Redacción -
20/01/2005 La Conferencia Episcopal emitió ayer un
comunicado en el que afirma que la doctrina de la Iglesia sobre el
preservativo no ha cambiado. Recuerda que lo único verdaderamente
aconsejable en la lucha contra el SIDA es el ejercicio responsable de la
sexualidad, basándose en la abstención y en la fidelidad. El uso del
preservativo es contrario a la moral de la persona.
El Secretario General de la Conferencia Episcopal, el padre Juan
Antonio Martínez Camino, se reunía el martes con la Ministra de Sanidad
y Consumo, Elena Salgado, con el fin de conversar sobre el modo de
colaborar del mejor modo posible en la prevención del SIDA. Tras la
reunión, desde diversos medios de comunicación se tergiversaron las
palabras de Martínez Camino. Frente a esta situación, la Conferencia
Episcopal ha asegurado, a través de un comunicado, que la doctrina de la
Iglesia sobre el uso del preservativo no ha cambiado. El SIDA, recoge el
comunicado, “es un asunto que preocupa mucho a la Iglesia, a los
católicos y a las instituciones eclesiales que trabajan en la atención
social y sanitaria de esta enfermedad” y la “abstención de relaciones
sexuales indebidas y la fidelidad mutua entre los cónyuges, constituyen
la única conducta segura generalizable” para luchar contra él.
En la reunión, la ministra de Sanidad y el padre Martínez Camino
comentaron el programa de prevención conocido como ABC y propuesto por
prestigiosos científicos y especialistas de rango internacional. El
consejo de los especialistas es que las políticas de prevención de la
transmisión del SIDA por vía sexual, para ser completas y eficaces, han
de basarse en la recomendación (por orden) de la abstención, la
fidelidad y el uso de preservativos. Lo mismo afirma también la
Organización Mundial de la Salud.
El padre Martínez Camino respondió brevemente, al término de la reunión,
a los periodistas manifestando que el uso del preservativo tiene un
lugar en ese programa llamado ABC (abstinence, be faithfull and condoms)
en la lucha contra el SIDA. La Conferencia Episcopal ha puntualizado que
esta declaración “ha de ser entendida en el sentido de la doctrina
católica que sostiene que el uso del preservativo implica una conducta
social inmoral”. Por eso, continúa el comunicado, “la iglesia colabora
eficaz y racionalmente en la prevención del sida promoviendo la
educación de las personas para el amor conyugal fiel y abierto a la
vida, tratando de evitar de este modo las relaciones indebidas y
promiscuas, que dan lugar a las llamadas situaciones de riesgo
sanitario”.
Así, la Conferencia Episcopal concluye que de acuerdo con los principios
de la doctrina de la Iglesia no es posible aconsejar el uso del
preservativo, por ser contrario a la moral de la persona. “Lo único
verdaderamente aconsejable es el ejercicio responsable de la sexualidad,
acorde con la norma moral”.
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