Discrepo de Juan José Tamayo.
26.08.07 @ 13:23:11. Archivado en Religión
Tengo que discrepar de Juan José Tamayo. Chávez es un enemigo de la religión, y a mi eso no me cabe duda. Por ahora en Venezuela ha lanzado sus amenazas, pero muy difícil le va a ser tocar la Iglesia Católica, pues la Iglesia es muy complicada.
Que Chávez permita esas reuniones de la Teología de la Liberación o incluso las favorezca no implica necesariamente que debamos besar por donde pise. A Chávez esas reuniones le favorecen porque mina la autoridad episcopal de los obispos Venezolanos. Pero sobre todo porque algunos de sus impulsores no son antichavistas. En el momento en que los teólogos de la liberación se vuelvan contra Chávez u osen criticarlos van a conocer al Gorila Rojo.
No estoy dispuesto a apoyar a un aspirante a dictador, a un idealista sin escrúpulos, a un tipo que persigue a gente por cuestiones ideológicas, a un ladrón que le está robando a Venezuela su petroleo, que derriba a los viejos ricos para poner unos nuevos. Chávez solo gobierna para un grupo de gente en el pais que lo mantiene con sus votos en el poder. La verdad es que su revolución Bolivariana es una mierda, es más una revolución bananera. Chávez no es un representante del progresismo, sino de una versión menos rancia de un socialismo trasnochado. La verdad es que algunos solo piensan en poner por delante sus ideas y sus esquemas mentales que a su pueblo, y si a eso se le agrega su ambición por conservar el poder entonces tenemos un transito hacia una dictadura, la cual tarde o temprano hará efectiva. Es entonces cuando veremos que tipo de trato dará Chávez a los católicos Venezolanos, en especial a los conservadores.
No estoy dispuesto a situarme en el sector borrego del progresismo, ese que aspira a aniquilar por completo al sector conservador. Lo mismo que hacen hoy ciertos conservadores en la Iglesia, intentar destruir al sector progresista. Desde luego la labor nefasta y desbocada de este último ha producido una crisis en la Iglesia Católica que pierde creyentes día a día. En la Iglesia Anglicana fueron los borregos progresistas los que decidieron liquidar a un sector, y ya se ve las consecuencias.
Hay gente que jamás se dará cuenta que no hay que irse por el absurdo extremismo, y desde esas ideas despreciar todo lo que no se ajuste a las ideas propias. La verdad es que la gente que realmente más sostiene una religión son los conciliadores, que pueden ser progresistas o conservadores. Gracias a su labor, procuran evitar una división mayor o la desaparición completa de un sector. En el anglicanismo los conservadores desaparecen, en el catolicismo son los progresistas, y en los ortodoxos prácticamente han desaparecido los progresistas y por eso su labor misionera y su crecimiento es prácticamente nulo.
La verdad es que Juan José Tamayo debiera volver a ese grupo de los conciliadores, o salirse mucho menos del mismo. En la Iglesia tenemos que reclamar ese espacio que tanto necesitamos. Pienso que con Benedicto XVI hay más posibilidades de entendimiento que con Juan Pablo II, y creo debieran los teólogos, sacerdotes y religiosos progresistas explorar al máximo esa vía y consensuar algo. Aunque eso es cosa difícil, y más con la división y aislamiento que sufrimos. Si a unos cismáticos como los Lefrevianos intentan recuperarlos en la Iglesia, los progresistas que hicimos mucho menos merecemos entendernos mucho mejor con la Santa Sede.