Rouco deplora las circunstancias de la muerte del sacerdote Mariano Arroyo
Los familiares del sacerdote asesinado en Cuba le pidieron hace meses que regresara a España
RD/EpMartes, 14 de julio 2009

Los familiares de Mariano Arroyo Murillo, el sacerdote cántabro de 74 años asesinado ayer en el municipio de La Regla, en las afueras de La Habana, le habían pedido hace meses que "lo dejara" y regresara a España, ante los problemas de los curas en Cuba tras la muerte de Eduardo de la Fuente Serrano.
Pero pese a los avisos y las apelaciones a su edad, "él quería estar ahí" para "hacer el bien", según relató en declaraciones a Europa Press el hermano del sacerdote, el ganadero de la localidad cántabra de Cabezón de la Sal, Agustín Arroyo.
El hermano del fallecido aseguró que Mariano ya quedó "muy afectado" después de que el pasado mes de febrero apareciera a las afueras de La Habana el cadáver de Eduardo de la Fuente, sin que hasta la fecha se le conozcan las causas.
"Esto es horroroso" e "increíble", aseguró Agustín Arroyo, que desconoce cuándo traerán el cuerpo de su hermano a España. Es algo que está "en manos del Obispado", explicó, si bien indicó que en el caso del fallecimiento del otro sacerdote, se tardó unos 10 días.
Arroyo cuestiona que su hermano Mariano fuera asesinado por un robo, ya que "para robar no hace falta matar" y apuntó que en Cuba "se ve que los sacerdotes molestan".
Así, explicó que el sacerdote asesinado, que era párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de La Regla, "tenía un tirón muy fuerte" entre los vecinos y "llegaba muy bien a la gente".
Antes de trabajar en Cuba, Mariano Arroyo había estado más de 20 años ejerciendo el sacerdocio en Chile, también en una situación "difícil".
El cuerpo del sacerdote español Mariano Arroyo Murillo, párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, apareció ayer apuñalado y quemado en el municipio de Regla, en las afueras de La Habana.
Su cadáver fue encontrado por los bomberos alrededor de las 06.10 horas (12.10 hora española), después de que el vigilante nocturno viera salir humo de la parroquia.
El cadáver tenía varias heridas provocadas, al parecer, con un objeto punzante, tenía las manos atadas y algunas partes de su cuerpo quemadas.
Este es el segundo sacerdote español que es asesinado en Cuba en menos de cinco meses. El pasado mes de febrero, apareció a las afueras de la capital el cadáver de Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 años, sin que hasta el momento se conozcan las causas de este homicidio.
Arroyo Murillo, de 74 años, se encontraba desde hace tres años de misión en la parroquia de Regla y le faltaban aproximadamente un año y 8 meses para regresar a España.Por su parte, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, sus obispos auxiliares y el clero diocesano manifestaron hoy su profundo dolor ante la "trágica pérdida" del sacerdote cántabro Mariano Arroyo, al tiempo que deploraron las circunstancias de su muerte. El sacerdote diocesano de Madrid fue encontrado muerto ayer, apuñalado y quemado, en una de las habitaciones de la iglesia de Nuestra Señora de Regla, en Cuba, de donde era párroco.
"Mariano Arroyo era un magnífico sacerdote, cercano a los pobres, hombre profundamente religioso, entregado a su ministerio, que ha dejado siempre una profunda huella evangélica en cuantos le conocieron", señala el comunicado del Arzobispado de Madrid.
Desde esta institución se expresa a la familia de Arroyo su "unión en el dolor por la pérdida del ser querido, y en la esperanza cristiana de la vida eterna", y se pide a todos los diocesanos que eleven oraciones "por este buen sacerdote que entregó su vida al servicio de Cristo y de la iglesia hasta el final".
El cadáver del sacerdote será trasladado a España, donde recibirá sepultura.
BIOGRAFÍA
Mariano Arroyo había nacido en 1935 en la localidad cántabra de Cabezón de la Sal, y fue ordenado sacerdote, en 1960, en Comillas. De 1962 a 1968 fue misionero en Santiago de Chile. En 1969 se trasladó a Madrid, donde trabajó en la parroquia de María Mediadora hasta 1979, fecha en la que regresó a Chile. En 1983 pidió y le fue concedida la incardinación en la archidiócesis de Madrid.
Su trabajo misionero en América Latina lo ha desarrollado a través de la OCSHA. Tanto en sus estancias en Chile como en la diócesis de San Cristóbal de la Habana (Cuba), siempre estuvo integrado en los respectivos presbiterios diocesanos y a disposición del obispo de la diócesis.
En Cuba, el cardenal de La Habana le fue encomendando diversas tareas pastorales: en 1998, párroco de Nuestra Señora del Pilar, y en diciembre de 2004, rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, donde permaneció hasta su muerte.
Asimismo, en La Habana fue asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos, y director del Instituto de ciencias religiosas 'Padre Félix Varela'. También formó parte del Consejo Nacional de Misiones.