ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de agosto de 2007



SANTA SEDE
La «noche oscura» de la Madre Teresa, una especie de «martirio»
Aborto de un feto sano por error: «La eugenesia impone sus leyes»
Dolor del Papa por la muerte del cardenal canadiense Édouard Gagnon
Arzobispo coreano, nuncio apostólico en Uganda
«L’Osservatore Romano», un diario especial con lectores especiales

MUNDO
Este miércoles se publica el libro del Papa sobre Jesús en España
Perú presenta el libro del Papa sobre Jesús
Obispos de las diócesis vascas piden la desaparición de ETA
Cáritas reparte en diez días 583 toneladas de ayuda en Perú
«Seamos Esperanza» ayuda ya a 20.000 familias damnificadas por el terremoto en Perú
Se buscan jóvenes para animar las misas de la Jornada Mundial de la Juventud 2008
El cardenal Bertone inaugura el IX Congreso Eucarístico Nacional peruano

INFORME ESPECIAL
El cambio social y personal, de costumbres y estructuras, en el documento de Aparecida


 


Santa Sede


La «noche oscura» de la Madre Teresa, una especie de «martirio»

Según explica el padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- La «noche oscura» que vivió la Madre Teresa de Calcuta, documentada por un libro recién publicado, fue una especie de «martirio» debido a la «presencia-ausencia» de Dios, explica el padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

El predicador de la Casa Pontificia ha comentado la publicación de cartas inéditas de la beata, recogidas en el libro «Madre Teresa: Ven y sé mi luz» («Mother Teresa: Come Be My Light»), publicado por el padre Brian Kolodiejchuk, postulador de la causa de canonización de la religiosa, diez años después de su fallecimiento.

En una de sus cartas, la Madre Teresa dice: «Hay tanta contradicción en mi alma: un profundo anhelo de Dios, tan profundo que hace daño; un sufrimiento continuo, y con ello el sentimiento de no ser querida por Dios, rechazada, vacía, sin fe, sin amor, sin celo... El cielo no significa nada para mí: ¡me parece un lugar vacío!».

El predicador del Papa, a través de las ondas de «Radio Vaticano», ha aclarado que «este sufrimiento lacerante, provocado por el vacío de Dios, es el signo de que se trata de un fenómeno positivo».

«Se trata de una presencia-ausencia --añade el sacerdote capuchino --: Dios está presente pero no es experimentado».

«El que la Madre Teresa pudiera pasar horas ante el Santísimo [en la Eucaristía, ndr.], como dicen los testigos que la vieron, casi extasiada… y el que lo hiciera en estas condiciones demuestra que es un martirio», subraya.

«Es un verdadero martirio, porque para quien no experimenta a Dios y siente ese vacío, estar durante horas quieta ante el Santísimo significa verdaderamente estar entre llamas», añade.

«Es extraño que alguien se escandalice por estos escritos de la Madre Teresa o incluso que piense que, quien les está publicando, tiene que vencer las dudas de que la gente se escandalice», confiesa.

«Para mí, esto hace más grande la figura de la Madre Teresa, no la empequeñece», sigue reconociendo Cantalamessa. «Los ateos “normales”, comunes, no quedan afligidos por la ausencia de Dios; sin embargo, para la Madre Teresa era la prueba más terrible que podía vivir».

«Creo que la Madre Teresa tiene verdaderamente la talla de los grandes de la santidad cristiana, precisamente por su capacidad de esconder estos fenómenos, de vivirlos personalmente en lo íntimo de su corazón».

«Quizá lo hizo precisamente en expiación por este ateísmo creciente que se da en el mundo de hoy, pues en el fondo la Madre Teresa vivió este vivir como si Dios no existiese positivamente, con fe, del lado de Dios», indica.

La «noche oscura», aclara el padre Cantalamessa «es muy conocida en la tradición cristiana; quizá lo nuevo ha sido la manera en que la vivió la Madre Teresa».

«Pues mientras la “noche oscura del espíritu” de san Juan de la Cruz es un período generalmente preparatorio al definitivo, que se llama “unitivo”, en el caso de la Madre Teresa parece que fue un estado estable, a partir de un cierto momento de su vida, cuando comenzó su gran obra de caridad, hasta el final».

«Desde mi punto de vista, esta prolongación de la “noche” tiene también un significado para nosotros hoy. Creo que la Madre Teresa es la santa de la era de la comunicación, pues esta “noche del espíritu” la protegió de la posibilidad de convertirse en víctima de los medios, es decir, de que se exaltara a sí misma».

«De hecho --concluye el fraile capuchino--, ella misma decía que ante los más grandes honores y ante el interés de la prensa, ella no sentía nada porque vivía este vacío interior. Era una especie de escudo protectivo para atravesar la era de los medios de comunicación».
 


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Aborto de un feto sano por error: «La eugenesia impone sus leyes»

Comentario de «L’Osservatore Romano» a un dramático caso sucedido en Italia

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- «L’Osservatore Romano», el diario de la Santa Sede, considera que el aborto por error de una niña, en lugar de su hermana gemela Down, muestra que «la eugenesia impone sus leyes».

El diario vaticano, en la edición italiana que este martes estará en los kioscos, comenta el caso y lo atribuye a «la cultura de la perfección que impone la exclusión de todo lo que no parece bello, resplandeciente, positivo, cautivador».

