ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 3 de junio de 2010

Santa Sede

Conmoción en el Vaticano por el asesinato de un obispo en Turquía

Por qué Jesús es el verdadero sacerdote, según el Papa

Representante vaticano pide el fin del aislamiento de Gaza

El Papa en Chipre

Las tres dimensiones del viaje del Papa Benedicto XVI a Chipre

El Papa viajará a un Chipre políticamente inestable

Mundo

Patriarca de Jerusalén: Tierra Santa todavía es “Iglesia del Calvario”

El presidente del episcopado alemán exculpado de encubrimiento

La educación sexual, en casa, piden los obispos de Filipinas

El diaconado permanente aumenta en Estados Unidos

Actualidad

En línea, documentos vaticanos de la II Guerra Mundial

Flash

Dolor de Caritas por las víctimas del convoy humanitario a Gaza

Testimonio

Monseñor Padovese, testigo del diálogo y la paz en tierra musulmana

Documentación

Benedicto XVI: La Eucaristía resume a Cristo y su misión


Santa Sede


Conmoción en el Vaticano por el asesinato de un obispo en Turquía
Acuchillado el presidente de la Conferencia Episcopal

CIUDAD DEL VATICANO jueves, 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- "Es horrible", un "hecho horrible", "increíble", "estamos conmocionados". Con estas palabras comenta el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el asesinato en Turquía del obispo Luigi Padovese, religioso capuchino, vicario apostólico de Anatolia y presidente de la Conferencia Episcopal de ese país, de 63 años.

 Según las primeras versiones de los órganos de información de Turquía, monseñor Padovese fue agredido en su casa de Iskenderun con arma blanca por su chófer, Murat Altun.

"Se trata de una noticia horrible que nos deja profundamente desconcertados y obviamente llenos de dolor. Monseñor Padovese ha sido una persona que ha tenido grandes méritos en el testimonio de la vida de la Iglesia en Turquía, ha sido una persona entregada al Evangelio, valiente", aclara el padre Lombardi.

"Hay que comprender mejor las circunstancias y los motivos de esta muerto, pero está claro que ha sido una vida entregada al Evangelio", subraya el portavoz vaticano.

"En víspera de un viaje del Papa a Oriente Medio para alentar a las comunidades que viven en esa región, este hecho da a entender profundamente que es totalmente urgente y necesaria la solidaridad y el apoyo de la Iglesia universal a favor de estas comunidades cristianas".

El padre Lombardi llamó por teléfono a sor Eleonora Stefano, religiosa franciscana de la Inmaculada Concepción, asistente y secretaria durante 22 años de monseñor Padovese, quien ha explicado que el obispo había ido a una casa de trabajo, que utilizaba a unos kilómetros de su sede, y allí fue asesinado por Altun, de origen curdo, quien no sólo era chófer, sino que además le asistía en otras labores.

"Sor Eleonora testimonia que Altun había dado señales de depresión y confusión desde hace unos días y que ya en el pasado había tenido síntomas de desequilibrio mental. Por tanto, parecen excluirse totalmente motivos políticos ligados a las tensiones recientes", informa el padre Lombardi.

"Lo que ha sucedido es terrible, sobre todo si se piensa en otros hechos sangrientos de Turquía, como el asesinato del padre Andrea Santoro", sacerdote italiano asesinado en febrero de 2006 en Trebisonda.

"Recemos para que el Señor recompense su gran servicio a la Iglesia y para que los cristianos no se desalienten y, siguiendo su testimonio tan fuerte, sigan profesando su fe en la región", concluye el portavoz.

Nacido en Milán, el 31 de marzo de 1947, Luigi Padovese entró en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos a los 18 años, y en 1973 fue ordenado sacerdote. El 11 de octubre de 2004 fue nombrado por Juan Pablo II vicario apostólico en Iskenderun de Anatolia, después de haber sido profesor de patrística en la Universidad Pontificia Antonianum de Roma durante 16 años y director del Instituto de Espiritualidad de esa misma universidad. Ha sido consejero de la Congregación de las Causas de lo Santos.


 


 

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Por qué Jesús es el verdadero sacerdote, según el Papa
Benedicto XVI preside el “Corpus Christi” en San Juan de Letrán

ROMA, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El sacerdocio de Cristo no tiene nada que ver con el sacerdocio ritual de Israel, sino que es algo completamente nuevo en la historia, explicó hoy el Papa Benedicto XVI, durante la homilía que pronunció en la tradicional celebración en Roma de la Solemnidad del Corpus Christi, en el atrio de la Basílica de san Juan de Letrán.

Este año, a punto de concluir el Año Sacerdotal, el Papa centró su reflexión en el sacerdocio de Cristo y en su relación con la Eucaristía, explicando la novedad que éste ha aportado en la relación del hombre con Dios.

Jesús “no era un sacerdote según la tradición judaica. La suya no era una familia sacerdotal. No pertenecía a la descendencia de Aarón, sino a la de Judá, y por tanto legalmente le estaba excluida la vía del sacerdocio”, afirmó el Papa.

La persona y la actividad de Jesús “no se colocan en la estela de los sacerdotes antiguos, sino más bien en la de los profetas”, añadió. Era “un Mesías no sacerdotal, sino profético y real”.

Así, prosiguió el Papa, Jesús “tomó distancia con una concepción ritual de la religión, criticando la postura que daba mayor valor a los preceptos humanos ligados a la pureza ritual más que a la observancia de los mandamientos de Dios, es decir, al amor de Dios y al prójimo”.

“También su muerte, que nosotros los cristianos llamamos justamente 'sacrificio', no tenía nada de los sacrificios antiguos, al contrario, era totalmente lo opuesto: la ejecución de una condena a muerte, por crucifixión, la más infamante, sucedida fuera de los muros de Jerusalén”.

Sin embargo, recordó el Papa, en el Antiguo Testamento hay una figura sorprendente, en la vida de Abraham: Melquisedec, el rey pagano de Salem (la actual Jerusalén), que era “sacerdote del Dios Altísimo” y que “ofreció pan y vino”.

Sobre este personaje breve y oscuro, vuelve la Escritura en los salmos para profetizar que el Rey Mesías sería “sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec”.

“Y esto es lo que hizo Jesús en la Última Cena: ofreció pan y vino, y en ese gesto se resumió totalmente a sí mismo y a su propia misión. En ese acto, en la oración que lo precede y en las palabras que lo acompañan está todo el sentido del misterio de Cristo”, explicó el Papa.

