ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 22 de agosto de 2007



SANTA SEDE
El Papa vuelve a pedir solidaridad para Perú
La oración, «encuentro de la sed de Dios con nuestra sed», explica el Papa
El Papa invita a los jóvenes a ponerse bajo la protección de María

MUNDO
50.000 personas están siendo atendidas por Cáritas en Perú
Perú acoge este jueves al enviado del Papa
Congreso Eucarístico de Perú, punto de partida de la gran misión continental
Los obispos de Chile convocan un amplio diálogo sobre justicia social
Obispos argentinos escuchan un informe sobre drogodependencia
Aumenta el respaldo económico del gobierno australiano a la Jornada Mundial de la Juventud
El aborto, «grave violación del derecho a la vida»: alerta desde Rimini
Reunión en Tegucigalpa de la Red Informática de la Iglesia en América Latina

ENTREVISTAS
Cómo ver con los ojos del alma

AUDIENCIA DEL MIÉRCOLES
Benedicto XVI ilustra las lecciones de san Gregorio Nacianceno
Benedicto XVI presenta un retrato de san Gregorio Nacianceno

DOCUMENTACIÓN
«Sin justicia social no hay democracia integral»


 


Santa Sede


El Papa vuelve a pedir solidaridad para Perú

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI volvió a pedir este miércoles solidaridad para Perú, devastado por el terremoto del pasado 15 de agosto.

Al despedirse de los miles de peregrinos que participaron en la audiencia general en el Aula Pablo VI del Vaticano el Papa tomó la palabra en español para manifestar su cercanía a las víctimas.

«Una vez más deseo recordar con gran afecto y cercanía espiritual al querido pueblo peruano, tan probado en estos días, pidiendo gestos de solidaridad cristiana», afirmó. «¡Que Dios os bendiga!».

Es la tercera vez en menos de una semana que el obispo de Roma, que ha dispuesto el envío de 200.000 euros para ayudas de emergencia a las poblaciones afectadas por el terremoto, pide la solidaridad internacional para los damnificados peruanos.

El Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, viajará a Perú del 23 al 30 de agosto, un viaje que ya tenía programado con ocasión del Congreso eucarístico nacional.

La sala de prensa de la Santa Sede ha publicado el programa del viaje del secretario de Estado, en el que destaca la reunión que mantendrá el día 24 con el presidente peruano, Alan García.

Ese mismo día, el cardenal Bertone visitará las ciudades de Inca y Pisco, dos de las más afectadas por el terremoto, que ha dejado más de 540 muertos, 1.600 heridos y al menos 34.409 familias damnificadas.
 


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La oración, «encuentro de la sed de Dios con nuestra sed», explica el Papa

Al recoger las enseñanzas de san Gregorio Nacianceno

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- La oración es «el encuentro de la sed de Dios con nuestra sed», considera Benedicto XVI.

«Dios tiene sed de que tengamos sed de Él», aclaró al recoger en la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI, las enseñazas que dejó san Gregorio Nacianceno (330-390): la oración y la caridad.

Es la segunda catequesis que Benedicto XVI dedica a este doctor de la Iglesia, conocido por cristianos orientales como «el teólogo», por la profundidad de su doctrina y el encanto de su elocuencia.

El 8 de agosto pasado ya había dedicado su meditación a trazar un perfil biográfico de este doctor de la Iglesia (Cf. «Benedicto XVI presenta un retrato de san Gregorio Nacianceno»), quien fue obispo de Constantinopla y Nacianzo, así como uno de los grandes poetas de su época (escribió «¡casi 18.000 versos!», exclamó el mismo Papa.

La oración
«Gregorio nos enseña, ante todo, la importancia y la necesidad de la oración», explicó el Papa tras haber repasado junto a los miles de peregrinos congregados en el Aula Pablo VI del Vaticano algunos de sus cautivadores escritos sobre la Trinidad.

El obispo de Nacianzo decía: «es necesario acordarse de Dios con más frecuencia de lo que respiramos», pues, como dijo el pontífice, «la oración es el encuentro de la sed de Dios con nuestra sed».

«En la oración, tenemos que dirigir nuestro corazón a Dios para entregarnos a Él como ofrenda que debe ser purificada y transformada», siguió explicando.

«En la oración --añadió--, vemos todo a la luz de Cristo, dejamos caer nuestras máscaras y nos sumergimos en la verdad y en la escucha de Dios, alimentando el fuego del amor».

Gregorio, recordó el obispo de Roma, «sintió necesidad de acercarse a Dios para superar el cansancio de su propio yo».

«Experimentó el empuje del alma, la vivacidad de un espíritu sensible y la instabilidad de la felicidad efímera. Para él, en el drama de una vida sobre la que pesaba la conciencia de su propia debilidad y de su propia miseria, siempre fue más fuerte la experiencia del amor de Dios».

«Tienes una tarea --nos dice san Gregorio también a nosotros--, la tarea de encontrar la verdadera luz, de encontrar la verdadera altura de tu vida. Y tu vida consiste en encontrarte con Dios, que tiene sed de nuestra sed», dijo.

La caridad
La otra lección que Benedicto XVI sacó de Gregorio Nacianceno fue la caridad, el amor a los necesitados.

Refiriéndose a los enfermos y a las personas que atraviesan dificultades, decía el santo obispo: «Esta es la única salvación para nuestra carne y nuestra alma: la caridad hacia ellos».

«Gregorio subraya que el hombre tiene que imitar la bondad y el amor de Dios», explicó el Papa.

«Si estás sano y eres rico, alivia la necesidad de quien está enfermo y es pobre; si no has caído, ayuda a quien ha caído y vive en el sufrimiento; si estás contento, consuela a quien está triste; si eres afortunado, ayuda a quien ha sido mordido por la desventura», escribía san Gregorio.

Y concluía con gran atrevimiento: «conviértete en Dios para el desventurado, imitando la misericordia de Dios».

Con su intervención, Benedicto XVI ha continuado la serie de meditaciones sobre las figuras más destacadas de los orígenes de la Iglesia que viene ofreciendo en sus encuentros semanales con los peregrinos de los miércoles.
 


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El Papa invita a los jóvenes a ponerse bajo la protección de María

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI invitó este miércoles a ponerse bajo la protección de María, en especial a los jóvenes.

Al concluir la audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre recordó que en este día la Iglesia celebraba la fiesta de santa María Reina, instituida por Pío XII.

Esta festividad se celebra en la octava de la Asunción para manifestar la conexión entre la realeza de María y su asunción a los cielos.

«Elevamos la mirada al Cielo para contemplar el esplendor de la santa Madre de Dios, a la que nos invita a invocar hoy la liturgia como nuestra Reina», explicó el Papa.

«Queridos jóvenes --añadió--, poned vuestras vidas y cada uno de vuestros proyectos bajo la materna protección de quien entregó al mundo al Salvador».

Dirigiéndose a los enfermos, algunos de ellos en sillas de ruedas, les dijo: «en espera de la recuperación de la salud, invocadla cada día para sacar la fuerza para afrontar con paciencia la prueba del sufrimiento».

