México: dos informes señalan al ex-presidente Salinas de Gortari como presunto inductor del asesinato del cardenal Posadas
24.08.07 @ 07:53:39. Archivado en Iglesia en el mundo
Fue un delito de Estado. Este es el resultado que arrojan las investigaciones que se han desarrollado a cargo del cardenal Sandoval, quien acusa al ex presidente de la República norteamericana, Carlos Salinas de Gortari, de haber ordenado el asesinato del cardenal Posadas Ocampo, que tuvo lugar el 24 de mayo de 1993 en el aparcamiento del aeropuerto de Guadalajara.Hace unos días, el cardenal Sandoval (sucesor de monseñor Posadas al frente de la archidiócesis de Guadalajara) declaró públicamente que conocía la identidad del inductor del asesinato. La razón por la que la Iglesia decidió tomar cartas en el asunto es la deficiente instrucción que de la causa habían realizado los tribunales federales mexicanos. Según la versión oficial, el purpurado se habría encontrado inesperadamente en medio de un tiroteo entre bandas rivales de narcotraficantes. Algunas de las balas le habrían alcanzado, provocándole la muerte. Lo que no quedaba claro de esta versión de los hechos es qué hacían un grupo de hombres armados hasta los dientes en una zona aparentemente tan segura como el aeropuerto de Guadalajara, custodiado por numerosos agentes de policía que cuentan con detectores de metales para desempeñar su labor. Pero sobretodo, ¿por qué habrían de ajustar cuentas a plena luz del día y en un lugar público? Estos y otros elementos igualmente sospechosos determinaron que el Vaticano decidiera abrir una investigación en 2006.
Según las conclusiones del cardenal Sandoval, Salinas de Gortari habría decidido acabar con monseñor Posadas debido a que éste tenía en su poder documentación que involucraba al presidente en las actividades de narcotráfico que venía llevando a cabo su ex-esposa. Posadas pretendía entregar toda esa documentación al nuncio apostólico en México, pero la valija en la que se encontraban los papeles desapareció misteriosamente tras el asesinato. Según las pruebas reunidas por el cardenal Sandoval, el día de la muerte de Posadas fueron vistos en el aeropuerto de Guadalajara algunos agentes de la guardia presidencial. Ese mismo día aterrizó un avión en el que viajaban miembros del servicio secreto, cuya presencia nadie ha podido justificar. Por otro lado, el médico forense llamado por el juez a examinar el cadáver del purpurado ha testificado que recibió orden tajante y expresa de la oficina del presidente de no practicar la autopsia.
Parece ser que además el teléfono del cardenal estaba intervenido y que todos sus movimientos eran vigilados. Según monseñor Sandoval Iñiguez, Posadas Ocampo habría entrado en conocimiento de los turbios manejos del presidente Salinas a través de la ex-mujer de éste. Tanto detestaba Salinas al cardenal Posadas, que unos meses antes del delito hizo que agentes de seguridad le insultaran y agredieran en el palacio presidencial. Otro de los datos que hace tambalearse la versión oficial lo constituyen una serie de movimientos en la cuenta corriente del instructor originario del caso, Jorge Carpizo McGregor, que habría recibido grandes sumas de dinero en dólares USA durante el tiempo que duró la instrucción de la causa, que fue archivada y luego reabierta en 2003. Carpizo es hoy por hoy uno de los más firmes apoyos del PRD, el partido comunista mexicano que lidera Manuel López Obrador, cuya hostilidad hacia la Iglesia es manifiesta.
Esta información es una reproducción parcial de lo publicado en exclusiva por el periodista italiano B. Volpi en su página web personal