimo» --aclaran--, y «esto se aplica totalmente al diálogo político», pues «las diferentes fuerzas y partidos deben compartir su responsabilidad con la verdad y la justicia, teniendo siempre en cuenta las exigencias del bien común».

Dialogar también es «esencial para encontrar la verdad, porque el diálogo no consiste en imponer al otro una verdad preestablecida como tampoco, simplemente, en tolerar las ideas del otro. Dialogar es buscar la verdad entre las diversas partes con la contribución todos».

Lanzan los prelados además una invitación «a multiplicar los gestos de reconciliación», tales como «adecentar» las expresiones con que se califica al adversario; valorar lo que tienen los venezolanos en común por encima de lo que separa; no perseguir o condenar actuaciones que de por sí son legítimas; perdonarnos todos, unos a otros, por nuestras faltas y errores»; y «ajustar siempre, cada vez más nuestras conductas a las normas morales, las cuales han de inspirar la Constitución y las leyes».

«En el contexto de esta búsqueda de reconciliación» los obispos piden finalmente al presidente de la República Hugo Chávez «la concesión de medidas de gracia o indultos a los civiles y militares condenados o imputados por razones políticas, en el espíritu con que en época reciente se ha procedido en nuestra historia».

«Nuestros pronunciamientos en ningún momento los hacemos buscando una cuota de poder o queriendo favorecer una determinada parcialidad u opción política –puntualizan en su mensaje los prelados--. Nuestro horizonte es, y será siempre, el bien común, concreción del mandamiento supremo del Amor».
ZS05011421

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Sacerdote católico asesinado en Indonesia
El motivo, según la policía, podría ser el de un robo

YAKARTA, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Un sacerdote católico indonesio ha sido asesinado en Purworejo, Java central, por desconocidos que penetraron en su parroquia, informa la agenzia de noticias indonesia «Antara».

El cadáver del padre Thomas Harsidiyono, de 50 años, se encontró en la mañana de este viernes con graves heridas en la cabeza, informa la agencia Misna.

La policía, añade esta fuente, considera probable que el sacerdote haya sido asesinado durante un intento de robo y excluye que se su muerte se deba a las tensiones entre cristianos y musulmanes que se dan en otras partes del gran archipiélago indonesio.

Personas cercanas al párroco confirman que no tenía enemigos y que nunca había recibido amenazas.
ZS05011407

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El fundamentalismo islámico ataca y pone en fuga a los cristianos iraquíes
Testimonios desde Bagdad y Mosul

MOSUL/BAGDAD, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Sólo el hecho de ser cristiano, «es decir, de la misma religión que los soldados occidentales», basta para ser objeto de amenazas y ataques en Irak, denuncia el padre Waheed Gabriele Tooma, monje caldeo.

Del agravamiento de la situación para los cristianos iraquíes se ha hecho eco la agencia «Fides» de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, recordando el reciente suceso ocurrido a dos monjes caldeos del monasterio de Dora, al sur de Bagdad, secuestrados hace pocos días por unos desconocidos y liberados dos días más tarde

Añade que la «floreciente industria del secuestro no conoce fin» y que los objetivos del integrismo religioso islámico son los extranjeros, los iraquíes más pudientes --por el rescate-- y el personal religioso, especialmente el cristiano.

El padre Tooma --hermano de comunidad de los secuestrados-- reconoció a «Fides» que Irak «es todo un pueblo el que muere cada día y no solamente por falta de comida y medicinas: muere moral y culturalmente, privado su identidad, de la libertad y de su derecho a vivir en paz como los demás pueblos de la tierra. El camino de este pueblo es oscuro, parece sin futuro: los niños mueren apenas nacen, sin una sonrisa».

Es una situación de la que la gente huye: «Más de 3 millones han emigrado al extranjero y entre ellos, los cristianos», confirmó.

«Sólo en los últimos meses, después del atentado a las iglesias cristianas, han emigrado más de 50.000 iraquíes cristianos hacia Siria, Jordania y Turquía, a causa de las amenazas recibidas por fundamentalistas islámicos --denunció--. ¿Cuál es la culpa? Ser cristianos, es decir de la misma religión que los soldados occidentales».

