Redacción -
27/01/2005 Bajo el título “Los grandes retos de la
familia y de la vida hoy”, el cardenal López Trujillo, presidente del
Consejo Pontificio para la Familia, ha afirmado que la uniones
homosexuales “no tienen mañana”. Según el prelado, este tipo de uniones
no tienen futuro y no son familia, que es “patrimonio de la humanidad,
que no pertenece a nadie, ni siquiera a los políticos y parlamentarios,
que quieren establecer sus modelos como si fueran los creadores”.
En una conferencia celebrada ayer en Barcelona en la que el cardenal
López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio de la Familia, habló
sobre “Los grandes retos de la familia y de la vida hoy”, el prelado
aseguró que, a pesar de que siempre ha habido uniones de hecho, “esta
unión, si así podemos llamarla, no tiene mañana, ni promete nada a la
sociedad”. El cardenal considera que hoy en día “se llega incluso a
aceptar la adopción por parte de este tipo de alternativa familiar (la
unión homosexual), que no tiene sustentación fuera del capricho humano”.
Según el cardenal, que estuvo acompañado durante todo el acto por el
arzobispo de Barcelona, monseñor Luis Martínez Sistach, es posible que
diversos estudios planteen ahora resultados positivos sobre la actitud
de los niños adoptados por parejas homosexuales, pero al niño, dijo, “se
le impone esta adopción, no se piensa que se le impone el mismo modelo
de vida que sus padres, y que los niños no saben si están contentos; son
niños, pero ¿y cuando pasen unos años?”. Para el monseñor López
Trujillo, lo primero es “la humanización de la familia, como el comienzo
para humanizarnos nosotros mismos”. La familia es un “patrimonio de la
humanidad, que no pertenece a nadie, ni siquiera a los políticos y
parlamentarios, que quieren establecer sus modelos como si fueran los
creadores”.
El prelado aseguró, además, que “el Estado no puede asfixiar las
sociedades con una falsificación de la democracia”, ya que “la familia
no es sólo un apéndice del Estado y no puede ser tratada como un
objeto”. Para él, “que la familia pueda ser concebida de otra forma es
un cambio muy grande, sin ninguna fundamentación en la cultura”. El
presidente del Consejo Pontificio de la Familia se hizo eco de las
últimas declaraciones de Su Santidad Juan Pablo II sobre algunos
aspectos políticos de España afirmado que, a pesar de no estar al
corriente de las declaraciones del Papa sobre las reformas del Gobierno
español en materia de familia, “lo considera un hombre con un gran valor
y experto en la humanidad, que nos aparta de la situación ilusoria, que
dicen, nos daría la modernidad”.
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