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Servicio diario -
11 de febrero de 2005


Santa Sede
Juan Pablo II sigue por televisión la misa en la Jornada Mundial del Enfermo
Diario vaticano sobre el Papa: «El timón está siempre en sus manos»
El Papa escribe una carta para agradecer las atenciones recibidas en el hospital
El arzobispo de Tours sustituye al cardenal Lustiger como arzobispo de París
Los 76 años de los Pactos Lateranenses subrayan la laicidad, no el laicismo
Monseñor Fernández Hurtado, nuevo obispo de Tuxtepec (México)
El padre García Peláez, obispo auxiliar de Cali (Colombia)

Mundo
Jornada Mundial del Enfermo: El enviado papal visita a enfermos de sida en Camerún
Francia: Disminuyen los bautismos de niños; aumentan los de adultos
El semanario católico «Alba» amplía contenidos

Entrevista
Los guardaespaldas del Papa

Espiritualidad
Predicador del Papa: Con Cristo nada ni nadie puede dañarnos... si nosotros no lo deseamos

 




 


Santa Sede



Juan Pablo II sigue por televisión la misa en la Jornada Mundial del Enfermo
Pide a los enfermos que recen por él y por su ministerio

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II siguió en la tarde de este viernes por televisión la misa que convocó a peregrinos, enfermos y voluntarios que les atienden en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

La celebración eucarística, en el día de la Virgen de Lourdes, Jornada Mundial del Enfermo, fue presidida por el cardenal Camillo Ruini, obispo vicario para la diócesis de Roma, quien leyó durante la homilía un mensaje enviado por el Papa a los enfermos presentes en el que pidió que rezaran por él.

«El Papa cuenta mucho con el valor de vuestras oraciones y de vuestros sufrimientos: ofrecedlos por la Iglesia y por el mundo, ofrecedlos también por mí y por mi misión de pastor universal del pueblo cristiano», afirmaba el Santo Padre en la misiva leída por el cardenal Ruini, quien es también presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

Los participantes en la eucaristía respondieron a la invitación presentada por la UNITALSI (Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y Santuarios Internacionales) y la Obra Romana de las Peregrinaciones.

En este viernes, fiesta en el Vaticano, pues se celebraba el aniversario de los Pactos Lateranenses, con los que hace 76 años se instauró la Ciudad Estado del Vaticano, el Papa pasó la jornada en su apartamento.

Durante la homilía, el cardenal Ruini afirmó como respondiendo a la petición que hacía el Papa a los enfermos: «Al Santo Padre, que nos ve y escucha a través de la televisión, queremos responder con nuestro afecto y nuestra gratitud».

«Queremos asegurar al Santo Padre nuestra oración confiada y humilde», subrayó.

En el mensaje leído por el purpurado italiano, el Papa recordó que el sufrimiento humano «no es nunca inútil», sino más bien precioso, «pues comparte misteriosa pero realmente la misión salvífica del Hijo de Dios».

Por último, el Papa manifestó su cercanía espiritual a los pueblos de África, continente que ha acogido en Yaoundé, Camerún, las celebraciones centrales de la Jornada Mundial del Enfermo con el lema: «Jesucristo, esperanza para África - juventud, salud y sida».
ZS05021109

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Diario vaticano sobre el Papa: «El timón está siempre en sus manos»
Titulo de primera página para comentar su regreso al Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- «El timón está siempre en sus manos» son las palabras del título que destaca en toda la primera página de la edición diaria italiana de este sábado de «L'Osservatore Romano» para informar sobre el regreso de Juan Pablo II al Vaticano tras nueve días de hospitalización.

Al comentar la salida del Policlínico Agostino Gemelli y la llegada al Vaticano en «papamóvil», en la noche de este jueves, el periódico de la Santa Sede constata ante todo cómo los habitantes de la ciudad eterna se echaron a las calles para ver pasar al pontífice, que les bendijo a su paso.

«Quien reza tiene en las manos el timón de la historia», añade la nota de Giampaolo Mattei, citando las palabras de un padre de la Iglesia en las que --según el columnista de «L'Osservatore Romano»-- se condensa «la realidad que está constatando el mundo, en particular en estos momentos».

