Redacción -
04/01/2005 El Papa Juan Pablo II envió un Mensaje
al arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, con
motivo de la clausura del Año Santo Jacobeo. En él afirma que la
manifestación de piedad del Año Santo debe “ayudar a los católicos
españoles a renovar el vigor apostólico de su fe” ya que, según el
Pontífice, “la fe en Jesucristo y la devoción a la Virgen María han
sido, y siguen siendo, referencias fundamentales en la vida de los
españoles y han enriquecido su identidad y sus costumbres”.
Juan Pablo II envió el arzobispo de Santiago, monseñor Julián
Barrio, un Mensaje en el que destaca que “la fe en Jesucristo” ha sido
siempre un “referente” en la vida de los españoles y “ha enriquecido su
identidad y sus costumbres”. Una fe, ha afirmado Juan Pablo II en su
mensaje, de la que “nacieron los criterios morales que han configurado
la vida de la sociedad hasta nuestros días”. Sin embargo, el Papa
reconoce que “hoy España y toda Europa necesitan recuperar la conciencia
de su identidad” e insiste en que la peregrinación jacobea es un
“patrimonio espiritual fundamental”.
El Papa Juan Pablo II ha repetido en numerosas ocasiones: “¡España, sé
tú misma, descubre tus orígenes!”. Sin embargo, “las dificultades que
podáis encontrar para transmitir el Evangelio de Cristo, lejos de
debilitar vuestra esperanza han de ser motivo de fidelidad y unidad,
ocasión para dar un testimonio público y coherente”. Así, considera el
Pontífice, “tendréis fuerza y credibilidad para defender el respeto a la
vida en todas sus etapas, la educación religiosa de vuestros hijos, la
protección del matrimonio y de la familia y el valor social de la
religión cristiana”.
Juan Pablo II ha iniciado el año 2005 con un llamamiento a todos los
hombres para que “renueven su compromiso decidido a construir la paz”, a
través de instrumentos como el diálogo, la justicia y la educación para
el perdón. En el día en que la Iglesia celebraba la Jornada Mundial de
la Paz, el Santo Padre recordó en su homilía el lema elegido para este
año, el año de la Eucaristía: “No te dejes vencer por el mal, vence el
mal con el bien”. El Papa recordó a los afectados por del reciente
terremoto en el sudeste asiático y del terrorismo y dio palabras de
aliento y consuelo para las familias de las víctimas.
Juan Pablo II dirigió un saludo muy especial a los representantes
diplomáticos de los países «particularmente golpeados en estos días por
el enorme cataclismo que se ha abatido sobre ellos», provocando unos
150.000 muertos, según previsiones de la ONU. Después de la misa,
durante el rezo del Ángelus junto a los más de 40.000 peregrinos
reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre felicitó
el nuevo año en diversas lenguas y volvió a elevar su oración por las
víctimas de la catástrofe y por sus familiares, y aplaudió “la carrera
de solidaridad que se está desarrollando en todas las partes del mundo”.
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