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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 7 de junio de 2010

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Santa Sede

La visita de Benedicto XVI a Chipre convence a los medios

La Santa Sede pide acabar con los “fondos buitre”

La Santa Sede pide un esfuerzo para aumentar la confianza entre los Estados

Nombramientos episcopales para Colombia y México

Monseñor Zimowski: “Los sordos también deben testimoniar el Evangelio”

Mundo

Conmoción en el funeral del presidente de la Conferencia Episcopal Turca

Polacos celebran la beatificación de un sacerdote mártir del comunismo

“La industria del sexo es la fuerza más destructiva contra las mujeres”

La entidad pro-vida ADV pide abrir el debate sobre la maternidad

Testimonios sobre la riqueza de la amistad con un sacerdote, en Facebook

Argentina: Ofrecer un turismo alternativo centrado en valores

Fieles limeños muestran su profunda devoción al Corpus Christi

Flash

Venezuela: Al aire la emisora católica “Radio Natividad”

Documentación

Síntesis no oficial del “Instrumentum Laboris” del Sínodo sobre Oriente Medio

Declaración de la Santa Sede sobre la revisión del Estatuto de Roma

Conclusiones del Congreso de Pastoral con personas sordas


ANUNCIOS


Santa Sede


La visita de Benedicto XVI a Chipre convence a los medios
La visita supera las expectativas
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los viajes de Benedicto XVI, incluida su última visita apostólica a Chipre, entre el 4 y el 6 de junio, se han convertido en altavoces para que su magisterio pueda penetrar en los medios de comunicación.

Para los periodistas ya no será posible poner en duda su posición y compromiso a favor de la unidad entre los cristianos, del diálogo con el Islam, o de la paz y la reconciliación en el escenario internacional, tras la peregrinación apostólica internacional número 16 de este pontificado, continuación de la realizada a Tierra Santa el año pasado.

Los números hablan por sí solos. La misa que presidió este domingo en Nicosia se ha convertido en uno de los encuentros más populares de la historia de este país, y el acontecimiento más importante de la Iglesia católica en Chipre (participaron más de 10.000 católicos).

El interés de la prensa ha sido también evidente, y la entrega del "Documento de trabajo" (Instrumentum laboris) para el Sínodo de Obispos de Oriente Medio aparecía en la mayoría de las primeras páginas de los periódicos europeos en Internet en este domingo. La gran mayoría de los artículos eran de tono positivo.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, constata cómo Benedicto XVI con sus tres últimos viajes a Malta, Portugal y Chipre, ha cambiado decididamente la percepción que se había creado en los medios de comunicación con la crisis de abusos sexuales.

"Lo que impresiona es que en algo más de un mes y medio hemos tenido tres viajes al exterior del Papa, todos coronados con un enorme éxito, respecto a los objetivos que se podían esperar", ha explicado el portavoz vaticano.

Avance ecuménico

Ante todo, como reconoce el mismo padre Lombardi, el gran éxito del viaje ha sido ecuménico, en particular, en el avance en las relaciones con la Iglesia ortodoxa, mayoritaria en esta isla.

"El abrazo de paz durante la misa del domingo, entre el Papa y Crisóstomos II, es el símbolo de este encuentro que marca un paso más en el largo camino del ecumenismo, con una Iglesia, la de Chipre, que a pesar de ser numéricamente pequeña, es muy significativa en el movimiento ecuménico, sobre todo en el ámbito ortodoxo, y muy rica de iniciativas", afirma el padre Lombardi.

Es un resultado que no era ni mucho menos evidente en vísperas del viaje, pues los medios de comunicación habían dado amplio espacio a las voces críticas del diálogo con la Iglesia católica en la Iglesia ortodoxa de Chipre.

Giovanni Maria Vian, director de "L'Osservatore Romano", es también categórico: "El alcance del viaje, en un país ortodoxo, es histórico por el acercamiento ulterior a una autorizada y venerable Iglesia hermana, que bajo la guía del arzobispo Crisóstomos II se ha comprometido con decisión en el camino ecuménico".

Relación con el Islam

El avance en el diálogo con el Islam es precisamente otro de los logros decisivos de este viaje de Benedicto XVI a Chipre. Ha servido para desmentir a quienes siguen presentando al Papa como un "enemigo" del Islam, basándose en la polémica generada por una frase sacada de contexto en Ratisbona (septiembre de 2006).

Cuando el Papa viajaba de Roma a Pafos, en su encuentro con los periodistas dio pruebas de su voluntad "de diálogo con los hermanos musulmanes, que son hermanos nuestros, a pesar de las diferencias". Sus palabras fueron portada en periódicos de Oriente Medio, y del resto del planeta. Y al abandonar la isla, al despedirse en el aeropuerto de Larnaca expresó su "esperanza y oración para que juntos, cristianos y musulmanes, se conviertan en levadura de paz y reconciliación".

A causa del conflicto entre Turquía y Chipre, no pudo tener lugar un encuentro del Papa con algunas de las más elevadas autoridades musulmanas del Norte de Chipre, ahora bien, ha conmovido (y la prensa escrita ha dado amplio espacio) el abrazo que el Papa intercambió con un anciano representante sufí, junto a la nunciatura apostólica.

Reconciliación y paz

Ningún líder internacional en general se atreve a viajar a Chipre, pues tiene miedo de las consecuencias que podría provocar en sus relaciones con Turquía o Grecia (y Europa en general), a causa de la división que sufre la Isla desde 1974.

Benedicto XVI, que ya visitó Turquía entre noviembre y diciembre de 2006, ha tenido el valor de visitar Chipre y lo ha hecho en circunstancias sumamente difíciles, tras la muerte de ciudadanos turcos que formaban parte de la flotilla que buscaba romper el embargo a Gaza atacada por el ejército de Israel.

Por si fuera poco, en la víspera del viaje, era asesinado a manos de su chófer monseñor Luigi Padovese, presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía, quien debía reunirse con el Papa en Chipre.

"Las autoridades, tanto las políticas como religiosas, han presentado con mucha fuerza sus expectativas, sus problemas ligados a la situación de división de la isla, de riesgo de pérdida del patrimonio cultural cristiano. Lo han hecho con mucha claridad, aprovechando la oportunidad de tener un huésped tan importante", ha revelado el padre Lombardi.

"El Papa ha respondido con gran equilibrio y con claridad, apoyando los principios fundamentales de la convivencia: el respeto de los derechos de la persona humana y el derecho a regresar a los lugares de origen, a entablar comunicación con los que han tenido que dejar, el derecho a la libertad religiosa, a la libertad de conciencia, a la libertad de culto", añade el portavoz.

"Desde Chipre el Papa lanza a la comunidad internacional un nuevo e intenso llamamiento a la razón. Con un objetivo que puede ser comprendido y aceptado por todos, más allá de toda división: servir el bien común", explica Vian, comentando el discurso que el Papa dirigió a las autoridades civiles y al cuerpo diplomático.

En Malta, en abril pasado, Benedicto XVI sorprendió a los medios de comunicación en medio de una campaña contra su persona. En Portugal, en mayo, abrió una nueva fase de su pontificado, cuando algunos medios occidentales comenzaron a dar marcha atrás en sus ataques al ver la acción y escuchar la palabras del Papa. En Chipre, Benedicto XVI ha convencido a los medios, que de todos modos siempre estarán buscando una falla. La próxima etapa de este itinerario tendrá lugar en septiembre, cuando visite Gran Bretaña.

