Redacción -
18/01/2005 El obispo católico caldeo iraquí Basile
Georges Casmoussa fue secuestrado ayer en la ciudad iraquí de Mosul,
según confirmó el Vaticano, que exigió la inmediata liberación del
prelado. El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, deploró firmemente
"este innoble acto terrorista" y pidió que el obispo sea de manera
inmediata "devuelto ileso a su ministerio". Este es un episodio más de
la persecución y la violencia a la que están sometidos los católicos en
Irak.
El obispo católico Basile Georges Casmoussa fue secuestrado ayer en
Mosul, según informaron fuentes del Vaticano. Casmoussa, de 67 años,
nació en la localidad de Karakoche, em Mosul y fue consagrado obispo en
1999. Desde el Vaticano, Joaquín Navarro Valls condenó este "innoble
acto terrorista" y pidió que Casmoussa sea liberado de inmediato.
Al cierre de esta edición, se desconocen más datos sobre el secuestro
del prelado, una acción que se une a otros actos de violencia cometidos
contra los católicos iraquíes y a los atentados contra iglesias en Mosul
y Bagdad llevados a cabo los pasados meses. Los cristianos en Irak son
unos 800.000, casi el tres por ciento
de los 22 millones iraquíes. Los católicos caldeos son la mayoría, casi
el 70 por ciento de esos 800.000.
Los continuos atentados, unidos a un rebrote del puritanismo islámico,
han forzado al exilio a entre 15.000 y 30.000 cristianos iraquíes, según
han denunciado recientemente varias asociaciones cristianas iraquíes.
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