«Juan Pablo II, hombre de oración y totalmente abandonado en la voluntad de Cristo y en los brazos de la Madre, a través del sufrimiento hecho oración, manifiesta a la humanidad que su mano rige el timón», subraya.

«La experiencia de la enfermedad y de la fragilidad es hoy una condición ocultada, es considerada como una dimensión débil de la vida y se tiende a percibirla como una mortificación inaceptable. Juan Pablo II, con la fuerza del hombre de Dios y del testigo de la Verdad de Cristo, trastoca esta idea dominante», señala.

«Testimonia el gran valor salvífico del dolor cristianamente vivido --concluye--. Desde la aurora de su pontificado ha pedido a los enfermos que apoyen su misión petrina con sus oraciones: el misterio de la redención del mundo está sorprendentemente arraigado en el sufrimiento y éste, a su vez, encuentra en él su supremo y más seguro punto de referencia».
ZS05021108

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El Papa escribe una carta para agradecer las atenciones recibidas en el hospital
La entregó antes de regresar al Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- Al abandonar este jueves el Policlínico Agostino Gemelli, Juan Pablo II entregó una carta para dar las gracias por los cuidados de las personas que le han atendido en estos nueve días de hospitalización.

«He podio experimentar y admirar una vez más la cuidadosa solicitud y la elevada profesionalidad de los médicos, de los enfermeros y de todo el personal sanitario», reconoce el Santo Padre.

La misiva del Papa se dirige al rector de la universidad Católica del Sagrado Corazón, de la que depende el Gemelli, el profesor Lorenzo Ornaghi.

Tras mencionar con nombres y apellidos a los médicos que le han atendido, el Santo Padre asegura sus oraciones «para que el Gemelli pueda seguir fielmente el apreciado y encomiable servicio que ofrece a tantos enfermos y a sus familias, uniendo siempre a la competencia médica y profesional el espíritu evangélico que desde el inicio ha caracterizado a esta importante institución eclesial».

El Papa concluye asegurando sus oraciones por toda la comunidad universitaria y los hospitalizados en el Gemelli, «en especial» por los «niños, a quienes he experimentado particularmente cerca en estos días».
ZS05021105

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El arzobispo de Tours sustituye al cardenal Lustiger como arzobispo de París
Monseñor Vingt-Trois, conocido especialista en temas éticos y familiares

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral del cardenal Jean-Marie Lustiger por razones de edad y ha nombrado como sucesor a monseñor André Vingt-Trois, hasta ahora arzobispo de Tours, según anunció este viernes la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Monseñor Vingt-Trois, nacido hace 62 años en París, es conocido en Francia como experto en teología moral (tema en el que se licenció en el Instituto Católico de París), particularmente en temas que se refieren al respeto de la vida y a la familia.

Es presidente de la Comisión de la Familia de la Conferencia Episcopal Francesa (desde 1998) y miembro del Consejo Pontificio para la Familia. Trabajó muy de cerca junto al cardenal Lustiger, en particular de 1988 a 1999, cuando era obispo auxiliar de la capital francesa. Desde 1999 es arzobispo de Tours.

A los temas familiares ha dedicado buena parte de sus numerosos libros, en concreto el primero, «La cohabitación juvenil» («La cohabitation juvénile», 1978, Le Chalet), y el último ,«La familia, 15 preguntas a la Iglesia» («La famille, 15 questions à l'Eglise», 2003, Plon Mame).

El cardenal Lustiger, nacido hace 78 años en el seno en una familia judía de origen polaco (su madre murió en Auschwitz), se bautizó a los catorce años. Entre otras cosas, su ministerio se ha caracterizado por la promoción del diálogo con los judíos.

Fue nombrado arzobispo de París por Juan Pablo II en 1981, después de haber sido obispo de Orleáns, y creado cardenal en 1983. En la guía de París, Lustiger se ha caracterizado por su gran carisma personal --ha sido para los medios de comunicación el «rostro» de la Iglesia católica en estas décadas--.

