El tercer oficial Mbappe-Jean Fuller ingresó en la
Residencia Cantabria con anemia. / EFE
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Los 21 marineros africanos que «viven» en el 'Meugang I', un buque
atracado en Santander desde hace dos meses por problemas de
navegabilidad, padecen ya las secuelas de un encierro «voluntario»
que ha llevado al hospital, por problemas de salud, a seis
tripulantes de un barco del que nadie se hace cargo.
El tercer oficial del barco, Mbappe-Jean Fuller, ingresó en la
Residencia Cantabria el pasado sábado con problemas de anemia y
diabetes. El capitán del Meugang también ha caído enfermo y está
ingresado en el hospital de Valdecilla por un problema cardiaco,
quizá generado por la tensión de intentar buscar una solución a su
situación y a la de sus 20 compañeros.
El buque camerunés 'Meugang I', con bandera panameña, llegó el 13
de junio a la capital cántabra, donde quedó retenido por no
encontrarse en condiciones de navegabilidad. En este tiempo, los
marineros han hecho del barco «su casa» y no quieren irse de
España sin sus sueldos, que no cobran desde octubre del 2006.
Es precisamente el dinero lo único que retiene a unos marineros
que cuentan con total libertad para volver a sus países -Ghana y
Camerún- y abandonar un barco, del que su propietario no quiere
saber nada, se encuentra en unas pésimas condiciones de
habitabilidad y cuyo futuro más probable es que acabe como
chatarra.
José Manuel Rubio, 'Manel', representante de la Federación de
Transportes y Comunicaciones de CC OO en Cantabria, es quien se ha
ocupado desde el principio de la situación de los tripulantes que,
según advirtió a EFE, puede ir empeorando y «cayendo» enfermos: ya
son seis los que han tenido que acudir a urgencias en el hospital.
Aunque los tripulantes reciben comida de la Cocina Económica y del
Banco de Alimentos, y reciben casi a diario la visita del
representante de CC OO, se desconoce cómo se alimentan, el estado
del agua que beben, o las condiciones de habitabilidad del buque,
que tan sólo hace un mes tuvo que ser desinfectado por estar lleno
de cucarachas y piojos. 'Manel' reconoce que el estado del
interior del barco «no es el más adecuado» y teme lo que pueda
ocurrir en un futuro con los tripulantes. CC OO y la Federación
Internacional de Transportes (ITF), que cuenta con un
representante en Santander, están intentando solucionar el
problema laboral de estos marineros, que podrían presentar una
demanda contra el propietario del barco por desentenderse del
buque y no pagar a sus tripulantes el dinero que les adeuda. Este
proceso se prevé largo, pero ITF se compromete a pagar a los
marineros el viaje a sus países de residencia para que no tengan
que seguir viviendo en un barco, que tiene su motor estropeado, el
casco arreglado con cartones y cinta aislante y en el que no
funcionan ni el radar ni la radiobaliza.
El tercer oficial del buque explica que el capitán ha intentado
también otra solución para el futuro de los tripulantes y contactó
con un armador interesado en adquirir el buque y pagar los sueldos
adeudados a los marineros: unos 170.000 euros en total. Pero desde
hace quince días no se sabe nada de este armador.