“El designio de amor de Dios ha podido realizarse perfectamente en Jesús, que, habiendo obedecido hasta el extremo de la muerte en cruz, se ha convertido en 'causa de salvación' para todos aquellos que Le obedecen”.

Jesús es el Sumo Sacerdote que “toma Él mismo sobre sí todo el pecado del mundo”. “Es el Padre el que le confiere este sacerdocio en el momento mismo en que Jesús atraviesa el paso de su muerte y resurrección. No es un sacerdocio según el ordenamiento de la ley mosaica, sino según el orden de Melquisedec, según un orden profético, dependiente sólo de su relación singular con Dios”.

Él, añadió el Papa, “no era sacerdote según la Ley, pero lo ha llegado a ser de forma existencial en su Pascua de pasión, muerte y resurrección: se ofreció a sí mismo en expiación y el Padre, exhaltándolo por encima de toda criatura, lo ha constituido Mediador universal de salvación”.

En la Última Cena, Jesús “actúa movido por ese "espíritu eterno" con el que se ofrecerá después sobre la Cruz”.

“Es el amor divino que transforma: el amor con que Jesús acepta por anticipado darse completamente a sí mismo por nosotros. Este amor no es otro que el Espíritu Santo, el Espíritu del Padre y del Hijo, que consagra el pan y el vino y cambia su sustancia en el Cuerpo y en la Sangre del Señor, haciendo presente en el Sacramento el mismo Sacrificio que se realiza después de forma cruenta en la Cruz”, añadió el Papa.

El Espíritu “transforma la extrema violencia y la extrema injusticia en un acto supremo de amor y de justicia”.

“Esta es la obra del sacerdocio de Cristo, que la Iglesia ha heredado y prolonga en la historia, en la doble forma del sacerdocio común de los bautizados y del ordenado de los ministros, para transformar el mundo con el amor de Dios”, concluyó.



 

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Representante vaticano pide el fin del aislamiento de Gaza
Para responder al derecho a la alimentación, medicinas o educación
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Un representante de la Santa Sede ha pedido acabar con el aislamiento de Gaza para responder a los derechos fundamentales de sus habitantes a la comida, las medicinas o la educación...

El arzobispo Silvano Maria Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante las Oficinas de las Naciones Unidas en Ginebra, ha intervenido en la sesión del Consejo de los Derechos Humanos sobre el ataque israelí a la flotilla que navegaba rumbo a Gaza para pedir una investigación imparcial y transparente sobre lo sucedido.

"He intervenido para seguir la línea expresada por el Santo Padre, afirmando que la violencia no ofrece ningún resultado constructivo", ha revelado monseñor Tomasi a los micrófonos de Radio Vaticano.

"Es verdad, hay que condenar la violencia de este ataque, sobre todo porque tuvo lugar en aguas internacionales y da la impresión de que las reglas humanitarias y el derecho internacional no cuentan. Por el contrario, es necesario que estas reglas se respeten a favor de las buenas relaciones con los Estados".

"Además, me parece que las consecuencias de este tipo de acciones son con frecuencia imprevisibles y, de hecho, han provocado víctimas, muertos. La simpatía de todos se dirige a las familias de estas víctimas".

"Al mismo tiempo hay que decir y reconocer que el Estado de Israel tiene derecho a vivir y a defenderse, ahora bien a través del diálogo se puede llegar a una seguridad que se basa en el respeto del derecho internacional".

"Es evidente tras este percance que la política adoptada sobre el aislamiento de la Franja de Gaza no puede funcionar, pues es necesario ante todo ofrecer una respuesta positiva a los derechos fundamentales de comida, agua, medicinas y educación para la población de Gaza".

"Tenemos que considerar el percance de estos días pasados como uno de los numerosos sucesos que son al mismo tiempo causa y respuesta a la inestabilidad política y militar en Oriente Medio. Por tanto, tenemos que alentar todos a la comunidad internacional y a los países directamente interesados a trabajar por una solución de larga duración, que no puede ser otra, en estos momentos, que la de un Estado palestino y un Estado israelí seguro, de manera que entre los dos se puedan respetar las reglas de la independencia y abrir la puerta a la colaboración".

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El Papa en Chipre


Las tres dimensiones del viaje del Papa Benedicto XVI a Chipre
Encuentro con el Nuncio Apostólico Antonio Franco

NICOSIA, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La torre angosta y cuadrada de la iglesia católica de la Santa Cruz en Chipre capital de Nicosia se destaca por encima de los techos de los edificios vecinos. De esta manera, se convierte en un signo muy visible de la presencia católica en el ambiente ortodoxo, el cual se caracteriza, en general, por sus techos redondos de teja. Esta iglesia esta construida de la misma piedra amarilla que domina en Jerusalén. Esto no es ninguna coincidencia, dicen los padres de esta parroquia franciscana, que pertenece al Patriarcado Latino de Jerusalén.

Las banderas en los dos mástiles delante de la iglesia son ya una fuente de información. A la izquierda, la cruz roja de Jerusalén sobre un fondo blanco, y los golpes a la derecha apuntan a la que ocupará este sitio unos días antes de la llegada, de la que se han hecho los preparativos: El sábado, el Papa Benedicto XVI se reunirá en la Iglesia de la Santa Cruz, con los sacerdotes, religiosos, diáconos, catequistas, y representantes de movimientos eclesiales de Chipre, para celebrar una misa con ellos.

Por la carretera que conduce a la iglesia, se adelanta de repente un jeep cargado con flores frescas en macetas, que probablemente se colocarán a toda prisa para adornar el área de la entrada de la igleasia con color y alegría. El pie del conductor en el acelador obliga a los peatones a esquivarlo: los ultimos preparativos se llevan a cabo rápidamente. Dentro se encuentra una iglesia con una decoración relativamente pobre, pero tambien se distingue desde el interior el esplendor dorado ortodoxo.

Lo más llamativo es la atención a los pequeños detalles. Un trabajador sujeta la alfombra roja, la mide, la corta, la pega, un compañero instala aun un último ventilador en la pared. Al lado izquierdo del altar hay un sillón todavía envuelto en cartón, que deja ver sólo los pies de madera pintada de oro, lo que permite poder adivinar de qué pieza de mobiliario se trata: Desde aquí, el Sucesor de Pedro hablará a la pequeña comunidad católica de Chipre.

Mientras en la parte delantera se encuentra el padre Pierbattista Pizzaballa, que ya supervisó los preparativos en el viaje a Tierra Santa, en la parte posterior izquierda, en el último tercio, se encuentra una mujer con rasgos asiáticos rezando de rodillas.