Ha fundado además «Radio Notre-Dame» y el canal de televisión católico «KTO». Ha potenciado asimismo la «Ecole Cathédrale» (Escuela Catedral) para la formación teológica según el magisterio tanto del clero como en particular de laicos.

Monseñor Vingt-Trois tomará posesión de su sede el 5 de marzo en la catedral de Notre-Dame de París.

Al hacerse público su nombramiento, el arzobispo electo de París ha enviado una misiva en la que reconoce que su nombramiento «es pesado de aceptar» (est lourde à accepter) por lo que pide oraciones.

Dirigiéndose a los fieles de la archidiócesis que ha guiado durante seis años, Tours, reconoce implícitamente el estilo de su episcopado cuando señala: «he tratado de encontrarme con vosotros lo más posible».

La archidiócesis de París, erigida en el siglo III, cuenta con 2.116.000 habitantes de los cuales el 60% son católicos. Son atendidos por 1.339 sacerdotes (576 diocesanos y 763 religiosos). Cuenta, además con 951 diáconos permanentes, 340 religiosos no sacerdotes, 2.486 religiosas, y 126 parroquias.
ZS05021102

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Los 76 años de los Pactos Lateranenses subrayan la laicidad, no el laicismo
Según un análisis de «L'Osservatore Romano»

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- Los 76 años de la firma de los Pactos Lateranenses, que dieron origen a la institución del Estado de la Ciudad del Vaticano, celebrados este viernes, demuestran la fecundidad de las relaciones Iglesia-Estado cuando están guiadas por la «laicidad» y no por el «laicismo», considera «L'Osservatore Romano».

El diario de la Santa Sede publica en su primera página de la edición italiana diaria del 11 de febrero un análisis sin firma sobre la evolución de las relaciones entre política y religión en estas más de siete décadas.

El diálogo que surgió entre el Estado italiano y la Iglesia católica, truncado por la «cuestión romana» de 1870 --a causa de la anexión de los territorios pontificios-- «no sólo no pone en discusión el valor de la laicidad, sino que más bien lo articular en el ámbito nacional y europeo», opina el diario vaticano.

La laicidad correctamente entendida «no es indiferencia del Estado, sino salvaguarda de la libertad de religión, en régimen de pluralismo confesional y cultural», afirma citando textualmente una sentencia de la Corte Constitucional Italiana (1989, 203).

La laicidad, aclara, «no equivale a neutralidad del Estrado, el cual, por el contrario, en el respeto de la libertad de todos, está llamado a promover también los valores religiosos presentes en la sociedad que enriquecen y favorecen el bien y la convivencia de los ciudadanos», explica «L'Osservatore Romano».

«Gracias a este diálogo abierto, transparente y regular entre comunidad civil y eclesial, se reconocen y promueven la libertad religiosa y la libertad de la Iglesia. Ésta, por su parte, puede ofrecer de este modo una preciosa contribución a la sociedad», asegura el diario.

«No hay que temer que la libertad religiosa, una vez reconocida para la Iglesia católica, interfiera en el campo de la libertad política y de las competencias propias del Estado. La Iglesia sabe distinguir bien, como es su deber, lo que es del César y lo que es de Dios», asegura.

La Iglesia «coopera en el bien común de la sociedad, porque rechaza la mentira y educa para la verdad; condena el odio y el desprecio e invita a la fraternidad; promueve siempre por doquier --como es fácil reconocer por la Historia-- las obras de caridad, las ciencias y las artes».

« La Iglesia quiere solamente libertad para poder ofrecer un servicio válido de colaboración con cada instancia pública y privada, preocupada por el bien del hombre», concluye citando el reciente discurso de Juan Pablo II al cuerpo diplomático (ZENIT.org10 de enero de 2005).

A partir del 11 de febrero de 1929, en que tuvieron lugar los Pactos Lateranenses, la Santa Sede ha entablado relaciones diplomáticas plenas con 174 países.
ZS05021104

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Monseñor Fernández Hurtado, nuevo obispo de Tuxtepec (México)


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II nombrado nuevo obispo de Tuxtepec (México) a monseñor José Antonio Fernández Hurtado, hasta ahora vicario general de la diócesis de Tula, según anunció este viernes la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Sustituye en el gobierno pastoral de la diócesis a monseñor José de Jesús Castillo Rentería, M.N.M., quien presentó su renuncia al Santo Padre por motivos de edad.

