Arzobispo de la Plata: La riqueza económica incluye su justa distribución

Permalink 20.08.07 @ 13:40:33. Archivado en Iglesia contra el Imperialismo

La Plata (Buenos Aires), 13-8-2007.- Al recordar que este año se cumplieron 40 años de la publicación de la encíclica “Populorum Progressio” de Pablo VI, el arzobispo de La Plata , monseñor Héctor Aguer explicó que dicho documento pontificio sirvió para actualizar una línea de pensamiento característica de la Doctrina Social de la Iglesia , donde en el concepto de riqueza económica se incluye el concepto de distribución justa”, y retomando esta línea de pensamiento, Pablo VI “habla de un desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres”.

Tras ubicar el contexto político internacional en el que apareció la encíclica, monseñor Aguer señala que había “elementos importantes ya establecidos por Pío XI en la ‘Quadragessimo Anno’, y por Juan XXIII en la ‘Mater et Magistra’, pero el arzobispo destaca un pensamiento de Pío XII que dijo que “la riqueza económica de un país no consiste en el mero crecimiento ni en la acumulación de los bienes materiales sino en su justa distribución”.
“Es decir -explica monseñor Aguer- que en el concepto de riqueza económica se incluye el concepto de distribución justa”, y Pablo VI “retoma esta línea de pensamiento y habla de un desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres”.

Luego el arzobispo platense se detiene en esas dos expresiones: “De todo el hombre” y “de todos los hombres”. De la primera, aclara que eso “quiere decir que el desarrollo no puede medirse sólo por el crecimiento económico, sino que tiene que tomar en cuenta valores superiores, valores sociales, culturales, educativos, incluso los valores superiores del espíritu, los valores religiosos y del orden de la fe”.

Y del segundo concepto explica que “quiere decir que el desarrollo supone también la necesidad de hacer crecer a las comunidades en cuanto tales y por tanto también aspirar a un desarrollo integral de toda la humanidad. Esto supone por supuesto llevar adelante políticas abiertas al diálogo y una cooperación entre los distintos países que trate de superar los inconvenientes del colonialismo, por ejemplo, o lo que se sigue muchas veces de la ayuda unilateral, lo que supone una subordinación de unos pueblos a otros”.

Luego monseñor Aguer interpreta el pensamiento de Pablo VI cuando habla del “desarrollo de los pueblos” (populorum progressio). Dice que es “pasar de condiciones menos humanas de vida, la miseria, la pobreza extrema, la falta de educación, de cultura, la opresión por la injusticia vigente de un modo prolongado en una sociedad, a situaciones más humanas, que los hombres y las familias puedan gozar de los bienes necesarios para una vida digna, tener acceso equitativo a los bienes de la cultura, recibir una adecuada educación y gozar de los valores superiores del espíritu, sobre todo de la libertad y en el orden religioso la posibilidad de acceder a la verdad y a la fe”.