Por último se dirigió a los recién casados, algunos presentes con sus trajes de bodas, para exhortarles: «cultivad una devoción sincera por ella para que esté a vuestro lado en vuestra existencia cotidiana».
 


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Mundo


50.000 personas están siendo atendidas por Cáritas en Perú

Entre los colaboradores, la Comunidad Judía del Perú

LIMA, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Cáritas Perú, con el apoyo de los miembros de la red internacional de Cáritas, está prestando apoyo a 10.000 familias (unas 50.000 personas) en las zonas devastadas por el terremoto que el 15 de agosto días asoló la región de Ica.

En Pachinga, provincia de Pisco, son 500 las familias atendidas por la institución que sigue recibiendo donaciones como la de la Cámara de Comercio de Taiwán en Perú que ha entregado a Cáritas Perú tres toneladas de alimentos que ya están siendo distribuidos a 1.300 familias en tres parroquias de Pisco.

También la Comunidad Judía del Perú, que ha movilizado a sus miembros en todo el mundo, ha acordado con Cáritas Perú que sea esta última la que distribuya la ayuda que siga llegando, tras el primer convoy con varias toneladas de alimentos, ropa de abrigo, material médico y sanitario, ollas para comedores populares, enseres domésticos, carpas y herramientas como picos y palas que ya ha llegado a las zonas afectadas.

El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, presidente de Cáritas Internacional, ha hecho este llamamiento: «quisiera hacer una llamada a la generosidad a todos los miembros de Cáritas Internacional para asegurar que Cáritas Perú recibe los recursos necesarios para ayudar a los peruanos que están sufriendo».
 


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Perú acoge este jueves al enviado del Papa

El cardenal Tarcisio Bertone, su secretario de Estado

LIMA, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Tarcisio Bertone, SBD, secretario de Estado, llegará este jueves a Perú para manifestar la solidaridad de Benedicto XVI a los peruanos tras el devastador terremoto, y presidir las celebraciones del IX Congreso Eucarístico Nacional.

Según informa la Conferencia Episcopal Peruana, a las 5:35 de la tarde, una comitiva encabezada por monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, su presidente, recibirá al purpurado italiano.

El cardenal, explica una nota emitida por la Conferencia Episcopal, «llegará a nuestro país para acercar la solidaridad del Papa Benedicto XVI al pueblo peruano tras el devastador terremoto del 15 de agosto, y presidirá las celebraciones del IX Congreso Eucarístico Nacional, que se celebrará del 25 al 30 de agosto, en la ciudad de Chimbote (al norte del Perú)».

El nuncio apostólico en el Perú, el arzobispo Rino Passigato; el arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani Thorne; el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan José Larrañeta Olleta, OP; el obispo emérito de Chimbote, monseñor Luis Bambarén Gastelumendi, SJ; miembros de la Operación Mato Grosso, así como varios obispos del Perú, integran la comitiva que dará la bienvenida al enviado papal.

Tras su llegada, el cardenal Tarcisio Bertone, iniciará su itinerario el viernes 24 de agosto con una visita al Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, en la sede del arzobispado de Lima.

Luego visitará al Presidente de la República, Alan García Pérez, con quien sostendrá un breve diálogo, en Palacio de Gobierno.

Durante el encuentro, el secretario de Estado Vaticano será condecorado con la con la Medalla de la Orden del Sol en el grado de Gran Cruz.

Posteriormente, se trasladará a la cuidad de Ica y Pisco para acercar la solidaridad del Papa Benedicto XVI a las familias de los fallecidos, y trasmitir la cercanía del Santo Padre a los miles de damnificados que sufren las consecuencias del devastador terremoto.
 


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Congreso Eucarístico de Perú, punto de partida de la gran misión continental

El país será consagrado por primera vez a la Virgen María

LIMA, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- El IX Congreso Eucarístico Nacional, a celebrarse en Chimbote del 25 al 30 de agosto, espera acoger a más de diez mil personas provenientes de todo el Perú.

Así lo señaló monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, obispo de Chimbote y anfitrión de esta gran cita Eucarística.

En una rueda de prensa concedida en semanas pasadas, señaló que el evento será inaugurado por el secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, SBD, Legado Pontificio.

Al inicio de la rueda de prensa, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, destacó la celebración del IX Congreso Eucarístico como producto del acuerdo de todos los obispos de Perú durante sus asambleas generales.

Expresó que el objetivo fundamental de este gran evento es “promover la devoción sólida a Jesús Eucaristía, que es el centro, el culmen y fundamento de toda la vida de la Iglesia”.

El cardenal Bertone será condecorado por el Gobierno peruano con la máxima distinción, es decir con la Medalla de la Orden del Sol en el grado de Gran Cruz.

Monseñor Piorno indicó que los obispos de Perú, así como cardenales, arzobispos, obispados, sacerdotes, religiosos, religiosas, agentes de pastoral, se congregarán durante seis días para manifestar su fe y devoción al Santísimo Sacramento.

El programa contempla la realización de un Congreso Teológico (27-29 agosto) donde se profundizará y reflexionará sobre aspectos principales de la Eucaristía. Las ponencias, girarán entorno a Familia, Juventud y mundo del trabajo, y estarán a cargo de obispos provenientes de España, Colombia, Panamá, Honduras, Argentina, entre otros.

Subrayó que se desarrollarán manifestaciones multitudinarias como la celebración Eucarística, la Adoración al Santísimo, Exposición y Bendición con el Santísimo y Procesiones con el Santísimo.

La Dedicación de la Catedral de Chimbote a la Virgen del Carmen y a San Pedro Apóstol (25 de agosto), y la Consagración de Perú a la Virgen María (30 de agosto) serán dos actos de gran relevancia dentro de gran encuentro entorno al Pan de Vida.

Monseñor Simón Piorno destacó que la dedicación de la catedral se hace realidad gracias a la Operación Matogrosso que dirige el padre Hugo de Censi.

Agregó que el IX Congreso contará con la participación de un coro integrado por 1.500 niños de Chacas (Ancash) que cantarán en latín, castellano y quechua.

Monseñor Miguel Cabrejos subrayó que el IX Congreso Eucarístico Nacional y la Consagración del Perú a la Virgen María se darán en un momento especial para la Iglesia en América Latina y del Caribe, que acaba de celebrar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida Brasil, donde se lanzó la convocatoria a la gran misión continental.

De aquí, subrayó que este gran encuentro eucarístico que se celebrará en Chimbote quiere ser el punto de partida de esta gran misión, convocando a todos los bautizados a vivir su fe, formándose para ser verdaderos Discípulos y Misioneros de Jesucristo.

El padre Roberto Backer May, CSC, director del Apostolado del Rosario en Familia, se refirió a la preparación de los fieles para la Consagración del Perú a la Virgen María.

Precisó que para este importante acto, que se dará por primera vez en el país, se han elaborado diversos materiales de profundización y reflexión, los mismos que vienen siendo compartidos en las comunidades parroquiales, grupos, movimientos y asociaciones de las jurisdicciones eclesiásticas del ámbito nacional.

