ZENIT
El mundo visto desde Roma
Servicio diario - 26 de agosto de 2007
SANTA SEDE
Seguir a Cristo, «pasaporte» universal para la vida eterna, aclara el Papa
El testimonio actual de los Ochocientos mártires de Otranto, según el cardenal Saraiva
MUNDO
La India: el obispo de Hyderabad condena el «cobarde» asesinato de 44 personas
Fallece Helmut Nicklas, protagonista de la comunión entre movimientos cristianos
La Jornada Mundial del Rosario unirá a millones de personas en todo el mundo
ESPECIAL
Católicos y evangélicos, convocados a compartir y anunciar el Nombre de Jesús
ANÁLISIS
El arriesgado negocio de la fecundación in vitro
FLASH
«Cristianos y musulmanes están llamados a vivir juntos»
ANGELUS
Benedicto XVI: La verdadera amistad con Cristo nos abre la puerta del Cielo
Santa Sede
Seguir a Cristo, «pasaporte» universal para la vida eterna, aclara el Papa
En su intervención antes de rezar el Ángelus
CASTEL GANDOLFO, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- No presuntos privilegios religiosos, sino una verdadera amistad con Cristo tejida de humildad de corazón es la puerta para entrar en la vida eterna, recuerda Benedicto XVI.
Miles de peregrinos que acudieron a rezar, a Castel Gandolfo (cerca de Roma), el Ángelus junto al Papa, asistieron a la breve, pero intensa catequesis sobre el Evangelio que este domingo, como en los anteriores, «nos invita a considerar el futuro que nos espera y al cual nos debemos preparar durante nuestra peregrinación terrena».
Se trata del pasaje de Lucas (13,23-24) en el que Jesús invita al esfuerzo por entrar a la salvación «por la puerta estrecha».
El mensaje de Cristo es que «todos pueden entrar en la vida, pero para todos la puerta es “estrecha”», o sea, «no hay privilegiados», recalcó Benedicto XVI alertando sobre «la tentación de interpretar la práctica religiosa como fuente de privilegios o de seguridades».
Y ese paso a la vida eterna es «estrecho» porque «es exigente –aclaró el Papa-, requiere empeño, abnegación, mortificación del propio egoísmo», pero «la salvación, que Jesús obró con su muerte y resurrección, es universal».
La «única e igual condición» para entrar en la vida celestial -resumió- es «la de esforzarse en seguir [a Cristo] e imitarle, cargando, como Él hizo, con la propia cruz y dedicando la vida al servicio de los hermanos».
El propio Jesús recuerda en el Evangelio que «no seremos juzgados según presuntos privilegios, sino según nuestras obras»: «los “agentes de iniquidad” serán excluidos»; «serán acogidos cuantos hayan realizado el bien y buscado la justicia, a costa de sacrificios», subrayó el Papa.
Por eso insistió en que no basta con «declararse “amigos” de Cristo», sino que «la verdadera amistad con Jesús se expresa en la forma de vivir»: «con la bondad del corazón, con la humildad, la mansedumbre y la misericordia, el amor por la justicia y la verdad, el empeño sincero y honesto por la paz y la reconciliación», enumeró.
«Éste, podríamos decir, es el “documento de identidad” que nos cualifica como sus auténticos «amigos» -expresó el Santo Padre-; éste es el «pasaporte» que nos permitirá entrar en la vida eterna».
El testimonio actual de los Ochocientos mártires de Otranto, según el cardenal Saraiva
Prefecto de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos
OTRANTO, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- De acuerdo con el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, los mártires de todos los tiempos –como los Ochocientos de Otranto- enseñan a la Iglesia de hoy a «caminar al encuentro del Señor que viene, soportando la tribulación sin apagar jamás la esperanza».
El cardenal Jose Saraiva Martins presidió, con una solemne Eucaristía en Otranto, el inicio de los trece días de preparación de las celebraciones de los beatos Antonio Primaldo y compañeros laicos de esa localidad italiana, fiesta que tuvo lugar el 14 de agosto.
En la ocasión el purpurado recordó en especial el reconocimiento de la historicidad del martirio de los Ochocientos, otorgado por Benedicto XVI el pasado 6 de julio.
El martirio
De acuerdo con los datos históricos de la diócesis italiana, el verano de 1480 una flota turca capitaneada por el pachá Acmet entró en el mar de Otranto para ocupar la ciudad y abrir camino a las tropas otomanas para la conquista del reino de Nápoles.
El asedio de Otranto duró del 28 de julio al 11 de agosto. Los otrantinos ofrecieron fuerte resistencia, pero el lugar fue ocupado y muchísimos ciudadanos asesinados en su huida.
Algunos hallaron refugio en la catedral, pero los turcos también irrumpieron en ella; dieron muerte a los sacerdotes y al propio arzobispo, Stefano Pendinelli –de 84 años-, mientras celebraban la Santa Misa y distribuían la Eucaristía a los fieles.
