Sociedad
Logran que un hombre con lesión cerebral despierte del coma seis años después
Un equipo de cirujanos de Estados Unidos le ha implantado electrodos que parecen haber facilitado una reconexión neuronal El paciente no podía moverse por sí sólo y ahora hasta se peina y puede comunicarse
 
Logran que un hombre con lesión cerebral despierte del coma seis años después
 
No se sabe casi nada de él. Sólo que tiene 38 años y hace ya más de seis que no podía ni hablar ni comer debido a una grave lesión cerebral consecuencia de una agresión. Estaba en lo que se conoce como estado mínimamente consciente (MCS). Ahora, su vida y la de su familia, han cambiado tras el implante de electrodos por parte de un equipo de neurocientíficos de la clínica Cleveland, el Centro JFK Johnson para la Rehabilitación de Lesiones en la Cabeza y la Escuela Médica Weill Cornell. El trabajo, cuyos resultados se publican hoy en la revista 'Nature', puede abrir el camino a la recuperación para algunos afectados de MCS, colectivo al que sólo en Estados Unidos pertenecen entre 100.000 y 300.000 enfermos.

El MCS es diferente del coma, en el que el paciente parece estar dormido, y del estado vegetativo, que se distingue del coma en que a veces da la impresión de que el enfermo está despierto por tener los ojos abiertos. Porque el afectado de MCS muestra ocasionalmente signos de consciencia, aunque la mayor parte del tiempo no es así. Estos enfermos se encuentran normalmente ingresados en centros especializados y no se benefician de ningún tipo de tratamiento que favorezca una posible rehabilitación. Por eso el experimento dirigido por Nicholas Schiff, de la Escuela Médica Weill Cornell, tiene tanta importancia.

La terapia aplicada se llama estimulación neural profunda (DBS) y consiste en el implante de electrodos en el cerebro. Esta cirugía exige una precisión milimétrica, un sistema de navegación por imágenes y una cartografía cerebral. Los pequeños electrodos se insertan en el cerebro y se conectan a baterías de marcapasos colocadas en el pecho del paciente.

En el caso del enfermo de MCS, la intervención requirió un total de diez horas por la gravedad de las lesiones, pero en Estados Unidos se hace rutinariamente en enfermos de Parkinson, distonia, desórdenes obsesivo-compulsivos y depresión.

Una vida nueva

«Sabíamos que en algunos pacientes de MCS, incluyendo nuestro sujeto, seguían funcionando conexiones cerebrales por encima de las básicas», explica Schiff. La idea de partida, basada en estudios previos, era que la estimulación eléctrica del tálamo central podía llevar a la recuperación del MCS. «Nuestra teoría era que los impulsos eléctricos en esa zona ayudarían a amplificar la baja actividad existente que creíamos que todavía había ahí. En otras palabras, que las señales para el habla y el movimiento todavía existían en su cerebro», indica Joseph Giacino, otro de los autores.

Después de seis meses en los que se probaron los dispositivos mediante doble ciego -ni experimentadores ni sujeto sabían cuando los electrodos estaban encendidos-, los científicos concluyeron que la recuperación del paciente era achacable a la DBS.

El hombre, que durante seis larguísimos años se ha comunicado difícilmente con pequeños movimientos de ojos y dedos, «ahora usa palabras y gestos y responde a preguntas rápidamente». O al menos así lo percibe la comunidad científica evaluando su estado anterior. «Además, mastica y traga la comida sin dificultad, y ya no necesita alimentarse por un tubo. Antes, no podía mover las extremidades, y ahora hace algunos movimientos complejos, incluyendo los necesarios para beber de una copa y peinarse», dice Giacino.

«Mi hijo, y la familia entera, tenía pocas esperanzas de recuperación. Si no fuera por la cirugía de DBS y la rehabilitación, no estaríamos más allá de lo que estábamos en 1999. Ahora, puede comer, expresarse y decirnos si le duele algo. Disfruta de una calidad de vida que nunca pensamos que fuera posible», ha dicho la madre del hombre.

Nuevo estudio

La prueba se enmarca dentro de un estudio aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que se hará en 12 enfermos. Los científicos esperan que la aplicación de la terapia a esos pacientes confirme su utilidad contra un mal hasta ahora sin cura.La esperanza, dicen, nunca se pierde.