Impartirá Educación para la Ciudadanía el próximo curso

Cataluña, pionera en EpC

PD/Efe
Jueves, 30 de agosto 2007

 

Cataluña es una de las siete autonomías que empezará a impartir el próximo curso en Secundaria la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, que aquí no ha provocado la polémica generada en otras comunidades e incluso ha sido recibida con buenos ojos por algunos sectores de la iglesia.

La asignatura, que se dará en Tercero, mientras otras autonomías lo harán en Cuarto, debe contribuir, entre otros objetivos, a desarrollar la identidad personal y el sentido de pertenencia de los alumnos, además de promover la autocrítica, la actitud abierta y flexible, y el compromiso para mejorar la sociedad.

El decreto con el nuevo currículo de Secundaria aprobado este verano por el gobierno catalán afirma que los contenidos de esta materia ayudarán a los alumnos a interpretar la realidad y a 'incorporar positivamente la pluralidad familiar, sexual, cultural, lingüística, nacional, religiosa y política de toda la sociedad'.

Los sectores contrarios a la asignatura, prevista en la LOE, la consideran un instrumento para el adoctrinamiento ideológico, al tiempo que defienden que la educación moral de los niños y adolescentes compete exclusivamente a sus padres y a la Iglesia.

La polémica, suscitada básicamente en el seno de la Iglesia, que anima a la objeción de conciencia, y en las comunidades gobernadas por el PP, no se ha dejado casi notar en Cataluña, donde la jerarquía eclesiástica mantiene una posición más moderada.

La plataforma Esglèsia Plural, formada por cristianos de base de Barcelona, se ha mostrado incluso partidaria de la asignatura y ha criticado 'la beligerancia manifestada por la jerarquía eclesial contra la asignatura'.

Unió Democràtica de Catalunya (UDC) es el único partido catalán que ha alertado de la posible inconstitucionalidad del decreto de primaria y secundaria del gobierno catalán por 'imponer conocimientos que exceden los valores que consagra la Constitución', en referencia a esta asignatura.

El decreto de la Generalitat fija que la asignatura debe contribuir, entre otros logros, a que el alumno aprenda a ganar autoestima y a actuar con libertad responsable; a desarrollar los valores de la convivencia, la justicia y la equidad, en especial de género; y a analizar los desequilibrios existentes en el mundo actual valorando críticamente sus causas.

En el ámbito de las relaciones afectivas y sexuales, la acción educativa tratará de potenciar el respeto y la confianza hacia el otro y la igualdad, rechazando prejuicios, estereotipos y las relaciones basadas en el dominio del otro.

Los centros escolares deberán ayudar a identificar y rechazar comportamientos y actitudes discriminatorias (sexistas, misóginas, homofóbicas, xenófobas y de preponderancia de la fuerza física) en los diferentes ámbitos de relación de la escuela y en el exterior, según el decreto.

La educación pondrá además énfasis en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, y en valorar la diferencia de sexos y la igualdad de derechos entre ellos 'identificando y rechazando situaciones de discriminación y violencia de género'.

Además, planteará la necesidad de reconocer la diversidad social y cultural como enriquecedora de la convivencia, 'mostrando respeto por culturas diferentes a la propia y valorando las costumbres y estilos de vida propios como signos de identidad y formas de cohesión social'.

El respeto hacia el medio natural y la práctica del consumo responsable para contribuir a la sostenibilidad forma parte también del currículo de esta materia, así como educar en la identificación del lenguaje de la publicidad y de los medios de comunicación para ayudar a interpretar críticamente sus mensajes.