Tras el asedio de la ciudad y esta matanza, Acmet ordenó que fueran llevados a su presencia todos los hombres de más de 15 años. Eran 813 –popularmente se les llama «los Ochocientos»-. Les conminó a renegar de su fe cristiana y abrazar el mahometismo para salvar su vida. Uno de ellos, Antonio Pezzulla («Primaldo», primero en morir), respondió por todos: «Nosotros creemos en Jesucristo, Hijo de Dios; y por Jesucristo estamos dispuestos a morir».
A los tres días de la ocupación de la ciudad, el 14 de agosto, los Ochocientos fueron encadenados, desnudados y conducidos a la colina de Minerva. Se confortaban unos a otros.
El cuerpo de Antonio Primaldo, primero en sufrir la decapitación, prodigiosamente se puso de pié y permaneció así, inmóvil, hasta el final de la matanza. El milagro impactó a uno de los verdugos, Berlabei, que tiró su cimitarra, se confesó cristiano y tuvo que soportar entonces el suplicio del empalamiento.
Los cuerpos de los mártires permanecieron insepultos e incorruptos trece meses, hasta el 8 de septiembre de 1481, fecha de la liberación de Otranto. Sus reliquias fueron llevadas a la cripta de la catedral.
Los mártires fueron reconocidos como beatos con decreto del Papa Clemente XIV el 14 de diciembre de 1771, documento que validaba el hecho del martirio y el culto hacia los mártires.
Su actualidad
El reconocimiento de la historicidad de este martirio –recientemente, por parte Benedicto XVI- no significa tanto la reafirmación historicista de la matanza, sino «la verdad de la lectura de fe de aquél como la única posible»; no significa sólo «la definición de los perfiles de una tragedia, sino también, y sobre todo, la dinámica de un testimonio», subrayó el cardenal Saraiva en su homilía.
Una lectura de esa histórica página «nos permite ver en ella la filigrana de la presencia del primer protagonista: Jesucristo»; los Ochocientos evidenciaron «la necesidad de conservar su autenticidad interior, tan fuertemente comprometida, por la confianza en Él», señaló.
«Nuestro vivo deseo -admitió el purpurado- es acoger en su vida la fuerte afirmación de uno de los secretos más importantes para la vida de todo cristiano: “Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas” (Lucas 21, 19)».
Recalca el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos que el Papa, reconociendo este martirio en su autenticidad, «relanza la actualidad de este extraordinario patrimonio espiritual a la comunidad de Otranto y a la Iglesia universal».
«Pide, además, que el culto hacia los mártires no pierda su vigor originario -añade-, el mismo que hizo de ese acontecimiento un punto sin retorno para» Otranto, «el que ya en los días sucesivos al martirio hizo florecer en el corazón de los supervivientes el deseo de dirigirse a ellos no con la oración de difuntos, sino con la plegaria reservada a los mártires», «el vigor que alimentó la solicitud de los obispos otrantinos, hasta llegar a monseñor Negro, a esta ulterior -fundamental- etapa hacia la canonización».
Recalca el cardenal Saraiva que «tener el martirio ante los ojos significa para la Iglesia de hoy asumir la actitud adecuada frente el mundo»: la actitud precisamente «de los mártires de todos los tiempos, quienes supieron hallar en la promesa la luz suficiente para caminar al encuentro del Señor que viene, soportando la tribulación, sin apagar jamás la esperanza».
Venerar a los mártires de Otranto significa, citando palabras de Benedicto XVI –en el IV Congreso Eclesial Nacional (italiano) celebrado en Verona-, reconocerles como «testigos del gran “sí” de Dios al hombre», y a la vez como aquellos que, en su máxima fragilidad humana, hicieron visible el gran «sí» de la fe, concluye el cardenal Saraiva.
Mundo
La India: el obispo de Hyderabad condena el «cobarde» asesinato de 44 personas
Fuerte movilización católica en auxilio de las víctimas del atentado del sábado
HYDERABAD, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- «La Iglesia en Hyderabad condena con fuerza este ataque terrorista»; «estas bombas son un acto de cobardía»: así se ha pronunciado el arzobispo católico Marampudi Joji sobre los atentados que, en la tarde del sábado, sembraron muerte y destrucción en la capital del Estado indio de Andhra Pradesh.
«Es terrible que unos individuos puedan desencadenar tal oleada de terror en ciudadanos inocentes», denunció el prelado, según cita la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) «AsiaNews.it».
Primero explotó un artefacto, hacia las 19.50 horas, en Gokul Chat Shop, un punto de comida rápida muy concurrido entonces. Otras dos detonaciones tuvieron lugar a 5 kilómetros, en un auditorio –el Lumini Park- donde, en presencia de medio millar de ciudadanos, se ofrecía un espectáculo láser. Por ahora, la cifra de muertos asciende a 44. Los heridos, al centenar.
En horas sucesivas se han encontrando muchos otros artefactos que no llegaron a activarse. La alternativa se habría traducido en cientos de víctimas. Las investigaciones están abiertas y ya han comenzado las detenciones de sospechosos.
En cuanto se produjo la tragedia, monseñor Joji pidió a todos los médicos y enfermeras cristianos, varios miles, que se emplearan a fondo para atender las necesidades de los afectados.