Sólo hay alrededor de 2.000-3.000 fieles católicos en total, viviendo en la isla mediterránea, calcula el arzobispo y nuncio monseñor Antonio Franco. ZENIT lo entrevistó cerca de los alrededores de la parroquia de Santa Cruz, donde existe una representación formal diplomática de la Santa Sede en la República de Chipre.

El primer presidente de la república de Chipre, el arzobispo ortodoxo Makarios III, inició las relaciones diplomáticas con el Vaticano en 1973, un año antes de la invasión de los turcos en la parte norte del país. La nunciatura no ve aquí al nuncio todos los días, pues él es también es responsable de Israel, Jerusalén y los territorios palestinos, y reside por lo general en Jaffa, Israel.

Entre los católicos de los cuales habla, hay muchos filipinos y filipinas que tienen la suerte de no estar trabajando en Arabia Saudita, sino en este país de origen cristiano.

"También hay un número considerable de cameruneses aquí. Si usted viene aquí el domingo, encontrará todo lleno de gente de Filipinas y Camerún".

Aún tres veces más numerosa – los datos varían entre 5.000 y 7.000 – es la comunidad de maronitas unidos a Roma. Pero ellos no se encontrarán con el Papa en este lugar, sino en otras dos ocasiones, durante breve aunque variada permanencia.

"Hay tres dimensiones en este viaje," aclara el Nuncio Apostólico con una voz tranquila, hablando lentamente, como una roca en medio de la agitada resaca de los preparativos.

"Chipre es uno de los lugares centrales en la historia del cristianismo", dijo en una entrevista concedida a ZENIT. El predecesor del Papa Benedicto XVI, Juan Pablo II, había planeado una estancia en Chipre, que nunca se realizó. Según el Vaticano "esto muestra aún más la dimensión misionera de la jornada, para caminar tras los pasos de san Pablo en este espíritu, para apoyar las actividades misioneras, para alentarnos a difundir su mensaje”.

Además, hay también un aspecto pastoral que trae al Pontífice a la isla de Chipre, en el sudeste del Mediterráneo, dirigido a los católicos, pero que evidente también se refiere a la región del Oriente Medio, esta región traumatizada, pero en la que se encuentra la cuna del cristianismo: A los siete patriarcas unidos a Roma, que en octubre participarán en el próximo Sínodo especial de Oriente Medio, fue fácil la llegada a Chipre. El Pontífice presentará el domingo, durante el Palacio de los Deportes Elefteria de Nicosia, el Instrumentum laboris del Sínodo.

“Y también existe una dimensión ecuménica", prosigue el nuncio. "La Iglesia ortodoxa de Chipre es una iglesia importante en el diálogo ecuménico, y está tradicionalmente muy cercana a la Iglesia Católica".

En este sentido, fue muy significativa la reunión en 2007 entre el Papa Benedicto XVI y el arzobispo Crisóstomo, en la que escribieron una declaración conjunta: “En la feliz circunstancia de nuestro encuentro fraterno junto a las tumbas de san Pedro y san Pablo, los corifeos de los Apóstoles como indica la tradición litúrgica, queremos declarar de común acuerdo nuestro sincero y firme deseo, en obediencia a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, de intensificar la búsqueda de la unidad plena entre todos los cristianos, realizando todos los esfuerzos posibles y que consideremos útiles para la vida de nuestras comunidades”.

Precisamente en la memoria de san Pablo y la evangelización ve también el Nuncio, ante el próximo viaje apostólico, un vínculo entre las dos confesiones. “Sí – dice –, las tres dimensiones también están conectadas unas a otras”.

Hace hincapié en la ceremonia ecuménica que tendrá lugar al comienzo de la visita, en el yacimiento arqueológico de la iglesia de Agia Kyriaki Chrysopolitissa en Paphos, donde se encuentra el famoso pilar de San Pablo. “Allí, el Apóstol de los gentiles fue azotado una vez, según la tradición. A la luz de los desafíos de la evangelización, que ambos tienen en común, de hecho, este evento es simbólico”.

Concretamente en Chipre, los católicos están preocupados por su destino futuro. Como monseñor Antonio Franco explica con toda claridad: "Muchas parroquias y monasterios en la parte norte, ya sea católicos u ortodoxos, sufren por la situación de ocupación".

Para los maronitas en particular, una iglesia, “la Marina de Ayia“ todavía no estaba disponible, porque se encuentra en la zona restringida por los militares turcos.

"Esta es una de las heridas por las que nuestro mundo sigue sangrando", señaló metafóricamente el prelado. La Santa Sede seguirá exigiendo más respeto por los lugares y personajes signo de la presencia y del patrimonio de los cristianos en Chipre.

Por último, se dirige una vez mas a los cristianos en toda la región: "¿Qué misión teneis en general aqui y que debemos hacer llevar a cabo para realizarla", pregunta monseñor Franco pensativamente."Esta presencia es significativa en el lugar donde nació el cristianismo", concluye.

Desde el viernes, Chipre, que comenzó siendo una isla en el oeste de la Tierra Santa de la Biblia, se convertirá en el foco de la opinión católica del mundo.

Por Michaela Koller, enviada especial a Chipre, traducción de ZENIT

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El Papa viajará a un Chipre políticamente inestable
Entrevista al experto Alfred-Maurice de Zayas

GINEBRA, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La próxima visita apostólica de Benedicto XVI a Chipre, que comienza mañana viernes, será uno de sus viajes con mayor carga política, dice un experto en la historia de la nación isleña, así como en derecho internacional.

ZENIT entrevistó a Alfred-Maurice de Zayas, profesor de derecho internacional en la Geneva School of Diplomacy and International Relations, que es también experto en la cuestión de Chipre, sobre las repercusiones políticas de la próxima visita apostólica.

A pesar de que el padre Federico Lombardi, director de la Sala Stampa vaticana, ha explicado que el Papa va a Chipre ante todo como un visitante y un peregrino, muchos medios de comunicación están especulando con el impacto de la visita del Papa sobre la situación política de la Isla.

El Santo Padre tiene previsto reunirse con el arzobispo Crisóstomo II, líder de la Iglesia Ortodoxa chipriota, en esta isla de mayoría ortodoxa.

Otro obispo ortodoxo, el metropolita Atanasio de Limassol, expresó, en el periódico chipriota Phileleftheros, la expectativa de que la visita de Benedicto XVI estuviera relacionada con las cuestiones nacionales.

La Iglesia Ortodoxa de Chipre ha sido autocéfala, o autogobernada, desde el siglo V, cuando se independizó del Patriarcado de Antioquía después del Concilio de Éfeso.