Por Jesús Colina

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La Santa Sede pide acabar con los “fondos buitre”
El observador vaticano ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

OMA, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- En su intervención en la XIV Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza, el arzobispo Silvano Maria Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de Naciones Unidas de esta ciudad, pidió acabar con la especulación de los llamados “fondos buitre”.

Estos últimos, explicó en una entrevista a Radio Vaticano, son “fondos o inversiones que toman el nombre de este pájaro que descarna los huesos de las carroñas de los otros animales o ataca cuando un animal está a punto de morir”.

En otras palabras, “son fondos especulativos que adquieren a bajo precio la deuda de los países en vías de desarrollo, a acrederores públicos o privados, pero sobre todo al Estado. Después de lo cual, la compañía que compra la deuda a un precio muy reducido va a pedir al país deudor, en modo completamente legal, el reembolso del crédito inicial, aumentando la exigencia y pidiendo también los intereses, de modo que el coste inicial aumente mucho”.

“Cuando el país no puede pagar, especialmente los países en vías de desarrollo de África, estos ‘fondos buitre’ tratan de coger el dinero proveniente de los financiadores públicos o de cualquier recurso primario de este país, como petróleo u otras materias primas, en modo no sólo de recuperar el gasto inicial sino haciendo enormes beneficios a costa de estos países”.

En este contexto, la Santa Sede pide eliminar tales especulaciones “porque van en perjuicio de los países más pobres, que tienen derecho en cambio a tener lo necesario para su gente y para encaminarse hacia el desarrollo”.

En otras palabras, subrayó, “la economía tiene consecuencias sociales” que deben ser “tomadas en consideración” y a las que “se debe dar prioridad porque, al final, el bien común que estamos buscando: el bien de las personas está por encima de los mecanismos del beneficio”.

“Sostenemos el principio de que las deudas deben ser pagadas, pero al mismo tiempo se dice también que las poblaciones tienen derecho a la supervivencia”, afirmó el prelado, recordando que “hay que garantizar el ejercicio de los derechos humanos fundamentales”.

La deuda, por tanto, “no debe convertirse en una forma de opresión, bloqueando el desarrollo y la supervivencia”.

“Se deben buscar fórmulas para animar tanto a los países endeudados a evitar la falta de una gestión transparente, evitar la corrupción, evitar una programación fallida, como a los países ricos a condonar cuando sea posible estas deudas, de modo que se garantice  una recuperación nueva para estos países”, concluyó.

Traducido del italiano por Nieves San Martín
 

 

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La Santa Sede pide un esfuerzo para aumentar la confianza entre los Estados
En la Conferencia para la Revisión del Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional
KAMPALA, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La Santa Sede pidió esfuerzos para aumentar la confianza entre los Estados y lograr un equilibrio entre la prevención de guerras de agresión y la legítima defensa, en la Conferencia para la Revisión del Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional (TPI), celebrada en Kampala el pasado 1 de junio.

Durante esta Conferencia de Revisión, los Estados Partes están trabajando para adoptar una enmienda al instrumento constitutivo del TPI que reconozca el Crimen de Agresión y delimite la jurisdicción del Tribunal sobre este tipo de crímenes.

En el debate de esa Conferencia intervino el director de la delegación de la Santa Sede, el nuncio apostólico en Kenya, monseñor Alain Paul Lebeaupin.

"Al debatir esta enmienda es un imperativo que se realicen esfuerzos para equilibrar la prevención de guerras de agresión con los derechos de las naciones para legitimar su propia defensa", declaró.

Y añadió: "Este equilibrio sólo puede lograrse si el resultado de estos debates es una enmienda que verdaderamente refleja las preocupaciones y pensamientos de toda la comunidad internacional y promueve la búsqueda de la justicia en lugar de la retribución".

Monseñor Lebeaupin explicó en el debate que la enmienda en el Estatuto de Roma "busca institucionalizar, en instrumentos jurídicos internacionales, un principio que rechace la guerra como un medio para resolver controversias y sustituir la 'ley de la fuerza' por la 'fuerza de la ley'".

Recurrir a la fuerza mina la seguridad

"Esta enmienda construye sobre las trágicas lecciones aprendidas en todo el mundo de que recurrir a la fuerza, o incluso la amenaza de la fuerza, ha minado la seguridad global y personal de individuos y naciones", indicó.

En este sentido, recordó que "la Santa Sede ha sido desde hace mucho tiempo abogada contra las guerras de agresión y rechaza la lógica defectuosa de la violencia y la destrucción como factores de progreso o de avance político".

"Los Estados deben continuar trabajando en la construcción de la confianza entre sí -declaró-. Fallar en la construcción de esta confianza dará lugar en última instancia a la justicia selectiva o retribución".

Tal y como recordó el observador permanente de la Santa Sede, "hace doce años, los delegados fueron a Roma a llevar a cabo el objetivo de crear una nueva estructura legal internacional que buscaba garantizar que violaciones masivas de los derechos humanos no fueran toleradas por la comunidad internacional durante más tiempo y que los responsables de la perpetuación de tales violaciones fueran considerados responsables de sus acciones".

"Ahora, venimos a Kampala para medir la efectividad de esos esfuerzos y continuar mejorando los sistemas judiciales para garantizar que la verdadera justicia está disponible para todos en todos los rincones del planeta", continuó.

En estos trabajos destacó la importancia del concepto de justicia, indicando que "no se basa meramente en determinaciones legales o instrumentos jurídicos, sino más bien en la ley moral que reconoce la inherente dignidad de la persona humana".

"La justicia no puede limitarse a la esfera de la responsabilidad legal sino que también requiere que la sociedad trabaje de manera positiva para la creación de una sociedad más justa en todos los aspectos del orden social", añadió.

El arzobispo prosiguió señalando que "cuando se traduce en sistemas legales penales y civiles nacionales e internacionales, esta justicia requiere que los organismos legales y jurídicos apliquen reglas e instituciones que busquen hacer realidad esos principios de una manera que respeten la verdad moral objetiva y coloquen a la persona humana en el centro de la toma de decisiones".

"En este sentido, el Estatuto de Roma realizó una importante contribución para el respeto de la persona humana -afirmó- reconociendo que los derechos humanos no están limitados por fronteras nacionales, posturas políticas, creencias religiosas o patrimonio cultural, sino que son inherentes a toda persona humana".

En opinión de la Santa Sede, "la promesa del Estatuto de Roma reside en última instancia en su habilidad para refinar aún más el derecho de las naciones (ius gentium) en el que las normas reconocidas universalmente son superiores a las leyes de los Estados y que exige rendir cuentas ante toda la comunidad global".

El arzobispo destacó también que "los sistemas locales nacionales deben ser la principal fuente para tener individuos responsables".

"Al hacerlo así -explicó-, reconocemos que la subsidiariedad ayuda a restaurar las comunidades locales pero también fomenta la confianza entre los Estados así como los gobiernos nacionales mantienen la responsabilidad de sostener la rendición de cuentas de los perpetradores".

Paz y justicia

El representante de la Santa Sede aprovechó la ocasión para reiterar que "la paz no sólo es posible sino que la paz es un derecho que debe construirse sobre los pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad.

También señaló que "la paz y la justicia no están en contradicción entre sí, sino más bien la justicia es un cimiento para la paz y las leyes justas proporcionan medios para estimular una mayor justicia".