Asimismo instituciones caritativas –escuelas, casas de acogida, parroquias- permanecieron abiertas toda la noche para ofrecer hospitalidad, comida y seguridad a muchas familias que, aterrorizadas, no quisieron regresar a sus casas, apunta la agencia del PIME.
Ésta recogió declaraciones del arzobispo católico, quien expresó su «profunda solidaridad y dolor hacia las víctimas de estos ataques y sus familias».
El prelado ha pedido que en todas las Misas de este domingo se ore «para que Cristo consuele a las familias de cuantos han perecido en las explosiones».
«Tal vez la ayuda más importante es ofrecer un sentido de esperanza en estos tiempos de aparente desesperación», añadió.
Andhra Pradesh es el tercer Estado de la India, con una población superior a los 76 millones de habitantes –80% hindúes, 9% musulmanes, 4% cristianos-.
El pasado mayo sufrió un atentado contra la histórica mezquita de Mecca Masjid, también en Hyderabad; murieron al menos seis personas. Era día de oración y se habían reunido en el lugar unos ocho mil fieles. El ataque permanece sin aclarar.
La Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) expresó su más firme condena por aquel crimen y, en nombre de los seis millones de cristianos del Estado, el arzobispo de Hyderabad hizo saber su más profunda condolencia a las familias de las víctimas y su solidaridad en la oración respecto a los heridos.
Fallece Helmut Nicklas, protagonista de la comunión entre movimientos cristianos
Protestante, fue responsable de la asociación alemana ecuménica de jóvenes cristianos
MUNICH, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- «Helmut Nicklas, era realmente una persona carismática por su capacidad de escuchar la voz de Dios y de seguirle con radicalidad»: así le recordó Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares.
En un mensaje leído en la iglesia de San Mateo -catedral evangélico-luterana de Munich- el pasado 17 de agosto, en el funeral por Nicklas, Lubich habló de él como «amadísimo amigo y verdadero hermano» quien, con «pasión», gastó su vida por la unidad.
Helmut Nicklas murió cinco días antes, tras doce meses de dolorosa enfermedad. Tenía 68 años.
Nacido en Nabburg (Alemania), estaba casado y era padre de dos hijos.
De 1971 a 2002 fue el responsable del YMCA de Munich (la asociación ecuménica de jóvenes cristianos). De 1982 a 1998 fue también vicepresidente del YMCA World-Urban-Network (que comprende más de 2.000 asociaciones difundidas en todo el mundo), y a partir de 1985 era miembro del Advisory Bord del International Charismatic Consultation.
De él Chiara Lubich subrayó sobre todo el «papel decisivo» desarrollado en el camino de comunión entre los movimientos y comunidades de varias Iglesias.
De ello dio testimonio igualmente la numerosa representación de comunidades y movimientos evangélicos y católicos en el rito fúnebre, y los mensajes de la Comunidad de San Egidio y del Movimiento de Schoenstatt.
Este camino de comunión, iniciado en 1999, floreció en los grandes encuentros que, con el título «Juntos por Europa», tuvieron lugar en Stuttgart (Alemania) en 2004 y en mayo de 2007, para contribuir a dar un alma al continente y superar los conflictos y las barreras.
Durante su enfermedad, Chiara Luchich permaneció continuamente en contacto con Nicklas a través de algunos miembros de los Focolares en Alemania.
Dos días antes de su fallecimiento, dejó a Severin Schmid -quien le visitó en la clínica de Munich donde estaba ingresado- una especie de testamento: «Hemos vivido momentos históricos -dijo Nicklas-. Son como señales que nos indicarán también en el futuro el camino. Debemos permanecer fieles a lo que Dios nos ha hecho vivir. Debemos contar esta historia».
Helmut Nicklas fue uno de los dos delegados de la Iglesia evangélica alemana invitados al Congreso que precedió el gran encuentro de Movimientos y nuevas comunidades con el Papa Benedicto XVI, en la vigilia de Pentecostés de 2006.
En una entrevista concedida a Zenit, a la pregunta sobre qué tienen en común los Movimientos y comunidades católicas y evangélicas, Helmut Nicklas respondió: «Con los Movimientos católicos nos une la fuerte convicción de que los hombres de hoy tienen necesidad de Jesucristo».
La Jornada Mundial del Rosario unirá a millones de personas en todo el mundo
El próximo 7 de octubre
ROMA/MÉXICO, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- Millones de personas se unirán en todo el mundo al «Rosario simultáneo» que se celebrará el próximo 7 de octubre, Jornada Mundial del Rosario.
Los organizadores invitan ese día a organizar un rosario multitudinario «en un estadio o iglesia, o en familia y con los amigos», con intenciones de oración comunes.
En 2007 «celebramos ya once años de esta obra y, con la bendición de nuestra Madre, la Santísima Virgen María, año tras año son más las personas y los países que se unen a rezar el Rosario», explica uno de sus organizadores, el laico mexicano Guillermo Estévez Alverde.