«Y lo que queda es el vacío, el desierto de una vida sin contenidos, aunque esté perfectamente confeccionada», reconoce.

Un hospital italiano confirmó este domingo que durante un aborto selectivo por una alteración cromosómica en uno de dos gemelos el equipo médico a cargo de la intervención eliminó equivocadamente al feto sano.

El hospital San Paolo, de Milán, explicó que se trató de «una terrible fatalidad», dado que los embriones, que estaban en el tercer mes de su gestación, cambiaron de posición en la placenta antes de la intervención..

Según informó el hospital, los médicos conocían sólo la posición del embrión enfermo, ya que las ecografías realizadas antes de la intervención mostraban que ambos bebes eran morfológicamente iguales, por lo que no presentaban diferencia alguna.

Pero antes de la intervención, cambiaron de posición y el feto sano se situó en el lugar que ocupaba el gemelo con la alteración cromosómica.

La Fiscalía de Milán ha iniciado una investigación para dilucidar las circunstancias del suceso, pero sin hacer referencia a indagados ni a hipótesis de delito, según dieron a conocer los medios locales este lunes.

Con el título «No hay derecho», «L’Osservatore Romano» constata que al final «han muerto dos niñas, asesinadas como consecuencia de un aborto selectivo».

«Una decisión radical ha llevado a repetir el aborto de la hermanita que había quedado con vida», la niña Down.

Pero nadie, según diario vaticano, «tiene derecho a eliminar otra vida. Ningún hombre tiene derecho a tomar el puesto de Dios. Por ningún motivo».

«Y, sin embargo, inocentes siguen muriendo. Sus palabras no pronunciadas, sus sonrisas nunca expresadas, sus miradas nunca acogidas, siguen suscitando desdén, o al menos las necesarias, profundas y serias reflexiones».

«Es una decisión ilegítima, aunque esté autorizada por la ley, como sucede en Italia», añade.

Comentando la noticia del aborto, el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Comisión Pontificia para la Vida, ha hecho un llamamiento a acoger toda vida humana.

«Sólo con este acto fundamental de parte de todas las personas interesadas se alcanza la verdadera serenidad, la verdadera paz de la conciencia y el verdadero bien de la sociedad», aclaró este lunes en declaraciones a «Radio Vaticano».

«Tenemos que sentirnos interpelados todos por este y por otros muchos casos que se repiten diariamente para asumir un compromiso nuevo y diferente por el respeto de la vida humana desde el primer momento, pues estas criaturas tienen nuestra misma dignidad».

«Y en el caso de que padezcan alguna enfermedad, simplemente tienen un motivo más para ser ayudados», concluye.
 


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Dolor del Papa por la muerte del cardenal canadiense Édouard Gagnon

Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Familia

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha expresado su dolor al recibir la noticia del fallecimiento del cardenal canadiense Édouard Gagnon, P.S.S., a los 89 años, acaecida en la noche entre el domingo y el lunes en Montreal.

El purpurado era presidente emérito del Consejo Pontificio para la Familia y del Comité para los Congresos Eucarísticos.

Falleció en la casa provincial de los Padres de San Sulpicio, instituto religioso al que pertenecía desde hace unos 70 años.

En dos telegramas de pésame, dirigidos al arzobispo de Montreal, el cardenal Jean-Claude Turcotte, y al superior general de los religiosos sulpicianos, el padre Lawrence Terrien, el Papa subraya la «entrega» de este «fiel servidor de la Iglesia» a la formación de sacerdotes y a la Santa Sede.

«¡Que el Señor le reciba en la paz y en la luz de su Reino!», reza el Papa.

El nombre del cardenal Gagnon estuvo ligado durante años al desarrollo de la pastoral familiar tras el Concilio Vaticano II.

Para esta misión le llamó a Roma el Papa Pablo VI en 1973, cuando le pidió que presidiera el Comité de la Familia, tras haber sido obispo de Saint Paul, en el estado de Alberta, y rector del Colegio Pontificio Canadiense de Roma (donde viven los seminaristas y sacerdotes de ese país que estudian en las universidades pontificias)..

En numerosos foros representó a la Santa Sede para levantar su voz en defensa de la familia. Juan Pablo II le nombró primer presidente del Consejo Pontificio para la Familia, creado en 1981. En 985 le creó cardenal.

Con la muerte del cardenal Gagnon, el Colegio de los cardenales queda compuesto por 181 miembros; 105 podrían participar en un cónclave, por no haber cumplido los 80 años.

 


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Arzobispo coreano, nuncio apostólico en Uganda

Monseñor Paul Tschang In-Nam

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado nuncio apostólico en Uganda al arzobispo coreano Paul Tschang In-Nam, hasta ahora nuncio apostólico en Bangladesh, según informó este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.

El cargo estaba vacante desde que el arzobispo Christophe Pierre había sido nombrado nuncio apostólico en México, en marzo de 2007.


Moneñor Paul Tschang In-Nam nació en Seúl el de octubre de 1949. Fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 19762. Juan Pablo II le consagró obispo el 6 de enero de 2003, poco después de nombrarle nuncio en Bangladesh.
 


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«L’Osservatore Romano», un diario especial con lectores especiales

Tesis doctoral del periodista y vicedecano de Humanidades Salvador Aragonés

BARCELONA, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- «L’Osservatore Romano» es un periódico especial, leído por «poca gente pero influyente», explica a Zenit Salvador Aragonés, corresponsal en Roma durante varios años de la Agencia Europa Press, de la que ha sido director en Cataluña durante 28 años, y autor de una tesis doctoral sobre el periódico vaticano fundado en 1861.