Más información en http://www.iglesiacatolica.org.pe/cep/cen/index.htm
 


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Los obispos de Chile convocan un amplio diálogo sobre justicia social

«Sin justicia social no hay democracia integral»

SANTIAGO DE CHILE, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile convocó este miércoles a un diálogo nacional para acercar posiciones y lograr acuerdos que permitan impulsar las medidas tendientes a una mayor justicia social.

La declaración lleva por título «Sin justicia social no hay democracia integral» y fue dada a conocer en conferencia de prensa por monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo auxiliar de Santiago y Secretario General de la CECh. En el texto, los Obispos aclaran que ese diálogo debe incluir todas las miradas que busquen el progreso de nuestro país y de las familias más pobres.

A propósito del debate nacional que se ha originado en torno la equidad, los pastores señalan que «urge enfrentar como sociedad este apremiante tema de fondo» y al mismo tiempo valoran que diversos sectores del país hayan acogido positivamente el llamado que ha hecho el presidente de la Conferencia Episcopal a asumir la deuda pendiente, en cuanto a una mejor distribución de la riqueza, y la compensación ética y digna del trabajo humano.

«Interpelados por el Evangelio, por la doctrina social de la Iglesia y por el testimonio de nuestros santos y mártires, abordamos estas materias desde la misión de pastores que nos ha sido confiada».

«Lo hacemos porque a la conciencia cristiana de Chile no le puede resultar indiferente el sufrimiento de tantos hombres y mujeres --trabajadores, jubilados, pensionados y montepiados--, que no logran vivir con dignidad si no acceden a un ingreso que permita a una familia satisfacer sus necesidades básicas acordes con la naturaleza de quienes son hijos de Dios», señala la declaración episcopal.

Agregan que las decisiones económicas y las políticas públicas deben estar siempre motivadas por el bien de las personas, considerando de un modo privilegiado a los más vulnerables, a los más pobres: «No podemos resignarnos a aceptar la inequidad y la injusticia social como datos de la realidad. No podemos separar la ética de la vida ni de la economía».

Los obispos consideran imprescindible lograr acuerdos consensuados entre el gobierno y la oposición en favor de la equidad, «de modo que las políticas públicas y los emprendimientos del sector privado promuevan la creación de empleo, especialmente en los sectores más necesitados, e impulsen la productividad».

«También es necesario llegar a un acuerdo nacional que dé a la educación de calidad la prioridad que se merece. Sin estas medidas en el orden laboral y educacional no lograremos reducir substancialmente las brechas de ingreso que existen en nuestra sociedad», concluyen.


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Obispos argentinos escuchan un informe sobre drogodependencia

BUENOS AIRES, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org-Aica).- Los obispos argentinos que participan de la reunión de la Comisión Permanente del Episcopado, escucharon este miércoles un informe sobre la «acción pastoral» respecto a la drogodependencia, que ofreció la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto.

La reunión acotada a una veintena de prelados es presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Bergoglio, quien este martes hizo una introducción sobre las pautas de aplicación al Documento Conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida.

Además expusieron sobre este tema los sacerdotes Carlos María Galli, decano de la Facultad de Teología, y Víctor Manuel Fernández, ambos participantes del encuentro continental que inauguró en mayo el papa Benedicto XVI.

Durante la reunión también se dedicó un tiempo al III Congreso Misionero Nacional (COMINA3) celebrado recientemente en la ciudad bonaerense de San Nicolás, al que asistieron 1.500 misioneros, en su mayoría jóvenes, y 16 obispos del país.

También prevén escuchar informes de las comisiones episcopales de Fe y Cultura, Ecumenismo, Pastoral Universitaria y Seguimiento Legislativo, entre ellos uno relacionado con los proyectos referidos a la vida que debate el Congreso Nacional.

En tanto, este jueves conocerán los resultados de la última encuesta realizada para el Barómetro de la Deuda Social Argentina.
 


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Aumenta el respaldo económico del gobierno australiano a la Jornada Mundial de la Juventud

El cardenal Pell da la gracias al primer ministro John Howard

CANBERRA/SYDNEY, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- El cardenal arzobispo de Sydney -ciudad anfitriona de la Jornada Mundial de la Juventud 2008- ha transmitido su agradecimiento al primer ministro australiano, John Howard, por el aumento de la ayuda gubernamental al gran evento de fe y fiesta de peregrinos del mundo con el Papa.

Y es que Howard se ha comprometido a donar 15 millones de dólares australianos (cerca de 9 millones de euros) de parte del gobierno federal a la JMJ, confirma la organización.

La iniciativa se suma a los 20 millones de dólares (casi 12 millones de euros) que previamente ya había puesto el primer ministro a disposición del evento.

Declaró el cardenal George Pell –arzobispo de Sydney-: «El primer ministro ha sido un firme partidario de la JMJ'08 y estamos agradecidos por su compromiso personal con el evento y el apoyo del gobierno en todo lo posible».

«Sin ese apoyo -admite-, no habríamos podido organizar este acontecimiento».

Del 15 al 20 de julio próximo jóvenes peregrinos de todo el mundo están convocados, con el Papa, en torno a las palabras de Jesús: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hechos 1, 8). Para preparar esta cita, Benedicto XVI les ha dedicado un Mensaje.

La organización de la JMJ se hizo eco el martes de los cálculos del cardenal Pell, quien apunta que los 15 millones que el primer ministro ha acordado donar ayudarán a facilitar servicios clave para más de 200.000 peregrinos que tomarán parte en este evento.

«Vamos a necesitar servir casi 3,5 millones de comidas y proporcionar más de 200.000 mochilas a los peregrinos –ejemplificó el purpurado-; asimismo se tendrán que instalar fuentes adicionales y aseos en algunos centros de alojamiento».

«Esta generosa ayuda llega después de la decisión del Gobierno Federal de otorgar el visado por tres meses a todos los peregrinos inscritos, libre de cargos del Gobierno y cuotas del país», añadió.

El cardenal Pell subraya que la JMJ'08 será una de las mayores celebraciones de fe en la historia de Australia.

«Llegará a profundizar y renovar la fe de los jóvenes y será una poderosa contribución para asegurar que los valores justos y el respeto por los demás se promuevan y se transmitan a la siguiente generación», advierte.

«En nombre del Comité Local para la Organización y de la comunidad católica, deseo expresar mi profundo agradecimiento al primer ministro y a su gobierno por su enorme apoyo», expresó el cardenal Pell, añadiendo el deseo de la organización y de la archidiócesis de Sydney para finalizar, próximamente, los trámites pertinentes del compromiso de este reciente donativo.

Más información e inscripciones en la Jornada Mundial de la Juventud 2008 en la página oficial plurilingüe: www.wyd2008.org.
 


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El aborto, «grave violación del derecho a la vida»: alerta desde Rimini

Carlo Casini comenta la opción abortista de Amnistía Internacional

RIMINI, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- El aborto no es un derecho; no existe batalla por los derechos humanos que no parta del derecho a la vida, advierte Carlo Casini, presidente del Movimiento por la Vida (MPV) de Italia.