Monseñor José Antonio Fernández Hurtado nació el 2 de diciembre de 1952 en Morelia. Estudió en el seminario menor de Tula, en 1966 y después en el seminario de Montezuma, en los Estados Unidos, durante dos años. Continuó luego los estudios eclesiásticos en el seminario interregional de Tula.

De 1986 a 1989 estudió en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, donde se licenció en pastoral juvenil y catequesis.

Recibió la ordenación sacerdotal el 14 de octubre de 1978, en la diócesis de Tula, donde fue coordinador diocesano de la pastoral vocacional (1979-1986), y de la pastoral juvenil (1980-1983), rector del seminario menor (1989-1996), secretario canciller de la curia diocesana y al mismo tiempo coordinador diocesano de la Comisión para el clero (1990-1994).

En estos momentos es profesor de teología pastoral en el seminario mayor, vicario general de Tula y, desde 1996, párroco de la catedral.

La diócesis tiene 689.000 habitantes, de los que el 91.4% son católicos, asistidos por 36 sacerdotes (26 diocesanos y 10 religiosos), 17 diáconos, 10 religiosos no sacerdotes, 24 religiosas y 27 parroquias.
ZS05021110

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El padre García Peláez, obispo auxiliar de Cali (Colombia)


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Cali (Colombia) al padre Julio Hernando García Peláez, del clero de la diócesis de Pereira y en la actualidad Párroco de la Catedral de la misma Iglesia particular, según informó este viernes la Sala de Prensa de la Santa sede.

El Padre Julio Hernando García nació en el Municipio de Anserma (Caldas), el 26 de julio de 1958. Realizó sus estudios, tanto de primaria como de secundaria, en instituciones educativas de su pueblo natal.

En 1978, ingresó al Seminario Mayor de Manizales, en donde cursó el primer año de filosofía. Una vez fue fundado el Seminario Mayor de Pereira, en 1979, se trasladó a este nuevo centro de formación sacerdotal; allí concluyó el ciclo filosófico y realizó dos años de Teología.

Posteriormente, fue enviado a Roma para concluir sus estudios de Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Al término de los mismos, adelantó la Licenciatura en Teología Patrística. Ya presbítero, llevó a cabo algunos estudios de especialización en Derechos Humanos en la Universidad del Quindío.

Recibió la ordenación sacerdotal en Roma, de manos de Juan Pablo II, el 2 de junio de 1985, y quedó incardinado en la Diócesis de Pereira.

Durante los casi 20 años de ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes cargos: canciller de la diócesis de Pereira y vicario parroquial de la Catedral (1986-1992); rector del Seminario Mayor «María Inmaculada» de la diócesis de Pereira (1992-2001); vicario de Pastoral de la diócesis (2002-2003), párroco de la catedral.

También se ha desempeñado como Profesor de la Universidad Católica Popular de Risaralda, delegado para la Pastoral Universitaria (1989) y delegado para la Pastoral con las personas de la tercera edad (1992).

El arzobispo de Cali es monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo, C.I.M., quien sustituyó a monseñor Isaías Duarte Cancino asesinado el 16 de marzo de 2002.

La archidiócesis de Cali cuenta con 2.265.000 habitantes de los cuales el 85.0% son católicos, asistidos por 288 sacerdotes (142 diocesanos y 146 religiosos), 17 diáconos, 188 religiosos no sacerdotes, 781 religiosas y 138 parroquias.
ZS05021111

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Mundo



Jornada Mundial del Enfermo: El enviado papal visita a enfermos de sida en Camerún
Este año las celebraciones centrales han tenido lugar en Yaoundé

YAOUNDÉ, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- La XIII Jornada Mundial del Enfermo comenzó este viernes en Yaoundé (Camerún), donde en este año tienen lugar las celebraciones centrales, con la visita a los hospitales por parte del enviado papal, el cardenal Javier Lozano Barragán.

El presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud estaba acompañado por personalidades religiosas, así como por científicos, médicos, y delegados de muchas organizaciones de lucha contra el sida que han participado en esta cumbre.

En este país, el 5,5 por ciento de las personas hospitalizadas han quedado infectadas por el virus del sida, según informa el padre Joseph Ballong, quien ha cubierto el acontecimiento para «Radio Vaticano».

En la tarde, el cardenal Lozano presidió en el Santuario Mariano de Mvolyé la solemne concelebración eucarística con la conmovedora unción de los enfermos.

«Jesucristo, Esperanza para África - Juventud, Salud y SIDA» es el tema sobre el que ha girado esta Jornada del Enfermo por decisión de Juan Pablo II.

Con este motivo, el obispo de Roma escribió un Mensaje en el que asegura que «todos deben sentirse implicados en la lucha contra el sida»

Para combatir «responsablemente» el sida, el Santo Padre considera que «es necesario aumentar la prevención mediante la educación que respete el valor sagrado de la vida y la formación de una correcta práctica de la sexualidad».

«En efecto, si son numerosas las infecciones por contagio a través de la sangre sobre todo durante el embarazo --infecciones que se deben combatir con denodado empeño-- lo son mucho más aquellas que tienen lugar por vía sexual y que se pueden evitar sobre todo a través de una conducta responsable y la observancia de la virtud de la castidad», afirma el mensaje pontificio.

El miércoles y el jueves, la Jornada se preparó con dos simposios que tenían por objetivo analizar respectivamente la situación de la pastoral sanitaria en África y los aspectos doctrinales y científicos de la enfermedad del sida.

«De las intervenciones de los 26 países africanos representados y de las 21 conferencias episcopales presentes emerge que la pobreza es una de las causas que agravan el impacto de la enfermedad del sida en África», explica el padre Ballong en su síntesis.

«La Iglesia se ha puesto al servicio de los pobres y los que sufren, a través de centros sanitarios que ofrecen tratamientos a los enfermos, consejos, apoyo y asistencia moral y espiritual», indica.

«El gran desafío que hay que afrontar es el de la falta de medios financieros y de personal cualificado, así como la misma carencia de centros sanitarios», añade.

Por lo que se refiere a los aspectos doctrinales y científicos, en Yaoundé se subrayó la urgencia de la educación en la prevención del sida, tarea que puede forma parte de «un nuevo modo de evangelizar y de anunciar a Jesucristo por parte de la Iglesia, sobre todo ante los jóvenes», concluye.

Juan Pablo II instituyó en 1992 la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, en un lugar diferente cada año.
ZS05021107

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Francia: Disminuyen los bautismos de niños; aumentan los de adultos
Publicada la «Guía 2005 de la Iglesia católica en Francia», una radiografía estadística

PARÍS, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- En el mismo día en el que Juan Pablo II nombraba al nuevo arzobispo de París, en la capital francesa se presentaba la «Guía 2005 de la Iglesia católica en Francia», en la que se hace una radiografía estadística del catolicismo en este país.

Según el volumen, realizado bajo la dirección de monseñor Stanislas Lalanne, secretario general de la Conferencia Episcopal de Francia, en estos momentos menos de la mitad de los niños franceses son bautizados.

En 2001, último año del que se ofrecen números, fueron bautizados 372.839 niños de menos de siete años (en 1992 habían sido 434.718). En ese mismo año en el país se dieron 774.800 nacimientos, según la síntesis que ha presentado de esta guía la agencia AFP.

186.586 niños hicieron su primera comunión en 2001, mientras que en 1992 habían sido 260.946.

La «Guía» cita datos estadísticos de un sondeo del 21 de marzo de 2003 (encargado por CSA-La Vie-Le Monde), según el cual, el 62% de los franceses son católicos, de los cuales el 12% practican regularmente su religión y el 15% de manera esporádica. Según esta fuente, el 6% de los franceses son musulmanes, el 2% protestantes, y el 1% judíos.

