Algunas de las escenas de mayor emoción se produjeron
cuando los restos de Don Desiderio llegaron a la iglesia
parroquial de Potes. / PILAR G. BAHAMONDE
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Vestido para oficiar, de blanco, sobre el pecho las palabras
bordadas en latín «ayer, hoy y siempre» y entre sus manos la cinta
que un día las ató en su ordenación como sacerdote en abril de
1952 y que reza «Tu es sacerdotes». De ese modo, Desiderio Gómez
Señas, don Desi, como le conocían todos los lebaniegos, recibió el
último adiós de su gente. Una corona por cada valle, otra por toda
Liébana, otra por el Centro de Estudios Lebaniegos que desde el
mes de abril lleva su nombre y ayer permaneció cerrado, otra por
la Residencia de Ancianos Félix de las Cuevas, donde residía, y
tantas y tantas otras flanqueaban la entrada de la capilla
ardiente poniendo de manifiesto el sentir de toda la comarca. Una
multitud de personas asistió en la tarde de ayer a los actos
fúnebres celebrados.
En la amplia representación política figuraban Javier López
Marcano, consejero de Cultura, Turismo y Deporte; Ignacio Diego,
presidente del PP; Alfonso Gutiérrez, alcalde de Potes; y sus
homólogos de todos los municipios de Liébana; concejales;
diputados y la comunidad franciscana de Santo Toribio.
Cincuenta sacerdotes
El funeral, que tuvo lugar en la abarrotada iglesia parroquial de
Potes, estuvo presidido por Carlos Osoro, arzobispo de Oviedo,
quien contó con el apoyo de Elías Hoyal, arcipreste de Liébana,
Luis Domingo Gaya, prior del monasterio de Santo Toribio, y
alrededor de cincuenta sacerdotes y frailes.
Al término de la celebración religiosa, sus restos mortales
recibieron sepultura en el cementerio de La Vega, según su
voluntad, en la tierra y junto a su padre.