El obispo de Santander destaca que el sacerdote asesinado en Cuba estaba "entregado a la causa de los más pobres"

RD/EP
Domingo, 19 de julio 2009

 

El obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora destacó que el sacerdote cántabro asesinado el pasado lunes en Cuba, Mariano Arroyo fue un "buen" sacerdote misionero "de corazón y de obras", y que siempre estuvo "entregado al servicio del Evangelio y a la causa de los más pobres, débiles y necesitados". Durante su homilía en el funeral por Arroyo, celebrado esta tarde en la Iglesia Parroquial de San Martín, el prelado cántabro lamentó que "le han arrebatado la vida a Mariano en "circunstancias dramáticas y crueles", pero valoró que el párroco de Nuestra Señora de Regla, en La Habana, "ha dejado una huella de bondad y Evangelio en todos los que le han conocido".

La ceremonia, presidida por el obispo, contó con la asistencia de vicario de la Diócesis de Madrid, a la que estaba adscrito Arroyo, además de numerosos vecinos, autoridades, como el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, o el del Parlamento regional, Miguel Ángel Palacio, además de los familiares de Eduardo de la Fuente, el otro sacerdote español que ha sido asesinado en Cuba a lo largo de este año.

El obispo de Santander recordó que el sacerdote cántabro nació el 20 de febrero de 1935 en la localidad de Cabezón de la Sal, donde hoy se ofició su funeral y "donde ha sido siempre muy querido por todos". El funeral ha sido concelebrado por un centenar de sacerdotes.

Por su parte, el párroco de El Alamar, en La Habana, Isidro Hoyos, amigo de Mariano Arroyo, el sacerdote cántabro asesinado el pasado lunes en Cuba, aseguró hoy en Cabezón de la Sal que tras su "tortura" Mariano Arroyo, "vivirá para siempre". Seguir leyendo el arículo
Hoyos, también cántabro, admitió que tiene el "corazón muy dolorido" y una "sensación de horfandad", después de que el pasado lunes su amigo apareciera apuñalado y quemado, en una de las habitaciones de la iglesia de Nuestra Señora de Regla, de la que era párroco.

El compañero de Mariano Arroyo expresó su "amistad" con el fallecido, así como el sentimiento de que "se ha marchado algo muy profundo al corazón". No obstante, también se mostró "muy contento de que ahora Mariano viva para siempre", tras recordar que el párroco de Nuestra Señora de Regla era "un gran creyente de la resurrección". "Pienso ya con alegría y gozo en Mariano", afirmó.