Monseñor Lebeaupin afirmó que "la Santa Sede continúa pidiendo a todos los individuos de la sociedad que sean constructores de paz y trabajen por la justicia".

"Estos esfuerzos se centran en la verdad de que toda persona humana tiene una dignidad inherente y valiosa que debe ser respetada independientemente de las distinciones raciales, étnicas, religiosas, políticas o sociales", explicó.

Y concluyó: "La Santa Sede considera que, a través de la enseñanza de la paz y la justicia, las instituciones educativas pueden desempeñar una importante función en el fomento de una situación social que ve nuestros vecinos no como forasteros de los que desconfiar y a los que injuriar, sino como hermanos y hermanas que respetar y amar".

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Nombramientos episcopales para Colombia y México
Nuevo obispo para Acapulco y coadjutor para Cali
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha hecho nombramientos episcopales para la diócesis mexicana de Acapulco y la arquidiócesis colombiana de Cali.

El Papa nombró este lunes arzobispo metropolitano de la arquidiócesis mexicana de Acapulco a monseñor Carlos Garfias Merlos, hasta ahora obispo de Netzahualcóyotl, informó la Oficina de Información de la Santa Sede.


Sustituye a monseñor Felipe Aguirre Franco, que había presentado la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis por razones de edad.

Monseñor Garfias Merlos nació en 1951 en Tuxpan, en la arquidiócesis de Morelia, donde se preparó para el sacerdocio en el seminario mayor.

Obtuvo también el título de profesor y se doctoró en Psicología y Espiritualidad en la Universidad Intercontinental de Ciudad de México.

Fue ordenado sacerdote en 1975 para la arquidiócesis de Morelia, donde, entre otros cargos, fue formador y profesor del seminario mayor, asistente nacional del Movimiento Encuentros Matrimoniales, secretario de la Organización de los Seminarios Mexicanos y delegado episcopal para la formación permanente del clero.

En 1996 fue nombrado obispo de Ciudad Altamirano y en 2003 fue transferido a la diócesis de Netzahualcóyotl.

El jueves 3 de junio, el Papa nombró arzobispo coadjutor de la arquidiócesis colombiana de Cali a monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, hasta ahora obispo de Málaga - Soatá.


Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía nació en la localidad colombiana de Jericó en 1948. Estudió en los seminarios de Jericó y Bogotá y fue ordenado sacerdote en 1976. Entre 1986 y 1989 se especializó en Teología Bíblica en la Universidad Pontificia Gregoriana.

En Colombia, ha sido profesor del seminario menor, delegado diocesano para la pastoral juvenil y vocacional, párroco en diversas parroquias, responsable de la oficina para la pastoral de los laicos de la Conferencia Episcopal, profesor y rector del seminario mayor de Jericó.

Antes del nombramiento para esta diócesis situada al suroeste de Colombia, fue nombrado obispo auxiliar de Medellín en 1998 y obispo de Málaga - Soatá en 2001.

Además de con el nuevo arzobispo coadjutor, la arquidiócesis cuenta con el arzobispo Juan Francisco Jarasti y con tres obispos auxiliares.

Por otra parte, este viernes 4 de junio, Benedicto XVI aceptó la renuncia del arzobispo metropolitano de la diócesis eslovaca de Kosice, presentada por monseñor Alojz Tkác por razones de edad.

Le sustituye en el cargo el hasta entonces obispo auxiliar de la arquidiócesis, monseñor Bernard Bober, informó la Oficina de Información de la Santa Sede.

Monseñor Bober nació en 1950 en la arquidiócesis de Kosice. Estudió en el seminario mayor de Bratislava y fue ordenado sacerdote en 1974.

Ejerció su ministerio sacerdotal en diversas parroquias y fue vicario general de Kosice y después, obispo auxiliar. También realiza varias funciones en la conferencia episcopal.

Por otra parte, el Papa nombró el viernes obispo coadjutor de la diócesis estadounidense de Trenton al padre David M. O'Connell, CM, hasta entonces presidente de la Universidad Católica de América en Washington.

Y para Corea del Sur, nombró obispo auxiliar de la diócesis de Pusan a Joseph Son Sam-seok, decano de la facultad de Teología del seminario mayor de Pusan.

El 31 de mayo, el Papa aceptó la renuncia al cargo de obispo auxiliar de Münster presentada por monseñor Heinrich Janssen, y nombró a otros tres auxiliares para la misma diócesis alemana.

Se trata de los sacerdotes de la misma diócesis Dieter Geerlings, presidente de Caritas diocesana; Christoph Hegge, hasta ahora pro-vicario general y responsable de la oficina para la vida consagrada; y Wilfried Theising, decano en Borken.

Por otra parte, ese mismo día Benedicto XVI nombró arzobispo metropolitano de Cape Coast, en Ghana, a monseñor Matthias Kobena Nketsiah, hasta entonces obispo auxiliar de la misma archidiócesis.

Además, nombró obispo de la diócesis belga de Namur a monseñor Rémy Victor Vancottem, hasta entonces obispo auxiliar de Malinas-Bruselas.

El 29 de mayo, el Papa nombró obispo coadjutor de la diócesis de El-Obeid, en Sudán, al sacerdote Michael Didi Adgum Mangoria, rector del St. Paul's National Seminary de Jartum.

Ese mismo día, el Pontífice nombró al cardenal Marc Ouellet, PSS, arzobispo de Quebec, su enviado especial a las celebraciones del IV Centenario del bautismo del Gran Jefe Membertou, que tendrán lugar en Chapel Island, Nueva Escocia (en la diócesis canadiense de Antigonish), el 1 de agosto de 2010.

El 28 de mayo, el Papa aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis sudafricana de Oudtshoorn presentada por monseñor Edward Robert Adams por razones de edad, y nombró para sustituirle al sacerdote de Cape Town Francisco Fortunato De Gouveia.

Finalmente, el 26 de mayo, Benedicto XVI aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis brasileña de São João dei Rei, presentada por monseñor Waldemar Chaves de Araújo, por razones de edad.

Para sustituirle en el cargo, nombró al hasta ahora obispo de Cachoeiro de Itapemirim, monseñor Célio de Oliveira Goulart, OFM.

Por otra parte, también para Brasil, nombró obispo de Tubarão a monseñor Wilson Tadeu Jönck, SCJ, hasta entonces obispo auxiliar de São Sebastião de Río de Janeiro.

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Monseñor Zimowski: “Los sordos también deben testimoniar el Evangelio”
Concluyó ayer en el Vaticano el congreso “Effatá”

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Dentro de la Iglesia hay una llamada especial al cuidado y la pastoral de las personas sordas para que “puedan siempre más contribuir a derribar los muros detrás de los cuales se fortalece la todavía más grave sordera espiritual”.

Así lo dijo monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo para la Salud, en el discurso inaugural del congreso denominado Effatà, la persona sorda, heraldo y testimonio del anuncio del Evangelio, que organiza este dicasterio vaticano y que terminó ayer domingo.

El pasado mes de noviembre también se realizó un evento similar denominado Effatà, la persona sorda en la vida de la Iglesia. Monseñor Zimowski dijo que era necesario que la Iglesia continúe promoviendo el acceso de las personas sordas a la práctica religiosa “a nivel local y a nivel universal”.

