Un químico estadounidense que examinó la Sábana Santa, considerada por
algunos creyentes la mortaja en la que fue envuelto Jesucristo, dijo que
nuevos análisis de la tela indican que podría tener hasta unos 3.000 años de
antigüedad.
Raymond N. Rogers, un químico que formó parte del equipo original que en
1978 examinó diminutos fragmentos de la tela, aseguró que un nuevo análisis
indica que el sudario de Turín sería mucho más antiguo de lo que se
determinó en los exámenes iniciales, cuando se sugirió que provenía de la
Edad Media.
«No puedo desmentir (la afirmación) de que esa tela fue la mortaja con que
enterraron a Jesús», indicó Rogers, un químico jubilado del Laboratorio
Nacional de los Alamos, en Nuevo México.
Los análisis químicos indican «que era un sudario real, que las manchas de
sangre eran de sangre verdadera, y que la tecnología usada para fabricar la
pieza de tela era exactamente la de esa época, según lo informó Plinio el
Viejo», indicó Rogers. «Se trata de un sudario» de alrededor del año 70 de
la era cristiana, «pero no podrá determinarse (a través de la ciencia) si
fue usado en una persona llamada Jesús», dijo Rogers.
El científico dijo que un científico que asesora al cardenal de Turín le
proporcionó fragmentos de fibras de una muestra de radiocarbono antes de ser
distribuidas para determinar su antigüedad.