Los españoles combaten a muerte en Afganistán

11.08.07 | 07:59. Archivado en Afganistán

 


(PD/Agencias).- Los soldados españoles han entrado en combate y con todas las de ley. Tras dos horas de lucha, en las que el contingente español desplegado en Afganistán desde 2002 no sufrió baja alguna, pero donde sus aliados afganos perdieron siete hombres, yacían sobre el terreno los cadáveres de al menos 20 talibanes.

El choque tuvo lugar en la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española, a unos 90 kilómetros al norte de la base de Qal-e-Naw.

Según la nota difundida en Madrid por el Ministerio de Defensa, el combate se inició a primera hora de la tarde (seis de la mañana hora española), cuando un grupo de 40 soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA), fue emboscada por varias bandas talibanes.

Avisados por radio, los españoles mandaron en auxilio una patrulla con vehículos blindados y helicópteros, para tratar de sacar del atolladero a los afganos, mientras mientras cuatro aviones de la OTAN bombardeaban a los talibanes.

La patrulla implicada en la acción, acompañaba a los afganos emboscados, aunque circulaba a cierta distancia y delante, por razones de seguridad.

El ataque se produjo en la ruta que une las localidades de Bala Murghab y Ghormach, en la zona más conflictiva de la provincia y la única donde la etnia pastún es mayoritaria. También es donde hay más tráfico de droga.

Cuando se inicio la emboscada, la sección española se dio la vuelta y acudió en auxilio de los soldados afganos, disparando contra los talibanes con sus armas reglamentarias: fusiles HK G-36, ametralladoras o lanzagranadas C-90.

Siete vehículos del convoy del Ejército afgano resultaron destruidos en la emboscada.

La sección española pidió apoyo aéreo al mando de la OTAN y éste envió cuatro aviones de combate -probablemente Mirage 2000 franceses y F-15 estadounidenses- que bombardearon las posiciones de los talibanes con las coordenadas facilitadas por los equipos de control aéreo del Ejército español.

El portavoz del Ministerio de Defensa afgano insistió en que entre los muertos en el ataque se encontraban cinco líderes talibanes, incluido el jefe de los insurgentes en la provincia de Badghis, el mulá Abdul Razaq.

Aunque Badghis se había mantenido al margen de la escalada de violencia que sufre Afganistán, en los últimos meses se han multiplicado los incidentes.

El pasado 9 de junio, unos 150 insurgentes atacaron tres comisarías e incendiaron la alcaldía de Bala Murghab, mientras los miembros de la policía afgana huían en desbandada.

Los pasados días 23 y 25 de julio, una patrulla mixta integrada por policías afganos y militares españoles fue atacada en las proximidades de la localidad de Darreh-ye-Bun, situada a unos 40 kilómetros al noroeste de Qal-i-Naw, en el distrito de Qadis, limítrofe con el de Murghab.

En la noche del lunes pasado una granada fue lanzada en las inmediaciones de Qal-e-Naw, donde está el Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) español, con más de 200 militares y una docena de civiles.

España tiene en Afganistán 690 soldados, repartidos entre el PRT de Qal-e-Naw y la Base de Apoyo Avanzado (FSB) de Herat.

El Gobierno Zapatero ha rechazado repetidamente la posibilidad de aumentar el contingente. No obstante, está previsto el envío de dos equipos de instructores (52 en total), que se encargarán de adiestrar a dos batallones del Ejército afgano en Herat; y de cuatro aviones no tripulados (UAV), para misiones de vigilancia, con una dotación aproximada de 40 operadores.

Un total de 652 militares de la OTAN han muerto en suelo afgano desde la caída de los talibanes en 2001, de los que 95 lo han hecho este año. Ayer murió un soldado británico en la provincia de Helmand, en el sur. Los militares españoles muertos son 21, tres de ellos este año: dos por explosivos y uno en accidente.