El párroco de Ojedo, en su sala de descanso. / J. L. RAMOS
|
Le gusta conversar, reflexionar sobre todo tema de actualidad, hacer
una valoración de lo que sucede en la Iglesia, en España y el mundo. Y
lo hace sin ningún 'tapujo'. Es parte de su trabajo.
Vicente Ruiz de Velasco y Punín, párroco en la iglesia de Ojedo, nació
en Santander en 1978, aunque su familia procede de El Ferrol. Comenzó
sus primeros estudios en un colegio de la capital santanderina para
más tarde ingresar en el Instituto Santa Clara. Reconoce que su
primera intención fue estudiar periodismo, pero en su último año de
instituto dio un cambio radical y decidió ingresar en el Seminario de
Corbán. Este «propagador de la voz», como él mismo se define, fue el
primero de los tres hermanos en orientar su vida hacia el sacerdocio:
«Tenía una tía carmelita y tengo una hermana monja, ella es mayor que
yo, aunque ingresó más tarde porque decidió terminar primero la
carrera de Magisterio, se encontraba en León, y nada más licenciarse
ingresó en el noviciado". A sus padres siempre les había gustaba tener
un hijo sacerdote pero reconoce que «yo no me ordené sacerdote porque
a mi madre le gustase», siempre se comentó en casa, procedemos de una
familia de raíces cristianas. Para Vicente Ruiz de Velasco y Punín,
Ojedo ha sido su primer destino como sacerdote. Amante de la lectura,
el cine y el deporte, se siente feliz al final del día, cuando se
sienta a leer o hablar con sus vecinos y amigos.
-¿La Iglesia está al lado de los pobres?
-Sí, realmente la Iglesia siempre ha estado y está al lado de los
pobres.
-¿La iglesia es generosa?
-Sí, es generosa
-¿Cómo se utiliza la fe?
-Yo no utilizo la fe, vivo con ella, no sé utilizarla, hay que
vivirla.
-¿Cuál es la cara moderna y actual de la Iglesia?
-Partiendo de que la Iglesia es generosa, esto se hace evidente en la
acción social que lleva a cabo. En la diócesis contamos con un montón
de proyectos, desde Cáritas, la Casa del Sida Estas iniciativas están
dando muchos frutos y buenos a nivel social; esto es un reto grande
para la iglesia.
-¿Donde llega el voluntariado cristiano no llega nadie?
-Yo no diría eso: todos hacen su labor y cumplen su cometido, pero
cuando las cosas se ponen difíciles, por ejemplo estalla un conflicto,
todos se van, las que permanecen son las religiosas, porque es un
voluntariado más radical, si se quiere, es un estilo de vida.
-¿Todos los seres humanos merecen la pena?
-Todas las personas y toda la persona merecen la pena.
-¿El sacerdote se considera el médico del alma?
-Sí, realmente creo que es así.
-¿La confesión se sigue haciendo como antiguamente o se está
convirtiendo en una consulta psicológica?
-La gente sigue diciendo el Ave María Purísima pero quizás busque más
que una confesión, el sacerdote está ahí para lo espiritual y para lo
psicológico. Para mí una de las mayores satisfacciones es no sólo
haber ayudado a la gente, sobre todo joven, en lo espiritual, sino
también en un momento crucial de sus vidas. Es una responsabilidad y
una satisfacción grande.
-¿Crees que un psicólogo puede sustituir a un sacerdote y viceversa?
-No, yo más bien diría que se complementan. El psicólogo no toca el
campo de lo espiritual, yo no controlo la mente como él lo haría por
ejemplo. El otro día leía en un suplemento que se había hecho un
estudio sobre quién daba más confianza. Metieron a unas personas en un
retiro espiritual y otras en unas charlas sobre psicología, todas
salían contentas pero notaban lo espiritual de lo psicológico.
-¿Seguirá existiendo el limbo?
-He leído acerca de esto, recientemente, y yo comparto lo que dice la
doctrina de la Iglesia. Por otro lado, creo firmemente que todos
estamos sujetos a la misericordia de Dios.
-¿Qué labor realiza un párroco en el municipio?
-Pues no toda la que quiere y hace lo que puede, porque a veces es muy
difícil llegar a la gente. Aquí en este municipio está ocurriendo un
fenómeno que es el de las urbanizaciones. El ostracismo se hace notar,
cada uno cerrado en su casa y no hay comunicación como antaño. De este
modo, los pueblos pierden identidad propia.
-¿Cura joven, pueblos viejos?
-Sí, yo en concreto tengo pueblos en el valle de Pesaguero que se
hacen viejos, pero cura joven o cura mayor tienes que estar para
todos.
-¿Se considera un sacerdote tolerante?
-Sí, sin lugar a dudas.
-¿Lo que jamás toleraría?
-No se me ocurre nada que no tolerase no sabría qué decir.
-¿Vive solo o, como era habitual antaño, con ama de llaves?