Su fundación se menciona en la Biblia, en los Hechos de los Apóstoles (13,4-13). En el año 45, el apóstol Pablo, acompañado por Bernabé y Marcos el Evangelista, llegó a Salamina y viajó a Paphos, un lugar que Benedicto XVI también visitará.

El éxito de esta misión hizo de Chipre el primer país con un gobierno cristiano, pues el procónsul, Sergio Paulo, fue el primer funcionario romano en convertirse al cristianismo.

Mucho más tarde, cuando reyes católicos asumieron el trono de Chipre, la jerarquía ortodoxa fue oprimida, hasta 1571, cuando el Imperio Otomano conquistó la isla e hizo de la Iglesia Ortodoxa la única iglesia cristiana legal.

Desde el siglo XVII en adelante, la jerarquía ortodoxa ha tenido también el liderazgo político del pueblo cristiano en Chipre, recaudando impuestos para el imperio y resolviendo otros asuntos. El arzobispo de Chipre también ocupaba el cargo de “etnarca", el líder del pueblo.

En el siglo XX la iglesia de esta isla del Mediterráneo oriental todavía estaba fuertemente implicada en la política laica del país.

El primer presidente de la República de Chipre fue el arzobispo Makarios III, uno de los predecesores de la actual líder de la Iglesia de Chipre, Crisóstomo II. Fue su diplomacia la que abrió el camino a la independencia. Resistió al régimen militar griego (1967-1974), que pretendía extenderse a Chipre. Después de esto, Atenas instigó una revuelta en su contra, que fue tomada por Turquía como un pretexto para la invasión.

En esta entrevista concedida a ZENIT, De Zayas se explica cómo la situación con Turquía aún no ha sido resuelta, y sigue siendo causa de inestabilidad política en el país que Benedicto XVI se dispone a visitar.

-Benedicto XVI viajará a Chipre el viernes y permanecerá allí hasta el domingo por la noche. De acuerdo con el programa publicado, no está prevista una visita a la parte norte de la isla. ¿Cómo ve usted esta decisión desde el punto de vista del derecho internacional?

De Zayas: El Papa Benedicto XVI daría una señal equivocada si fuese a visitar el Norte de Chipre.

Turquía invadió ilegalmente la República de Chipre en 1974 y ocupó el 37% de su territorio.

Ahora, 36 años más tarde, Turquía sigue ocupando el Norte de Chipre, violando la Carta de las Naciones Unidas y numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General, mientras pretende evadir su responsabilidad mediante la creación de un Estado títere y marioneta del gobierno, la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre (RTNC), una entidad que no está reconocida por ningún Estado excepto Turquía, y que ha sido declarado ilegal por el Consejo de Seguridad.

En 1974 Turquía expulsó a 200.000 cristianos chipriotas del norte de Chipre, una violación del Cuarto Convenio de Ginebra de 1949 y del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), por el cual ha sido condenada en repetidas ocasiones.

Mientras Turquía siga haciendo caso omiso de las resoluciones de la ONU y de las sentencias del TEDH, sería un error conceder un reconocimiento indirecto al RTNC a través de una visita oficial por parte del Vaticano. Esta discreción diplomática es apreciada por la población cristiana de Chipre.

-El 24 de abril de 2004, tres cuartas partes de la población de la República de Chipre reconocida por el derecho internacional votó en contra del llamado plan Annan, con el que las Naciones Unidas trataban de resolver el conflicto de Chipre. ¿Los chipriotas griegos tenían buenas razones para ello?

De Zayas: Annan tenía muy poco que ver con el plan que lleva su nombre. Este plan, fundamentalmente defectuoso, no fue producto de negociaciones democráticas con el pueblo chipriota, sino una imposición de arriba hacia abajo que reflejaba los intereses de algunos países, especialmente de Gran Bretaña y Turquía.

A la luz del derecho internacional, el plan violaba el principio de la libre determinación y las innumerables resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y de la Asamblea General.

Habría sido verdaderamente sorprendente que los chipriotas griegos hubiesen aceptado un plan que esencialmente anulaba las anteriores resoluciones de la ONU y aceptaba la invasión ilegal de Turquía en 1974, permitiendo la impunidad de los crímenes y las injusticias que la siguieron.

Más aún, el "plan" no preveía la plena aplicación de sentencias del TEDH, el derecho de los chipriotas griegos expulsados a regresar, el derecho a la plena restitución y la compensación, sino que habría permitido que una gran parte de los 130.000 colonos ilegales de Turquía permanecieran en Chipre, violando el artículo 49 (6) de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949.

-Monumentos eclesiales, cementerios y monasterios en la parte norte de la isla fueron destruidos por los ocupantes turcos, y valiosos tesoros sagrados fueron vendidos ilegalmente. ¿Hay posibilidades de reparación?

De Zayas: Gracias a la Interpol, una serie de mosaicos y otros objetos sagrados robados de iglesias y monasterios en el norte de Chipre se han encontrado y devuelto a la República de Chipre.

Según el derecho internacional humanitario y numerosas convenciones y declaraciones de la UNESCO, el patrimonio cultural de un pueblo debe ser protegidos de la destrucción y, si es destruido o dañado, debe pagarse una reparación.

Es triste lo poco que el Consejo de Europa y la Unión Europea han hecho con el fin de persuadir a las autoridades turcas a que restablezcan las propiedades del Patriarcado chipriota.

-¿La pertenencia a la Unión Europea desde el 1 de mayo 2004 ha llevado a una relajación de la situación?

De Zayas: No lo creo. Si bien Chipre es miembro de la Unión Europea, aún está sujeta a considerables presiones políticas de Gran Bretaña y otros Estados con intereses en Chipre.

Es desconcertante que la Unión Europea haya iniciado negociaciones con Turquía sobre su potencial adhesión, sin exigirle que aplique plenamente las sentencias del TEDH, que devuelva las propiedades greco-chipriotas, que restaure iglesias y monasterios, y que retire su presencia ilegal en Chipre y su reconocimiento del títere RTNC.

No estoy seguro de que el tiempo juegue a favor de la República de Chipre, porque la Unión Europea es una entidad económica y política que aplica el derecho internacional “a la carta” y, como lo demuestra el caso de Chipre, sólo sirve de palabra a los principios del artículo 6 del Tratado de la Unión Europea: libertad, democracia, respeto de los derechos humanos e imperio de la ley.

-Usted también tiene experiencia en cuestiones de la protección de las minorías y grupos étnicos. Benedicto XVI se encontrará con algunos de los pocos miles de maronitas que hay. Su identidad cultural y su idioma, el árabe chipriota, está en grave peligro. El pueblo de Kormakitis, en la parte norte de la isla, de la que la mayoría de los maronitas fueron expulsados, era un centro de este dialecto. ¿Cómo puede ser rescatado?