A este fenómeno se le está contraponiendo el aumento del número de bautismos de adultos (más de siete años de edad), que en el último año analizado por la guía fueron 18.826.

De los 295.882 matrimonios civiles que tuvieron lugar en Francia en 2001, 118.087 quedaron unidos también por el sacramento del matrimonio (en 1992 fueron 137.567). El 12% afectaban a «parejas mixtas» en la que uno de los cónyuges no es católico.

En estos momentos hay 24.000 sacerdotes en actividad en Francia, una cifra que podría dividirse por tres dentro de diez años, a causa de la elevada edad media del clero. En 2002 se ordenaron 132 nuevos sacerdotes. Hay además 1.749 diáconos, la mayoría permanentes.

Francia cuenta con el servicio de 9.524 religiosos y 46.007 religiosas. Más de 6.000 franceses (sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos) son misioneros fuera de su país en África, América Latina y Asia. Unos 1.000 sacerdotes extranjeros y más de 3.000 religiosas realizan su misión en Francia.

En estos momentos hay siete cardenales franceses: cinco de ellos son electores, por no haber cumplido los ochenta años de edad y tres de ellos trabajan en la Curia romana (Roger Etchegaray, Paul Poupard y Jean-Louis Tauran).

La Iglesia católica en Francia dirige 8.719 escuelas en las que estudian más de dos millones de alumnos. Más de 35.000 estudiantes estudian en universidades o institutos superiores católicos.

El «Secours catholique» (la Cáritas francesa) es una de las instituciones de ayuda más importantes y dinámicas del país.

Las diferentes colectas de las que se financia la Iglesia aportan anualmente unos 317 millones de euros.
ZS05021103

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El semanario católico «Alba» amplía contenidos
«La demanda de los lectores católicos ha superado nuestras expectativas»

MADRID, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org-Veritas).- El semanario católico «Alba», del Grupo Intereconomía, comienza esta semana una nueva etapa ampliando el número de páginas y más contenidos, según informó esta publicación.

El motivo de la ampliación es, según sus responsables, los buenos resultados obtenidos en los tres meses de existencia de «Alba».

Según explicó a «Veritas» el actual director, Rafael Miner, «desde que se lanzó «Alba» a nivel nacional el pasado mes de octubre, en tres meses ha cumplido los objetivos planteados para todo el primer año, que era el llegar a una media de difusión de 8.500 ejemplares, con lo que hemos anticipado el año dos previsto en el Plan de Negocio».

Miner afirmó que actualmente la difusión de «Alba» «es de unos 15.000 ejemplares», y que la intención ahora es «llegar en octubre a superar los 20.000 ejemplares».

Según Miner, la demanda «ha sido espectacular y ha superado todas las previsiones», y en su opinión se debe a que muchos católicos «no ven reflejados en otros medios sus convicciones ni satisfechas sus necesidades informativas».

La nueva etapa de «Alba» supondrá, según sus responsables, «más páginas, más información, más secciones y más color», con lo que se asemejará más «a un periódico de información general».

«Nuestro semanario es de información general aunque de perspectiva claramente católica. No pretendemos absolutamente representar la identidad institucional de la Iglesia ni monopolizar la interpretación de lo católico, porque entre los católicos españoles hay muchas sensibilidades, carismas y puntos de vista. Simplemente ponemos una perspectiva católica a los acontecimientos actuales», añadió Miner.
ZS05021112

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Entrevista



Los guardaespaldas del Papa
Decenas de hombres, de diferentes nacionalidades

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- No sólo los ángeles de la guarda velan por la seguridad de Juan Pablo II, también lo hacen «seres humanos, hombres de carne y hueso» explica a Zenit Glauco Benigni, autor de un libro dedicado a investigar cómo funciona la seguridad del Santo Padre.

«Los ángeles de la guarda del Papa», («Gli angeli custodi del Papa» Utet), recién publicado en Italia, presenta el perfil de estos «ciudadanos del Vaticano, guardias suizos, policías italianos y de las naciones tocadas por sus viajes», así como las «estructuras de inteligencia, de espionaje y de contraespionaje», implicadas.