Su alerta se oyó en el mitin que organiza el movimiento Comunión y Liberación en Rimini (Italia), en la presentación de dos libros editados por «Società Editrice Fiorentina»: «Unioni di fatto, matrimonio e figli tra ideologia e realtà» («Uniones de hecho, matrimonio e hijos entre ideología y realidad») y también «Il testamento biologico. Quale autodeterminazione?» («El testamento biológico. ¿Qué autodeterminación?»).

Aludiendo a la opción abortista de Amnistía Internacional, el presidente del MpV afirmó: «Están de acuerdo contra la pena de muerte, están de acuerdo contra la guerra, pero cuando anualmente se suprimen –con la interrupción voluntaria del embarazo- 50 millones de seres humanos, pequeños e indefensos, los más pobres entre los pobres, privados de esa característica indispensable y amorosa que es la familia, no puedo más que oponerme».

El pasado 25 de marzo, en el marco de la Conferencia anual celebrada en Edimburgo, los cerca de 400 miembros británicos de Amnistía Internacional expresaron con un voto la decisión de empeñarse en la despenalización del aborto.

«Cuando pienso en los millones de niños que sufren a causa de la pobreza, no puedo aceptar que se les quite también un derecho fundamental como el de la vida», comentó Casini.

El presidente del MPV recordó que había estado presente en la fundación de la sección italiana de Amnistía Internacional en Florencia, apuntando que tuvo la impresión de que la conocida organización por los derechos humanos, en cuanto a temas de defensa de la vida, era huidiza, si no ausente.

Señalando la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, cuyo 60º aniversario se celebrará en 2008, Casini subrayó cómo su artículo 3º reconoce que «todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la propia persona».

Así, «el aborto no es un derecho, sino una violación grave del derecho a la vida», recalcó, añadiendo que por esta razón no puede existir defensa alguna de los derechos humanos sin la defensa de la vida.

Desde este punto de vista, el presidente del MPV invitó a los miembros de Amnistía Internacional a oponerse al sesgo abortista de esta asociación internacional y a renovar su propio compromiso en defensa de los derechos humanos apoyando todas aquellas asociaciones que hacen de la defensa de la vida naciente un derecho inalienable y no negociable.


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Reunión en Tegucigalpa de la Red Informática de la Iglesia en América Latina

Acogida por el cardenal Rodríguez Maradiaga y con la participación del arzobispo Celli

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Convocada por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, durante los días 17 al 21 de septiembre próximo se llevará a cabo en Tegucigalpa (Honduras) la X Reunión Continental de la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL).

Acogerá el encuentro el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de la capital, con personal de su arquidiócesis y el equipo de comunicación y la RIIAL de la Conferencia Episcopal de Honduras, bajo la dirección del monseñor Rómulo Emiliani, obispo auxiliar de San Pedro Sula.

Las sesiones se desarrollarán en el Campus de Espiritualidad El Tabor, a unos 19 kilómetros de Tegucigalpa en Valle de Ángeles y contarán con la presencia del nuevo presidente del Consejo Pontificio, el arzobispo Claudio María Celli, que conoce y ama a Honduras porque vivió allí durante varios años, y de monseñor Guillermo Ortiz Mondragón, responsable de la RIIAL por parte del CELAM.

Según han informado fuentes oficiales, el encuentro tendrá tres principales objetivos: diseñar nuevos cometidos par la RIIAL a la luz de «Documento» surgido en la pasada reunión del CELAM en Aparecida; aprovechar para los servicios de la RIIAL el nuevo panorama tecnológico y cultural multimedial que posibilita la aparición de la Web 2.0; y ofrecer a los obispos nuevos criterios y políticas prácticas para mejorar la presencia evangelizadora de la Iglesia en la cultura digital.
El grupo de Técnicos de la RIIAL presentará y estudiará la instrumentalización de las Redes Diocesanas a través del «Office Eclesial» y sus servicios; estudiará estrategias para mejorar la formación de técnicos en los países; impulsará mecanismos permanentes y ágiles de intercambio entre los técnicos del continente. Se estudiarán también las posibilidades del «Open Source» y del software libre.

El grupo de Contenidos se planteará los problemas actuales en torno a la conservación y archivo a largo plazo de documentos y otros recursos. También aspectos como la interoperabilidad, estándares, metadatos y normalización de los archivos. Se retomará el proyecto del RIC (Recursos Internet Católicos) y de la Comunidad de Páginas Web de acuerdo con la nueva realidad tecnológica.

Por su parte el grupo de Análisis y Prospectiva sugerirá iniciativas que promuevan el pensamiento teológico y filosófico sobre comunicación que fundamenten y completen la presencia pastoral y la actividad tecnológica de la Iglesia en este campo. Profundizará en la realidad y consecuencias pastorales de la evolución cultural de hoy, resumida en la expresión Web 2.0. Se intentará ofrecer a los Obispos nuevos elementos para la comprensión de esta realidad como matriz de la cultura juvenil y del futuro.

Aparte del trabajo en grupos, algunos temas que se abordarán en los plenarios son, entre otros: «Discípulos y misioneros en la era digital»; «Desafíos de la comunicación eclesial»; «Implicaciones de la Web 2.0 para la RIIAL»; «Internet y la comunicación eclesial»; «La comunicación digital como matriz de la cultura»; «La fase piloto de las redes diocesanas»; «Proyecto RIC y comunidad de páginas web católicas»; «Criterios y sugerencias en el uso de programas ‘open source’ y ‘software’ libre»; «Aspectos de gestión económica de nuestros proyectos»; «Propuestas para la nueva web RIIAL».


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Entrevistas


Cómo ver con los ojos del alma

Entrevista al asesor científico de la exposición «La luz, los ojos, el significado»

RIMINI, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- «El hombre en la sociedad de la imagen, bombardeado con imágenes, ve mucho, pero mira poco»: es la alerta que lanzó Mario Gargantini, director de la revista científica «Emmeciquadro», al presentar en el Meeting –organizado por Comunión y Liberación- de Rimini (Italia), el domingo, la exposición «La luz, los ojos, el significado. La experiencia humana de mirar», realizada por la asociación «Euresis» (www.euresis.org).

Por su parte el profesor de Física Aplicada en la Universidad de Estudios de Milán, Tommaso Bellini, apuntó que estudiando los aspectos físicos de la luz y los mecanismos de la visión humana, se descubre que «nuestro mirar es intrínsecamente un interpretar».

Y es que los mecanismos de codificación de la información obrada por el ojo humano –precisó- demuestran que «no estamos hechos para fotocopiar la realidad, sino para interpretarla».

Carlo Soave, profesor de Fisiología vegetal en la misma universidad, mostró la complejidad del ojo humano, recordando que el propio Charles Darwin escribía en 1859: «Suponer que el ojo pueda haberse formado por selección natural parece, lo admito francamente, del todo absurdo».

De acuerdo con el profesor Soave, «no existe imagen si no hay ojo que la construya», y precisamente es la elaboración de la imagen lo que diferencia profundamente a la humanidad respecto de los animales.

Para profundizar en este tema de gran interés científico, que a la vez ayuda a comprender la naturaleza única del hombre, Zenit ha entrevistado al profesor Mario Gargantini, coordinador científico de la citada exposición.

