Todo sobre la Misión Joven en Roma
16.08.07 @ 14:31:31. Archivado en Pastoral Juvenil
Han sido realmente días muy intensos los vividos para la Misión Joven en estos días en Roma y junto al Papa Benedicto XVI. Una peregrinación, un recorrer Italia, pero una Italia cristiana, un llegar hasta la tumba del primer Papa como lo han hecho millones de cristianos durante dos mil años.
El día en Asís fue uno de los primeros encuentros entre los jóvenes de Madrid, Alcalá y Getafe. La visita a la porciúncula en la que veíamos al Obispo Auxiliar, don Fidel como un joven más recorriendo cada lugar y siguiendo las explicaciones. Goyo Roldán pendiente de todo que no ha sido nada sencillo. Y los jóvenes disfrutando un montón. De rodillas, en el interior de la pequeña iglesia desde la que San Francisco, con su vida, nos acercó de nuevo más al Evangelio y al propio Cristo.
El Cardenal llegaba entre aplausos a la Basílica de San Francisco antes de celebrar la Eucaristía. Llena, mucho calor, pero todos alegres. El día siguiente también sería intenso.
Llegar a Roma, recorrer el Trastevere y visitar cada iglesia, dedicada a varios mártires de los primeros años, como Santa Cecilia. Llegar a Il Gesú, con las grandes figuras de San Ignacio y el brazo de San Francisco Javier, rezar ante Catalina de Siena, san Pablo o San Pío V. Cada rincón de Roma habla de Cristo.
Y por fin San Pedro. Entrar y apartarse a la capilla del Santísimo es todo un regalo. Para después descubrir la grandeza de los Papas del siglo XX y XXI que hemos tenido, arriba se encuentran incorruptos los cuerpos del beato Juan XXIII o de san Pío X. Grandes estatuas de santos muy cercanos a nosotros como san Juan Bosco en pleno crucero. Pero bajamos más, y recorremos las tumbas de otros Papas y grandes santos como Juan Pablo I, y la tumba en la que ahora hay siempre personas rezando: la de Juan Pablo II, el Grande. Jóvenes delante de ella rezando y pidiendo por su intercesión por tantos otros, dejando ante él todo un año intenso. El Papa de los jóvenes seguro que escuchó a todos y le encantó ver allí a la Misión Joven de Madrid.
Con el grupo en el que iba tuvimos la suerte de poder entrar en las scavi, para muchos el mejor momento de toda la peregrinación en la que poco a poco y con una excelente explicación pudimos llegar a la misma tumba de san Pedro. Junto a ella una pared llena de grafitos daban muestra de tantos cristianos que habían acudido allí, muchos de ellos después morirían martirizados, posiblemente. Y es que en parte del emplazamiento de la actual basílica de san Pedro uno de los circos de la ciudad era testigo de cómo los primeros cristianos derramaban su sangre, siglos después San Pedro es faro para muchos.
Al salir de la tumba del primer Papa, tuvimos la Eucaristía, justo encima, presidida por el Cardenal y con los Obispos de la provincia eclesiástica. Era buen momento también para la confesión después.
Y el día 9 pusimos dirección a Castelgandolfo, allí con puntualidad alemana salía el Papa a recibirnos en su casa, a todos y cada uno de los 5.000 jóvenes que allí estábamos. Mientras tanto gritos aclamaban a Benedicto, canciones del Camino Catecumenal que tuvo una gran representación y el discurso de don Antonio María dieron comienzo a la audiencia. Posteriormente cuatro testimonios de jóvenes de Madrid, canciones del coro de la Deleju y del coro del Seminario de Madrid y el discurso del Papa que fue sencillo pero a la vez hizo que recordáramos qué era lo fundamental para seguir adelante en la aventura de ser cristiano.
Se despidió de todos con un "gracias por haber venido y hasta la vista", y las banderas de España y del Vaticano recorrieron las calles del pequeño pueblo en dirección de nuevo a Roma. Por la tarde la Eucaristía para dar gracias por todo en San Pablo Extramuros y al día siguiente la celebración penitencial en san Juan de Letrán.
Ha sido todo un regalazo para todos, los frutos de la Misión Joven se van haciendo patentes. Que cada uno sepamos dar gracias a quien nos invitó, a quien estuvo pendiente de que todo saliese lo mejor posible y a Dios que quiso que este encuentro saliese adelante.
Ahora queda el trabajo en cada parroquia de nuestra diócesis, y seguir disponible a nuestro párroco y a Dios.