Aragonés, actualmente vicedecano de Humanidades de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), confiesa que la idea de esta tesis le surgió cuando era corresponsal en Roma.

«Siempre vi entonces, y ahora también, al diario “L’Osservatore Romano” como un periódico muy singular: el diario vive prácticamente de suscripción, tiene unos lectores muy influyentes, es el único diario de un Estado y el director lo nombra el mismo Papa y está escrito en una lengua --el italiano-- y en Italia no lo consideran un “diario italiano”, porque es un diario publicado fuera de Italia, aunque sus redactores son todos italianos».

«También me interesó cómo es la redacción, cómo funciona el diario por dentro, ya que es un diario “de tarde” desde sus orígenes hace casi 150 años, cuando han desaparecido los diarios de tarde, y muchas más cosas».

Por lo que se refiere a los contenidos, ha podido constatar que «con Juan Pablo II “L’Osservatore Romano” incrementó fuertemente el contenido religioso y redujo su información italiana».

El investigador llega a la conclusión de que es un diario muy particular, «tanto por sus contenidos --muy centrados en lo que hace y dice el Santo Padre y que sigue una línea muy ligada a la Secretaría de Estado en información internacional--, como por su organización empresarial».

«Otra conclusión es que sus lectores son “especiales”, pues es un diario leído por poca gente pero muy influyente (periodistas, diplomáticos, dirigentes eclesiásticos y dirigentes de otras religiones), lo que hace que la influencia del diario no tiene nada que ver con la tirada».

«Otra particularidad es la relación que tienen los redactores con sus superiores y con la “empresa” que es el Estado del Vaticano, así como una cierta separación orgánica entre la redacción y los equipos de informática y de gestión del producto “L’Osservatore Romano”».

«Otra característica del diario es que no tiene deportes, ni críticas de cine, teatro y espectáculos, ni una sección propia de economía».

El investigador sugiere una «compaginación» en línea con las últimas opciones de los grandes periódicos del mundo, «con un formato más pequeño y con la introducción del color (todas las audiencias y actos del Papa que van a primera página deberían ir a todo color, desde mi punto de vista)».

Aragonés ha analizado también el carácter de representatividad que tiene «L’Osservatore Romano».

«Desde el punto de vista de la información específica del Vaticano --la sección “Nostre Informazioni”-- y del Santo Padre, se podría decir que es un diario oficial, pero sólo en estos dos puntos, y en lo demás puede decirse que es oficioso, porque no ofrece el pensamiento oficial de la Secretaría de Estado o del propio pontífice, en multitud de artículos e informaciones, tanto si son temas religiosos, como si son de política internacional».

«Evidentemente no contradicen ni se desvían de la línea oficial, pero no exponen el pensamiento del Papa y por tanto los califico de “oficiosos”. La mejor definición que se ha hecho del diario la hizo el Papa Juan Pablo II, al decir que “es la voz del Papa”, y esto es lo que le da identidad al diario».

Y el diario logra el objetivo que se plantea, añade el investigador: «no engaña, va dirigido a un público fiel lector de sus páginas, transmite con máxima fidelidad la actividad del Papa, y es altavoz de la doctrina de la Iglesia en la opinión pública, en los casos en los que hay conflicto».

Por lo que se refiere a sus sugerencias de modernización en la presentación o en algunas de sus secciones, el autor de la tesis propone dar los pasos necesarios, pero sin «hacer reformas de la noche a la mañana».

«El “tempo” vaticano y la autoridad de «L’Osservatore Romano» exigen hacer las cosas sin precipitaciones», concluye.
 


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Mundo


Este miércoles se publica el libro del Papa sobre Jesús en España

Tras el éxito editorial experimentado en otros países

MADRID, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- El próximo 28 de agosto saldrá a la venta la esperada edición española de «Jesús de Nazaret», el libro de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.

«Una vez aprobada por el Vaticano la traducción al castellano de la obra, “La Esfera de los Libros” realizará un gran lanzamiento, con una tirada inicial de 50.000 ejemplares, una cifra muy importante para el mercado de la no ficción en España», explica la casa editorial en un comunicado.

La editorial española espera que el primer libro de Benedicto XVI se convierta en el «fenómeno editorial del otoño en nuestro país, tanto por la expectativa generada entre los lectores como por lo sucedido en los países donde ya ha sido publicado (Italia, Alemania y Polonia), donde se ha consolidado como un gran éxito de ventas».

Desde su publicación en Italia, la editorial Rizzoli --que por encargo de la Librería Editora Vaticana ha gestionado en todo el mundo los derechos de la obra-- ha vendido medio millón de ejemplares.

El libro salió a la venta en las librerías italianas el pasado 16 de abril, coincidiendo con el 80º cumpleaños de Joseph Ratzinger, y ese mismo día se vendieron 50.000 ejemplares.

Jesús de Nazaret es la primera parte de una obra que constará de dos volúmenes. En este primer volumen se analiza la vida pública de Jesús, desde el bautismo en el Jordán hasta la transfiguración, cuando los discípulos Pedro, Santiago y Juan vieron cómo «su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz» (Mateo, 17), y cómo aparecían junto a él los profetas Moisés y Elías.