--¿Cuál es el objetivo de esta exposición?
--Profesor Gargantini: El objetivo de la exposición está estrechamente ligado al tema del Meeting («La verdad es el destino para el que hemos sido hechos». Ndt), la verdad vista a través de los ojos, la luz ha sido siempre sinónimo de verdad, mirar es un poco sinónimo de conocer.

Hemos visto que no se trata sólo de una cuestión científica en sentido estricto; a medida que se conoce el fenómeno de la visión en el hombre, es perceptible que hay algo más que no es reducible a los componentes biológicos, fisiológicos y neurológicos. Los científicos, también los de posturas agnósticas, reconocen que para comprender a fondo cómo ocurre esta experiencia es necesario llegar a plantear la cuestión de la conciencia.

--¿Qué quiere decir?

--Profesor Gargantini: La conciencia es el elemento ensamblador que interpreta las imágenes y las reúne de manera unitaria. Lo interesante es que el ojo humano es una continua interpretación de aquello que se imprime en la retina. Cuando llegan los impulsos, la retina, que es una terminación del cerebro, comienza a elaborar, decodificando el impulso eléctrico, que es transformado en un bit; de ahí comienza un viaje de continua elaboración, donde en cada etapa existe una interpretación de la imagen desde las diversas partes del cerebro.

Se ha descubierto que diversas partes de la corteza cerebral están destinadas a aspectos diferentes de la visión; por lo tanto algunas áreas ven sólo el movimiento, otras las formas, y su conjunto restituye la imagen.

--¿Cuál es el significado de este fenómeno?

--Profesor Gargantini: Como existe esta continua interpretación, el acto de la visión es precisamente algo activo, no pasivo, no es como la máquina fotográfica. Por lo tanto el acto de la visión es el hombre que interroga la realidad. Y lo hace confrontándose con lo que ha vivido, con su historia, con las imágenes precedentes, con las representaciones mentales. Por lo tanto es toda la persona unitariamente la que realiza un recorrido variado, y cuando uno dice «veo» es todo el yo, toda la persona, la que ve.

--¿Qué decir entonces de los artistas que han representado formas diversas de la realidad?
--Profesor Gargantini: En la exposición hemos dedicado una parte a la historia del arte en la que se documentan los diversos niveles en los que los artistas han contemplado las realidades no representadas, y han evidenciado elevados aspectos, por lo que se abarca desde la Edad Media, donde todo era símbolo, donde las pinturas estaban sumergidas en oro con la luz como símbolo de Dios, hasta el descubrimiento de la perspectiva y de la profundidad que cambia la visión: con el uso de la técnica de la perspectiva se puede ver dependiendo de dónde uno se sitúe, desde dónde se mire, dónde se haya ubicado, dónde se emplace la persona. Hasta una cierta arquitectura moderna que exaspera la utilización de la luz haciendo todo transparente, como si lo máximo de la vida fuera la transparencia absoluta hasta la evanescencia, cuando ya no se ve nada.

--¿Podría hablarnos de la unicidad de la capacidad humana de ver?

--Profesor Gargantini: El ojo humano va más allá de una explicación evolucionista; ninguna especie tiene un sistema similar. El propio Darwin tuvo que admitir que el ojo humano no puede haberse desarrollado por selección natural. Muchas pequeñas adaptaciones graduales orientadas a seleccionar la forma mejor no logran explicar un sentido como la vista.

El aparato visual humano es tan complejo que no conseguimos reproducir de él ni siquiera algunas partes menores. Y esto es evidente si se observan los grandes límites que la robótica encuentra en la visión. Los robots que construimos consiguen realizar funciones sencillas e individuales, pero no son capaces de ver.

--¿Cuál es ese añadido que hace humana la visión?

--Profesor Gargantini: El añadido que permite hacer «visión» de las imágenes que llegan del exterior es el alma, esto es, el substrato no material, único en el hombre, que hace de estas operaciones –que serían sólo mecánicas o eléctricas o bioquímicas- imágenes y estupor.

Por esto se habla de mirar con los ojos del alma, y para explicarlo mejor hemos puesto como sello final de nuestra exposición la reflexión del filósofo Romano Guardini: «Ver es encontrar la realidad; el ojo es sencillamente el hombre, en la medida en que él puede ser tocado por la realidad, en las formas de ésta ordenada a la luz... No se puede construir teoría alguna sobre el hecho de ver sin tomar en consideración la existencia del hombre... Las raíces del ojo yacen en el corazón... El ojo ve a partir del corazón».
 


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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI ilustra las lecciones de san Gregorio Nacianceno

Intervención durante la audiencia general

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Benedicto XVI durante la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, dedicada a presentar las enseñanzas dejadas por san Gregorio Nacianceno, obispo del siglo IV.


 

* * *
 


Queridos hermanos y hermanas:
En los retratos de los grandes padres y doctores de la Iglesia que trato de ofrecer en estas catequesis, la última vez hablé de san Gregorio Nacianceno, obispo del siglo IV, y hoy quisiera seguir completando el retrato de este gran maestro.Hoy trataremos de recoger algunas de sus enseñanzas.

Reflexionando sobre la misión que Dios le había confiado, san Gregorio Nacianceno concluía: «He sido creado para ascender hasta Dios con mis acciones» («Oratio 14,6 de pauperum amore»: PG 35,865). De hecho, puso al servicio de Dios y de la Iglesia su talento de escritor y orador. Escribió numerosos discursos, homilías y panegíricos, muchas cartas y obras poéticas (¡casi 18.000 versos!): una actividad verdaderamente prodigiosa. Había comprendido cuál era la misión que Dios le había confiado: «Siervo de la Palabra, me adhiero al ministerio de la Palabra, que nunca me permita descuidar este bien. Yo aprecio y gozo con esta vocación, me da más alegría que todo lo demás» («Oratio 6,5»: SC 405,134; Cf. también «Oratio 4,10»).

El nacianceno era un hombre manso, y en su vida siempre trató de promover la paz en la Iglesia de su tiempo, lacerada por discordias y herejías. Con audacia evangélica se esforzó por superar su propia timidez para proclamar la verdad de la fe. Sentía profundamente el anhelo de acercarse a Dios, de unirse a Él. Lo expresa él mismo en una poesía, en la que escribe: «grandes corrientes del mar de la vida, agitado de aquí a allá por impetuosos vientos,… había sólo una cosa que quería, mi única riqueza, consuelo y olvido de los cansancios, la luz de la santa Trinidad» («Carmina [histórica]» 2,1,15: PG 37,1250ss.).

Gregorio hizo resplandecer la luz de la Trinidad, defendiendo la fe proclamada en el Concilio de Nicea: un solo Dios en tres Personas iguales y distintas --Padre, Hijo y Espíritu Santo--, «triple luz que se une en un único esplendor» («Himno vespertino: Carmina [histórica]» 2,1,32: PG 37,512). De este modo, Gregorio, siguiendo a san Pablo (1 Corintios 8,6), afirma: «para nosotros hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas; un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y un Espíritu Santo, en el que están todas las cosas» («Oratio 39»,12: SC 358,172).