Estévez dio vida a la iniciativa junto a varios laicos mexicanos. «La idea -apunta- surgió en octubre de 1996, cuando se llevó a cabo el Rosario Simultáneo por el 50º aniversario de la Ordenación Sacerdotal de Su Santidad Juan Pablo II».
«El evento se realizó en veinte países. En la República Mexicana se rezó en 2.600 localidades con una participación de más de tres millones de personas», informa.
«Durante la Jornada Mundial del Rosario de octubre de 2000, se unieron más de 140 países, en los cuales se organizaron innumerables de Rosarios multitudinarios en iglesias, estadios, catedrales, plazas de toros, plazas cívicas, cárceles, hospitales, colegios, etc., siendo muchos de ellos trasmitidos por radio o televisión. Participaron de millones de personas a nivel mundial», recuerda Estévez.
Este año, el evento-sede será en la Basílica de Guadalupe de México, D.F., organizado por la agrupación «Unión de Voluntades», quienes invitan a unirse a la iniciativa.
Para llevarla a cabo, los organizadores sugieren nombrar a un representante que la coordine en cada localidad.
Aconsejan elegir «un lugar público de buena capacidad, como podría ser una iglesia, plaza, auditorio, casa, colegio, hospital, cárcel o estadio para celebrar el evento».
Asimismo piden buscar «la aprobación del obispo local o el párroco» e invitar «a todos los movimientos laicos y religiosos locales a que participen y unan esfuerzos».
Para que la afluencia sea más elevada, proponen «hacer promoción en iglesias, parroquias, escuelas, universidades, hospitales, cárceles, centros comerciales, taxis, autobuses, estadios, auditorios, familiares, etcétera».
También sugieren «promover por medios de comunicación como prensa, radio, televisiones locales» el Rosario e «invitar a sacerdotes a confesar durante el evento».
Los organizadores solicitan un «informe sobre los avances y la magnitud del evento a realizar en cada localidad».
Se puede solicitar más información escribiendo al correo electrónico rosario@churchforum.org o visitando las web www.churchforum.org/rosario o www.rosario.catholic.net.
Especial
Católicos y evangélicos, convocados a compartir y anunciar el Nombre de Jesús
Nuevo impulso ecuménico desde el encuentro de CRECES, en Buenos Aires
BUENOS AIRES/BARI, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- Un llamamiento a anunciar y a compartir «el nombre de Jesús» ha resonado, de labios del cardenal primado de Argentina, en el IV Encuentro Fraterno de la Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu (CRECES) recién celebrado en Buenos Aires.
Acudieron a la cita ecuménica –bajo el lema «Jesús en el Luna Park» (nombre del estadio donde tuvo lugar)- el pasado lunes miles de cristianos: alabanza, música y canciones, adoración, intervenciones, reflexiones, testimonios y expresiones de solidaridad llenaron la jornada, que culminó con una Declaración Conjunta de la comisión directiva de CRECES, consciente de que el mundo puede cambiar si todos los cristianos unen su voz para proclamar a Jesucristo.
Anunciar y compartir el Nombre de Jesús
El arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, el cardenal Jorge Bergoglio, sumó su apoyo al encuentro, como en anteriores ocasiones; intervino llamando a los cristianos a «no privatizar el Evangelio» y convocó al pueblo de Dios a anunciar y a compartir «el nombre de Jesús» -informa la organización a Zenit-.
«El nombre de Jesús es el centro de nuestras vidas, la columna vertebral. Su nombre debe significar para nosotros memoria, encuentro y anuncio (...). Que esa memoria sea rectora en nuestra vida. El nombre de Jesús debe ser custodiado en nuestra memoria para que ese espíritu no se adultere en mí», subrayó el purpurado.
«No privaticemos el Evangelio», «no privaticemos el nombre de Jesús para nosotros mismos. Si no lo comparto, es porque no lo he entendido. Gratis lo recibimos, gratis lo tenemos que dar», exhortó.
Matteo Calisi, como fundador y presidente de la «Comunidad de Jesús» (www.comunitadigesu.org) -comunidad carismática católica surgida en Bari (Italia), lleva más de dos décadas promoviendo la reconciliación de los cristianos- y presidente de la Fraternidad Internacional de Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza (www.catholicfraternity.net), participó en el encuentro entre los ponentes principales.
Profundizó, en declaraciones a Zenit, en el llamamiento del cardenal Bergoglio, recalcando, siguiendo al purpurado, que «nadie tiene derecho a relegar el anuncio del Evangelio a una mera esfera religiosa privada».
«Además, el anuncio del Evangelio es un derecho-deber de todos los que pertenecen al Reino de Dios, que han sido bautizados en Cristo, que son, por lo tanto, hijos del único Padre Celestial y hermanos nuestros, aunque aún no estén en plena comunión con la Iglesia católica», apuntó Calisi.
En estos encuentros, el cardenal Bergoglio ha expresado «gestos concretos» de ecumenismo espiritual mostrando su «voluntad de querer perseguir con decisión este camino ecuménico, un compromiso prioritario» de Benedicto XVI «e irrenunciable para la Iglesia católica», confirmó Calisi.