Glauco Benigni, dirigente de estrategias tecnológicas del canal público de la televisión italiana RAI, publica por primera vez una investigación sobre este mundo secreto.

--¿Hasta que punto podemos saber quiénes son los «guardaespaldas» del Papa, profesión esencialmente oculta?

--Glauco Benigni: La seguridad personal del pontífice depende de muchos «niveles» y se organiza según las múltiples áreas de su permanencia y tránsito. Ante todo, hay que aclarar que nos encontramos ante un nivel visible yante otro invisible. Los miembros del primer nivel no son definibles como «secretos», aunque sin duda son «muy discretos».

En cambio, los del nivel invisible están claramente ocultos y, por tanto, hablar de ellos es inapropiado e imposible.

El nivel visible consta de tres grandes áreas. Dentro de la Santa Sede están su guardia de cuerpo personal --los guardias suizos--, y la Gendarmería Vaticana (heredera de la Guardia Noble y de la Guardia Palaciega de los estados pontificios).

Fuera de los muros vaticanos, en el territorio italiano, actúan los agentes de la inspección de la Policía italiana, un comando dedicado en particular a la defensa de la Santa Sede.

A nivel internacional, cada vez que el Papa viaja, su seguridad se confía a los distintos cuerpos de la nación que le hospeda.

--¿No hay mujeres? ¿Por qué?

--Glauco Benigni: En el nivel visible siempre hemos a hombres por una antigua tradición y probablemente porque se requiere una cierta prestancia física. En el nivel invisible quién sabe…

--¿Cómo son elegidos estos hombres?

--Glauco Benigni: Dentro de la Santa Sede existen sin duda criterios de elección, según la fiabilidad y la confianza personal. Por ejemplo, el coronel comandante de la Guardia Suiza es nombrado personalmente por el pontífice, al igual que el jefe de la actual Gendarmería Vaticana.

En el exterior la elección la hacen los superiores del Ministerio de Interior italiano, que ciertamente tienen en cuenta muchos factores: solicitudes, indicaciones, experiencia en el campo de la protección cercana a hombres ilustres etc. Durante los viajes, oficialmente se movilizan los mejores elementos de los muchos cuerpos de cada nación anfitriona.

--¿De cuántas personas estamos hablando?

--Glauco Benigni El número total del nivel visible puede ascender a varias decenas de personas pero, como he señalado, no son sólo italianos y se movilizan por áreas de intervención. Durante algún viaje en territorios muy difíciles, además de los miembros de la escolta, también se han utilizado a miles y miles de agentes.

--¿Cuál es su papel principal? ¿Y el más desconocido?

--Glauco Benigni: Su papel más evidente es el de «defender la sagrada persona de los furores y de los entusiasmos». Tal definición fue formulada al final del siglo XV y sigue, de algún modo, vigente con el paso del tiempo. Algunos están preparados también para hacer de escudo humano en caso de extrema necesidad.

Su papel más desconocido es el de de adaptarse a los distintos planes de seguridad, según varían las informaciones que llegan desde las múltiples fuentes de la inteligencia.

--Con Juan Pablo II, ¿ha cambiado en algo el cuerpo de vigilancia?

--Glauco Benigni: La gran reforma ocurrió en el 1970 con Pablo VI. Con el Papa Karol Wojtyla, a causa del atentado del 1981 y de sus muchos viajes, se ha reforzado extremadamente la vigilancia, sobre todo a escala internacional.

--El Papa, ¿se preocupa por su seguridad, o se encomienda más bien a la Providencia?

--Glauco Benigni: Según las informaciones a las que he tenido acceso, el Papa se encomienda casi totalmente a la divina Providencia.
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Espiritualidad



Predicador del Papa: Con Cristo nada ni nadie puede dañarnos... si nosotros no lo deseamos
El padre Raniero Cantalamessa comenta el Evangelio del próximo domingo

ROMA, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- En su comentario al Evangelio de la liturgia del próximo domingo --primero de Cuaresma-- (Mt 4,1-11), el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, pone en guardia sobre la acción del demonio y recuerda que Jesús, el único Señor, nos libera de Satanás, pues le ha vencido.

