Redacción -
28/01/2005 El periodista e historiador, César
Vidal, presentó ayer su nuevo libro, “Los masones”, en el que intenta
ofrecer una “visión global” y “muy personal” de la masonería desde sus
orígenes hasta la Guerra Civil española. Vidal intenta eliminar la
"leyenda rosada" que en los últimos años ha defendido los "valores
filantrópicos y las causas nobles" de los masones, que "siempre fueron
una sociedad secreta e iniciática, basada en la cosmovisión, en la ayuda
fraternal y en visiones antiguas de la realidad".
César Vidal, periodista e historiador, presentó ayer su nuevo libro,
“Los masones”, editado por Planeta. En él Vidal analiza la historia de
la masonería desde sus orígenes hasta la Guerra Civil española e intenta
con una “visión global” despojar a esta sociedad secreta de la “leyenda
rosa” que en los últimos años defiende “sus valores filantrópicos y sus
causas nobles”. En su obra, a Vidal no se le escapa ningún momento de la
masonería en la historia, desde los “iluminati” y el ocultismo, pasando
por la Revolución Francesa, hasta llegar a la Guerra Civil.
A la pregunta de si son ciertos los rumores de que los masones
rechazaron la entrada del propio Franco en la sociedad masónica, el
autor dijo que su "sensación es que esas afirmaciones son legendarias",
ya que Franco "culpó siempre a los masones de gran parte de los
desastres de España, como la pérdida del imperio a finales del XIX". "La
historia del peso de los masones en el PSOE, antes y después de la
Transición, está aún por escribir ya que no hay perspectiva histórica ni
documentación disponible", recalcó Vidal.
Además, Cesar Vidal reflexiona en el último capítulo de la obra acerca
de que significaría un futuro dominado por la masonería, y en su
opinión, entre otras cosas, "supondría un recorte de libertades para
aquellos que no comulguen con un sistema laico". En concreto, en el
ámbito de la Unión Europea, "que el padre del proyecto de la
Constitución Europea, Giscard d'Estaing, fuera masón influye en que ésta
se base en un modelo no democrático donde la Iglesia y las sociedades
filosóficas no están sujetas a una legislación".
Al periodista e historiador le inquieta que en el preámbulo de la
Constitución Europea se obvie la presencia cristiana, así como que se
contemple la regulación de las llamadas sociedades filosóficas, pues
para él no hay otras que la masonería. Vidal sostiene además que la
Constitución Europea no es democrática, ya que “consagra una forma de
Gobierno no democrática, sino oligárquica, el Parlamento sólo decide en
cosas menores y el Gobierno no queda claro quién lo nombra; no lo
elegimos nosotros, y las decisiones que toma no tienen el control de
nadie”.
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