De Zayas: el artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 garantiza los derechos de las minorías e impone la obligación a los Estados de garantizar que las minorías puedan disfrutar de su cultura.

Esto implica la necesidad de una acción afirmativa. Si se aplica adecuadamente, la Convención de la UNESCO sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de 2005 y la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias de 1992 proporcionaría la protección necesaria.

En última instancia se trata de una cuestión de voluntad política y mecanismos de ejecución.

La Iglesia puede desempeñar un papel en dar voz a la minoría maronita.

[Por Michaela Koller, traducción por ZENIT]

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Mundo


Patriarca de Jerusalén: Tierra Santa todavía es “Iglesia del Calvario”
“El ataque de Israel no ha hecho más que agravar la situación”

JERUSALÉN, jueves 3 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- La Iglesia en Tierra Santa todavía es una “Iglesia del Calvario” en una región que tiene”miedo a la paz”, afirmó el patriarca latino de Jerusalén, monseñor Fouad Twal, en una entrevista a Radio Vaticano.

Al comentar el próximo viaje apostólico del Papa a Chipre, monseñor Twal habló de “un signo más de su solicitud y preocupación por esta tierra, sin olvidar el aspecto de la comunión, el aspecto del ecumenismo, que él hace con este gesto, tanto con las autoridades ortodoxas y religiosas chipriotas como con las civiles”.

“Estamos muy, muy contentos -añadió-. Chipre tiene algo en común con Jerusalén: los muros que están a cuatro pasos de aquí, que separan la isla en dos partes, norte y sur”.

“Nosotros estamos habituados a estos muros de vergüenza que separan a la gente, a las familias, las propiedades, las parroquias, a los sacerdotes, a los fieles -explicó-. Es un drama que continúa”.

“Nosotros no olvidamos que somos todavía una Iglesia del Calvario -indicó- y la Cruz es ahora nuestro pan de cada día, sin olvidar que el Calvario no está lejos de una tumba vacía. Somos la Iglesia de la Resurrección y de la esperanza”.

“Nos toca a nosotros, líderes religiosos, junto al Santo Padre, animar a la gente a no tener miedo, a ir adelante -destacó-. Es una dimensión espiritual, es un Dios que está con nosotros, que nos ama, que nos perdona; no debemos tener miedo”.

Desde este punto de vista, el reciente ataque de las fuerzas israelíes contra la flotilla de activistas filopalestinos “no ha hecho más que agravar la situación”.

“El sentido común falta totalmente allí -declaró-. Si la gente ve que la política está hecha solamente de reacciones por miedo, no podemos hacer nada”.

“Falta la paz, falta la confianza, falta la buena voluntad y quizás nos toca a nosotros y a ellos, a la comunidad internacional, hacer algo para crear una mentalidad de paz, para cambiar la manera de pensar y no tener miedo a la paz”.

“Hasta ahora, algunos han tenido más miedo a la paz que a la guerra -concluyó-. Sin embargo la paz es bella, la necesitamos y merece todos nuestros sacrificios”.

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El presidente del episcopado alemán exculpado de encubrimiento
Comunicado del abad de la Orden cisterciense, superior del sacerdote acusado de abusos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El arzobispo Robert Zollitsch, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, ha sido exculpado de la acusación de encubrimiento de los abusos sexuales acaecidos en los años sesenta atribuidos a un sacerdote de una abadía cisterciense por el mismo abad de esa comunidad religiosa.

El superior de la Abadía Cisterciense de Wettinger-Mehererau, el padre Anselm van der Linde, ha emitido este jueves un comunicado, que ha sido remitido además por la Oficina de Información de la Santa Sede, para aclarar que monseñor Zollitsch, arzobispo de Friburgo, no tenía jurisdicción sobre el sacerdote acusado, motivo por el cual es inocente de la acusación que se ha presentado ante la Fiscalía de Friburgo por encubrimiento.

"He sabido con profundo pesar que el arzobispo Robert Zollitsch ha sido involucrado -de manera repentina y sin fundamento-- en un caso de abuso sexual cometido por un miembro de nuestra Orden hace unos 30 años", ha escrito el abad Anselm.

Según añade, el priorato de Birnau, donde tuvieron lugar los supuestos abusos, "pertenece a la prelatura territorial de la Abadía de Wettinger-Mehrerau, en Bregenz. Desde el punto de vista del derecho canónico, el abad de ese monasterio es responsable de los miembros de la comunidad. Además, la comunidad cisterciense es una Orden de derecho pontificio, y por tanto no está sometida a los obispos locales, sino al Papa".

El abad Anselm, en ese cargo desde hace un año, afirma que "en nuestra comunidad por desgracia en el pasado no se ha ofrecido el trato adecuado a los culpables de las víctimas de abuso sexual, y lo constato con profundo pesar".

"No puedo hacer que la injusticia acaecida no haya sucedido. Sólo puedo invitar y alentar a las víctimas a entrar en contacto con las autoridades del Estado y, si les es posible, conmigo".

El abad Anselm insiste en que monseñor Zollitsch "no tenía nada que ver" con las decisiones y las sucesos del priorato de Birnau.  

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La educación sexual, en casa, piden los obispos de Filipinas
Ante el proyecto de implementar programas de educación sexual en las escuelas

MANILA, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los niños deben recibir de sus padres la educación sexual, señaló la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas en respuesta a un anuncio del Departamento de Educación de implementar este curso programas de educación sexual en las escuelas de primaria y secundaria.

El secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Juventud de la conferencia episcopal, Conegundo Garganta, explicó que en la enseñanza de educación sexual a los niños debe considerarse seriamente el nivel de madurez social.

En este sentido, indicó que es a partir de los 17 años cuando “podríamos decir que los chicos están más maduros para manejar esos temas”, declaró, según recoge la página web de la conferencia episcopal.

Respecto a los programas escolares de educación sexual, cuya implementación se anunció el pasado 31 de mayo, el episcopado considera que están demasiado centrados en las facultades reproductivas.

El portavoz de los obispos, monseñor Pedro Quitorio, lamentó que la educación sexual propuesta por el Gobierno conceda más atención a los aspectos físicos de las relaciones sexuales que a los valores que las envuelven.

Los obispos advirtieron que este tipo de educación no ayuda a reducir la promiscuidad entre los jóvenes.