«El libro, de 448 páginas, es fruto de la experiencia, personalísima, del sutil teólogo llamado a convertirse en el sucesor de San Pedro», explica La Esfera.

«Por un lado, se trata de un texto pastoral en el que, a través de un extraordinario comentario del Evangelio, se ofrece una introducción a los principios del Cristianismo que permite al lector implicarse en el tema y dejarse tocar por el mensaje de Jesús --aclara el comunicado--. Por otro, la obra constituye un ensayo que conserva el tejido rigurosamente científico característico de los escritos y discursos de Ratzinger como teólogo».

«Las inquietudes pastorales y los excepcionales conocimientos teológicos del Papa se unen para determinar el asunto central de la obra: la convicción de que para entender la figura de Jesucristo es necesario partir de su unión con el Padre», dice la editorial.

«El método histórico-crítico resulta indispensable para llevar a cabo una exégesis seria y ha desvelado gran cantidad de materiales y de conocimientos que facilitan la reconstrucción de la figura de Jesús con una profundidad impensable hasta hace unas décadas», indica..

«Pero sólo la fe permite entender que Jesús es Dios --reconoce la nota--. Si se leen a la luz de esta convicción, los textos sagrados descubren --en toda su complejidad, pero también con total nitidez-- un camino y una figura que son dignos de fe. Para Ratzinger, fe e investigación crítica son complementarias, no antagonistas, y el Jesús de los Evangelios es el Jesús histórico».

El libro del Papa también amplía la mirada sobre la realidad actual. De la meditación sobre las tentaciones de Jesús surge una enseñanza que pone en guardia a los hombres ante la engañosa ilusión de que los problemas del mundo pueden solucionarse atendiendo sólo a los aspectos materiales, como prometía el marxismo.

«La reflexión sobre el contenido de la misión de los apóstoles sirve de punto de partida para hacer una llamada acerca de lo que hoy “está en el aire”, de esa “atmósfera anónima” que pretende que a los cristianos les parezca insensata su propia fe, de los «envenenamientos» del tema espiritual que son una amenaza para la dignidad humana».

Finalmente, la pregunta «¿Y quién es mi prójimo?» (Lucas, 10), planteada por la parábola del buen samaritano, se convierte en el punto de partida para reflexionar sobre las responsabilidades del colonialismo y los errores de Occidente en el Tercer Mundo, o sobre la alienación del ser humano, pese a vivir en la abundancia de los bienes materiales.
 


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Perú presenta el libro del Papa sobre Jesús

Ciclo de Conferencias en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima

LIMA, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima ha organizado un Ciclo de Conferencias titulado «Jesús de Nazaret. Aproximación al libro Benedicto XVI», que tendrá lugar del 4 al 6 de septiembre en la capital peruana.

Este evento, según los organizadores, se ha querido realizar inmediatamente después del lanzamiento de la traducción al castellano del libro en España, Chile y otros países latinoamericanos, para contribuir a la pronta lectura, profundización y estudio de esta importante obra.

Las exposiciones estarán a cargo de profesores de la Facultad de Teología que tuvo oportunidad de otorgar, en 1986, el «doctorado honoris causa» al cardenal Joseph Ratzinger cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

«Hoy, cuando el gran teólogo y cercano colaborador de Juan Pablo II, es Sumo Pontífice de la Iglesia de Cristo, nuestra institución --dicen los organizadores-- por su carácter teológico y pontificio, se siente doblemente comprometida en la atención a sus reflexiones y enseñanzas».

Entre los ponentes se encuentra el padre Pedro Hidalgo, el doctor Gustavo Sánchez, el padre Giovanni Paccosi, el padre Francisco Chavarry, monseñor Alberto Maraví y el doctor Alfredo García Quesada.

Los interesados en participar pueden acceder a la página www.librodelpapa.com en donde se encuentran informaciones detalladas sobre el evento.
 


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Obispos de las diócesis vascas piden la desaparición de ETA

Tras el último atentado del grupo terrorista

MADRID, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- Los obispos de las diócesis españolas de Bilbao, San Sebastián y Vitoria han hecho público un comunicado en el que condenan duramente la acción terrorista del pasado viernes 24 de agosto contra un cuartel de la Guardia Civil en Durango.

En cuatro puntos el obispo de Bilbao Ricardo Blázquez, el obispo de San Sebatisán Joan María Uriarte, el obispo de Vitoria Miguel Asurmendi, y el obispo auxiliar de Bilbao Carmelo Etxenagusia, expresan su pesar por la explosión del coche bomba que dejó heridas a dos personas y causó cuantiosos daños materiales.

En el primer punto de la misiva, recogida por «Radio Vaticano», los prelados condenan el acto terrorista, para después --en el segundo apartado-- manifestar su cercanía y recuerdo en la oración por los heridos, sus familiares y allegados.

En el tercer punto los obispos son tajantes: «Queremos pedir una vez más la desaparición de ETA».

El último punto del comunicado de los obispos de las diócesis de Bilbao, San Sebastián y Vitoria es su renovación del compromiso por la paz y, en este sentido, animan a la comunidad diocesana a «orar y trabajar por ella».


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Cáritas reparte en diez días 583 toneladas de ayuda en Perú

A los damnificados por el terremoto

LIMA, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- El 25 de agosto, sólo diez días después del violento seísmo que arrasó la región de Pisco, Cáritas Perú hacía público un detallado balance de la ayuda humanitaria distribuida a los damnificados en las ciudades de Ica, Chincha, Pisco, Cañete, Yauyos y Castrovirreyna.