Uno de los objetivos del actual congreso ha sido, como lo señaló monseñor Zimowski, diseñar “estrategias e instrumentos idóneos al mejoramiento y a la promoción de la pastoral y al concepto de la integración eclesial y social de las personas sordas en Italia y en Europa así como en todo el mundo”.

El prelado señaló que es importante que los cristianos “recuerden el mandato recibido con el bautismo y trabajen por la difusión del Evangelio a través del compromiso personal, el testimonio, convirtiéndose en verdaderos ‘heraldos y testimonios’ aunque sean no – oyentes o cercanos a las personas afectadas por la sordera”.

“Así estaremos comprometidos en un ‘laboratorio’ o mejor en una ‘oficina’ donde nuestras competencias técnica y científica optimicen las estrategias que ya han sido delineadas y finalicen la instrumentación necesaria”, dijo monseñor Zimowski.

Entre sus ponentes estuvo el padre Jaime Gutiérrez Villanueva, sacerdote sordo y vicario de la parroquia Santa María del silencio en Madrid, responsable de la pastoral de los jóvenes sordos en la Conferencia Episcopal Española. Otros temas que se han tratado en este evento académico son las instancias pastorales y sacramentales para las personas sordas, la misión de la persona sorda ad intra y ad extra, entre otros.




 

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Mundo


Conmoción en el funeral del presidente de la Conferencia Episcopal Turca
“¡No tengáis miedo!”, dice el arzobispo celebrante a los católicos del país
ESTAMBUL, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los funerales de monseñor Luigi Padovese, presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía, asesinado a los 63 años por un desequilibrado psíquico, se celebraron este lunes en la catedral de Iskenderun o Alejandreta con una afluencia de fieles que batió records.

El rito fue presidido por monseñor Ruggero Franceschini, arzobispo de Esmirna, quien en su homilía dedicó palabras de aliento a la comunidad católica local sumida en la tristeza.

"¡No tengáis miedo! No os desalentéis, estad alegres, como los apóstoles, por vivir en el sufrimiento, en la prueba, sin desfallecer en vuestra fe, que es el motivo de nuestra esperanza, el fundamento de nuestra alegría", afirmó el prelado.

"Nadie logrará apagar esta llama --añadió--, pues es apoyada no sólo por tantos mártires y santos de estos lugares, por la Virgen santísima, patrona de esta comunidad, sino también, desde hoy, por un ángel más en el trono de Dios: vuestro, nuestro obispo Luigii".

El vicario apostólico de Anatolia fue asesinado el 3 de junio por su chófer, Murat Altun, quien ha confesado el crimen.

Una muerte violenta que, como ha dicho monseñor Franceschini, "nos ha dejado conmocionados, sin comprender cómo podía suceder algo tan horrible, sobre todo a un hombre de Iglesia, un obispo muy amigo de los turcos".

"A nosotros, cristianos, su muerte nos recuerda cómo la fidelidad al Evangelio, pues ser pagada con la sangre".

En el funeral han participado las autoridades locales y el jefe de la policía.

Entre las obras realizadas por monseñor Padovese, desde que fue nombrado obispo en 2004, monseñor Franceschini mencionó el extraordinario diálogo de vida con los musulmanes, la creación de un servicio de distribución de comida a domicilio para 70 familias en dificultad, una sola de ellas cristiana, y las buenas relaciones con las autoridades civiles.



 

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Polacos celebran la beatificación de un sacerdote mártir del comunismo
El padre Jerzy Popiełuszko fue beatificado este domingo

VARSOVIA, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org) El padre Jerzy Popiełuszko “con las únicas armas espirituales de la verdad, de la justicia y de la caridad buscó mantener y testimoniar la libertad de su conciencia de ciudadano y sacerdote”.

Así lo dijo ayer monseñor Ángelo Amato, SDB, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, durante la misa de beatificación de este sacerdote polaco, que presidió en representación del Papa Benedicto XVI.

La beatificación se celebró en la plaza Maresciallo Józef Pilsudski de la ciudad polaca de Varsovia.

El padre Popiełuszko era el capellán de Solidarność (en español, Solidaridad), una federación sindical autónoma e independiente polaca, nacida de las luchas obreras y campesinas por la libertad sindical y en contra del Estado socialista. El sacerdote fue asesinado por el régimen comunista en 1984.

Multitudinaria misa

Antes de la misa, se rezó un rosario que fue presidido por Marianna Popiełuszko, madre del nuevo sacerdote beato.

En la celebración participaron fieles de diferentes lugares de Polonia, así como miembros de Solidarność.

En la plaza ondeaban las banderas de este sindicato y se percibía el entusiasmo y el fervor de los miles de fieles polacos.

Cerca de cien obispos, (varios de ellos arzobispos y cardenales), concelebraron esta eucaristía. Entre ellos se encontraba monseñor Wiliam Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

También los cardenales Stanisław Dziwisz, Józef Glemp, Franciszek Macharski, Henryk Gulbinowicz, Adam Maida y Kazimierz Świątek, así como el arzobispo Józef Kowalczyk, nuncio apostólico en Polonia, y el nuevo primado de ese país, monseñor Kazimierz Nycz, arzobispo de Varsovia.

Igualmente concelebraron algunos prelados de los países de República Checa, Lituania, Bielorrusia y Ucrania.

“El beato es el patrón de la solidaridad social y de todos los que dan testimonio de la verdad”, dijo en diálogo con ZENIT Janusz Śniadek, actual presidente de Solidarność.

Monseñor Amato aseguró en su homilía que el sacrificio de este sacerdote “no fue una derrota”. “Sus verdugos no pudieron asesinar la Verdad”, prosiguió el prelado.

“La trágica muerte de nuestro mártir, de hecho, fue el inicio de una conversión general de los corazones al Evangelio”, aseguró, y añadió que “la muerte de los mártires es, de hecho, la semilla para los cristianos”.

Después de la misa de beatificación, las reliquias del padre Popiełuszko fueron trasladadas en una procesión de 14 kilómetros.

Grano de trigo

El padre Jerzy Popieluszko nació el 14 de septiembre en Okopy, provincia de Bialystok al noreste de Polonia.

En 1965 entró en el seminario mayor de Varsovia y al año siguiente prestó el servicio militar. Los comunistas desarrollaban una obra de adoctrinamiento antieclesial y antieligioso que buscaba retirar de los seminarios el mayor número de aspirantes.

En este tiempo, Popieluszko fue objeto de grandes persecuciones que comenzaron a debilitar su estado de salud.

Recibió la ordenación sacerdotal en 1972 por el entonces primado de Polonia, el cardenal Stefan Wyszyński.

En sus homilías, se caracterizaba por afrontar temas religiosos y espirituales. Recurría frecuentemente a la doctrina social de la Iglesia y así trataba también temas de actualidad.

El 19 de octubre fue secuestrado y asesinado por funcionarios del Servicio de Seguridad del régimen comunista. En su funeral, participaron más de mil sacerdotes y decenas de miles de fieles.

Su tumba se encuentra en la iglesia de San Etanislao Kostka, en la capital polaca, y ha sido visitada por unos 18 millones de peregrinos.



 

[Por Mariusz Frukacz, traducción del italiano por Carmen Elena Villa]



 

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“La industria del sexo es la fuerza más destructiva contra las mujeres”
La organización católica ACRATH lucha en Australia contra esta lacra

SYDNEY, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Australia es el centro de un tráfico de miles de mujeres de Asia, Europa del este y Sudamérica. La organización católica australiana ACRATH lucha contra una industria del sexo que mueve miles de millones de dólares. En un reciente encuentro la misma ha sido definida como “la fuerza más destructiva contra las mujeres de todo el mundo”.

