OBSEQUIO. Los representantes de Ferrari regalaron al Papa la
maqueta de uno de los Fórmula 1 de Schumacher. / EFE
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El Papa Juan Pablo II recibió ayer, lunes, en audiencia privada a
representantes de la escudería italiana de Formula Uno Ferrari y a sus
pilotos, Michael Schumacher y Rubens Barrichello, a los que elogió
destacando su «espíritu de grupo». El Pontífice saludó con afecto a la
delegación de la 'gran familia de la Ferrari', formada además por el
presidente de la compañía, Luca Cordero de Montezemolo, y los técnicos
Jean Todt y Piero Lardi, que le han regalado un modelo de Ferrari de
Formula 1.
Durante el acto, el papa Juan Pablo II recordó las victorias, los éxitos y
los trofeos conseguidos en los últimos años por Ferrari, felicitándoles
«en particular por la victoria en el último mundial». El Pontífice, que
apareció en buena forma, destacó la «importancia del deporte en la vida
normal» y señaló que la Iglesia considera la actividad deportiva,
practicada en el pleno respeto de las reglas, un válido instrumento
educativo, especialmente para las nuevas generaciones.
El Papa, que ha extendido su saludo a los trabajadores de la fábrica
Ferrari en Maranello, subrayó que es sobre todo el entusiasmo derivado del
espíritu comunitario al que Ferrari debe sus notables resultados
deportivos e industriales. «Continuad cultivando este estilo de trabajo,
haced del crecimiento constante en la solidaridad uno de vuestros
principales objetivos», señaló el Papa, quien también invitó a defender
los valores del deporte y a contribuir, al mismo tiempo, a construir una
sociedad más justa y solidaria.
El presidente de Ferrari comentó también que «el Papa está en la 'pole
position' del circuito de la humanidad» y añadió que el regalo del modelo
de monoplaza era para decirle que «le sentimos como uno más entre
nosotros».
El obsequio es un modelo a escala del vehículo con el que en la última
edición el alemán Michael Schumacher conquistó el mundial de la Fórmula
Uno. Un modelo que el Papa, según luego indicó el portavoz del Vaticano,
Joaquín Navarro-Valls, recordó que era bien distinta del Ferrari Gran
Turismo, 'Superamérica', con el que en 1988 completó una vuelta a la pista
de Fiorano.