AQUÍ venimos defendiendo que 'Enfoque', el espacio de Pedro Piqueras en La
2, es el programa de debate que estaba haciendo falta en la televisión
pública. Con muy pocos altibajos, esa opinión se confirma semana tras
semana. Y la mejor demostración vino la otra noche con el debate sobre la
educación a propósito del 'Informe Pisa'. El pasado sábado, 'Informe
Semanal' nos presentaba un reportaje -bastante incompleto- sobre ese
estudio; aquí lo vimos. En plata: lo que 'Pisa' dice es que tenemos la
educación hecha unos zorros. Es un asunto que interesa a todo el mundo. Sin
embargo, la televisión sólo dedica a la enseñanza una atención marginal,
lateral (lo cual quizá forma parte del problema). Lo que hizo Piqueras fue
reunir a voces singularmente autorizadas en la materia y dejarlas hablar
para identificar los problemas y proponer soluciones. Allí estaban
profesores como José Antonio Marina, periodistas como Justino Sinova,
políticos como Eugenio Nasarre (PP) y los representantes de las dos
principales asociaciones de padres, que son la de inspiración católica y la
de inspiración socialista. ¿Y no había nadie del Gobierno? Pues no: la voz
gubernamental la representó la señora Almunia, que no pertenece al Gobierno,
sino al aparato del PSOE. Es obvio que esto fue una laguna en el mapa de los
portavoces, pero habrá que suponer que el Gobierno, por las razones que
fuere, no ha querido estar presente en la discusión.
En todo caso, el debate fue ejemplar: todos los problemas de fondo salieron
a la luz (ausencia de una cultura del esfuerzo, separación entre escuela y
familia, indisciplina, indefensión del profesorado) y también quedó clara la
línea de principio (una línea esencialmente ideológica, doctrinal) que
separa al PSOE y las asociaciones de padres de izquierda, por un lado, y al
resto de la comunidad educativa por el otro. Lo prodigioso es que todo eso
quedó de relieve en una discusión extraordinariamente movida, muy animada,
atractiva y fácil de seguir para cualquier espectador, porque los
participantes, además, hablaron con claridad y sencillez.
Simplemente excelente. Lo único negativo: al debate le faltó una hora más,
como puso en evidencia la intensa participación del público. Piqueras
anunciaba para la semana que viene otro debate sobre las elecciones en Iraq.
Quizá debiera replantearse el propósito: nadie le reprochará un segundo
debate, incluso con los mismos protagonistas, sobre el problema de la
educación. Al fin y al cabo, es nuestro problema principal.