La secretaria de Educación del Gobierno de Filipinas, Mona Valisno, anunció que se reunirá en los próximos días con representantes del episcopado para tratar este controvertido programa de educación sexual en la escuela, financiado con el Fondo de Población de la ONU.

Valisno explicó que el programa se probará inicialmente en 80 escuelas públicas de educación primaria y en 79 escuelas públicas de educación secundaria y aseguró que no incluirá información sobre métodos anticonceptivos artificiales.

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El diaconado permanente aumenta en Estados Unidos
De 17.000 católicos dedicados a este ministerio, el 92% están casados

WASHINGTON, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Hay más de 17.000 diáconos permanente en las diócesis de Estados Unidos, según informa un reciente estudio de los obispos católicos. El 92% de los que ejercen activamente este ministerio están casados.

El diaconado permanente es el primero de los tres niveles del ministerio ordenado. Los diáconos permanentes son aquellos que no tienen previsto ser ordenados sacerdotes y que llevan adelante responsabilidades de ministerio y servicio en sus parroquias y diócesis.

El estudio, titulado “Un perfil del Diaconado Permanente 2010”, encargado por el Secretariado de Vida Sacerdotal y Consagrada y Vocaciones de la Conferencia Episcopal, fue llevado a cabo por el Centro de Investigación Aplicada al Apostolado (CARA) de la Universidad Georgetown.

El estudio, que se realiza anualmente, se basa en datos recogidos en el 93% de las diócesis de todo el país y las eparquías de Rito Oriental, estima que hay 17.047 diáconos permanentes en Estados Unidos, de los que aproximadamente 16.349 están activos en el ministerio.

Todas las diócesis menos una declaran tener diáconos permanentes y 21 diócesis informan tener más de doscientos diáconos permanentes, siendo Chicago, con 646, la que tiene el mayor número de personas dedicadas a este ministerio.

El 92% de los diáconos permanentes en activo están casados, el 4% son viudos y el 2% nunca se casaron.

El 60% de los mismo tienen 60 años o más, y el 25% tiene 70 o más. De ellos, el 14% son hispanos, el 2% afroamericanos y el 2% asiáticos.

El 28% de los diáconos permanentes tienen licenciaturas, el 18% reciben una retribución por su trabajo como diáconos, y el 84% de las diócesis investigadas requiere a los diáconos algún tipo de formación después de la ordenación.

Para saber más:  www.usccb.org/cclv

Traducido del inglés por Nieves San Martín


 

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Actualidad


En línea, documentos vaticanos de la II Guerra Mundial
La Fundación “Pave the Way” aumenta su biblioteca en la web

NUEVA YORK, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La Fundación Pave the Way ha recibido la autorización del diario vaticano L'Osservatore Romano para publicar en la red sus ediciones archivadas de 1938 a 1945.

La fundación con sede en Nueva York, organización sin afiliación religiosa, cuya misión es identificar y tratar de eliminar los obstáculos entre religiones así como realizar gestos para mejorar las relaciones interreligiosas, se ha dedicado a descubrir los hechos relativos al papa Pío XII y sus esfuerzos por ayudar a los judíos durante la II Guerra Mundial.

Como parte de este esfuerzo, ha estado trabajando para recuperar y publicar la mayor cantidad de documentos posible para exponer la verdad de las actuaciones secretas y públicas de la Santa Sede durante la II Guerra Mundial.

La fundación solicitó autorización para incluir en su sitio web las ediciones de L'Osservatore Romano, del tiempo de la guerra, que antes sólo estaban disponibles en los archivos del diario en Roma.

Elliot Hershberg, presidente de la Fundación Pave the Way, afirmó que “este es verdaderamente un gran paso en la educación de historiadores legítimos en todo el mundo”.

“Se han hecho muchas referencias a artículos en L'Osservatore Romano a lo largo de los años, tanto positivas como negativas, y ahora se pueden verificar en línea”, subrayó.

Las ediciones de L'Osservatore Romano añadirán unas 24.000 páginas a la amplia biblioteca online, que incluye entrevistas en video para ayudar al público a comprender las actuaciones de la Santa Sede durante ese periodo.

El presidente y fundador de la fundación, Gary Krupp, expresó su aprecio hacia el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI, y el cardenal Raffaele Farina, prefecto de la Biblioteca Vaticana, por su “seguridad y confianza en el trabajo de la Fundación Pave the Way y por su comprensión y voluntad de hacer todo lo necesario para poner a disposición la verdad sobre este terrible periodo de la historia”.

Para acceder a la Fundación: http://www.ptwf.org.

Traducido del inglés por Nieves San Martín
 

 

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Flash


Dolor de Caritas por las víctimas del convoy humanitario a Gaza
 

ROMA, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Caritas Internationalis hizo pública este martes una nota en la que califica de trágico el enfrentamiento provocado por el Ejército israelí contra un convoy humanitario dirigido a Gaza, que terminó con la vida de una decena de personas de dicho convoy.

En su comunicado, Caritas reafirma la necesidad de afrontar la crisis a través del diálogo, de forma que las negociaciones permitan también hacer frente al sufrimiento que provoca el bloqueo israelí en Gaza. “Habría sido necesario recurrir previamente al diálogo con el fin de evitar enfrentamientos y para que la respuesta del Ejército hubiera sido proporcionada”, declaró Lesley-Anne Knight, secretaria general de esta institución.

En su comunicado, Caritas reafirma su condena de todo tipo de violencia en Tierra Santa y su voluntad de seguir trabajando, junto con todas las partes interesadas, a favor de la paz, la justicia y la reconciliación.
 

 

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Testimonio


Monseñor Padovese, testigo del diálogo y la paz en tierra musulmana
El presidente de la Conferencia Episcopal Turca asesinado este jueves

ROMA, jueves, 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ha fallecido un santo. Un mártir del diálogo y de la paz. Un amigo personal y de la redacción de ZENIT. Sólo nos queda esperar que su asesinato no alimente divisiones, reacciones extremistas, conflictos.

Monseñor Luigi Padovese, obispo de Iskanderun, vicario apostólico de Anatolia, y presidente de la Conferencia Episcopal Turca, acuchillado por su chófer este martes, había sido un profesor universitario de prestigio internacional, catedrático de Patrística en la Universidad Pontificia Antonianum de Roma y director durante 16 años del Instituto de Espiritualidad de esa institución académica. Enseñaba también en la Universidad Pontificia Gregoriana y en la Academia Alfonsiana de la ciudad eterna.

Uno de los mayores expertos sobre san Pablo, dedicó varios libros al apóstol de las gentes, el último de los cuales, publicado en Italia en el año 2008, llevaba por título "Guía a Turquía: Los lugares de san Pablo y de los orígenes cristianos" (Edizioni Paoline).

