1.06.10

Mayo en el Blog: Recensión y recuerdo

A las 12:12 AM, por Guillermo Juan Morado
Categorías : General

 

Hemos llegado al final de “Mayo en el blog". El texto se lo debemos a Yolanda, que ha tenido la amabilidad de recensionar un libro mío. Pero ese libro - ay, Umbral, Umbral - evoca un recuerdo: El “Mayo virtual” de 2008, en este mismo blog. Agradezco a Yolanda sus palabras y, a todos, su colaboración y su benevolencia.

Treinta y un días de Mayo
(Escrito por Yolanda)

Treinta y Un Días de Mayo, de don Guillermo Juan Morado, es un libro de piedad mariana, concebido para dedicar a nuestra Madre un espacio de oración cada día del mes que la Iglesia le tiene consagrado. Pero es bastante más. Existen otros libros que satisfarían cumplidamente el cometido de ayudar a los fieles en su devoción a María, pero Treinta y Un Días de Mayo añade características, diría que casi urgentes, para los fieles de nuestro tiempo.

Ante todo, que no hay página – particularmente en el apartado de Reflexión- en que no se perciba el delicado y contagioso amor filial del autor hacia Nuestra Señora. Y ese contagio resulta tanto más fácil cuanto que el lenguaje empleado, siendo perfectamente acorde con la sensibilidad actual, reposa en una convicción profunda del autor acerca de este género de libros, de los que es autor profuso: estas expresiones devotas deben responder a la necesidad de que la piedad conduzca a las fuentes de la gracia.

El libro presenta una estructura sencilla que se repite a lo largo de los treinta y un días del mes. Tras la Oración introductoria, la misma para todos los días, una breve Lectura bíblica relacionada con el título del día, seguida de una Reflexión del autor. Tras ella, los fieles elevan unas Preces igualmente motivadas por el argumento del día. Finalizan los minutos de celebración con un Padre Nuestro y una Oración final, y las bendiciones de Conclusión.

Si en todas las partes de esta estructura brilla el estilo pulcro y rico de un autor tan hondo como Don Guillermo Juan Morado, es, lógicamente, en las reflexiones donde este ejercicio de piedad mariana muestra más su vigencia y su vigor. Inspiradas en buena medida en motivos del Misal de la Virgen María, las reflexiones atienden bien a invocaciones de la letanías lauretanas (Madre de la Iglesia, Causa de nuestra alegría, Puerta del cielo, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Reina de los Apóstoles…), bien a las festividades marianas (Candelaria, Fátima, Auxilio de los Cristianos…) bien a episodios de la Escritura (Nazaret, Caná, la Visitación…) o bien a oraciones de la tradición mariana (Stabat Mater, Regina Coeli) bien a exultaciones diversas que la práctica devota ha venido consagrando.

El brío de este libro reside en el cuidado con que el autor ha procurado que la selección de las lecturas bíblicas, el texto de las meditaciones y el tenor de las preces, siendo asequibles, estén profundamente ancladas en verdades de fe para las que María es camino.

No faltan la información catequética -como la deliciosa noticia de piedad popular que da San Cirilo en la proclamación de María como Madre de Dios en el siglo V en Éfeso-; ni la mención lírica del arte que inspira el amor a María –como el recuerdo de la basílica romana de Santa María in Trastevere que conserva un antiguo icono de la Virgen de la Clemencia, Virgo Clementíssima, que recuerda que el corazón de María refleja la bondad de nuestro Dios, “lento a la cólera y rico en piedad”- .

Y basten estas dos vibrantes muestras para resaltar lo que me parece más destacable del tono de las reflexiones que acompañan a cada invocación diaria: intenso, intimista en ocasiones incluso, pero evitando sentimentalismos y dirigido siempre a la objetividad de los datos de la fe.

La prehistoria de este libro es en parte conocida por los lectores del blog. La Editorial CCS, que edita el libro, pidió a Don Guillermo un trabajo de este tipo. Comenzó a publicarse en mayo de 2008 en La Puerta de Damasco, en forma de entradas diarias. De este trabajo decía entonces el autor: “Creo que si los lectores me ayudan, saldrá mejor. Debo intentar escribir de modo muy sencillo, pero a la vez ayudando a conocer mejor la fe. A ver si, con vuestra ayuda, lo consigo”. No fue precisa ninguna ayuda.

A lo publicado entonces no se ha añadido o modificado nada aparentemente sustancial, aunque sí ocurre que, bajo la letra, late mucha novedad abundantemente germinada en estos dos años. La semilla volandera, que creemos perdida, da fruto cuando y como no sabemos, y los éxitos medidos en términos humanos son ajenos a la medida del éxito que esperamos para nuestras almas.

Quienes no se hayan provisto de Treinta y Un Días de Mayo para este 2010, seguramente aún pueden hacerlo. Si no, cada año hay un mes de mayo con sus treinta y un días.

Yolanda.

____

Nota del blogger: Recomiendo consultar el siempre sugerente blog “Las parábolas del Deán". Les gustará.