Polémica
28-01-2005

El Gobierno rehuye el enfrentamiento
con la Iglesia pero insiste en las libertades
La vicepresidenta primera del
Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró hoy que las
relaciones del Ejecutivo con la Iglesia "ni han sido, ni son, ni van a
ser" de confrontación, pero que el Gobierno seguirá trabajando "en la
ampliación de derechos y libertades de todos los ciudadanos".
En la conferencia de prensa al término de la reunión
del Consejo de Ministros, Fernández de la Vega respondió así al ser
preguntada por las relaciones del Ejecutivo con la Iglesia tras la
polémica creada por el discurso del Papa y la posterior reunión del
Nuncio con responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores.

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Respeto a la Iglesia
El Vaticano aseguró ayer que desea que las relaciones
con el Gobierno español sean fructíferas, pero mantuvo con firmeza que
el discurso del Papa a los obispos españoles se corresponde con la
realidad e invitó al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero a que lo relea
"todo" minuciosamente.
En respuesta, la vicepresidenta expresó el "respeto absoluto a las
posiciones y a las manifestaciones que se puedan hacer en el ámbito de
la Iglesia", pero subrayó que ello "no significa que el Gobierno no vaya
a seguir trabajando también, como lo ha hecho hasta ahora, en la
ampliación de derechos y libertades de todos los ciudadanos".
Libertad religiosa
Explicó que las relaciones entre ambas instituciones
están reguladas en el Concordato de 1979 que sigue en vigor y subrayó
que el Gobierno va a "seguir trabajando en la misma línea de respeto" y
de "fomentar, como nunca se había hecho en este país, la libertad
religiosa, la libertad de culto de todos y cada uno de los ciudadanos en
este país".
En opinión del Ejecutivo, "en este país hay muchísimo nivel de libertad
religiosa, de libertad de culto" afirmó De la Vega, quien precisó que la
reunión entre el Nuncio y el subsecretario de Asuntos Exteriores se
produjo a consecuencia de la "extrañeza" que causaron determinadas
partes del discurso de Juan Pablo II a los obispos españoles.
No obstante, subrayó que "nuestras relaciones con la Iglesia ni han
sido, ni son, ni van a ser, relaciones de confrontación".
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