El 7 de diciembre dos atentados destruyeron la iglesia armenio-católica de Mosul y el arzobispado caldeo de esa ciudad. Forman parte de una serie de ataques contra iglesias, que comenzó a inicios de agosto, cuando fueron golpeadas cuatro iglesias en Bagdad y una en Mosul. En estos ataques han muerto decenas de cristianos. Los atentados contra tiendas de propiedad de cristianos en el país ya habían comenzando antes.

«Nosotros cristianos mantenemos de todas formas la esperanza de que mejorará la situación y pedimos de todo corazón a Dios que traiga la paz a Irak y que ayude a todos los que sufren», concluyó el padre Tooma, procurador de la Orden Antoniano de S. Ormisda de los Caldeos.

Desde Mosul, las Dominicas de la Presentación recientemente confirmaron también que la situación de peligro para los cristianos es tal que muchos se han visto obligados a emigrar «a Siria o Jordania, y han dejado todos sus bienes para salvar su propia vida».

Sacerdotes, religiosos y religiosas «son perseguidos y amenazados dentro y fuera de la iglesia --denunciaron--, incluso en las pequeñas comunidades como la nuestra», cita «Análisis Digital»

La casa las religiosas en la ciudad iraquí se encuentra situada en una zona entre «los americanos de un lado y del otro los terroristas», cosa que ofrece un peligro constante y les impide durante días la posibilidad de abandonar el convento, ni siquiera para ir a Misa.

Con todo, las hermanas no piensan en marcharse ya que, como han afirmado, «estamos aquí, en este barrio, nuestro barrio, y permanecemos para dar testimonio de Cristo crucificado pero resucitado de entre los muertos».

La congregación tiene siete comunidades en Irak, en las que trabajan cerca de 40 religiosas dedicadas a la educación y la atención de residencias para jóvenes, hogares para niños y centros asistenciales como el Hospital San Rafael de Bagdad.
ZS05011404

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Los Hijos de la Sagrada Familia quieren promover su espiritualidad entre los laicos
Una de las prioridades para los próximos seis años

BARCELONA, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Promover la incorporación y la participación de los laicos en la espiritualidad y carisma de los Hijos de la Sagrada Familia es una de las líneas de acción que marcarán la vida de este Instituto en los próximos seis años.

Así se ha definido en el XXI capítulo general clausurado en Begues (Barcelona) el domingo pasado, según confirmó la Congregación a Zenit.

Canonizado por Juan Pablo II el pasado 16 de mayo, el sacerdote español San José Manyanet (1833-1901) contribuyó a la renovación de la familia y de la sociedad de su tiempo con la fundación de las Congregaciones de los Hijos de la Sagrada Familia de Jesús, María y José y de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret

La misión de estas familias religiosas se orienta a imitar, honrar y propagar el culto a la Sagrada Familia de Nazaret y procurar la formación cristiana de las familias, principalmente por medio de la educación e instrucción católica de la niñez y juventud y el ministerio sacerdotal.

«Inspirándose en la escuela de Nazaret, realizó su proyecto de santidad personal y se dedicó, con entrega heroica, a la misión que el Espíritu le confiaba», recordó el Papa al inscribir al sacerdote, «verdadero apóstol de la familia», en el catálogo de santos.

Reunidos recientemente en Barcelona, los religiosos capitulares de los Hijos de la Sagrada Familia han revisado la vida religiosa y apostólica de estos últimos años y han tratado de responder a las llamadas del Espíritu para orientar su vida y acción durante los próximos seis años.

La canonización de su fundador ha encauzado todas sus reflexiones y ha inspirado las líneas de acción, entre cuyas prioridades destacan «profundizar en la santidad de San José Manyanet para consolidar la vida espiritual de los religiosos y divulgar su mensaje y espiritualidad para que la Familia de Nazaret llegue a presidir todos los hogares».

Los religiosos buscan asimismo «promover la incorporación y participación de los laicos en la espiritualidad y carisma del mismo Instituto», «organizar un curso de pastoral familiar para los religiosos y laicos colaboradores del Instituto» y «planificar la puesta en práctica de los Acuerdos Capitulares y hacer un seguimiento especial de los mismos, particularmente del proyecto vocacional de cada demarcación».

Constituyeron la asamblea el gobierno general y los superiores mayores del Instituto, junto a otros religiosos procedentes de España, Italia, Estados Unidos, México, Colombia, Venezuela, Brasil y Argentina, países donde está presente la congregación.