A través de la campaña de emergencia organizada por la Cáritas Peruana, hasta el 25 de agosto se habían distribuido 583 toneladas de ayuda.

Cáritas ha distribuido 149.507 litros de agua, así como 230.809 kilos en alimentos, 11.847 kilos de mantas, 1.512 kilos de medicinas, 173.612 kilos de ropa, 11.595 kilos en enseres domésticos.

En total, estas ayudas constituyen un importe de 826.303 dólares estadounidenses.

De las 34.000 familias afectadas por el terremoto, Cáritas Perú está atendiendo a 11.000 familias, un tercio del total de damnificados.

En la diócesis de Ica, se está prestando asistencia a 9.000 familias (5.000 en Ico, 3.000 en Pisco y 1.000 en Chincha), mientras que en la diócesis de Cañete, se atienden a 1.000 familias y a otras 1.000 en la de Huancavelica.

La vasta labor de socorro a las víctimas que lidera la red Cáritas en Perú está siendo posible gracias al amplio apoyo social que recibe por parte de millones de donantes privados y cientos de entidades locales, que, junto a una generosa contribución económica, están poniendo a disposición de la institución importantes partidas de ayuda en especie.

«La oración se transformó en trabajo y el trabajo en oración, la caridad de Jesucristo volvió a ser visible en la presencia de religiosos y religiosas, laicos y voluntarios, preocupados por fortalecer y cuidar la vida amenazada por el hambre y el frío; en todo buscando hacer la voluntad de Dios», ha expresado Cáritas Perú en un comunicado, tras recibir a los miembros de veinte congregaciones religiosas que solidariamente llegaron a los almacenes y centros de acopio para organizar las donaciones de ropa y alimentos que serán distribuidas entre los damnificados.
 


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«Seamos Esperanza» ayuda ya a 20.000 familias damnificadas por el terremoto en Perú

Iniciativa del Movimiento de Vida Cristiana (MVC)

LIMA, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- La campaña «Seamos Esperanza», promovida por el Movimiento de Vida Cristiana (MVC) a favor de los damnificados por el terremoto en Ica (Perú), ya está llevando a más de 20.000 familias ayuda a través de canastas familiares, comedores populares y ollas comunes.

En este contexto, «este fin de semana, más de 600 voluntarios partieron desde Lima a Chincha para realizar un censo en las zonas más afectadas, distribuir las donaciones y entregar consuelo y esperanza a miles de familias, sobrepasando los 1000 voluntarios que se han desplazado a estas zonas», explican los organizadores.

«Desde el inicio de la campaña “Seamos Esperanza” la asistencia espiritual ha estado a cargo de un grupo de sacerdotes y de los mismos voluntarios que con sus palabras y gestos alivian el dolor de miles de personas», afirman sus promotores.

Las brigadas de voluntarios de «Seamos Esperanza» diariamente trabajan en el Colegio Santa María de Chincha para recibir las donaciones y repartirla entre los pobladores de Pueblo Libre, Sunampe, Chincha Baja y otras zonas donde la ayuda todavía es insuficiente.

Por esta razón, la campaña solidaria se intensificará en las próximas semanas haciendo un llamado a las personas y empresas a colaborar en esta campaña solidaria a favor de miles de familias afectadas por el terremoto en Ica.

Las donaciones son recibidas en cuatro puntos de acopio en Lima, destacando entre ellas el Jockey Plaza y el Centro Pastoral Santa María de la Evangelización (Calle 2 #553, Monterrico Norte, San Borja), siendo trasladadas y repartidas de inmediato a las zonas más afectadas por el terremoto.

Las inscripciones continúan para los voluntarios que deseen viajar a Chincha y colaborar con los más necesitados.

Para más información, es posible enviar un mensaje a los correos electrónicos: info@seamosesperanza.org, comunicaciones@seamosesperanza.org o visitar la página web www.seamosesperanza.org
 


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Se buscan jóvenes para animar las misas de la Jornada Mundial de la Juventud 2008

Las celebraciones eucarísticas culminarán las catequesis dirigidas por los obispos

SYDNEY, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- Los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 han abierto las inscripciones para los jóvenes católicos que quieran animar las catequesis y misas de este evento.

Dirigida por cada uno de los 300 obispos que vendrán de todas partes del mundo, la catequesis será una oportunidad para que los miles de jóvenes peregrinos (al final se esperan unos 500.000) puedan profundizar en su fe, discutir temas con los prelados y poder recibir una guía espiritual mas profunda.

«El objetivo principal de la catequesis consiste en guiar, con la ayuda del Espíritu Santo, las mentes y los corazones de los peregrinos que podrán dar los pasos para recibir a Cristo y corresponder a su invitación», declara Steve Lawrence, director del Departamento de Evangelización y Catequesis del Comité organizador.

«Estamos buscando grupos de animación formados por unas seis personas, que ayudarían a guiar y a coordinar los tres elementos de la catequesis: preparación, enseñanza y la santa misa», agregó.

Lawrence aclara que la mayoría de las sesiones de la catequesis serán impartidas en inglés, pero una tercera parte será impartida en otros idiomas, predominantemente español, italiano y francés.

