El caso de la estatua de una virgen, conocida ya como la Madonnina de
Civitavecchia, que lloró sangre en catorce ocasiones hace diez años en esa
localidad del norte de Roma, es un «verdadero milagro», según un documento
de la Diócesis de Civitavecchia que será publicado en los próximos días.
El 'Corriere della Sera' publicó ayer que ha tenido acceso al informe que
incluye numerosos documentos inéditos referidos a personas importantes, de
gran responsabilidad en diferentes campos de la vida, «acostumbradas a medir
las palabras y que en este caso no dudan en rendirse ante la realidad».
«Todo, dicen de manera unánime, hace pensar que en ese rincón de la tierra
(a 70 kilómetros al Norte de Roma), a las puertas de la capital, se ha
verificado un evento que no tiene explicación humana y que remite al
misterio de lo sobrenatural», afirma el escritor católico Vittorio Messori,
autor del texto.
Messorri, que dio forma al libro del Papa Juan Pablo II «Cruzando el umbral
de la esperanza», agrega que llama la atención el testimonio del obispo de
Civitavecchia, Girólamo Grilli, «que pasó del más radical escepticismo a la
aceptación del enigma» cuando en la mañana del 15 de marzo de 1995, mientras
tenía en sus manos la estatua, de los ojos de ésta comenzó a salir sangre,
que alcanzó hasta el cuello de la figura.
El informe incluye la documentación de todas las investigaciones realizadas,
así como el informe del prestigioso experto mariano Stefano De Fiores, que
al final afirma «aquí está la mano de Dios».