1.06.10

Disimulo, aborto y Mariano Rajoy lo mismo son

A las 12:13 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Derechos Humanos
 

Cada cual hace de su vida una que lo sea congruente con lo que piensa o, por el contrario, una que lo sea muy contraria a lo que se supone tendría que ser.

Por ejemplo, con el aborto hay muchas personas que se están retratando, por desgracia, muy mal porque les está saliendo una imagen en la que no se sabe si la sonrisa es verdadera o simple mueca.

Cuando Mariano Rajoy dijo lo que dijo es de suponer que no lo hacía presionado por nadie salvo por su relativista comportamiento.

Desde que la norma “sensata y razonable” que apoya Rajoy entró en vigor (1985) se han producido, en España, miles y miles de abortos que es una forma muy extraña de ser sensato y razonable.

Sin embargo a Mariano Rajoy no le parece mal tal norma sino que, ahora, se limita a hacer el paripé de presentar un recurso de anticonstitucionalidad en el Tribunal que conoce de tales causas.

Esto, así dicho, puede parecer buena cosa. Otra cosa muy distinta significa.

Significa, por ejemplo, que está de acuerdo con las miles de muertes, arriba hechas mención, que en los últimos 25 años se han producido en España, la gran mayoría de ellas acogidas al escurridizo concepto de salvaguardar la “salud materna” porque con eso tampoco está en desacuerdo Mariano Rajoy y, así, su partido político.

Es más, ahora que la antigua ley va a dejar de ser antigua ley bien podría haber dicho que no estaba de acuerdo con ella. Sólo perdería un poco de credibilidad, por lo hecho hasta ahora, pero se habría comportado de una forma más sensata y más razonable.

Si no hecho tal cosa es que, en verdad, le importa muy poco lo que le pudo pasar a miles de seres humanos que no vieron la luz del día porque en el seno materno acabaron con ellos. Lo único que le parece bien es aparentar, disimulando su verdadero pensamiento infanticida, que no está de acuerdo con una norma porque, a lo mejor, no la ha podido elaborar y aprobar él y su partido.

Resulta de lo más descorazonador y triste que una persona que pretende gobernar en España e influir lo que pueda en Europa y en muchas otras regiones de la Tierra (véase, por ejemplo, la América que habla española) se muestre tan escasa de humanidad al permitir que se mate con una ley e intente que se prohíba con otra.

Resulta un mal síntoma que el partido político que, se supone, ha de defender el valor de la vida por encima de otros se limite a hacer como que protesta por lo de hoy olvidando todo lo pasado como si, en realidad, no hubiera pasado y no hubieran ido, al cubo de la basura, miles de seres humanos hechos, a lo mejor, añicos hasta desfigurar lo que un cuerpo de nuestra especie ha de parecer y ser.

Resulta de imposible creencia que una persona que dice que está bien que se mate de una forma y con alguna que otra excusa diga ahora que no le parece bien otras realidades como los plazos que establece la nueva norma o que las menores puedan abortar sin permiso paterno o/y materno o que se considere un derecho de la madre matar al hijo. Eso no es posible creer y, verdaderamente, suena mal y huele fatal.

Mariano Rajoy puede creer que el “coste de oportunidad” (es decir, “el valor que se pudiera haber obtenido con una dedicación diferente de los recursos”) será de poca importancia porque considera que el aborto es cuestión asumida por la ciudadanía. En verdad, lo que pone en evidencia es que le falta humanidad y le sobra abuso de pensamiento político.

Esto lo que en realidad quiere decir es que la fosa de la que tanto habla el salmista está, si eso es posible, un poco más abierta.

Eleuterio Fernández Guzmán