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Cartas al Director
De todo corazón; gracias
 
 
José Bautista González/
 
 
Señor director:

Eran las 8 de la tarde del día 4 del corriente mes de enero; aparco mi coche a escasos metros de mi vivienda, me dirijo a la portilla que da acceso a mi propiedad con el fin de abrirla para entrar; realizada la operación, y cuando me dispongo a subir al vehículo, un individuo se me adelanta; trato de neutralizarle; meto mi mano con el fin agarrarle por el cuello; demasiado tarde, me ha ganado la ventaja, el cierra la puerta; me aferro a la manecilla exterior de la misma; y entonces arranca a gran velocidad arrastrándome una docena de metros; grito, dos coches le preceden, deben dar el consabido viraje para no llevarme por delante, pero no se detienen, siguen; está claro que el tema no iba con vosotros; sin comentarios.

Logro soltar la manecilla, mi pecho, y mi mano derecha, impactan de forma brutal contra el asfalto; quedo tendido en él como un muñeco roto; otro coche que venía detrás, y ocupado por un matrimonio joven, se detienen, me ayudan, me levantan del suelo; mi dolor físico es intenso, pero el comportamiento de los citados jóvenes hace que saque fuerzas de donde no las tenía.

Es entonces, y dentro de mi dolor, cuando comienzo a recibir los primeros consuelos y por las cuales debo de dar las gracias.

Gracias a ti, chaval, que con tú móvil diste inmediato aviso a la guardia civil, y cuya prontitud sería fundamental. Gracias a los productores del taller de mecánica del automóvil próximo a mi domicilio por vuestra ayuda y aliento; gracias a la patrulla de la guardia civil que prestaba su servicio en este área y de quienes en todo momento me sentí arropado; gracias a urgencias de Valdecilla, que además tenían un día para trabajar a destajo.

Gracias a la pareja de la guardia civil que relevó a la anterior, y que a las 11,30 se presentaron en mi casa con el único fin de interesarse por mi salud, una vez regresado de Valdecilla. Gracias a la pareja de tráfico, que a los 20 minutos del robo neutralizaban el mismo, aunque les fuera materialmente imposible detener al canalla en cuestión debido a su huida por un paraje de auténtico infierno, y en plena oscuridad; baste decir, que las motocicletas hubo de recuperarlas un tractor, al igual que el coche, este al día siguiente.

Y ahora me dirijo o a ustedes, los legisladores; y les digo, la rebaja de accidentes y muertos en carretera, ha sido debido al aumento en la cuantía de las sanciones; no reconocerlo sería de necios; y ahora les hago la pregunta que a la vista de lo anterior se hace sola: ¿Para cuándo el aumento de pena para este tipo de delitos? ¿Para cuándo piensan ustedes acabar con el consabido 'entran por una puerta y salen por la otra'. ¿Para cuándo?

¿O acaso y cómo única solución ponemos en práctica la de la justicia por nuestra mano? Pero respondan; no den como respuesta su cobarde silencio.