
Al
amparo del replique de las campanas de la catedral, cientos de
personas coparon ayer por la mañana la plaza de Atarazanas y
acompañaron al arzobispo de Oviedo, el cántabro Carlos Osoro,
durante los actos de conmemoración de la Solemnidad de la
Asunción.
A las doce de la mañana en punto, y tras Ángelus, monseñor Osoro,
todavía administrador apostólico de la diócesis santanderina ,
acompañado de los miembros del Cabildo Catedralicio, procedió a la
ofrenda floral a los pies del monumento a la Virgen. Osoro contó
en esta ocasión con la ayuda de varios niños, que le fueron
entregando los ramos. A continuación, todos los presentes se
trasladaron a la Catedral, donde, previamente a la misa
estacional, cantó el coro 'A Cappela'.
Con el templo a repleto de fieles, durante la homilía Carlos Osoro
señaló que «nos encontramos en un momento de la historia en la que
Europa, y en concreto España, quiere relegar a Dios, marginarlo,
esconderlo».
Por ello, el prelado animó a los fieles «a no tener miedo a seguir
el camino de la vida de Dios» y «sin avergonzarnos de él. Sin Dios
se corre el peligro de convertimos en esclavos», aseveró.