-Vivo solo pero no quiere decir que sea un hombre solitario ni que me
encuentre solo. Voy una vez por semana a ver a mis padres y amigos a
Santander. Por otro lado, estoy todo el día en la calle y tengo muchos
amigos aquí; no obstante hay días que incluso estoy deseando llegar a
casa para buscar un rato de soledad.
-¿Participa en actividades con sus feligreses?
-Sí, desde luego
-¿Cómo calificaría su relación con ellos?
-Es una relación cordial, es buena. Al principio no entendía ciertas
conductas en la gente pero esto no implica que estuviese mal, sino que
me costaba asimilar ciertas cosas propias de la zona.
-¿Les exige mucho?
-No, ni yo ni la Iglesia estamos en condiciones de exigir.
-¿Qué espera de ellos?
-Que hagan caso de los valores evangélicos, pero sobre todo de los
valores humanos.
-Un feligrés solitario entra en la iglesia para oír misa con su único
compañero de vida, su fiel perro. Se sienta al final, no quiere
molestar, ¿hace bien o mal?
-A mí no me molesta el perro dentro de la iglesia, pero puede haber
gente a la que sí. Por norma social éste no entra en todos los sitios.
Cada sitio tiene su ocasión.
-Fue ordenado hace dos años, ¿qué sintió ese día?
-El día más grande de toda mi vida.
-¿Lo de vivir con alguien sin casarse es la forma más desinteresada
que existe de estar con esa persona?
-Yo no lo veo desinteresado, sólo es que se tiene miedo a un
compromiso para toda la vida.
-¿Y los niños, molestan en misa?
-A mí nunca, yo prefiero que el niño esté en la iglesia y que se calme
dentro aunque rabie.
-¿A partir de qué años se deberían llevar a misa?
-Desde cero, que vengan.
-¿Qué opina de que los niños vean tantas horas de televisión?
-En Liébana, los inviernos pueden resultar muy largos y la televisión
es un buen entretenimiento, pero no toda.
-¿Todo lo que sea evitar a los niños la mirada del horror, la
inseguridad y el sufrimiento debiera ser una actitud incuestionable?
-No. Los niños tienen que saber que el dolor existe, no se les tiene
que ocultar porque esto los formará como personas y les enseñará a
vivir más adelante con él. A lo largo de la vida una persona se
encuentra con el sufrimiento y debe estar preparado para ello.
-¿Aparte de los reportajes sobre el Tercer Mundo y de denuncia social,
qué salvaría de la televisión?
-Alguna película buena, pero a lo mejor es aconsejable ir directamente
al videoclub.
-¿Liébana, tierra de júbilo?
-Sí, tierra de Esperanza, de profunda Fe y muchos proyectos e
ilusiones para el próximo año jubilar en todos los sentidos:
religiosos, culturales y turísticos.
-¿Si tuviese que dejar Liébana, dónde le gustaría seguir ejerciendo el
sacerdocio?
-Iría donde considere el señor Obispo, si tuviese que escoger, tras mi
experiencia en la montaña, siendo yo de mar, me gustaría una villa
marinera.
-¿El mayor defecto de este mundo?
-La indiferencia y que todavía en pleno siglo XXI exista la pobreza.
-¿Dónde podemos encontrar la felicidad?
-Humanamente, en la paz de uno mismo y luego en Dios.
-¿Un político en tu vida?
-Sin ser político pero por la labor realizada, sin duda Juan Pablo II.
Por su cariz conciliador en el mundo, en todos los órdenes, ha unido
países y roto muros. Y en España, la figura de Adolfo Suárez por la
época de transición y el tremendo cambio que se dio en el país.
-¿La última vez que se equivocó?
-Sin ir más lejos, esta mañana.
-¿Si tuviese que describir un día perfecto?
-El día en que me he ido a la cama con los deberes hechos. Esto quiere
decir en todo lo que compete a un sacerdote, en lo humano y lo divino
-¿Se podría decir que todo lo que lee está relacionado con la
Teología?
-No, no, leo libros de suspense, de misterio. Con el cine me ocurre lo
mismo, me gustas las películas con esta temática.
-Le gusta
-Coleccionar, todo tipo de colecciones me interesan. Dedicar tiempo a
los amigos. Cuando llegué a Liébana no conocía a nadie, hoy mantengo
una gran relación con toda clase de gente, esto para mí es muy
importante. El deporte también está presente en mi vida, me gusta ir
al gimnasio y practicar la natación... Además, así sigo relacionándome
con la gente del municipio.
-¿Desde cuándo un sacerdote es consciente del voto de castidad que ha
de guardar para toda la vida?
-Es algo gradual, que avanza con la vocacion, no es algo que te
plantees la víspera de la ordenación.
-¿Y hoy, piensa alguna vez en lo que se está perdiendo?
-Por supuesto que sí. Por ejemplo, yo ahora veo cómo mis amigos se van
casando y el formar una familia es algo que me pierdo, pero es una
decisión tomada desde la meditación y la maduración en el seminario
durante años.