Cada año, hacia Australia, se verifica un tráfico de miles de mujeres provenientes de Asia, Europa del este y de Sudamérica.

Para obtener el “privilegio” de migrar al país, deben ofrecer sus “prestaciones” a 6 o 10 hombres por noche, hasta pagar su deuda de quince mil dólares. De este modo, a lo largo del primer mes, son obligadas a “servir” gratis a 800 hombres. Es frecuente que no solo vengan desvestidas en modo violento, sino también privadas de sus derechos y de su dignidad.

La organización australiana ACRATH (Australian Catholic Religious Against Trafficking in Humans) es una de las principales que luchan por liberar a las mujeres de la industria del sexo, informa la agencia Fides.

Según las estadísticas, el tráfico de seres humanos constituye la tercera industria criminal más grande en el mundo, superada solamente por la de las armas y el narcotráfico. Naciones Unidas calcula que la trata de personas produce 32.000 millones de dólares al año a los traficantes.

Según ACRATH, en 2003, fue establecida en Australia una estrategia contra este tráfico, con una financiación inicial de veinte millones de dólares en cuatro años. Otros 38,3 millones de dólares fueron destinados al presupuesto de 2007/2008, incluyendo 26,3 millones para las nuevas iniciativas.

Mientras tanto, la conciencia de este grave problema ha disminuido. Son pocas las personas conscientes de la enorme cantidad de mujeres que son vendidas en esta industria, con frecuencia totalmente inconscientes de cómo serán obligadas a pasar su vida.

Por otro lado, son muchos los que sostienen que la legalización de la prostitución reforzaría a cuantos trabajan en esta industria; con controles que permitirían mejorar las condiciones del trabajo.

El periodista y autor canadiense, Victor Malerak, actualmente de viaje por Australia, piensa de modo distinto. “Hoy las mujeres explotadas en la industria del sexo son llamadas ‘libres profesionales’, pueden aparentemente escoger sus condiciones de trabajo, y no tienen suficientes garantías de tutela”.

En un encuentro auspiciado por la ONG Collective Shout and the Salvation Army (Grito Colectivo y el Ejército de Salvación), el periodista dijo claramente que “la industria del sexo constituye la fuerza más destructiva contra las mujeres de todo el mundo”.
 
 


 

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La entidad pro-vida ADV pide abrir el debate sobre la maternidad
Celebrada la vigilia de la Alianza para los Derechos de la Vida en Reims

REIMS, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La vigilia de la Alianza por los Derechos de la Vida (ADV) se celebró con éxito el 26 de mayo en Reims a pesar de no poder contar con la sala prevista para celebrarla, informaron los organizadores.

La ADV ha protestado “contra la censura y la desinformación” y sale de esta experiencia reforzada en su convicción “de la necesidad de abrir con valentía el debate sobre la maternidad”.

Tras el acto, la ADV indica: “Contrariamente a lo que ha sido afirmado por el diario L'Union de Reims, la sexta etapa de la Gira Bioética 2010 Nacer o no nacer no ha anulado en absoluto el 26 de mayo, que reunió a 250 participantes.

La ADV explica que “la misma mañana del día en que estaba programado el acto desde hacía tiempo, por correo electrónico, la Alianza por la Vida se encontró ante el hecho consumado de una anulación sin previo aviso por parte de la dirección de la escuela de comercio de Reims (Reims Management School o RMS), dos meses después de la firma del contrato de reserva de esa sala de conferencias”.

“El motivo citado oralmente fue el repentino descubrimiento de una incompatibilidad con el posicionamiento de la escuela sobre los temas tratados, entre ellos el aborto, sobre el cual la Alianza publicó un sondeo IFOP en marzo de 2010 (ver www.adv.org)”.

“La dirección habría cedido a las presiones de grupos trotskistas y de planificación familiar que anunciaron una manifestación”, precisan los organizadores.

Ante la imposibilidad de avisar a su público, la ADV reaccionó celebrando el acto en la vía pública delante del lugar previsto,

En primer lugar, se improvisó una sesión al aire libre, con un pódium y un micrófono, bajo las ventanas de la escuela.

250 participantes llegados de toda la región pudieron escuchar a las cinco personas que intervinieron, entre ellas el doctor Xavier Mirabel, presidente de la Alianza por los Derechos de la Vida.

“Cuarenta minutos de parlamentos permitieron ofrecer lo esencial de las conclusiones de la Gira”, explican los organizadores.

Después, estaba prevista la proyección de unos audiovisuales. Para ello, un espectador impactado por la censura impuesta, ofreció gentilmente una sala en el centro de la ciudad.

“Como medida de precaución -explican los organizadores- un agente de la justicia había sido enviado para constatar la situación en la escuela”, destacan los organizadores.

La Alianza por los Derechos de la Vida lamenta haber tenido que imponer este cambio de lugar a sus invitados y protesta por la “censura y la desinformación”.

La ADV es una asociación fundada en 1993 que acompaña a personas que afrontan pruebas vitales en los ámbitos de la acogida de la vida, el fin de la vida o el suicidio.

Proporciona sus servicios de ayuda a través de internet y de una línea telefónica de ayuda (0033 1 45 23 08 29) o con entrevistas presenciales.

Además, la Alianza se dedica también a la sensibilización sobre la protección de la vida y el respeto a la dignidad humana.

La Alianza por los Derechos de la Vida es miembro agregado de la plataforma de la Agencia de derechos fundamentales del Parlamento Europeo.



 

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Testimonios sobre la riqueza de la amistad con un sacerdote, en Facebook
Los miembros del grupo “Yo tengo un amigo sacerdote que es genial” superan los 60.000

BARCELONA, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los miembros del grupo de Facebook Yo tengo un amigo sacerdote que es genial aunque los medios digan que no, creado en México el pasado mes de marzo, no han dejado de aumentar y superan ya los sesenta mil.

El espacio ha incorporado contenidos en numerosos idiomas, además del español, explicó a ZENIT uno de sus administradores, Miquel Mundet, de la ciudad española de Barcelona, quien destacó la voluntad de extenderse por muchos países de todo el mundo.

La defensa de la honorabilidad de los sacerdotes y de la verdad del sacerdocio es el objetivo de este grupo.

Numerosas personas, especialmente jóvenes, aportan su testimonio -aunque también fotografías, vídeos, textos y enlaces- sobre la importancia que algún sacerdote ha tenido en sus vidas.

“Yo tenia un excelente confesor, que me entendía y que me ayudaba a ser cada día mejor -ha dejado escrito Guada-. Un día, durante mi confesión, le conté que había conocido un chico y que me gustaba mucho”.

“Me preguntó cómo se llamaba -prosigue- y cuando se lo dije, me contó, sin poder reprimir una fortísima carcajada, que era su mejor amigo”.

Guada explica que se le hizo difícil continuar “charlando sobre mis cosas, sobre mi noviazgo con el mejor amigo del que era mi novio”, pero añade que “nos acompañó como amigo y como guía durante todo el noviazgo”.

“Después nos casó, al tiempo le pedimos que fuera el padrino de nuestro primer hijo, bautizó a los otros dos y enterró al último”. Para la joven, ese sacerdote es “un miembro más de nuestra familia”.