Tras la elección por parte de los capitulares, el nuevo gobierno general para un sexenio quedó formado por el padre Luis Picazo --reelegido Superior General--, Josep M. Blanquet --Consultor I y Subdirector General--, Pedro Mas --Consultor II--, Jesús Díaz --Consultor III y Secretario General-- y Pedro Mejías --Consultor IV y Ecónomo General--.

En la capilla panteón del colegio de Jesús, María y José, de Barcelona, donde se conservan los restos mortales de San José Manyanet, el nuevo gobierno y los capitulares dieron gracias a Dios y a la Sagrada Familia por el don de la canonización de su fundador y renovaron el compromiso de fidelidad a su vocación y misión de ser hijos, testigos y apóstoles del misterio de Nazaret en la Iglesia y en el mundo.

Más información en www.manyanet.org.
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Documentación



Hitos en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
Según los materiales distribuidos para este año

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Publicamos algunas fechas importantes en la historia de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos tal y como son presentadas en los materiales redactados en este año por el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos y la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de las Iglesias.

 

* * *



1740 Escocia (aproximadamente)
Nacimiento en Escocia del movimiento pentecostal con vinculaciones en América del Norte, cuyo mensaje por la renovación de la fe llamaba a la oración por todas las Iglesias y con ellas.

1820 James Haldane Stewart
El reverendo James Haldane Stewart publica «Consejos para la unión general de los cristianos con vistas a una efusión del Espíritu» («Hins for the outpouring of the Spirit»).

1840 Ignatius Spencer
El reverendo Ignatius Spencer, un convertido al catolicismo, sugiere una «Unión de oración por la unidad».

1867 Lambeth
La primera asamblea de obispos anglicanos en Lambeth insiste en la oración por la unidad, en la introducción a sus resoluciones.

1894 León XIII
El Papa León XIII anima a la práctica del Octavario de oración por la unidad en el contexto de Pentecostés.

1908 Paul Wattson
Celebración del «Octavario por la unidad de la Iglesia» bajo la iniciativa del reverendo Paul Wattson.

1926 Fe y Constitución
El Movimiento «Fe y Constitución» inicia la publicación de «Sugerencias para un Octavario de oración por la unidad de los cristianos».

1935 Paul Couturier
En Francia, el abad Paul Couturier se convierte en el abogado de la «Semana universal para un Octavario de oración por la unidad de los cristianos sobre la base de una oración concebida por la unidad que Cristo quiere, por los medios que El quiera».

1958 «Unidad cristiana»
El Centro «Unidad cristiana» de Lyón (Francia) comienza a preparar el tema para la semana de oración en colaboración con la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de las Iglesias.

1964 Pablo VI y Atenágoras I
En Jerusalén el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I recitan juntos la oración de Cristo «que todos sean uno» (Jn 17).

1964 El Concilio Vaticano II
El Decreto sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II subraya que la oración es el alma del movimiento ecuménico, y anima a la práctica de la semana de oración.

1966 «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad
La Comisión «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) de la Iglesia católica deciden preparar un texto para la Semana de oración de cada año.

1966 Elaboración conjunta de los textos
Por primera vez, la «Oración por la unidad» se celebra con los textos elaborados en colaboración entre «Fe y Constitución» y el Secretariado para la unidad de los cristianos.

1994 Texto preparado en colaboración con YMCA y YWCA.

2004 Presentación conjunta de los textos
«Fe y Constitución» (Consejo Mundial de las Iglesias) y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (Iglesia Católica) deciden que en lo sucesivo los textos en francés y en inglés de la Semana de oración por la unidad de los cristianos sean publicados conjuntamente y presentados en un mismo formato.
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Mensaje a nuestros lectores



Problemas técnicos en el despacho informativo por correo electrónico


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 enero 2005 (ZENIT.org).- Por un inescrutable misterio de la técnica, algunos de nuestros lectores nos han señalado que han recibido el despacho informativo por correo electrónico de Zenit con algunos cortes de párrafos que impiden la lectura completa de alguna de las noticias.

Sugerimos a quienes experimenten estos problemas que acudan al archivo de la página web de Zenit para consultar estas noticias (www.zenit.org).

¡Buena lectura!
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