Fruto del encuentro de CRECES es la Declaración final, con «un valor y una importancia relevante especialmente en América Latina, donde las relaciones entre la Iglesia católica y gran parte del mundo evangélico pentecostal han estado marcadas por muchas incomprensiones y falta de diálogo fraterno», aclara Matteo Calisi a Zenit.
Misión común
Así, tal Declaración «es un acto conjunto entre católicos y evangélicos que expresa un deseo sincero de reconciliación y la voluntad de emprender la común misión del anuncio del Evangelio», añade.
Subraya que «la experiencia de este diálogo entre católicos y evangélicos propuesto por CRECES en Argentina y en América Latina es la respuesta concreta y efectiva de que es posible colaborar en una única misión del Evangelio en el mutuo respeto, apertura y sinceridad».
«De hecho –constata Calisi-, el objetivo del reciente encuentro no ha sido más que la proclamación gozosa y conjunta del kerigma apostólico confiado por Cristo a sus discípulos para la llamada a la conversión de cuantos aún no le han encontrado».
«Por lo tanto nuestra unidad no se basa en una Declaración abstracta, sino sobre la común misión querida por Jesús para su Iglesia “para que el mundo crea”» -puntualiza Matteo Calisi en Zenit-, y «este diálogo representa sin duda una de las respuestas providenciales del Espíritu Santo a los desafíos ecuménicos de la Iglesia en América Latina evidenciadas por el reciente documento final del CELAM de Aparecida, aprobado por Benedicto XVI».
La realidad de CRECES
CRECES (www.creces.org.ar) nació del anhelo de un grupo de católicos y evangélicos que, sin saberlo, oraban por su cuenta para que el Señor suscitara una forma de iniciar un camino común hacia el cumplimiento del ruego de Jesús: «Padre, que todos sean uno para que el mundo crea que Tú me has enviado» (Jn 17,21), explican los promotores.
El inicio de un camino en común arrancó de la visita de Matteo Calisi a Buenos Aires, en julio de 2003. Hacía dos décadas que el laico italiano –quien ve en el origen de CRECES una inspiración del Señor- y el pastor evangélico Jorge Himitian de la capital bonaerense compartían el mismo deseo de unidad.
«Cuando la Comunidad de Jesús de Bari dio inicio a su primera fundación argentina en Buenos Aires en 2003, fue la promotora de la iniciativa de CRECES –comenta Calisi a Zenit-. De hecho, actualmente de los ocho miembros del Consejo Ejecutivo de CRECES (formado por pastores evangélicos y líderes católicos), tres son miembros de la Comunidad de Jesús argentina».
Se adoptó el nombre de «Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo» pues no se trata simplemente de un grupo, sino que «el Señor ha creado una verdadera Comunión entre nosotros, Renovada por su Espíritu», explican sus miembros.
En el nombre se expresa también la común experiencia «carismática»: la del Bautismo en el Espíritu Santo, una experiencia de efusión que comparten hoy 600 millones de cristianos en todo el mundo, evangélicos de todas las denominaciones, ortodoxos y católicos.
Publicamos la Declaración final del IV Encuentro Fraterno de CRECES.
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JESUS EN EL LUNA PARK
DECLARACIÓN CONJUNTA
Hoy, como desde hace cuatro años, católicos y evangélicos nos hemos reunido para manifestar públicamente que Jesús es el Señor de nuestras vidas, de la Iglesia, y del universo.
"Jesucristo, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está por encima de todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos y toda lengua proclame que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre" (Flp 2, 6-11).
En nuestro segundo encuentro, hace dos años, reconocimos públicamente las divisiones y los desencuentros entre católicos y evangélicos y le pedimos perdón a Dios, nos pedimos perdón los unos a los otros y a la sociedad, principalmente por no habernos amado como Jesús nos ama. Somos conscientes de que hay y seguirá habiendo necesidad de pedirnos perdón. Pero tenemos puesta nuestra esperanza y nuestra fe en que el Señor, mediante el derramamiento del Espíritu Santo, nos irá llevando gradualmente a la unidad; primero en el amor, luego en la verdad y finalmente a la unidad plena por la que Jesús oró (Juan 17.23).
Jesucristo -nacido de la Virgen María por obra del Espíritu Santo- murió en la cruz por nuestros pecados, pero resucitó y está vivo. Envió al Espíritu Santo para fortalecer a sus discípulos y así, anunciarlo a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos.
Sólo Jesucristo, por medio del poder del Espíritu Santo, puede transformar a los pecadores en santos, a los avaros en generosos, a los soberbios en humildes, a los corruptos en honrados, a los enemigos en hermanos.
Sólo Jesucristo puede poner fin a la violencia familiar y traer paz, armonía y unidad en los hogares.
Sólo Jesucristo puede librar a la juventud de la droga, del alcohol, del sexo como mercancía, y transformar a nuestros jóvenes en constructores de una nueva sociedad llena de sueños, posibilidades y realizaciones.
Sólo Jesucristo puede hacer de nuestros gobernantes, personas que entiendan el ejercicio de sus funciones como un servicio al pueblo. Y poner justicia en todas las relaciones humanas, sean laborales, comerciales, gubernamentales o entre pares.