Este viernes, la joven Cristina Amerise recuerda en el Muro de este grupo que “quedan pocos días para que finalice el Año Sacerdotal” e invita a elevar “muchas oraciones por ellos, para que nos sigan guiando y mostrando los verdaderos senderos que nos conducen al Señor”.

En un foro del mismo grupo titulado ¿Curas abusadores?, se lee: “Cuando era muy niño, sin tener conciencia, sin libertad, sin poderme defender, uno de ellos me hizo hijo de Dios, heredero de la Vida Eterna, Templo del Espíritu Santo y miembro de la Iglesia, nunca podré perdonarle haberme hecho tanto bien”.

El texto prosigue con tono irónico: “Otro insistió en mis años tiernos, en inculcarme el respeto por el nombre de Dios, la necesidad absoluta de la oración diaria, la obediencia y la reverencia a mis padres, el amor por mi patria y me enseñó la utopía de no mentir, no robar, no hablar mal de otros, perdonar y todas esas cosas que nos hacen tan mojigatos y ridículos...”.

“Cuidémonos gravemente de tratar con ellos -concluye-, no les demos nuestros datos, no los miremos a los ojos, no les consultemos absolutamente nada, no sigamos ninguno de sus pasos, pues corremos el riesgo un día de caer en sus trampas y salvarnos”.

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Argentina: Ofrecer un turismo alternativo centrado en valores
Celebrado el Tercer Encuentro Nacional de Pastoral del Turismo

BUENOS AIRES, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Se celebró en Buenos Aires, Argentina, del 19 al 21 de mayo, el Tercer Encuentro Nacional de Pastoral del Turismo, promovido por el Secretariado Nacional de la Pastoral del Turismo (SENAPAT), de la Comisión Episcopal para las Migraciones y el Turismo, con el tema “Los jóvenes y el turismo”.

Presidido por monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús y presidente de la Comisión Episcopal para las Migraciones y el Turismo, en el encuentro participaron unas cincuenta personas, entre delegados diocesanos de la pastoral del turismo, sacerdotes, religiosos y laicos relacionados con la actividad turística, tanto del sector público como del privado, procedentes de distintas provincias de Argentina.

Además se hicieron presentes algunos funcionarios de la Secretaría de Turismo nacional, de universidades (católicas y estatales), de la Cámara de Diputados de la Nación, de diversas asociaciones del mundo del turismo, y tres representantes de la Pastoral de Turismo Religioso de la Conferencia Episcopal de Brasil, informa a ZENIT monseñor Rubén Frassia.

Se proponían, entre otras cosas –añade--, “analizar el camino comenzado en los dos encuentros anteriores, e intercambiar experiencias con el fin de ampliar el diálogo y descubrir criterios pastorales comunes, respetando el carácter específico de cada provincia, en un país rico en culturas, tradiciones y atractivos turísticos”.

La reunión comenzó con una invocación de monseñor Frassia y con la lectura de numerosos mensajes de apoyo y adhesión, entre ellos, los del secretario del Pontificio Consejo para los Migrantes y los Itinerantes del Vaticano, monseñor Agostino Marchetto, y del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero.

En la inauguración, Marcela Villares, del SENAPAT, presentó los temas, y habló de las implicaciones del turismo en la vida de los jóvenes. Siguió la intervención de Arturo Clariá, psicólogo, sobre “Los jóvenes y el tiempo libre”. El primer día finalizó con varias reuniones por regiones pastorales, seguidas por una plenaria en la que se subrayaron las luces y las sombras de la realidad nacional.

El segundo día, Bettina González, titular de la empresa Boomerang Viajes, se refirió a la complejidad que afrontan las agencias de viajes al ofrecer paquetes turísticos a los jóvenes en viajes de estudio y egresados, y subrayó las ofertas de turismo solidario, hacia las que los jóvenes son particularmente sensibles. Al referirse a los viajes de egresados, lamentó que “hoy la droga, la violencia, el sexo desenfrenado se han hecho presentes en esta actividad”, a lo que se le suman los coordinadores “que muchas veces son adolescentes con mayoría de edad, a veces con un par de años más que los propios estudiantes”. Por otro lado, “algunas agencias animan irresponsablemente este tipo de actividades con la incapacidad del Estado de resolver que hoy se ha transformado en un imperativo para los jóvenes que terminan la secundaria”.

En la segunda intervención de la jornada, Carla Sarniotti, del equipo de conducción de la Mariápolis Lía del Movimiento de los Focolares, habló sobre la riqueza de la acogida de los jóvenes en su ambiente como expresión propia del carisma de la unidad, y así involucrarlos en la vivencia y la construcción de la ciudadela compuesta por diversas realidades y diversas naciones.

Oscar Bustos, de la Dirección Nacional de Gestión de Calidad Turística de la Secretaría de Turismo nacional, habló sobre la legislación y el marco legal propios del turismo con jóvenes.

Siguieron dos reuniones simultáneas en las que se intercambiaron experiencias e inquietudes acerca de dos temas de interés: vinculación de los sectores públicos y privados en el turismo, y educación y turismo.

En la tarde, las ponencias fueron: “Los Jóvenes a la luz de la Iglesia: Retos y desafíos de los jóvenes hoy”, a cargo de Mercedes Baxlos, integrante de la Comisión Nacional de Pastoral de la Juventud, y “Perspectivas para un turismo con jóvenes”, por fray Manuel Martínez, OP, de SENAPAT y delegado de la Archidiócesis de San Juan.

La tercera jornada se dedicó a la prevención de la explotación de niños y jóvenes en el turismo, por Susana Cafaro, de la Secretaría de Turismo nacional, quien presentó el Proyecto Código de Conducta para la protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en Viajes y Turismo, al que se adhirió la Pastoral del Turismo.

Se escucharon las exposiciones de miembros de la Agencia Religio, de la Asociación Católica Anunciar, de Córdoba, fundada por miembros del Movimiento de la Palabra, y el padre Carlos Alberto Chiquín, secretario ejecutivo de la recién conformada Pastoral de Turismo Religioso de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil.

Por último, los participantes en el Tercer Encuentro Nacional de Pastoral del Turismo elaboraron una declaración final. En la misma, constatan “lo valioso que es educar a nuestros jóvenes, en un turismo sano y solidario, con vacaciones que los humanicen, así como un tiempo libre que los haga crecer en fraternidad”.

Por ello, se comprometen a: crear un directorio de quiénes conforman la pastoral del turismo; ofrecer propuestas de turismo alternativo para jóvenes, centrado en valores y actitudes que dignifiquen al hombre; transmitir experiencias concretas a través de Internet; organizar una actividad de turismo para jóvenes para la Región del noroeste argentino; agregar actividades solidarias en los viajes de estudio y de graduación;  evangelizar promoviendo especialmente los derechos humanos en el mundo del turismo.

Así mismo, acuerdan “animar un turismo para jóvenes que los humanice, gracias al cual ellos sean protagonistas de su propia historia valorando su entusiasmo y sus ganas de servir llevándolos a una madurez humana y cristiana”.

Y concluyen expresando su esperanza en “que el turismo nos ayude a redescubrir los beneficios que brotan de esta inestimable experiencia de contacto con la creación e impulse a cada uno de sus protagonistas, turistas, empresas y comunidades receptoras, al respeto del hábitat natural y de las culturas locales”.

