En su homilía advirtió de los peligros del laicismo radical
El cardenal García Gasco presidió en Huesca la Misa Pontifical que puso fin al Año Jubilar Laurentino

La solemne Misa Pontifical de la mañana de San Lorenzo supuso ayer el final del Año Jubilar Laurentino. La Iglesia oscense ha dedicado un año especial a recordar el 1750 aniversario del martirio del patrón de Huesca. La Eucaristía fue presidida por el arzobispo emérito de Valencia, cardenal Agustín García-Gasco. Fue el encargado de la predicación, en la que glosó las virtudes evangélicas de San Lorenzo y advirtió en contra del laicismo radical que busca eliminar a Dios y la Iglesia del ámbito de lo público. Al final de la homilía, entregó al obispo de Huesca una réplica del Santo Cáliz que se guarda en la catedral de Valencia. La réplica fue utilizada en la consagración en la Misa de ayer.
Publicado el 2009-08-11 10:49:00
(Diario del AltoAragón/InfoCatólica) Una arraigada tradición asegura que el vaso que usó Jesucristo en la Última Cena era guardado en Roma y fue enviado a Huesca por San Lorenzo para preservarlo de la persecución contra los cristianos del siglo III. De Huesca habría pasado a San Juan de la Peña y los monjes de este cenobio lo entregaron a la Casa Real de Aragón, que lo depositó en Valencia, donde se venera la reliquia. La entrega fue recibida con un fuerte aplauso por los cientos de fieles que abarrotaban ayer la basílica laurentina.
Concelebraron cinco monseñores: el obispo de Huesca, Jesús Sanz-Montes, los arzobispos de Zaragoza, Manuel Ureña, y Pamplona-Tudela, Francisco Pérez, y los obispos de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, y Tarazona, Demetrio Fernández-González. Participó también buena parte del clero diocesano.
El obispo oscense, Jesús Sanz Montes, dio la bienvenida a concelebrantes y asistentes al inicio de la Celebración e indicó en sus palabras que las colectas recogidas en la Basílica con motivo del año jubilar se han destinado a la obra oscense de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca.
En la Pontifical estuvo presente la Corporación Municipal y algunas de las autoridades que participaron en la procesión. Su inicio fue precedido por la emotiva entrada de los Danzantes en la Basílica. Ocupó lugar preferente la Cofradía de Caballeros de San Lorenzo. En el presbiterio se situaron el busto procesional de San Lorenzo y las reliquias del patrón de Huesca.
La Basílica fue un constante entrar y salir de oscenses que quisieron realizar una visita a la Basílica. En el atrio, colaboradoras de la parroquia repartieron albahaca.