Los organizadores piden grupos de animación para estas funciones:
--Coordinadores
--Presentadores
--Músicos incluyendo cantantes solistas y/o cantantes de coro
--Lectores para la santa misa
--Acólitos para la santa misa
--Otros miembros de equipos que den testimonios y representaciones cortas teatrales.

Los interesados de cualquier país del mundo ya pueden presentar su solicitud en la página web www.wyd2008.org/catechesis


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El cardenal Bertone inaugura el IX Congreso Eucarístico Nacional peruano

Encomienda a las víctimas del terremoto

CHIMBOTE, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- Con la participación de miles de peregrinos congregados dentro de la Catedral de Chimbote y fuera de ella, procedentes de todo Perú y de esta misma ciudad, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado Vaticano, en representación de su Santidad Benedicto XVI dio por inaugurado el pasado 25 de agosto el IX Congreso Eucarístico Nacional.

Al término del oficio litúrgico, cuya duración se prolongó por más de tres horas, el legado pontificio manifestó que se trata de una «profunda experiencia eclesial».

Con motivo de este congreso, que lleva por tema, «Jesús se entregó por nosotros, para que en El tengamos vida», el secretario de Estado presidió la consagración de la nueva Catedral de Chimbote, dedicada a la Virgen del Carmen y el apóstol Pedro.

La catedral de Chimbote es hoy una realidad gracias a los artesanos de Chacas, de la Operación Mato Grosso, que tuvieron una destacada participación en la construcción y ornato del templo, construido en una superficie de 2 mil metros cuadrados y una capacidad para 1600 personas.

Durante su homilía, el purpurado italiano recordó de manera especial a las victimas, heridos y familias del terremoto que devastó el sur chico de nuestro país. Hizo llegar el cordial saludo, solidaridad y bendición consoladora de Su Santidad, en estos días de gran preocupación en que sigue con solicitud paternal a la Iglesia en Perú, manifestando su cercanía física y espiritual.

Refiriéndose al IX Congreso indicó que «es como una ideal peregrinación al cenáculo para revivir el drama de la última cena, cuando Jesús anticipó en el sacramento su muerte por nosotros en la Cruz».

Toda la Iglesia en Perú, dijo, se reúne en estos momentos para permanecer en adoración y oración. «Es una oportunidad extraordinaria de vivir de nuevo el misterio de la salvación», indicó.

En el marco del Congreso, el cardenal presidió este domingo la ordenación episcopal de monseñor Gaetano Galbusera, SDB., nuevo Obispo Coadjutor del Vicariato Apostólico de Pucallpa.

Este lunes abrió la jornada del Congreso Eucarístico el obispo Ricardo Blázquez Pérez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, con una ponencia teológica sobre «La Iniciación Cristiana: Bautismo y Eucaristía»

Le debía seguir después el cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, quien habló sobre «La Eucaristía pan de vida para los discípulos de Cristo»

En la tarde, el programa preveía un encuentro con los enfermos y los presos, incluida la unción de los enfermos, en visitas a una cárcel y a hospitales.

El día debía terminar con la adoración nocturna de la Eucaristía en la Catedral
 


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Informe Especial


El cambio social y personal, de costumbres y estructuras, en el documento de Aparecida

Por Umberto Mauro Marsich

MÉXICO, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org-El Observador).- A poco tiempo de haberse publicado, el documento final de la Quinta Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en Aparecida, Brasil, se discuten en América Latina sus propuestas sobre temas como el cambio social y personal, el cambio de costumbres y estructuras.

El asunto es analizado por el doctor y misionero xaveriano, Umberto Mauro Marsich, especialista en doctrina social cristiana y en temas de bioética de América Latina.

 



EL CAMBIO SOCIAL Y PERSONAL, DE COSTUMBRES Y ESTRUCTURAS,
A LA LUZ DEL DOCUMENTO DE APARECIDA
 


Introducción

«En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un ‘encuentro personal con Cristo’, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerigmático y el testimonio personal de evangelizadores, que lleven a una conversión personal y a un cambio de vida integral».

En esta expresión de Aparecida se quiere asociar la urgencia de fundamentar nuestro compromiso social y deseo de protagonizar cambios estructurales conjuntamente a una profunda espiritualidad centrada en Cristo. Toda la DSI (Doctrina Social de la Iglesia) presupone siempre una profunda fe en Cristo y confianza en la Iglesia, ante de orientar a los creyentes, laicos y clero, hacia acciones concretas a favor de la justicia y la transformación de las estructuras. Es desde esta experiencia personal y comunitaria de Cristo y del bautismo recibido que nace, para todos, el reto de ser ‘discípulos y misioneros’, o sea, evangelizadores auténticos a sabienda que la evangelización quedaría mutilada sin la promoción humana, la transformación de la realidad personal y estructural inicua y pecaminosa, y la lucha por la justicia.

Benedicto XVI, en efecto, relacionó el compromiso social del creyente con la comunión y vida eucarística. En efecto, una eucaristía que no comportase un ejercicio del amor, afirma en su encíclica ‘Deus cáritas est’, sería fragmentaria en sí misma. Para él la responsabilidad social para con el prójimo, en cuanto hermano necesitado, y la práctica de la solidaridad y de la caridad cristiana, resultan ser consecuencias lógicas de la vivencia auténtica de la Eucaristía. La personalización de la dimensión social de la fe es un reto inevitable para todos.

a) Discípulos de Jesús.