Era un pastor de corazón grande, que nunca provocó una polémica, comprometido cotidianamente en reanudar lazos y cicatrizar relaciones para hacer que creciera la confianza, el diálogo y la paz entre personas de diferentes religiones.

En una entrevista concedida a ZENIT, se definió como "amigo y enamorado de Turquía" y alentaba ante las manipulaciones del Islam con fines políticos y nacionalistas.

La Santa Sede tenía muchas esperanzas en su trabajo. Durante diez años fue visitador del Colegio Oriental de Roma al servicio de la Congregación de las Iglesias Orientales, así como consejero de la Congregación para las Causas de los Santos. El 11 de octubre de 2004 Juan Pablo II le nombró obispo y vicario apostólico de Anatolia.

Precisamente este miércoles, 2 de junio, tuvo un encuentro con las autoridades turcas para afrontar los problemas de las minorías cristianas y este viernes tenía previsto viajar a Chipre para reunirse con Benedicto XVI, quien este domingo publicará en esa isla el "Documento de trabajo" (Instrumentum Laboris) del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, que se celebrará en el Vaticano en octubre.

Cuando en febrero de 2006 fue asesinado en Trebisonda (Turquía), el sacerdote Andrea Santoro, en la misa de sufragio, monseñor Padovese dijo: "Perdonamos a quien ha cometido este gesto. No se resuelven los conflictos eliminando a quien no piensa del mismo modo. El único camino que hay que recorrer es el del diálogo, el del conocimiento recíproco, la cercanía y la simpatía. Pero mientras los canales de televisión y los periódicos publiquen programas que ofrecen una mala visión del cristianismo y lo presentan como enemigo del Islam (y viceversa), ¿cómo podemos pensar que se dará un clima de paz?".

Y refiriéndose al sacrificio del padre Santoro, añadió "Quien ha querido cancelar su presencia física, no sabe que ahora su testimonio es más fuerte".

Comentando la muerte de monseñor Padovese, Maddalena, hermana del padre Andrea Santoro, ha explicado que el obispo "era verdaderamente un auténtico cristiano y esto lo manifestaba con su bondad. En su comportamiento no había ambigüedad, no hacía distinciones y tenía confianza en todos, incluso en su chófer. Espero que en Turquía se abran los ojos para tratar de comprender qué hay detrás de estas situación, pues los musulmanes también deben saber acoger a los cristianos, sin tener miedo de que queremos convertirles".

Nosotros, en ZENIT, le escuchábamos con frecuencia prestando atención a sus palabras y sintiendo miedo por el papel delicado que desempeñaba. En uno de los últimos encuentros nos había comunicado la preocupación por su chófer, que no se encontraba bien psicológicamente. El mismo chófer que le ha acuchillado.

Estamos conmocionados por lo que ha sucedido, pero renovamos nuestra confianza en la Divina Providencia, con la esperanza de que la sangre derramada evite conflictos y suscite paz y reconciliación.


 

Por Antonio Gaspari

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Documentación


Benedicto XVI: La Eucaristía resume a Cristo y su misión
Homilía en la Solemnidad del “Corpus Christi”

ROMA, jueves 3 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la homilía que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy durante la celebración de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, en el atrio de la Basílica de san Juan de Letrán. Después presidió la Procesión Eucarística que, recorriendo la vía Merulana, llegó a la Basílica de santa María la Mayor.

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Queridos hermanos y hermanas

El sacerdocio del Nuevo Testamento está estrechamente ligado a la Eucaristía. Por esto hoy, en la solemnidad del Corpus Domini y casi al término del Año Sacerdotal, somos invitados a meditar sobre la relación entre la Eucaristía y el Sacerdocio de Cristo. En esta dirección nos orientan también la primera lectura y el salmo responsorial, que presentan la figura de Melquisedec. El breve pasaje del Libro del Génesis (cfr 14,18-20) afirma que Melquisedec, rey de Salem, era "sacerdote del Dios altísimo", y por esto "ofreció pan y vino" y "bendijo a Abraham", que volvía de una victoria en la batalla; Abraham mismo le dio el diezmo de todo. El salmo, a su vez, contiene en la última estrofa una expresión solemne, un juramento de Dios mismo, que declara al Rey Mesías: “Tú eres sacerdote para siempre / a semejanza de Melquisedec" (Sal 110,4); así el Mesías es proclamado no sólo Rey, sino también Sacerdote. De este pasaje parte el autor de la Carta a los Hebreos para su amplia y articulada exposición. Y nosotros lo hemos recogido en el estribillo: "Tu eres sacerdote para siempre, Cristo Señor": casi una profesión de fe, que adquiere un particular significado en la fiesta de hoy. Es la alegría de la comunidad, la alegría de la Iglesia entera, que contemplando y adorando al Santísimo Sacramento, reconoce en él la presencia real y permanente de Jesús sumo y eterno Sacerdote.

La segunda lectura y el Evangelio llevan en cambio la atención al misterio eucarístico. De la Primera Carta a los Corintios (cfr 11,23-26) se ha tomado el pasaje fundamental en el que san Pablo recuerda a esa comunidad el significado y el valor de la "Cena del Señor", que el Apóstol había transmitido y enseñado, pero que corría el riesgo de perderse. El Evangelio en cambio es el relato del milagro de los panes y de los peces, en la redacción de san Lucas: un signo atestiguado por todos los evangelistas y que preanuncia el don que Cristo hará de sí mismo, para dar a la humanidad la vida eterna. Ambos textos ponen de relieve la oración de Cristo, en el momento de partir el pan. Naturalmente, hay una diferencia clara entre los dos momentos; cuando reparte los panes y los peces a la multitud, Jesús da gracias al Padre celestial por su providencia, confiando en que Él no hará faltar el alimento a toda aquella gente. En la Última Cena, en cambio, Jesús transforma el pan y el vino en su propio Cuerpo y Sangre, para que los discípulos puedan nutrirse de Él y vivir en comunión íntima y real con Él.

