18.11.09

Virgen de la Cabeza: el poder y la gloria

Permalink 08:19:52, por Tomás de la Torre Lendínez, 377 palabras
Categorías : General
 

Durante toda esta semana se encuentra en la Catedral de Jaén la imagen de la Virgen de la Cabeza, patrona de la diócesis, con motivo de cumplirse el centenario de su coronación y el cincuenta aniversario de su nombramiento como patrona diocesana. Los actos litúrgicos que están teniendo lugar son una muestra masiva de devoción mariana muy grande y popular.

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. Los dirigentes de la cofradía han sido apartados de sus cargos por el obispo diocesano, quien hace unas semanas ha nombrado al padre trinitario, que es el párroco del Santuario de la Virgen de la Cabeza, como comisario canónico con plenos poderes sobre la cofradía, cuyo grupo dirigente lleva en luchas internas por el poder largos meses, algo que es impropio y sirve de mal ejemplo al pueblo cristiano que asiste atónito a este espectáculo.

La decisión del obispo diocesano ha sentado mal en un determinado sector de poder de la cofradía, tanto que el día que la imagen era trasladada desde su santuario hasta Jaén, los anderos, por su propia voluntad, cambiaron el itinerario del recorrido procesional para llevar a la Virgen hasta un convento de trinitarias contemplativas existente en el pueblo de Andújar. El asunto acabó con una denuncia en la comisaría de polícia contra los gestores de tal situación.

Todo esto está dando hilo a la prensa local donde aparecen noticias, reportajes y artículos de opinión de todos los sectores a favor o en contra. Sin embargo, esto no puede ensombrecer el éxito de los actos programados en la Catedral de Jaén para exaltar la devoción mariana de un pueblo que se postra ante la Virgen de la Cabeza, que es la patrona de la diócesis.

Pero sí me hago las siguientes preguntas:¿Cual será el final de esta situación anómala cofradiera?, ¿habrá alguien que le ponga una definitiva solución a unos enfrentamientos entre los hermanos de esta cofradía?. Esperemos que sí y que el pulso no tiemble a quien debe tomar las medidas necesarias.

Tomás de la Torre Lendínez