Sólo Jesucristo puede sanar los corazones heridos, poner perdón donde hay rencor, amor donde hay odio, consuelo donde hay angustia.
Porque hemos conocido el amor de Dios, nos sentimos llamados a misionar juntos para anunciar a todos, con nuestras palabras y con nuestra vida que hay una esperanza para el mundo: Jesucristo.
Buenos Aires, 20 de agosto de 2007
Análisis
El arriesgado negocio de la fecundación in vitro
Las preocupantes consecuencias de la reproducción artificial
ROMA, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- La demanda de fecundaciones in vitro sigue aumentando, igual que la preocupación por las clínicas y sus consecuencias para las familias. Un importante experto británico ha tenido recientemente duras palabras para esta industria, cuyos métodos han sido criticados desde siempre por la Iglesia.
Robert Winston, profesor de estudios de fertilidad en el Imperial College de Londres, afirmaba que las clínicas se han corrompido por el dinero. Y los médicos explotan a las mujeres desesperadas por quedarse embarazadas, informaba el Guardian el 31 de mayo. «Es muy fácil explotar a la gente por el hecho de que están desesperadas y tú tienes la tecnología que ellos quieren, que puede que no funcione», afirmaba.
Cuando se trata del impacto en la vida familiar, uno de los desafíos planteados es la tendencia hacia madres más avanzadas en edad, informaba el periódico Times de Londres el 6 de junio. La proporción de pacientes de fecundación in vitro con edades entre 40 y 45 años ha subido del 10% en los noventa al 15% en el 2006, observaba el artículo. El año pasado un total de 6.174 mujeres de este grupo de edad se sometieron al tratamiento de fertilidad, comparadas con las 596 de 1991.
La media de edad de los pacientes de fertilidad ha aumentado en un año, desde 1996: de los 33,8 a los 34,8 años. La información procede de los datos publicados por la Autoridad de Fertilización y Embriología Humana.
El Times comentaba que el índice de éxitos de los tratamientos en edad avanzada es muy inferior. Para las mujeres entre 40 y 42 años, el índice de nacimientos vivos para el primer ciclo de tratamientos es del 9%. Una vez que cumplen los 44 años o más es del 1%.
Además, a los 40, el riesgo de que se malogre el embarazo es el doble que a los 20, y hay un incremento parecido de embarazos ectópicos, nacimientos prematuros, partos de niños muertos y defectos de nacimiento.
Gemelos a los 60
Poco antes de la publicación de estos datos se supo la noticia de una mujer de 60 años de los Estados Unidos que había dado a luz gemelos, informaba Associated Press el 23 de mayo. Frieda Birnbaum tuvo dos niños en el Centro Médico Universitario Hackensack, de Nueva Jersey.
Otro caso que ha recibido atención es el de la española Carmela Bousada, que dio a luz gemelos a los 67 años, informaba el Times el 29 de enero. Se sometió a tratamiento de fecundación in vitro en el Centro de Fertilidad del Pacífico en Los Angeles (EE. UU.).
El periódico canadiense Ottawa Citizen informaba el 18 de abril del caso de Melanie Boivin, que donó algunos de sus óvulos a su hija Flavie.
La hija, de 7 años de edad, es estéril debido a causas genéticas. El artículo comentaba que si Flavie decide utilizar los óvulos para quedarse embarazada, dará a luz a su hermana genética y Melanie Boivin se convertirá a la vez en madre y abuela.
La moralista Margaret Somerville criticó la actuación de la madre, informaba el periódico. «Tenemos que pensar qué estamos haciendo cuando tratamos con la naturaleza», afirmaba, observando que dicho procedimiento trastoca completamente la transmisión normal de la vida.
Otra práctica que suscita dudas éticas es el uso creciente de madres de alquiler de naciones en desarrollo para tener los hijos de las familias de naciones más ricas. Uno de los países donde está teniendo lugar este fenómeno es la India, explicaba un artículo publicado por Reuters el 4 de febrero.
Una madre de alquiler en los Estados Unidos costaría a una pareja más de 50.000 dólares, declaraba a Reuters Gautam Allahbadi, especialista en fertilidad. En la India, sin embargo, se puede hacer por 10.000 o 12.000 dólares. Las clínicas indias cobran normalmente entre 2.000 y 3.000 dólares por el procedimiento, mientras que a la madre de alquiler cuesta entre 3.000 y 6.000 dólares.
El artículo indicaba que no hay cifras oficiales, pero es posible que entre 100 y 150 bebés nazcan de esta forma cada año en la India.
Sin madre
Las clínicas comienzan también a ofrecer tratamientos dirigidos a la comunidad homosexual. Fertility Institutes de Los Angeles ha lanzado un programa para hombres homosexuales que quieran ser padres, informaba Reuters el 14 de marzo.
Según el director de la clínica, Jeffrey Steinberg, ya se han tratado cerca de 70 parejas gay mientras se prepara el nuevo servicio. También indicó que cerca de tres cuartas partes de las parejas homosexuales pagan un extra para escoger el sexo de su bebé.