Gregorio puso muy de relieve la plena humanidad de Cristo: para redimir al hombre en su totalidad de cuerpo, alma y espíritu, Cristo asumió todos los componentes de la naturaleza humana, de lo contrario el hombre no hubiera sido salvado. Contra la herejía de Apolinar, quien aseguraba que Jesucristo no había asumido un alma racional, Gregorio afronta el problema a la luz del misterio de la salvación: «Lo que no ha sido asumido no ha sido curado» («Epístola 101», 32: SC 208,50), y si Cristo no hubiera tenido «intelecto racional, ¿cómo hubiera podido ser hombre?» («Epístola 101»,34: SC 208,50). Precisamente nuestro intelecto, nuestra razón, tenía necesidad de la relación, del encuentro con Dios en Cristo. Al hacerse hombre, Cristo nos dio la posibilidad de llegar a ser como Él. El nacianceno exhorta: «Tratemos de ser como Cristo, pues también Cristo se hizo como nosotros: ser como dioses por medio de Él, pues Él mismo se hizo hombre por nosotros. Cargó con lo peor para darnos lo mejor» («Oratio 1,5»: SC 247,78).

María, que dio la naturaleza humana a Cristo, es verdadera Madre de Dios («Theotókos»: Cf. «Epístola 101»,16: SC 208,42), y de cara a su elevadísima misión fue «pre-purificada» («Oratio 38»,13: SC 358,132, presentando una especie de lejano preludio del dogma de la Inmaculada Concepción). Propone a María como modelo de los cristianos, sobre todo a las vírgenes, y como auxilio que hay que invocar en las necesidades (Cf. «Oratio 24»,11: SC 282,60-64).

Gregorio nos recuerda que, como personas humanas, tenemos que ser solidarios los unos con los otros. Escribe: «"Nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo" (Cf. Romanos 12,5), ricos y pobres, esclavos y libres, sanos y enfermos; y única es la cabeza de la que todo deriva: Jesucristo. Y como sucede con los miembros de un solo cuerpo, cada quien se ocupa de cada uno, y todos de todos».

Luego, refiriéndose a los enfermos y a las personas que atraviesan dificultades, concluye: «Esta es la única salvación para nuestra carne y nuestra alma: la caridad hacia ellos» («Oratio 14,8 de pauperum amore»: PG 35,868ab).

Gregorio subraya que el hombre tiene que imitar la bondad y el amor de Dios y, por tanto, recomienda: «Si estás sano y eres rico, alivia la necesidad de quien está enfermo y es pobre; si no has caído, ayuda a quien ha caído y vive en el sufrimiento; si estás contento, consuela a quien está triste; si eres afortunado, ayuda a quien ha sido mordido por la desventura. Da a Dios una prueba de reconocimiento para que seas uno de los que pueden hacer el bien, y no de los que tienen que ser ayudados… No seas sólo rico de bienes, sino de piedad; no sólo de oro, sino de virtudes, o mejor, sólo de ésta. Supera la fama de tu prójimo siendo más bueno que todos; conviértete en Dios para el desventurado, imitando la misericordia de Dios» («Oratio 14, 26 de pauperum amore»: PG 35,892bc).

Gregorio nos enseña, ante todo, la importancia y la necesidad de la oración. Afirma que «es necesario acordarse de Dios con más frecuencia de lo que respiramos» («Oratio 27»,4: PG 250,78), pues la oración es el encuentro de la sed de Dios con nuestra sed. Dios tiene sed de que tengamos sed de Él (Cf. «Oratio 40», 27: SC 358,260). En la oración, tenemos que dirigir nuestro corazón a Dios para entregarnos a Él como ofrenda que debe ser purificada y transformada. En la oración, vemos todo a la luz de Cristo, dejamos caer nuestras máscaras y nos sumergimos en la verdad y en la escucha de Dios, alimentando el fuego del amor.

En una poesía, que al mismo tiempo es meditación sobre el sentido de la vida e invocación implícita de Dios, Gregorio escribe: «Alma mía, tienes una tarea, si quieres, una gran tarea. Escruta seriamente en tu interior, tu ser, tu destino; de dónde vienes y adónde irás, trata de saber si es vida la que vives o si hay algo más. Alma mía, tienes una tarea, purifica, por tanto, tu vida: considera, por favor, Dios y sus misterios, indaga en lo que había antes de este universo, y qué es para ti, de dónde procede y cuál será su destino. Esta es tu tarea, alma mía, por tanto, purifica tu vida» («Carmina [historica] 2»,1,78: PG 37,1425-1426).

El santo obispo pide continuamente ayuda a Cristo para elevarse y reanudar el camino: «Me ha decepcionado, Cristo mío, mi exagerada presunción: de las alturas he caído muy bajo. Pero, vuelve a levantarme nuevamente ahora, pues veo que me engañé a mí mismo; si vuelvo a confiar demasiado en mí mismo, volveré a caer inmediatamente, y la caída será fatal» («Carmina [historica] 2»,1,67: PG 37,1408).

Gregorio, por tanto, sintió necesidad de acercarse a Dios para superar el cansancio de su propio yo. Experimentó el empuje del alma, la vivacidad de un espíritu sensible y la instabilidad de la felicidad efímera. Para él, en el drama de una vida sobre la que pesaba la conciencia de su propia debilidad y de su propia miseria, siempre fue más fuerte la experiencia del amor de Dios.

Tienes una tarea --nos dice san Gregorio también a nosotros--, la tarea de encontrar la verdadera luz, de encontrar la verdadera altura de tu vida. Y tu vida consiste en encontrarte con Dios, que tiene se de nuestra sed.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, Benedicto XVI saludó en varios idiomas a los peregrinos. En español, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
San Gregorio Nacianceno, reflexionando sobre la misión que el Señor le había encomendado, dice: «He sido creado para ascender hasta Dios con mis acciones». Él era un hombre manso, y en su vida trabajó siempre por la paz en la Iglesia de su tiempo, dañada por discordias y herejías. Con audacia evangélica proclamó la verdad de la fe, a la vez que sentía profundamente el anhelo de acercarse y unirse a Dios.

Gregorio hizo resplandecer la luz de la Trinidad defendiendo la fe proclamada en el Concilio de Nicea: un solo Dios en tres Personas iguales y distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Asimismo, puso muy de relieve la plena humanidad de Cristo. Gregorio nos recuerda que, como personas humanas, debemos ser solidarios los unos con los otros, imitando la bondad y el amor de Dios. Nos enseña ante todo la importancia y la necesidad de la oración, en la cual debemos dirigir nuestro corazón a Dios para entregarnos a Él como una ofrenda que se ha de purificar y transformar. En la oración nosotros vemos todo a la luz de Cristo, nos quitamos nuestras máscaras y nos sumergimos en la verdad y en la escucha de Dios, alimentando el fuego del amor.

Saludo ahora a los visitantes de lengua española, en especial a los diversos grupos parroquiales y cofradías, a los miembros de la Juventud Mariana Vicentina, así como a los peregrinos de varios Países latinoamericanos. Una vez más deseo recordar con gran afecto y cercanía espiritual al querido pueblo peruano, tan probado en estos días, pidiendo gestos de solidaridad cristiana, como enseña san Gregorio Nacianceno. ¡Que Dios os bendiga!


