Redacción -
28/01/2005 El ex embajador de España en el
Vaticano y presidente de la asociación “Europa Laica”, Gonzalo Puente
Ojea, acusó ayer a la Iglesia española de ser una organización
"acostumbrada al trato privilegiado" y que "su actitud belicosa hacia el
Gobierno sólo se explica en términos de juegos de poder". A su juicio,
"la Iglesia hoy en día es un enemigo público".
Según el presidente de la asociación “Europa Laica”, Gonzalo Puente
Ojea, la Iglesia española no tiene motivos para sentirse "acosada" por
el Gobierno de Zapatero. Para él, “la actitud belicosa de la Iglesia
hacia el Ejecutivo sólo se explica en términos de juegos de poder”, a la
vez que asegura que “es una organización acostumbrada al trato
privilegiado”. El ex embajador de España en el Vaticano piensa que hoy
en día “la Iglesia es un enemigo público”.
Para Puente Ojea, hay una serie de medidas, como el matrimonio entre
homosexuales, con la posibilidad de adopción, la supresión de la
religión como asignatura obligatoria, el nuevo trato a protestantes,
judíos y musulmanes o las reformas en la ley del aborto que han creado
una "sensación de vértigo" en la jerarquía eclesiástica porque significa
una pérdida fuerza. "La Iglesia tiene demasiados privilegios y hay que
quitárselos, porque realmente está ejerciendo una acción de desigualdad
sistemática con respecto a las conciencias; pretendiendo que el Estado
beneficie a unas conciencias en contra de otras, y si sigue así, la poca
democracia que tenemos se va a evaporar", argumentó el presidente de
“Europa Laica”
Por otro lado, el ex embajador de España en el Vaticano afirmó respecto
a los planteamientos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, en este contexto político-religioso que éste "se ha rendido
antes de tomar decisión alguna", lo que justificó en el "pasado
religioso” del actual jefe del Ejecutivo. "Zapatero tiene una envoltura
de hombre dialogante, pero realmente es un católico de fondo que está
haciendo un doble juego que no es admisible", concluyó Puente Ojea.
Desde “Europa Laica” se pide que la enseñanza religiosa sea eliminada
del sistema educativo, que se promueva una educación laica y que
Hacienda "se desvincule de la gestión de medios financieros" para las
instituciones religiosas, así como la "inmediata derogación del
concordato de 1979 entre el Estado español y el Vaticano".
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