Las enrevesadas estructuras parentales creadas por las técnicas de fecundación in vitro también suscitan complejos problemas legales. Una madre de alquiler que no tiene conexión genética alguna con el bebé que ha sacado adelante no puede incluirse como madre en el certificado de nacimiento, dictaminaba el tribunal de apelación de Maryland, los Estados Unidos, según un reportaje de Associated Press del 16 de mayo.
El caso implicaba a unos gemelos nacidos en 2001. La mujer tuvo los gemelos para un padre que había usado el óvulo de una donante, por lo que la madre de alquiler no tendría relación genética con los gemelos.
Otro caso, todavía por decidirse, implica el destino de los embriones congelados de una pareja. Augusta y Randy Roman decidieron seguir adelante con el tratamiento para producir embriones, pero horas antes de que fueran implantado en la mujer, el marido decidió que no quería seguir continuar con el procedimiento, informó el 30 de mayo Los Angeles Times.
Esto tuvo lugar en 2002 y al año siguiente la pareja se divorció. Desde entonces no se han puesto de acuerdo sobre el destino de los embriones congelados y el asunto ha llegado ahora al Tribunal Supremo de Texas. Randy quiere que se destruyan los embriones o que permanezcan congelados.
Los Angeles Times observaba que los altos tribunales de seis estados han dictaminado sobre estos casos. En general han decidido que el derecho de un ex esposo de no procrear triunfa sobre el derecho del otro a procrear.
Gravedad moral
La Iglesia ha advertido desde hace tiempo de los problemas asociados a la fecundación in vitro. En 1987, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba la «Instrucción sobre el Respeto de la Vida Humana Naciente y la Dignidad de la Procreación» («Donum Vitae»).
Desde 1987, las tecnologías implicadas en la fecundación in vitro han cambiado en gran medida, pero muchos de los problemas éticos subyacentes son los mismos. La ciencia y la tecnología son recursos valiosos, reconocía la instrucción. No obstante, es un error considerar que la investigación científica y sus aplicaciones son moralmente neutrales.
Además, explicaba la Congregación de la Doctrina de la Fe, deben ponerse al servicio de la persona humana y deben seguir los criterios de la ley moral. Es un error considerar el cuerpo humano como meramente compuesto de elementos biológicos, sostenía la instrucción. La persona humana tiene tanto una naturaleza corporal como espiritual.
Asimismo, al tratar la cuestión de la transmisión de la vida humana, no es permisible ignorar la naturaleza especial de la persona humana. Desde el momento de la concepción, insistía la instrucción, debe respetarse la vida de todo ser humano. Además, el don de la vida humana debería tener lugar en el contexto de los actos de un marido y una esposa.
La congregación admitía que el deseo de tener hijos y el amor entre los esposos que desean superar problemas de esterilidad «constituyen motivaciones comprensibles», tras el uso de los métodos de fecundación in vitro. No obstante, continuaba la instrucción, es necesario que la existencia de buenas intenciones se coloque dentro de la naturaleza del matrimonio y el respeto de los derechos del niño.
El documento también comentaba que con demasiada frecuencia las técnicas de fecundación in vitro implican la destrucción de embriones humanos. Al actuar de esta forma nos situamos en posición de imponer una «sentencia de muerte», advertía el texto.
La práctica regular de tales actos lleva consigo el riesgo de crear una mentalidad que nos conduzca a una dominación sobre la vida y la muerte de seres humanos, advertía la Congregación.
Por el padre John Flynn, L. C.
Flash
«Cristianos y musulmanes están llamados a vivir juntos»
Según el sacerdote experto en Islam, Maurice Borrmans
ROMA, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- Vivir juntos es el objetivo al que están llamados cristianos y musulmanes para «colaborar amistosamente en el servicio del bien común», sugiere el islamólogo Maurice Borrmans.
El sacerdote de la Sociedad de los Misioneros de África (Padres Blancos) aclara en un breve libro en italiano, «ABC per capire i musulmani», San Paolo, 2007 («ABC para entender a los musulmanes»), conceptos como «sharia» o ley, «jihad» o esfuerzo, y religión, sociedad y Estado o «Dîn», «Dunyâ» y «Dawla».
En Italia los musulmanes representan un 1% de la población, unas 500.000 personas, apunta el padre Borrmans.
Doctorado por la Sorbona de París, el misionero vivió veinte años en Argelia y Túnez antes de trasladarse a Roma, donde enseñó en el Pontificio Instituto de Estudios árabes y Islámicos (PISAI). Actualmente reside en Lyón (Francia).
Su nuevo vademécum sobre los musulmanes está articulado en cuatro secciones: en primer lugar, presenta la historia del Islam; a continuación profundiza en la religión musulmana según sus dos fuentes: el libro o Corán y la tradición o Sunna, con su culto y espiritualidad.
Borrmans, que en el PISAI enseñó árabe, derecho islámico y espiritualidad musulmana durante más de treinta años, ofrece en el opúsculo una tercera sección sobre el derecho, la cultura y la política en el Islam, y concluye con otra sección sobre las grandes líneas del diálogo islamo-cristiano.
