SANTUARIO. Edificio que alberga a la comunidad de dominicos de Las
Caldas de Besaya. / CAVIA
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La causa relativa a la beatificación de nueve dominicos del Santuario de Las
Caldas de Besaya, cinco padres y cuatro hermanos, además de otros cinco
religiosos de Montesclaros, todos ellos asesinados durante la guerra civil,
se encuentra en fase terminal, a la espera de que la Congregación de las
Causas de los Santos, a indicación del Santo Padre, Juan Pablo II, señale la
fecha para esa beatificación, según explicó el padre Alberto González
Fuente, dominico del Santuario Mariano de Los Corrales de Buelna.
La causa de beatificación ya fue aprobada y su confirmación depende de una
causa mayor, que engloba a cerca de una treintena de religiosos de todo el
Norte de España.
El siguiente paso será la reunión de la Comisión de Consultores y la
elección de la fecha, una fecha que difícilmente podrá ser dentro de este
año, a pesar del deseo de los dominicos de Las Caldas de Besaya, que
celebran en 2005 sus 400 años de presencia en Los Corrales de Buelna.
Siempre han luchado por la culminación de ese proceso. De hecho, el que fue
Prior Conventual de Las Caldas de Besaya hasta su fallecimiento en 2002, el
padre Felipe María de Castro, fue uno de los principales vicepostuladores de
las causas relativas a todos esos religiosos, un proceso informativo
diocesano que arrancó en los años 60.
Ahora, un hermano del padre Alberto González, participa en esa causa desde
Roma.
Se trata de un proceso llamado oficialmente de Canonización, al ser lo que
finalmente se persigue, a pesar de que la etapa previa sea la de
beatificación.
«Las diferencias entre una y otra son muchas. En la canonización, por
ejemplo, el Papa actúa desde la infalibilidad que le da su condición. En los
procesos de beatificación, en cambio, no interviene tanto el Santo Padre. De
modo un tanto profano se podría decir que la beatificación supone menos
exigencias, a pesar de que los trámites son largos y trabajosos,
especialmente en la investigación que hay que cumplimentar para llegar a ese
punto, una fase que ya está concluida», según el padre Alberto.
Bien es cierto que en las causas de los dominicos cántabros esa fase se basa
en la necesidad de probar el martirio, procesos que suelen ser más rápidos,
ya que se entiende que el milagro está en la fidelidad a la fe, el
sometimiento a la muerte por causa de la fe, probada, según la causa, en el
caso de los dominicos de Las Caldas de Besaya y Montesclaros, explicó.
Ahora, solo resta esperar ante la intención de la Santa Sede de beatificar a
todos los mártires del 36 en España.
Para ello existe una exigencia previa, la realización de un trámite
denominado la Positio.
Investigación
El proceso se inicia con una investigación en la que se entresaca de cada
testigo lo fundamental, aquello que prueba lo que se persigue. Hay que
estudiar cada testigo, su procedencia, vinculación con el mártir,
familiaridad, conocimiento, declaración. Ese sumario, una vez aprobado, da
paso a la Informatio, visión de vida de los religiosos, de la situación
social, de familia, las causas por la que se sigue el proceso, su muerte.
Toda esa fase, ya concluida en la causa cántabra,
constituye la Positio.
Culminada la Positio por la Congregación de las Causas de los Santos, se
somete a su aprobación definitiva con el voto de los cardenales que
intervienen en el caso.
A partir de ahí, el Papa se pronunciará y decretara la fecha de la
beatificación, una decisión que no parece que en el caso de los dominicos
cántabros sea este año.
Con la Constitución Immensa Aeterni Dei, del 22 de enero de 1588, Sixto V
creó la Sagrada Congregación de los Ritos y le confió la tarea de regular el
ejercicio del culto divino y de estudiar las causas de los santos.
Pablo VI, con la Constitución Apostólica Sacra Rituum Congregatio, del 8 de
mayo de 1969, dividió la Congregación de los Ritos, creando así dos
Congregaciones, una para el Culto Divino y otra para las Causas de los
Santos.
Con la misma Constitución de 1969, la nueva Congregación para las Causas de
los Santos tuvo su propia estructura.
La Constitución Apostólica Divinus perfectionis magister, del 25 de enero de
1983, y las respectivas Normae servandae in inquisitionibus ab episcopis
faciendis in causis sanctorum, del 7 de febrero de 1983, dieron lugar a una
profunda reforma en el procedimiento de las causas de canonización y a la
reestructuración de la Congregación, a la que se le dotó de un Colegio de
Relatores, con el encargo de preparar cada causa.
Juan Pablo II, con la Constitución Apostólica Pastor Bonus, del 28 de junio
de 1988, cambió la denominación a Congregación para las Causas de los
Santos.
El equipo de personas que la forman, además del Pro-Prefecto de la
Congregación, está formado por cardenales, arzobispos y obispos, seis
relatores, 71 consultores y un Promotor de la Fe, lo que se conoce
popularmente como el Abogado del Diablo.
La Congregación prepara todo lo necesario para que el Papa pueda proponer
nuevos santos. Después de aprobar los resultados de la investigación sobre
los milagros, martirio y virtudes heroicas de los encausados, el Santo Padre
procede a las canonizaciones o beatificaciones indicadas en la fecha fijada
para su ratificación.