La primera cosa que hay que recordar siempre es que Jesús no era un sacerdote según la tradición judaica. La suya no era una familia sacerdotal. No pertenecía a la descendencia de Aarón, sino a la de Judá, y por tanto legalmente le estaba excluida la vía del sacerdocio. La persona y la actividad de Jesús de Nazaret no se colocan en la estela de los sacerdotes antiguos, sino más bien en la de los profetas. Y en esta línea, Jesús tomó distancia con una concepción ritual de la religión, criticando la postura que daba mayor valor a los preceptos humanos ligados a la pureza ritual más que a la observancia de los mandamientos de Dios, es decir, al amor de Dios y al prójimo, que como dice el Evangelio, “vale más que todos los holocaustos y sacrificios” (Mc 12,33). Incluso dentro del Templo de Jerusalén, lugar sagrado por excelencia, Jesús lleva a cabo un gesto exquisitamente profético, cuando expulsa a los cambistas y a los vendedores de animales, cosas todas que servían para la ofrenda de los sacrificios tradicionales. Por tanto, Jesús no es reconocido como un Mesías sacerdotal, sino profético y real. También su muerte, que nosotros los cristianos llamamos justamente "sacrificio", no tenía nada de los sacrificios antiguos, al contrario, era totalmente lo opuesto: la ejecución de una condena a muerte, por crucifixión, la más infamante, sucedida fuera de los muros de Jerusalén.

Entonces, ¿en qué sentido Jesús es sacerdote? Nos lo dice precisamente la Eucaristía. Podemos volver a partir de esas sencillas palabras que describen a Melquisedec: “ofreció pan y vino” (Gn 14,18). Y esto es lo que hizo Jesús en la Última Cena: ofreció pan y vino, y en ese gesto se resumió totalmente a sí mismo y a su propia misión. En ese acto, en la oración que lo precede y en las palabras que lo acompañan está todo el sentido del misterio de Cristo, tal y como lo expresa la Carta a los Hebreos en un pasaje decisivo, que es necesario citar: "Habiendo ofrecido en los días de su vida mortal – escribe el autor, refiriéndose a Jesús – ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec" (5,8-10). En este texto, que claramente alude a la agonía espiritual del Getsemaní, la pasión de Cristo se presenta como una oración y como una ofrenda. Jesús afronta su “hora”, que lo conduce a la muerte de cruz, inmerso en una profunda oración, que consiste en la unión de su propia voluntad con la del Padre. Esta doble y única voluntad es una voluntad de amor. Vivida en esta oración, la trágica prueba que Jesús afronta es transformada en ofrenda, en sacrificio viviente.

Dice la Carta que Jesús "fue escuchado". ¿En qué sentido? En el sentido de que Dios Padre lo liberó de la muerte y lo resucitó. Fue escuchado precisamente por su pleno abandono a la voluntad del Padre: el designio de amor de Dios ha podido realizarse perfectamente en Jesús, que, habiendo obedecido hasta el extremo de la muerte en cruz, se ha convertido en “causa de salvación” para todos aquellos que Le obedecen. Se ha convertido en Sumo Sacerdote por haber tomado Él mismo sobre sí todo el pecado del mundo, como “Cordero de Dios”. Es el Padre el que le confiere este sacerdocio en el momento mismo en que Jesús atraviesa el paso de su muerte y resurrección. No es un sacerdocio según el ordenamiento de la ley mosaica (cfr Lv 8-9), sino "según el orden de Melquisedec", según un orden profético, dependiente sólo de su relación singular con Dios.

Volvamos a la expresión de la Carta a los Hebreros que dice: “aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia”. El sacerdocio de Cristo comporta el sufrimiento. Jesús ha sufrido verdaderamente, y lo ha hecho por nosotros. Él era el Hijo y no tenía necesidad de aprender la obediencia, pero nosotros sí, teníamos y tenemos necesidad siempre de ella. Por ello el Hijo asumió nuestra humanidad y se dejó “educar” por nosotros en el crisol del sufrimiento, se dejó transformar por él, como el grano de trigo que para dar fruto debe morir en la tierra. A través de este proceso Jesús ha sido “perfeccionado” , en griego teleiotheis. Debemos detenernos en este término, porque es muy significativo. Éste indica el cumplimiento de un camino, es decir, precisamente el camino de educación y transformación del Hijo de Dios mediante el sufrimiento, mediante la pasión dolorosa. Es gracias a esta transformación que Jesucristo se ha convertido en "sumo sacerdote" y puede salvar a todos aquellos que se confían a Él. El término teleiotheis, traducida justamente como “hecho perfecto”, pertenece a una raíz verbal que, en la versión griega del Pentateuco, es decir, los primeros cinco libros de la Biblia, se usa siempre para indicar la consagración de los antiguos sacerdotes. Este descubrimiento es muy precioso, porque nos dice que la pasión fue para Jesús como una consagración sacerdotal. Él no era sacerdote según la Ley, pero lo ha llegado a ser de forma existencial en su Pascua de pasión, muerte y resurrección: se ofreció a sí mismo en expiación y el Padre, exhaltándolo por encima de toda criatura, lo ha constituido Mediador universal de salvación.

Volvamos, en nuestra meditación, a la Eucaristía, que dentro de poco estará en el centro de nuestra asamblea litúrgica. En ella Jesús anticipó su Sacrificio, un Sacrificio no ritual, sino personal. En la Última Cena Él actúa movido por ese "espíritu eterno" con el que se ofrecerá después sobre la Cruz (cfr Hb 9,14). Dando las gracias y bendiciendo, Jesús transforma el pan y el vino. Es el amor divino que transforma: el amor con que Jesús acepta por anticipado darse completamente a sí mismo por nosotros. Este amor no es otro que el Espíritu Santo, el Espíritu del Padre y del Hijo, que consagra el pan y el vino y cambia su sustancia en el Cuerpo y en la Sangre del Señor, haciendo presente en el Sacramento el mismo Sacrificio que se realiza después de forma cruenta en la Cruz. Podemos por tanto concluir que Cristo fue sacerdote verdadero y eficaz porque estaba lleno de la fuerza del Espíritu Santo, estaba lleno de toda la plenitud del amor de Dios, y esto precisamente “en la noche en que fue traicionado”, precisamente en la “hora de las tinieblas” (cfr Lc 22,53). Es esta fuerza divina, la misma que realizó la Encarnación del Verbo, la que transforma la extrema violencia y la extrema injusticia en un acto supremo de amor y de justicia. Esta es la obra del sacerdocio de Cristo, que la Iglesia ha heredado y prolonga en la historia, en la doble forma del sacerdocio común de los bautizados y del ordenado de los ministros, para transformar el mundo con el amor de Dios. Todos, sacerdotes y fieles, nos nutrimos de la misma Eucaristía, todos nos postramos a adorarLa, porque en ella está presente nuestro Maestro y Señor, está presente el verdadero Cuerpo de Jesús, Víctima y Sacerdote, salvación del mundo. ¡Venid, exultemos con cantos de alegría! ¡Venid, adoremos! Amén.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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