Obispo quiere dejar sin bodas ni entierros a los vecinos en huelga de hambre
Sin sacramentos, por protestar
PD/EfeJueves, 16 de agosto 2007
El Arzobispado de Granada comunicó hoy en un escrito a los vecinos de Albuñol (Granada) que el traslado de su joven párroco es 'irrevocable' y les advirtió de que, de seguir sus protestas, no enviará a ningún sacerdote a celebrar la eucaristía y los sacramentos, 'incluidas bodas y entierros'.
La advertencia del arzobispo, Francisco Javier Martínez, y del Consejo Episcopal de la Archidiócesis, firmantes del documento, acabó con la huelga de hambre que siete vecinos mantenían desde el pasado sábado en la iglesia del pueblo.
En el escrito, al que ha tenido acceso Efe, se señala que de continuar 'los procedimientos de presión', también 'se vería obligado' a 'prohibir expresamente' al párroco, Gabriel Castillo, 'el ejercicio en el pueblo de todo acto del ministerio sacerdotal'.
El arzobispo acusa a los feligreses que permanecían en la iglesia del pueblo, algunos en huelga de hambre en protesta por el traslado del párroco, de 'notoria falta de respeto al templo como lugar sagrado' y de 'no expresar precisamente el amor a la vida cristiana que se dice querer proteger'.
Por ello, en el escrito, entregado hoy a los vecinos por un vicario y dos sacerdotes, se ruega a las autoridades del municipio 'que cooperen en la restauración del orden de modo que no se impida el normal ejercicio de la libertad religiosa de los fieles'.
Ante esta actitud, que los albuñolenses consideran 'un chantaje', las siete personas que seguían una huelga de hambre desde el sábado la suspendieron y todos los que se concentraban en la parroquia se marcharon, aunque negaron haber 'faltado el respeto al templo', dijo a Efe una de estas vecinas, Ana Manzano.
El arzobispo deplora las quejas y movilizaciones de los albuñolenses, 'que no se corresponden con los procedimientos y modos propios de cristianos y que no pueden sino dañar la vida cristiana de los fieles de Albuñol, especialmente la de los jóvenes y de los niños'.
Sobre el traslado del párroco, arguye que se produce 'de acuerdo con la disciplina de la Iglesia, de un modo absolutamente normal, sin nada que ver con ningún asunto interno del pueblo', en alusión a la convicción de los feligreses de que la marcha forzosa de Gabriel tiene su origen en rencillas con unas monjas de la localidad, cuya madre superiora estaría en desacuerdo con los métodos del sacerdote.
Según se indica en el comunicado, el traslado se hace 'por el bien general de la Diócesis' y es 'irrevocable', aunque 'si en algún momento hubiera podido no serlo, las circunstancias y los modos que han orquestado el traslado de este sacerdote habrían bastado por sí solas para hacerla irrevocable'.
Pese a la actitud del arzobispo, los feligreses partidarios de Gabriel están decididos a continuar con sus protestas hasta que la cúpula eclesiástica granadina atienda su reclamación.