La primera parte del documento de Aparecida está inspirada por el llamado de Jesús a todos sus discípulos: «Ven y sígueme» (Mc. 3, 13-19). Este texto relata la llamada al seguimiento y a la misión de los doce apóstoles de Jesús para que estuvieran con él y para ser enviados.. Aquí encontramos, en efecto, el fundamento del discipulado de Jesús, experiencia que pide, necesariamente, desprendimiento de las cosas materiales y liberación de los afectos (Lc. 9, 51-62). Las cosas y los afectos, aún ordenados, no pueden alejarnos del seguimiento de Jesús y desplazarnos de él. Llamados, entonces, a vivir como discípulos y misioneros de Jesús e iluminados por Él no podemos no dejarnos interpelar por el sufrimiento, la injusticia y la cruz del pueblo. En efecto no debemos olvidarnos que «la evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana» (Discurso inaugural de Benedicto XVI en Aparecida).

b) Para la misión de anunciar el Evangelio y construir el Reino de Jesús: misioneros del proyecto del Señor.

Aparecida explica el para qué del discipulado de Jesús, invitándonos a todos los creyentes a asociarnos al proyecto de Jesús como a una gran «misión continental»:»Asumimos el compromiso de una gran misión en todo el continente» (DA 376). La construcción del Reino es la razón de nuestro seguimiento y discipulado de Jesús: «Al llamar a los suyos para que lo sigan, les da el encargo muy preciso de anunciar el evangelio del Reino a todas las naciones. Por esto todo discípulo es misionero» (DA 159). Y el Reino tiene rasgos muy concretos y valores muy claros, por los cuales tenemos que trabajar y lograr, así, una sociedad más justa e igualitaria, más fraterna y misericordiosa, más pacífica y humana. Será posible lograrla mejorando la situación socio cultural; luchando por una economía más equitativa y por una política más respetuosa de la dignidad humana y finalizada hacia el bien común también internacional y planetario; defendiendo la biodiversidad y respetando a los pueblos más vulnerables como son los indígenas y los afro-americanos. En pocas palabras, el Reino de Jesús es el reino de la vida; es la oferta de una vida plena para todos en el respeto y defensa de la dignidad humana ante una cultura actual que tiende a proponer estilos de ser y de vivir contrarios a la naturaleza y dignidad del ser humano (DA 401): «Dentro de esta amplia preocupación por la dignidad humana, se sitúa - reconoce el DA- nuestra angustia por los millones de latinoamericanos y latinoamericanas que no pueden llevar una vida que responda a esa dignidad» (405).

En los pobres de la tierra encontramos el rostro sufriente de Cristo (DA 407). Nuestro servicio a los pobres, para que sea efectivo, deberá encarnarse en gestos visibles y en experiencias de solidaridad continua, más allá del mero nivel teórico-emotivo de indignación ética.

Iluminados por la DSI, especialmente los laicos deben participar activamente a la construcción del Reino de Jesús, en un proyecto de pastoral orgánica donde, en comunión con la Iglesia, sean ellos los primeros y más comprometidos actores. Los laicos son hombres de la Iglesia en el corazón del mundo y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia. Puesto que su misión específica se realiza en el mundo, con su testimonio y su actividad, contribuyen significativamente a la transformación de las realidades y a la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio (DA 226).

c) El espíritu y el estilo del discípulo y misionero de Jesús: el amor.

El espíritu que nos debe guiar en esta aventura del seguimiento de Jesús y en la construcción de su Reino debe ser el amor y la generosidad sin límite del «Buen Samaritano» (Lc 10, 25-37). La misión de los discípulos consiste en comunicar la vida nueva de Cristo a todos los pueblos y servirla para que sea plena para todos y, en particular, para los pobres. Esta vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y tiende a desarrollar en plenitud la existencia humana en su dimensión personal, familiar, social y cultural (DA 369).

Buen samaritano es aquel que se hace prójimo de los demás, sobre todo, de los pobres y desamparados. La Iglesia, comunidad de amor, las parroquias y los creyentes deben hacerse prójimos de los más necesitados de la tierra, o sea, «buenos samaritanos». La parroquia, de manera existencial y permanente, debe llegar a concretar en signos solidarios su compromiso social en los diversos medios en que ella se mueve, con toda la imaginación de la caridad; debe hacerse prójimo porque no puede ser ajena a los grandes sufrimientos que vive la mayoría de nuestra gente y que, con mucha frecuencia, son pobrezas escondidas. La opción preferencial por los pobres sigue teniendo actualidad y sigue siendo prioritaria para la comunidad cristiana.

Para configurarse verdaderamente con el Maestro es necesario asumir la centralidad del mandamiento del amor, que él quiso llamar suyo y nuevo: «Ámense los unos a los otros, como yo los he amado» (Jn 15, 12). En el seguimiento de Jesucristo aprendemos y practicamos las bienaventuranzas del Reino y el estilo de vida del mismo Jesucristo: su amor filial al Padre y su compasión entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su fidelidad a la misión encomendada, su amor servicial hasta el don de su vida (DA 154). La evangelización no es completa sin promoción humana, sin atención a los pobres y sin lucha por la justicia. La pasión por el Padre y por el Reino nos impulsará a anunciar la Buena Nueva a los pobres, curar a los enfermos, consolar a los tristes, liberar a los cautivos y anunciar a todos el año de gracia del Señor (Lc 4, 18-19).