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Fieles limeños muestran su profunda devoción al Corpus Christi
En la clausura del congreso Eucarístico y mariano celebrado en la capital peruana

LIMA, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org) El arzobispo de Lima, el cardenal Juan Luis Cipriani, pidió de manera especial por la paz en el Perú, durante la multitudinaria santa misa que presidió en el Campo de Marte, ayer domingo con motivo de la solemnidad del Corpus Christi y en la clausura del I Congreso Eucarístico y Mariano de Lima (CEM 2010).
 


Cientos de miles de fieles de parroquias, hermandades, cofradías, movimientos eclesiales, colegios,
universidades, Fuerzas Armadas y Policiales, así como congregaciones religiosas, se comprometieron a defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

“Seamos defensores de la vida, ¡digámosle no al aborto!, ¡sí al matrimonio!”, dijo el arzobispo de Lima, durante su homilía.

“¡Cuánto queremos a nuestro Perú!. Señor, bendice al pueblo peruano; que nos entendamos, que no haya rencores, mentiras ni venganzas, que cese la violencia. (…) Hagamos de nuestra patria un Perú grande, solidario, justo, todo esto brota de la Eucaristía”, prosiguió el purpurado.

Iglesia que perdona

El cardenal Cipriani animó a los cientos de miles de fieles a acercarse al sacramento de la confesión para recibir a Jesús en la Eucaristía con el corazón limpio.

“¡Bendito el sacramento de la confesión, que una y mil veces viene para sanarnos, aliviarnos y quitarnos esas penas del alma! ¡Qué maravilla esta fe y la Iglesia que conserva y administra los sacramentos!”, afirmó.

Después del congreso eucarístico

El arzobispo de Lima pidió que los propósitos del CEM 2010 fuesen el rezo del rosario, la constante adoración al Santísimo Sacramento y la participación activa en la misa dominical.

“Lancémonos a esa misión maravillosa, Cristo está en ti, te espera, en tu Iglesia te acompaña, está con nosotros. Cristo te llama, te busca, te abraza, qué grande amor el de Cristo al quedarse con nosotros en la Eucaristía, alégrate, entusiásmate”, reconoció el cardenal.

El purpurado dijo que espera que uno de los frutos sea “la participación en la misa dominical; que cada uno en sus parroquias y capellanías vaya con una amigo más a misa, y al mismo tiempo acompañemos a Jesús que se encuentra en el Santísimo”.

El arzobispo se refirió a Lima como a una “ciudad eucarística llena de Sagrarios expuestos el día entero”.

Y pidió “que Dios bendiga a todas las comunidades parroquiales que con tanta generosidad han expuesto a Jesús Eucaristía para que todos los días puedas visitarlo en el Santísimo”.

En los últimos años, en la arquidiócesis de Lima se ha dado un gran impulso a la devoción eucarística, con ocasión del Año de la Eucaristía (2004 – 2005) y la Gran Misión de Lima, hasta el punto de que en la actualidad hay más de 60 capillas de adoración al Santísimo, algunas abiertas las 24 horas.

El cardenal Cipriani se refirió también a las nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas: “Hay muchas llamadas, respondamos con generosidad; padres de familia, apoyen a sus hijos”, exhortó.

Uno de los encuentros más importantes del CEM 2010 fue el encuentro con la juventud que se celebró el pasado sábado.

“Aprendan a amar ese amor hermoso y limpio: de un joven con su enamorada, de un marido con su esposa, ese amor maravilloso que hace la vida tan alegre”, pidió el cardenal.

“Promuevan siempre la verdad, la libertad, la amistad, y para todo eso acérquense a la confesión; este Dios tan bueno nos ha dejado esta maravillosa forma de pedir perdón, recibamos el cuerpo de Cristo con el alma limpia”, dijo el arzobispo a los miles de jóvenes congregados en el Campo de Marte de Lima.

El Encuentro con la Juventud empezó a las 18 horas con música, cantos, alabanzas, videos y la alegría de miles de jóvenes de la arquidiócesis de Lima.

Además de un concierto de música católica especial para jóvenes, se presentaron testimonios de personas que expresaron su amor a Jesús y su constante lucha por buscar la santidad en el siglo XXI.



 

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Flash


Venezuela: Al aire la emisora católica “Radio Natividad”
 

SAN CRISTÓBAL, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Con la celebración de una Lectio Divina, el pasado jueves 3 de junio, el obispo de San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela, monseñor Mario Moronta, dio inició a las transmisiones de la emisora Radio Natividad 88.5 FM, que cubrirá gran parte del territorio tachirense con la finalidad de brindar una programación catequética y evangelizadora.

El presbítero Jean Calor Benítez, director de Radio Natividad, indicó que “el objetivo de la emisora será catequizar y evangelizar a través de este medio de comunicación”, que contará con programación para todo el público. Subrayó el padre Benítez la realización de un trabajo de evangelización a través de la cultura.

El director de Radio Natividad informó que diversos grupos de apostolado, sacerdotes, y laicos, de la Diócesis de San Cristóbal tendrán un espacio para la difusión del Evangelio.

A partir del pasado jueves por la noche Radio Natividad 88.5 FM, la emisora católica del Táchira, está en al aire en periodo de prueba transmitiendo música cristiana católica, y a partir de hoy comienza a emitir algunos programas de producción nacional, y otros en alianza con emisoras católicas del mundo.



 

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Documentación


Síntesis no oficial del “Instrumentum Laboris” del Sínodo sobre Oriente Medio
 

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Por su indudable interés ofrecemos a continuación la síntesis de trabajo, no oficial, del Instrumentum Laboris, que distribuyó la Santa Sede a la prensa el pasado sábado, y que refleja los puntos más importantes que trata el documento completo.

El Instrumentum Laboris fue entregado ayer domingo por el Papa Benedicto XVI, durante su viaje apostólico a Chipre, a los siete patriarcas y dos arzobispos que pastorean a los fieles católicos de esta región del mundo.



 

* * * * *



 

Síntesis del Instrumentum Laboris

de la Asamblea Especial para Oriente Medio

del Sínodo de los obispos



 

[Síntesis de trabajo – no oficial – para uso periodístico]



 

El Instrumentum Laboris del Sínodo para Oriente Medio, es decir, el documento para el trabajo de la reunión sinodal, se ha publicado en 4 idiomas: árabe, francés, inglés e italiano. Benedicto XVI lo ha entregado a los representantes del episcopado de Oriente Medio en el transcurso de su visita apostólica a Chipre. La asamblea especial tendrá lugar del 10 al 24 de octubre sobre el tema: "La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio. ‘La multitud de los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma’ (Hch 4, 32)". El documento, de unas cuarenta páginas, ha sido realizado a partir de las numerosas respuestas al Cuestionario de los Lineamenta, entregados por los Sínodos de los Obispos de las Iglesias Orientales sui iuris, por las Conferencias Episcopales, por los Dicasterios de la Curia Romana, por la Unión de los Superiores Generales, como también por muchas personas individuales y grupos eclesiales.



 

En el Prefacio, el secretario general del Sínodo de los Obispos, el arzobispo Nikola Eterović, subraya que “la situación actual de Oriente Medio es en no pocos aspectos similar a la vivida por la primitiva comunidad cristiana en Tierra Santa" en medio de dificultades y persecuciones. “Los primeros cristianos actuaban en situaciones muy adversas. Encontraban oposición y enemistad de los poderes religiosos del propio pueblo... su patria estaba ocupada, inserta dentro del potente imperio romano". A pesar de ello "proclamaban íntegra la Palabra de Dios", incluyendo el amor a los enemigos, llegando a testimoniar “con el martirio la fidelidad al Señor de la vida”.