En sus páginas, el padre Borrmans brinda el ejemplo de los últimos pontífices ante el Islam y habla en este sentido del «desafío cristiano», que requiere un «discernimiento teológico» y un «compromiso profético».
Antiguo consultor del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el padre Borrmans es también autor de «Gesucristo e i musulmani del secolo XX», San Paolo, 2000 («Jesucristo y los musulmanes del siglo XX»).
Angelus
Benedicto XVI: La verdadera amistad con Cristo nos abre la puerta del Cielo
Intervención con motivo de la oración mariana del Ángelus
CASTEL GANDOLFO, domingo, 26 agosto 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI este domingo al rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
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¡Queridos hermanos y hermanas!
La liturgia de hoy también nos propone una palabra de Cristo iluminadora y al mismo tiempo desconcertante. Durante su último camino hacia Jerusalén, uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Y Jesús respondió: «Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán» (Lc 13,23-24). ¿Qué significa esta «puerta estrecha»? ¿Por qué muchos no lograr entrar por ella? ¿Se trata tal vez de un paso reservado sólo a algunos elegidos? De hecho, este modo de razonar de los interlocutores de Jesús, mirándolo bien, es siempre actual: siempre está al acecho la tentación de interpretar la práctica religiosa como fuente de privilegios o de seguridades. En realidad el mensaje de Cristo va exactamente en la dirección opuesta: todos pueden entrar en la vida, pero para todos la puerta es «estrecha». No hay privilegiados. El paso a la vida eterna está abierto a todos, pero es «estrecho» porque es exigente, requiere empeño, abnegación, mortificación del propio egoísmo.
Una vez más, como en los domingos anteriores, el Evangelio nos invita a considerar el futuro que nos espera y al cual nos debemos preparar durante nuestra peregrinación terrena. La salvación, que Jesús obró con su muerte y resurrección, es universal. Él es el único Redentor e invita a todos al banquete de la vida inmortal. Pero con una única e igual condición: la de esforzarse en seguirle e imitarle, cargando, como Él hizo, con la propia cruz y dedicando la vida al servicio de los hermanos. Única y universal, por lo tanto, es esta condición para entrar en la vida celestial. El último día –recuerda además Jesús en el Evangelio- no seremos juzgados según presuntos privilegios, sino según nuestras obras. Los «agentes de iniquidad» serán excluidos, mientras que serán acogidos cuantos hayan realizado el bien y buscado la justicia, a costa de sacrificios. No bastará por lo tanto declararse «amigos» de Cristo jactándose de falsos méritos: «Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas» (Lc 13,26). La verdadera amistad con Jesús se expresa en la forma de vivir: se expresa con la bondad del corazón, con la humildad, la mansedumbre y la misericordia, el amor por la justicia y la verdad, el empeño sincero y honesto por la paz y la reconciliación. Éste, podríamos decir, es el «documento de identidad» que nos cualifica como sus auténticos «amigos»; éste es el «pasaporte» que nos permitirá entrar en la vida eterna.
Queridos hermanos y hermanas: si queremos también nosotros pasar por la puerta estrecha, debemos empeñarnos en ser pequeños, esto es, humildes de corazón como Jesús. Como María, Madre suya y nuestra. Ella en primer lugar, detrás del Hijo, recorrió el camino de la Cruz y fue elevada a la gloria del Cielo, como recordamos hace algunos días. El pueblo cristiano la invoca como Ianua Caeli, Puerta del Cielo. Pidámosle que nos guíe, en nuestras elecciones diarias, por el camino que conduce a la «puerta del Cielo».
[Al final del Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en siete idiomas. En inglés dijo:]
Extiendo mi cordial saludo a los líderes religiosos musulmanes, ortodoxos, luteranos y católicos de Kazajstán, presentes hoy en el Ángelus. Vuestro encuentro en Asís y en Padua, junto con vuestras reuniones en el Vaticano, son un signo seguro de esperanza de que la comprensión mutua y el respeto entre comunidades religiosas puede superar la desconfianza y promover el camino de la paz que brota de la verdad. ¡Os aseguro mis oraciones por el éxito de vuestra visita y para que vuestros esfuerzos lleven mucho fruto a la noble tierra de Kazajstán y más allá!
[En español:]
Saludo con afecto a los fieles de lengua española. En particular al grupo «Amigos del Santuario Mariano de la Vall de Núria». Pidamos por intercesión de la Virgen María, nuestra Madre, que llene nuestros corazones de amor a Cristo, único Salvador del hombre, para que podamos perseverar con alegría en una auténtica vida cristiana y dar un testimonio coherente de nuestra fe. ¡Feliz domingo!
[En polaco:]
Saludo a todos los polacos. Hoy la Iglesia en Polonia celebra la solemnidad de la Virgen de Częstochowa. Me uno en la oración a los obispos y a los fieles reunidos en Jasna Gora. A la materna protección de María confío el presente y el futuro de vuestra nación. Que Dios os bendiga.
[Traducción del original plurilingüe realizada por Zenit
© Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]
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