Vivir el discipulado con autenticidad y aceptar la misión de Jesús no es cosa fácil y, por lo tanto, habrá que prepararse y formarse. Los lugares más significativos para la formación de los discípulos de Jesús y de los misioneros del Reino siguen siendo la familia, la parroquia, las pequeñas comunidades de base y los movimientos eclesiales, mientras «los medios», para permanecer fieles al seguimiento de Jesús y seguir siendo constructores activos de su Reino, serán la oración-contemplación y la acción servicial y social, generosa y total. Exactamente como nos enseñan María y Marta del Evangelio, las hermanas de Lázaro, el amigo de Jesús (Lc 10, 38-42). La capacidad contemplativa y de escucha orante de María y la acción social de servicio de Marta plasman irreversiblemente estas dos dimensiones, necesarias y complementarias, de todo discípulo y misionero de Jesús. La pastoral eclesial y parroquial, desde luego, no podrá prescindir nunca de estas dos dimensiones de la vida cristiana y verdaderos medios para la realización del seguimiento misionero de Jesús.

Para la Iglesia, reconoce el documento de Aparecida, el servicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabra y la celebración de los sacramentos, es expresión irrenunciable de la propia esencia (413). Para este efecto urge impulsar, en nuestros planes pastorales, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, el Evangelio de la vida y de la solidaridad (DA 414), o sea, la «acción social». Esto exige, desde luego, cambio personal de actitudes y hábitos, y solicita una renovada pastoral social mejor estructurada, más orgánica e integral de nuestras iglesias, en favor de la promoción humana, de la justicia y del bien común.

«Ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida –afirma el documento- llevan a asumir evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser humano» (398). Dentro de las tareas prioritarias se señalan tanto las obras de caridad inmediatas como la colaboración, con otros organismos e instituciones, para organizar estructuras más justas en los órdenes nacionales e internacionales. Estructuras que consoliden un orden social, económico y político, en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades de superación para todos (398).

Los rostros sufrientes que nos entornan y que son, aún hoy, muy numerosos, esperan acciones de solidaridad concreta de parte nuestra. Se trata de las personas que viven en la calle, los enfermos, los adictos, los emigrantes y los presos. También la defensa y tutela de la familia, de la persona de los niños, mujeres, adultos mayores, juntamente al ambiente, harán parte de nuestros proyectos prioritarios de acción social y de nuestra tarea cristiana de discípulos del Señor.

La acción, fecundada por la oración y la vida de unión a Cristo, y la oración, ratificada y autentificada por la acción social, hará de nuestra vida cristiana una experiencia trascendente, liberadora y salvadora, en línea con nuestra vocación al discipulado misionero de Jesús.

Conclusión.
Aparecida parece ser, por la pastoralidad y creatividad de su documento, un acontecimiento de mucha mayor trascendencia que S. Domingo, sin embargo, su eficacia histórica y repercusión social está depositada en el corazón y en las manos de todos y cada uno de los creyentes latinoamericanos. El análisis de la realidad del documento, por cierto objetivo y concreto, será intrascendente si no le agregamos la denuncia profética de pecaminosidad de ciertas estructuras y de egoísmo de sus autores. A la jerarquía eclesial y a los laicos, hoy más que nunca, se les pide más compromiso y más acción social para el cambio de aquellas realidades que impiden la realización del proyecto del Reino de Jesús en el hoy y aquí de nuestra historia.

El enfoque general del documento, construido sobre la vocación bautismal al discipulado misionero de todos los creyentes, abre caminos de vivencias evangélicas auténticas y comprometidas; despierta aquellos sectores de cristianos conservadores que han convertido la religión en una experiencia de intimidad espiritual, cerrada a todo cuestionamiento y, sobre todo, sin proyección social. El Reino de Dios se construye en la historia aún cuando sabemos que su plenitud no se dará en el tiempo.

La misión de anunciar el Evangelio del Señor y de construir su Reino genera, inevitablemente, ciertas implicaciones éticas como la de no poder aceptar pasivamente estructuras económicas y políticas que hundan siempre más, a la gran mayoría de nuestros hermanos, en la pobreza y en condiciones de vida infrahumana. Los rostros de Cristo sufriente se multiplican siempre más frente a nosotros y nos piden alivio, ayuda y atención. No podemos seguir traicionando impunemente el mandato evangélico del amor al prójimo, eficazmente plasmado en la parábola del buen samaritano. Debemos ser discípulos atentos y apasionados de Jesús hasta las últimas consecuencias. Diversamente, también Aparecida será una frustración más. Justamente los obispos, en la conclusión del documento, nos suplican de asumir acciones transformadoras y de no quedarnos con los brazos cruzados: «No podemos quedarnos tranquilos –afirma el documento- en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia, que Él nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en la construcción de su Reino en nuestro Continente» (DA 548).

Hermosa es la invitación y convocatoria final de Aparecida para que todos participemos en la gran misión continental permanente, llevando «nuestras naves mar adentro, con el soplo potente del Espíritu Santo, sin miedo a las tormentas, seguros de que la Providencia de Dios nos deparará grandes sorpresas» (5519). Ella misma nos alentará a ser discípulos que saben compartir la mesa de la vida con todos, pero, de manera particular, con aquellos que la sociedad sigue excluyendo siempre más: los pobres.


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