[© Copyright 2007 -- Libreria Editrice Vaticana]


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Benedicto XVI presenta un retrato de san Gregorio Nacianceno

Intervención en la audiencia general del miércoles 8 de agosto

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Benedicto XVI durante la audiencia general del miércoles 8 de agosto, celebrada en el aula Pablo VI del Vaticano, dedicada a presentar un retrato de san Gregorio Nacianceno, obispo del siglo IV. En la audiencia de este 22 de agosto el Papa ha recogido las enseñanzas de este Padre de la Iglesia.

 

* * *
 



¡Queridos hermanos y hermanas!:
El miércoles pasado hablé de un gran maestro de la fe, el Padre de la Iglesia San Basilio. Hoy quisiera hablar de su amigo Gregorio de Nacianzo originario también, como Basilio, de Capadocia. Ilustre teólogo, orador y defensor de la fe cristiana en el siglo IV, fue famoso por su elocuencia y también tuvo, como poeta, un alma refinada y sensible.

Gregorio nació de una noble familia. Su madre lo consagró a Dios desde su nacimiento, que ocurrió sobre el 330. Después de la primera educación familiar, frecuentó las más célebres escuelas de la época: primero fue a Cesarea de Capadocia, donde trabó amistad con Basilio, futuro obispo de aquella ciudad, y vivió después en otras metrópolis del mundo antiguo, como Alejandría de Egipto y, sobre todo, Atenas, donde de nuevo encontró a Basilio (cfr. «Oratio 43»,14-24; SC 384, 146-180). Evocando esta amistad, Gregorio escribirá más tarde: “En aquel entonces, no sólo yo sentía una auténtica veneración hacia mi gran Basilio por la seriedad de sus costumbres y por la naturaleza y sabiduría de sus discursos, sino que animaba también a otros, que aún no le conocían, a hacer potro tanto… Nos guiaba la misma ansia de saber. Y esta era nuestra competición: no quién sería el primero, sino quién ayudaría al otro a serlo. Parecía que tuviésemos una sola alma en dos cuerpos” (Oratio 43,16-20; SC 384 154-156.164). Son palabras, que de alguna manera, describen el autorretrato de esta noble alma. Pero también puede imaginarse que este hombre, que estaba proyectado fuertemente más allá de los valores terrenos, sufriera mucho por las cosas de este mundo.

Cuando volvió a casa, Gregorio recibió el bautismo y se orientó hacia la vida monástica: la soledad, la meditación filosófica y espiritual, le fascinaban. Él mismo escribirá: “Nada me parece más grande que esto: hacer callar los propios sentidos, salir de la carne del mundo, recogerse en uno mismo, dejar de ocuparse de las cosas humanas, excepto de las estrictamente necesarias, hablar consigo mismo y con Dios, llevar una vida que trasciende las cosas visibles; llevar en el alma imágenes divinas siempre puras, sin mezcla de firmas terrenas y erróneas, ser verdaderamente un espejo inmaculado de Dios y de las cosas divinas, y serlo cada vez más, tomando luz de la luz…; gozar, en la esperanza presente, el bien futuro, y conversar con los ángeles; haber abandonado ya la tierra, aun estando en la tierra, transportados a lo alto con el espíritu” («Oratio 2»,7: SC 247,96).

Como confía en su autobiografía (cfr «Carmina [histórica] 2»,1,11 «de vita sua» 340-349: PG 37,1053) recibió la ordenación presbiteral con cierta duda, porque sabía que después debería ejercer como pastor, ocuparse de los demás, de sus cosas y, por ello, no podría estar ya recogido en la meditación pura. Sin embargo, después aceptó esta vocación y asumió el ministerio pastoral en plena obediencia, aceptando, como le sucedió a menudo durante su vida, el ser llevado por la Providencia allí a donde no quisiera ir (cfr Jn 21,18). En el 371 su amigo Basilio, Obispo de Cesarea, contra el deseo del mismo Gregorio, quiso consagrarlo como Obispo de Samina, una región estratégicamente importante de Capadocia. Sin embargo, y debido a distintas dificultades, no tomo nunca posesión, y permaneció en la ciudad de Nacianzo.

Hacia el 379, Gregorio fue llamado a Constantinopla, la capital, para guiar a la pequeña comunidad católica fiel al Concilio de Nicea y a la fe trinitaria. La mayoría, por el contrario, se había adherido al arrianismo, que era “políticamente correcto” y que los emperadores consideraban políticamente útil. De esta manera, se encontró en minoría, rodeado de hostilidad. En la pequeña iglesia de la «Anástasis» pronunció cinco «Discursos Teológicos» («Oraciones» 27-31; SC 250, 70-343), precisamente para defender y hacer inteligible la fe trinitaria. Son discursos que se han hecho famosos por la seguridad de la doctrina, la habilidad del razonamiento, que hace realmente comprender que ésta es la lógica divina. Y también el esplendor de la forma lo hace hoy fascinante. Gregorio recibió, como consecuencia de estos discursos, el apelativo de “teólogo”: Así se le llama en la Iglesia ortodoxa: el “teólogo”, Y esto porque la teología no es para él una reflexión meramente humana, o menos todavía el fruto de complicadas especulaciones, sino que deriva de una vida de oración y de santidad, de un diálogo constante con Dios. Y precisamente así hace que aparezca ante nuestra razón la realidad de Dios, el misterio trinitario. En el silencio contemplativo, transido de estupor ante las maravillas del misterio revelado, el alma acoge la belleza y la gloria divina.

Mientras participaba en el Segundo Concilio Ecuménico de 381, Gregorio fue elegido Obispo de Constantinopla, y asumió la presidencia del Concilio. Pero de pronto se desencadenó una fuerte oposición contra él, hasta que la situación se hizo insostenible. Para un alma tan sensible, estas enemistades eran insoportables. Se repetía lo que Gregorio ya había lamentado con palabras llenas de dolor: “¡Hemos dividido a Cristo, nosotros, que tanto amábamos a Dios y a Cristo! ¡Nos hemos mentido los unos a los otros con motivo de la Verdad, hemos alimentado sentimientos de odio a causa del Amor, nos hemos separado el uno del otro!” («Oratio 6»,3: SC 405,128). Se llegó así, en un clima de tensión, a su dimisión. En la concurridísima catedral Gregorio pronunció un discurso de adiós de gran efecto y dignidad (cfr «Oratio 42»: SC 384,48-114). Concluía su dolorida intervención con estas palabras: “Adiós, gran ciudad a la que Cristo ama… Hijos míos, os lo suplico, custodiad el depósito [de la fe] que os ha sido confiado (cfr 1 Tm 6,20), acordaos de mis sufrimientos (cfr. Col 4,18). Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros” (Cfr. «Oratio 42»,27: SC 384, 112-114).

