Fueron sólo diez minutos los que el Papa Juan Pablo II pudo dedicar al
obispo de Santander, José Vilaplana. Pero ese breve plazo de tiempo fue
suficiente para que el sucesor de Pedro, pese a sus limitaciones físicas,
infundiera nuevos bríos al prelado cántabro y se interesara por conocer los
pormenores del monasterio de Santo Toribio donde se custodia el 'Lignun
Crucis' y los principales santuarios cántabros.
«Ha sido un encuentro muy entrañable, muy emotivo y muy directo con él»,
confió Vilaplana por teléfono al Obispado al concluir el encuentro, según
informaron ayer fuentes de la Diócesis.
El obispo aseguró que había encontrado al Papa «muy bien pese a sus
limitaciones» y muy receptivo. «El Santo Padre se mostró sorprendido por el
elevado número de parroquias que conforman nuestra Diócesis y se interesó
por los santuarios de nuestra tierra». Una circunstancia que aprovechó el
prelado para recordarle que en Liébana y en concreto en el monasterio de
Santo Toribio que gestionan los franciscanos se guarda la reliquia mayor del
'Lignun Crucis.
El Papa Juan Pablo II, según destacó monseñor Vilaplana repitió el nombre de
Santo Toribio, «como muestra de la importancia de este lugar santo». El
pastor de la Diócesis cántabra además de trasladarle un saludo cariñoso en
nombre de todos los fieles católicos de Cantabria, informó también al Papa
de que la Iglesia local está celebrando un Año Santo y Mariano para
conmemorar el 250 aniversario de la creación de la Diócesis de Santander,
tras su segregación de la de Burgos y los 400 años de la aparición de la
Bien Aparecida, patrona de Cantabria.
El Papa insistió al obispo en el Encuentro de Jóvenes que celebrará este
verano en Colonia (Alemania) y el obispo se comprometió a animar a la
juventud cántabra a participar en ese evento que reunirá a chicos y chicas
de todos los continentes.
Obsequio
Juan Pablo II regaló al obispo una cruz pectoral «He notado que el Papa
siente mucha alegría y que quiere y se interesa mucho por la gente. Nos ha
animado a los obispos porque sabe que estamos viviendo un momento delicado
en el que trasmitir la fe es más difícil y, sobre todo, ha deseado
manifestarnos su coraje y su entrega».
Durante esta semana efectuaron la visita 'Ad Limina' los obispos de la
región eclesiástica de la Archidiócesis de Oviedo, a la cual pertenecen la
diócesis de Santander y las de Astorga y León.