 

* * *



Mateo (4,1-11)

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Mas él respondió: «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”». (...) Entonces el diablo le dejó y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.


Hoy el demonio, el satanismo y otros fenómenos relacionados son de gran actualidad, e inquietan no poco. Nuestro mundo tecnológico e industrializado pulula de magos, brujos, ocultismo, espiritismo, habladores de horóscopos, vendedores de hechizos, de amuletos y además de auténticas sectas satánicas. Expulsado por la puerta, el diablo ha vuelto a entrar por la ventana. O sea, expulsado de la fe, ha regresado con la superstición.

El episodio de las tentaciones de Jesús en el desierto nos ayuda a poner un poco de claridad. Ante todo, ¿existe el demonio? ¿La palabra demonio indica verdaderamente una realidad personal, dotada de inteligencia y voluntad, o es sólo un símbolo, un modo de hablar para indicar la suma del mal moral del mundo, el inconsciente colectivo, la alienación colectiva, etcétera? Muchos, entre los intelectuales, no creen en el demonio entendido en el primer sentido.

Pero se debe observar que grandes escritores y pensadores, como Goethe y Dostoevskij, se tomaron muy en serio la existencia de Satanás. Charles Baudelaire, que no era ciertamente de una raza de santos, dijo que «la mayor astucia del demonio es hacer creer que no existe». La prueba principal de la existencia del demonio en los Evangelios no está en los numerosos episodios de liberación de obsesos, porque al interpretar estos hechos pueden haber influido las creencias sobre el origen de las enfermedades. ¡La prueba verdadera está en los santos!

Y Jesús, que es tentado en el desierto por el demonio, es la confirmación evidente de ello. La prueba son también los muchos santos que lucharon en la vida con el príncipe de las tinieblas. No son unos «don Quijote» que lucharon contra molinos de viento. Al contrario, son hombres muy concretos y de psicología sanísima.

Si muchos encontraron absurdo creer en el demonio es porque se basan en libros, pasan la vida en las bibliotecas o en el escritorio, mientras que al demonio no le interesan los libros, sino las personas, especialmente los santos. ¿Qué puede saber de Satanás quien nunca ha tenido que ver con la realidad de Satanás, sino sólo con su idea, esto es, con las tradiciones culturales, religiosas, etnológicas sobre Satanás? Esos tratan habitualmente el tema con gran seguridad y superioridad, liquidando todo como «oscurantismo medieval».

Pero es una falsa seguridad. Como quien se jactara de no tener miedo alguno del león, aduciendo como prueba el hecho de que lo ha visto muchas veces pintado o fotografiado y nunca se ha atemorizado.

Por otro lado, es del todo normal y coherente que no crea en el diablo quien no cree en Dios. ¡Sería hasta trágico si alguien que no cree en Dios creyera en el diablo! Lo más importante que la fe cristiana tienen que decirnos no es sin embargo que el demonio existe, sino que Cristo ha vencido al demonio. Cristo y el demonio no son para los cristianos dos príncipes iguales y contrarios. Jesús es el único Señor; Satanás no es sino una criatura «echada a perder». Si le es concedido poder sobre los hombres es para que los hombres tengan la posibilidad de hacer libremente una elección de campo y también para que no «se ensoberbezcan» creyéndose autosuficientes y sin necesidad de ningún redentor.

«El viejo Satanás está loco», dice un canto espiritual negro. «Ha disparado un tiro para destruir mi alma, pero ha errado la puntería y ha destruido en cambio mi pecado». Con Cristo no tenemos nada que temer. Nada ni nadie puede hacernos mal, si nosotros mismos no lo deseamos. Satanás, decía un antiguo Padre de la Iglesia, tras la venida de Cristo, es como un perro atado en la era: puede ladrar y abalanzarse cuanto quiera; pero si no somos nosotros los que nos acercamos a él, no puede morder. ¡Jesús en el desierto se liberó de Satanás para liberarnos de Satanás! Es la gozosa noticia con la que iniciamos nuestro camino cuaresmal.

[Original italiano publicado por «Famiglia Cristiana». Traducción realizada por Zenit]
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