Volvió a Nacianzo y se dedicó al cuidado pastoral de aquella comunidad cristiana durante unos dos años. Después se retiró definitivamente a la soledad en la cercana Arianzo, su tierra natal, dedicándose al estudio ya la vida ascética. En este periodo compuso la mayor parte de su obra poética, especialmente autobiográfica: El «De vita Sua», una relectura en verso de su camino humano y espiritual, un camino ejemplar de un cristiano sufriente, de un hombre de una gran interioridad en un mundo lleno de conflictos. Es un hombre que nos hace sentir la primacía de Dios y por eso nos habla también a nosotros, a nuestro mundo: sin Dios, el hombre pierde su grandeza, sin Dios no hay humanismo auténtico. Por eso, escuchemos esta voz e intentemos conocer también nosotros el rostro de Dios. En una de sus poesías, había escrito dirigiéndose a Dios: “Sé benigno, Tú, más Allá de todo” («Carmina [dogmática]» 1,1,29: PG 37,508). Y en el año 390 Dios acogía entre sus brazos a este siervo fiel, que le había defendido en sus escritos con una aguda inteligencia y que le había cantado con tanto amor en sus poesías.




[Al final de la audiencia, Benedicto XVI saludó en varios idiomas a los peregrinos. En español, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
San Gregorio Nazianceno, Padre de la Iglesia del siglo IV, fue un ilustre teólogo, orador y defensor de la fe cristiana. De noble familia frecuentó las más celebres escuelas de su época. Poco después de su bautismo, Gregorio se orientó hacia la vida monástica: le fascinaban la soledad, la meditación filosófica y espiritual. En el año 381, mientras participaba en el segundo Concilio Ecuménico, fue nombrado Obispo de Constantinopla, asumiendo la presidencia del Concilio. Pero inmediatamente, al levantarse una fuerte oposición contra él, tuvo que dimitir. Volvió a Nacianzo y durante dos años dirigió aquella comunidad cristiana. Después se retiró definitivamente en soledad hasta su muerte, dedicándose al estudio y a la vida ascética. San Gregorio, llamado también el “teólogo”, afirma que la teología no es una reflexión puramente humana, sino que nace de una vida de oración y de santidad, de un diálogo asiduo con Dios. En el silencio contemplativo, entretejido de estupor ante las maravillas del misterio revelado, el alma descubre la belleza y la gloria divina.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, saludo a las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, que celebran su Capítulo General, a los seminaristas de la Diócesis de Granada, así como a los distintos grupos venidos de España, México y de otros países latinoamericanos. Que vuestra peregrinación a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo fortalezca vuestra fe y acreciente vuestro amor a la Iglesia. ¡Gracias por vuestra visita!


[© Copyright 2007 -- Libreria Editrice Vaticana]
 


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Documentación


«Sin justicia social no hay democracia integral»

Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

SANTIAGO DE CHILE, miércoles, 22 agosto 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración emitida este miércoles por el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile con el título «Sin justicia social no hay democracia integral».

 

* * *
 


1. En este Mes de la Solidaridad los chilenos hemos sido testigos de un debate nacional sobre la equidad. Nos urge enfrentar como sociedad este apremiante tema de fondo.

2. En el reciente conflicto en Codelco, fue posible alcanzar acuerdos mediante el contacto directo entre las partes involucradas, pese a la complejidad del tema y a los obstáculos existentes. Estos acuerdos se lograron gracias a la ayuda que prestó el Obispo de Rancagua, con su disponibilidad permanente para facilitar el diálogo.

3. Como consecuencia de ese hecho y de las demandas crecientes de organizaciones de trabajadores, diversos sectores del país han acogido positivamente el llamado que ha hecho el Presidente de la Conferencia Episcopal a asumir la deuda pendiente, en cuanto a una mejor distribución de la riqueza, y la compensación ética y digna del trabajo humano.

4. Interpelados por el Evangelio, por la doctrina social de la Iglesia y por el testimonio de nuestros santos y mártires, abordamos estas materias desde la misión de pastores que nos ha sido confiada. Lo hacemos porque a la conciencia cristiana de Chile no le puede resultar indiferente el sufrimiento de tantos hombres y mujeres -trabajadores, jubilados, pensionados y montepiados-, que no logran vivir con dignidad si no acceden a un ingreso que permita a una familia satisfacer sus necesidades básicas acordes con la naturaleza de quienes son hijos de Dios.

5. Creemos que las decisiones económicas y las políticas públicas deben estar siempre motivadas por el bien de las personas, considerando de un modo privilegiado a los más vulnerables, a los más pobres. No podemos resignarnos a aceptar la inequidad y la injusticia social como datos de la realidad. No podemos separar la ética de la vida ni de la economía.

6. Es por ello que consideramos imprescindible lograr acuerdos consensuados entre el gobierno y la oposición en favor de la equidad, de modo que las políticas públicas y los emprendimientos del sector privado promuevan la creación de empleo, especialmente en los sectores más necesitados, e impulsen la productividad. También es necesario llegar a un acuerdo nacional que dé a la educación de calidad la prioridad que se merece. Sin estas medidas en el orden laboral y educacional no lograremos reducir substancialmente las brechas de ingreso que existen en nuestra sociedad.

7. Agradecemos sinceramente a todas las personas e instituciones que han acogido nuestro llamado a promover la justicia y la equidad con buena disposición y búsqueda de propuestas. Ante la proximidad del Bicentenario, no quisiéramos que esta voluntad quedara archivada como una más entre las buenas intenciones. Por eso, sentimos nuestro deber, como Obispos de la Iglesia Católica, perseverar en nuestro empeño de invitar a la sociedad a dar nuevos pasos en este camino.

8. Hacemos un llamado al diálogo nacional que incluya todas las miradas que busquen el progreso de nuestro país y de las familias más pobres, para acercar posiciones y lograr acuerdos entre los actores con mayor responsabilidad por el bien común, y de esta manera, puedan impulsar las medidas que conduzcan a una patria con mayor justicia social. De nuestra parte, siempre estaremos dispuestos a motivar dicho diálogo y a facilitarlo. Invitamos a comprometerse en él a los católicos y a las personas de buena voluntad que sirven en el mundo laboral, político, académico, científico y comunicacional.

9. Tal como expresábamos en nuestra declaración del 18 de julio pasado, necesitamos «escucharnos y abrirnos a buscar soluciones que integren los distintos puntos de vista, para resolver los dramáticos problemas de pobreza y trabajo precario». Creemos en el diálogo y por eso hacemos este llamado. Nuestra Iglesia está dispuesta a colaborar en él, cumpliendo así el encargo que recibió de Jesucristo y por el cual nos juzgará un día. (cfr. Mt 25, 31ss).

 

10. «Sin justicia social no puede existir democracia integral», nos decía san Alberto Hurtado, cuya fiesta recordamos este 18 de agosto, Día de la Solidaridad. Que su testimonio inspire el diálogo y que éste produzca abundante fruto. Todo ello se lo encomendamos a la protección de María Reina, Madre de Jesús, cuyo reino no tendrá fin.

 
EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE

+ Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente

+ Gonzalo Duarte García de Cortázar
Obispo de Valparaíso
Vicepresidente

+ Francisco Javier Errázuriz Ossa
Cardenal Arzobispo de Santiago

+ Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Concepción

+ Cristián Contreras Villarroel
Obispo Auxiliar de Santiago
Secretario General

Santiago de Chile, 22 de agosto de 2007
 

 


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