13.11.09

El padre Elías, secretario de la CONFER

Permalink 10:16:57, por Luis Fernando, 1028 palabras
Categorías : Actualidad
 

En la Iglesia española hay un sector empeñado en llevar la contraria a los obispos y al magisterio por sistema. Y de entre todos los obispos, es el cardenal Rouco el más odiado y despreciado por ellos. Eso lleva a que cualquier otro prelado al que consideren “rouquista” es, como mínimo, visto con sospecha. Es el caso de quien -aunque ya por muy poco tiempo- todavía es mi obispo, monseñor Jesús Sanz Montes, ofm. El multiusos del episcopado español -ningún otro tiene tantas y tan varias responsabilidades eclesiales como él- lleva encargándose del negociado de los religiosos en la CEE desde hace unos cuantos años. En otras palabras, le ha tocado bailar con la más fea. Bueno, no con la más fea. Más bien con la más desmadrada.

En efecto, la presidencia en la CONFER del mercedario Alejandro Fernández Barrajón ha sido como un dolor de muelas constante para el episcopado español, salvo para los buenistas a los que todo les parece bien. Hubo veces en que parecía que la misión de Barrajón era poner la nota discordante a la línea marcada desde Añastro sobre cualquier tema. La idea que se lanzaba a la sociedad española era evidente. Los obispos son esa jerarquía mala, preconciliar, encerrada en sí misma, etc, mientras que los religiosos son la voz profética, guay, cercana al pueblo y la sociedad, chachi-piruli chupiti-mangui. Es más, el sector progre de la Iglesia tiene como manía obsesiva el aplicar el calificativo de profeta a cualquiera que, sobre todo si es ya entrado en años, se manifieste en contra del Papa, de los obispos y de la doctrina de la Iglesia. Hasta ahora los profetas eran los que llevaban al pueblo de Dios a la verdad. Con estos son los que hacen todo lo posible para que el mismo pueblo se aparte de la misma. Es lo que tiene estar poseído del espíritu de Coré.

Dado que en la Iglesia Católica, por razones pastorales e históricas que creo que deberían ser revisadas cuanto antes, existe una gran independencia de las órdenes religiosas respecto a la autoridad episcopal, salvo la del Papa, los obispos pueden hacer relativamente poco cuando frailes, monjas y demás miembros de la vida consagrada deciden ir por libre. Y lo que pueden casi nunca lo hacen, supongo que por evitarse jaleos. En Estados Unidos la cosa se puso tan mal que Roma decidió realizar una visita apostólica a las órdenes femeninas, buscando sin duda crear el efecto “cuando las barbas de tu vecino veas cortar". Veremos en qué queda dicha visita. No olvidemos que en el país norteamericano se produjo una escisión en el seno de su CONFER. Los religiosos fieles a la Iglesia decidieron ir por libre y alejarse de los “profetas". Aquí en España no se va a llegar a tanto, aunque falta a la verdad quien diga que no se ha pensado alguna vez en dicha posibilidad.

Al ser monseñor Sanz Montes un franciscano “pata negra", se conoce realmente bien el paño de los religiosos en España. Y con el paso de los años ha sabido sortear las dificultades del cargo que le encomendaron sus hermanos en el episcopado de la CEE. Es por ello que cabe atribuirle el gran éxito que supone el nombramiento del padre Elías Royón, sj, como nuevo presidente de la CONFER. El padre Elías no es san Atanasio, no es el guardián de la ortodoxia y no es el tipo de jesuita al que los progres llamarían preconciliar, tridentino, carca y demás lindezas. Pero sin la menor duda no es Barrajón ni cosa que se le parezca. Por ejemplo, su papel en la salida del padre Juan Masiá de Comillas fue, según me cuentan, fundamental. No sé si actuó así por convicción propia, porque vio que era la mejor para la Compañía o por ambas cosas a la vez, pero lo cierto es que ese jesuita hereje chulesco, que día tras día vomita su bilis contra los obispos españoles, contra Roma y contra cualquier cosa que huela a doctrina católica, tuvo que volver a Japón.

Quienes conocen bien al padre Elías Royón, no es mi caso, me aseguran que es un hombre muy pastoral, cercano, dialogante y que dedica mucho tiempo al noble ministerio de la confesión. Esto último, por sí solo, ya habla bien de él. El progresismo eclesial huye de los confesionarios como el diablo del agua bendita y el crucifijo. Todo sacerdote consciente de que una de sus tareas esenciales es la cura de almas por medio del sacramento de la confesión va por el buen camino. Además, Royón es discípulo directo del P. Tomás Morales SJ, fundador de la Cruzada de Santa María en la época del Hogar del Empleado, quien sin duda no era uno de esos jesuitas que transitan por fronteras extra-eclesiales. Si a eso se le une el hecho de que su relación con monseñor Sanz Montes es muy buena -don Jesús estaba ayer muy feliz con su nombramiento-, sólo podemos esperar que la CONFER pase a ser lo que nunca debió dejar de ser. Y es que aunque los religiosos deben seguir teniendo voz propia, nadie pretende lo contrario, lo que no puede ser es que esa voz sea la de un pepito grillo chillón que replica a lo que dicen aquellos que son los legítimos pastores del rebaño católico en España. Con el padre Royón habrá menos roces, menos conflictos, menos disidencias estridentes a nivel institucional. Estamos, pues, ante una nueva etapa que hará bien a la Iglesia en nuestro país. Y eso no va a gustar a los “progres", por mucho que ahora le quieren presentar su presidencia como una continuidad de la anterior.

Luis Fernando Pérez