
Rosa Regàs y la justificación de los mediocres
30.08.07 @ 19:31:49. Archivado en Sobre el autor
Había decidido no decir nada ante la dimisión-destitución de Rosa Regàs en la presidencia de la Biblioteca Nacional. Sinceramente, no me gusta hacer leña del árbol caído. Pero oyendo las justificaciones que ésta ha dado, absolutamente lamentables, ha desaparecido en mí cualquier mínima consideración y respeto que pudiera sentir por alguien que ha dedicado su vida a la escritura. No creo que ni ella misma se crea que lo que le ha pasado ha sido “por ser mujer”. Tales declaraciones sólo son una muestra más de la incompetencia y sectarismo de una mediocre. La causa real es la que ofrece el nuevo ministro de Cultura, César Antonio Molina: sencillamente “no ha hecho nada” en sus tres años en el cargo. Nada bueno por lo menos…
Esta mujer, que ve fascistas hasta en la sopa, lo primero que hizo al llegar a la Biblioteca Nacional fue retirar la estatua de Menéndez Pelayo, “por derechista”. Recientemente, dijo alegrarse de que se vendieran en España menos periódicos; “de extrema derecha”, of course. ¿Qué se puede esperar de una señora que se dice demócrata cuando admira fervorosamente a Hugo Chávez y a Fidel Castro?
Mi más sincera enhorabuena al ministro de Cultura, César Antonio Molina, por prescindir de los “servicios” de tan funesta señora. No ha demostrado ser un machista ni un misógino, sino una persona coherente. Si un cargo público no cumple su labor y, además, lo único que hace es emponzoñar la convivencia cívica con mentiras y oprobios, lo lógico es que su superior le destituya.
Ahora sólo falta que sitúe en el cargo a un verdadero y profundo intelectual, representante de la verdadera Cultura. Esto es, un Francisco Nieva, un Antonio García Trevijano o un Arturo Pérez Reverte, por sólo poner algunos ejemplos. Basta ya de sectarios abovinados y adosados al pensamiento único. ¡Que la Cultura esté en manos de gente de Cultura!