Redacción -
26/01/2005 El ministro José Bono, titular de
Defensa, aseguró ayer, en “Los Desayunos de TVE”, que las actitudes
“tridentinas” de la Iglesia perjudican, sobre todo las referidas al uso
del preservativo y a los homosexuales, a la sociedad y son, dijo, una
“obscenidad”. Alfredo Pérez Rubalcaba, tachaba las consideraciones del
Papa de “injustas, desmesuradas y fuera de lugar” y la ministra de
Sanidad, María Jesús Sansegundo, defendió la política del Gobierno,
manifestando que “garantiza perfectamente” el derecho de quienes desean
que sus hijos reciban la enseñanza de la Religión.
Diferentes frentes del Gobierno descalificaron durante el día de
ayer el mensaje que el Papa Juan Pablo II dirigía a los católicos
españoles sobre la situación de laicismo que vive nuestro país, que
provoca un “desprecio a lo religioso”. El primero fue el ministro de
Defensa, José Bono, en “Los desayunos de TVE”. A pesar de que para Bono,
por su condición de católico, el Papa es “un referente moral al que no
estoy dispuesto a insultar”, afirmó que existen algunas conductas
“tridentinas” de la jerarquía eclesiástica que acaban perjudicándola. El
titular de Defensa ha hecho hincapié en el tema del uso del preservativo
y de las uniones homosexuales insistiendo en que “escuchar condenaciones
eternas a estas alturas de curso sobre que los homosexuales no entrarán
en el reino de los cielos, es una obscenidad”.
El ministro Bono aseguró, además, refiriéndose a las palabras de Su
Santidad, que “la fe pertenece a las personas y no a un Estado, por lo
que no se le puede imputar ser la causa del laicismo”, y que la Iglesia
debe preguntarse si el avance del laicismo es responsabilidad suya, ya
que “hay un cierto apartamiento de la fe cristiana”. Según el ministro
socialista, “no se puede estar permanentemente criticando al Gobierno de
laicismo” y destacó que “algunos jerarcas de la Iglesia católica
deberían pensar que sus actitudes excesivamente antiguas hacen que la
gente se aleje”. José Bono aseguró, además, que “el Gobierno cumple un
acuerdo con la Santa Sede desde hace 25 años y es el país de Europa que
mejor trata a la Iglesia católica”, sobre todo "en materia de
educación".
A este respecto, la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San
Segundo, manifestó que la propuesta del Gobierno para la enseñanza de
religión es "totalmente acorde" con la legislación española, ya que
"garantiza perfectamente" el derecho de quienes desean que sus hijos
reciban este tipo de formación en la escuela.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó
de "injustas y desmesuradas" las consideraciones de Juan Pablo II, y
agregó que están "fuera de lugar", si bien expresó su respeto por el
Papa. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, señaló
que "hay que dar un poquitín más de tiempo" a la Iglesia para ver "si
hay alguna rectificación" respecto a las palabras de Su Santidad.
Por otra parte, el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, pidió
"el máximo respeto" a las "opiniones políticas" del Papa, y recordó que
se trata del mismo Pontífice cuyas críticas al anterior Gobierno por la
guerra de Irak gozaron de "gran difusión". Zaplana transmitió en rueda
de prensa celebrada en el Congreso su "respeto" a las recientes
manifestaciones de Juan Pablo II en las que censuró algunas de las
reformas promovidas por el Gobierno socialista, porque "cuando se
producen testimonios o declaraciones de personalidades, siempre son
respetables".
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