 

En la Introducción se recuerda que Benedicto XVI quiso personalmente anunciar este acontecimiento el 19 de septiembre de 2009, acogiendo así “la petición de numerosos hermanos en el episcopado, que frente a la delicada situación eclesial y social actual” habían propuesto la convocatoria de una asamblea sinodal (1). Dos son los objetivos principales del Sínodo: ante todo, el de “confirmar y reforzar a los cristianos en su identidad mediante la Palabra de Dios y los Sacramentos”; en segundo lugar, el de “reavivar la comunión eclesial entre las Iglesias sui iuris, para que puedan ofrecer un testimonio de vida cristiana auténtica, gozosa y atrayente" (3). Se subrayan también con fuerza el compromiso ecuménico y el diálogo con judíos y musulmanes "por el bien de toda la sociedad" y para que "la religión, sobre todo la de cuantos profesan a un único Dios” se convierta “cada vez más en motivo de paz” (4). El Sínodo pretende "proporcionar a los cristianos las razones de su presencia en una sociedad predominantemente musulmana, sea ésta árabe, turca, iraní, o judía en el Estado de Israel" (6). La reflexión está guiada por las Sagradas Escrituras (7-12).



 

El Primer capítulo trata sobre la Iglesia católica el Oriente Medio recordando que todas las Iglesias del mundo “se remontan a la Iglesia de Jerusalén” (14). Se afirma que las divisiones entre los cristianos (Concilios de Éfeso y Calcedonia, en el siglo quinto, y separación de Roma y Constantinopla, en el siglo undécimo) se debieron sobre todo a “motivos político-culturales”. Con todo, “el Espíritu opera en todas las Iglesias para acercarlas y hacer caer los obstáculos a la unidad visible querida por Cristo". En Oriente Medio, la única Iglesia católica está presente en varias Tradiciones, en diversas Iglesias orientales católicas sui iuris. Además de la Iglesia de tradición latina, hay 6 Iglesias patriarcales, cada una con su rico patrimonio espiritual, teológico, litúrgico. "Estas tradiciones son, al mismo tiempo, una riqueza para la Iglesia universal" (15-18). Se recuerda que las Iglesias de Oriente Medio son de origen apostólico y que “sería una pérdida para la Iglesia universal si el Cristianismo se debilitase o desapareciese precisamente allí donde nació”. Existe por tanto la “grave responsabilidad” de “mantener la fe cristiana en estas tierras santas" (19).

Por desgracia se debe constatar que hoy el “empuje evangélico parece a menudo frenado y la llama del Espíritu parece haberse debilitado" (20). "Si la Iglesia no trabaja por las vocaciones, está destinada a desaparecer" (21). La crisis de las vocaciones se debe a varias causas: emigración de las familias, disminución de los nacimientos, un ambiente cada vez más contrario a los valores evangélicos. Además “la falta de unidad entre los miembros del clero" constituye "un anti testimonio" mientras que "la formación humana y espiritual de sacerdotes, religiosos y religiosas quizás deja bastante que desear" (22). También "la vida contemplativa, pilar de toda consagración verdadera ... está ausente en la mayor parte de las congregaciones" (23).

Se afirma por tanto que los cristianos, a pesar de su "número exiguo", "pertenecen a título pleno al tejido social y a la propia identidad" de estos países. Su desaparición representaría una pérdida para el pluralismo de Oriente Medio (24). Los católicos están llamados a promover el concepto de “laicidad positiva" del Estado para “aliviar el carácter teocrático del gobierno" y permitir “más igualdad entre los ciudadanos de religiones diferentes, favoreciendo así la promoción de una democracia sana, positivamente laica, que reconozca plenamente el papel de la religión, también en la vida pública, en el pleno respeto de la distinción entre los órdenes religioso y temporal" (25).

Los cristianos deben ser minoría activa, sin replegarse sobre sí mismos “en una actitud guetizante" (28). La Iglesia anima a formar familias numerosas y promueve la educación, "que sigue siendo la mayor inversión" (29): las escuelas y universidades católicas acogen a miles de personas de todas las religiones, así como los centros hospitalarios y los servicios sociales (40). Con todo, las Iglesias y las escuelas católicas "podrían ayudar más a los menos afortunados" (29). Es de hecho “sobre todo gracias a las actividades caritativas dirigidas no sólo a los cristianos, sino también a los musulmanes y a los judíos, que la acción de las ... Iglesias a favor del bien común es particularmente tangible" (30). Hay también una “llamada a la transparencia en la gestión del dinero de la Iglesia, sobre todo por parte de los sacerdotes y de los obispos, para distinguir lo que se da para uso personal de lo que pertenece a la Iglesia (31).

El documento subraya por tanto que los conflictos regionales hacen aún más frágil la situación de los cristianos. “La ocupación israelí de los territorios palestinos hace difícil la vida cotidiana para la libertad de movimiento, la economía y la vida social y religiosa (acceso a los Santos Lugares, condicionado por permisos militares concedidos a unos y rechazados a otros, por razones de seguridad). Además, algunos grupos fundamentalistas cristianos justifican, basándose en las Sagradas Escrituras, la injusticia política impuesta a los palestinos, lo que hace aún más delicada la posición de los cristianos árabes" (32).

Los cristianos están entre las principales víctimas de la guerra en Iraq. "Aún hoy, la política mundial no los tiene suficientemente en cuenta" (33). "En el Líbano, los cristianos están divididos en el plano político y confesional". "En Egipto, el crecimiento del Islam político, por una parte, y la falta de compromiso, en parte forzoso, de los cristianos hacia la sociedad civil, hacen que su vida esté expuesta a serias dificultades”. “En otros países, el autoritarismo, es decir, la dictadura, empuja a la población, incluidos los cristianos, a soportar todo en silencio para salvar lo esencial. En Turquía, el concepto actual de laicidad planeta aún problemas a la plena libertad religiosa del país" (34).

Los cristianos son exhortados a no desentenderse de su compromiso en la sociedad a pesar de las tentaciones al desánimo (35). "En Oriente – se explica – libertad de religión quiere decir sólo libertad de culto", por tanto, no "libertad de conciencia, es decir, de la libertad de creer o no creer, de practicar una religión solos o en público sin ningún impedimento, y por tanto la libertad de cambiar de religión. En Oriente, la religión es, en general, una elección social e incluso nacional, no individual. Cambiar de religión se considera una traición hacia la sociedad, la cultura y la nación construida principalmente sobre una tradición religiosa" (37). Por esto "la conversión a la fe cristiana es vista como el fruto de un proselitismo interesado, no de una convicción religiosa auténtica. Para el musulmán, ésta está a menudo prohibida por las leyes del Estado".

Por otra parte, en lo que respecta a los cristianos, “en algunos casos, la conversión al Islam no sucede por convicción religiosa, sino por intereses personales … A veces esta puede producirse también bajo la presión del proselitismo musulmán". Algunas respuestas a los Lineamenta "afirman el firme rechazo del proselitismo cristiano, si bien señalando que éste es abiertamente practicado por algunas comunidades ‘evangélicas’. De hecho, la cuestión del anuncio necesita una reflexión más profunda" para llegar a afirmar “el derecho de toda persona y su completa libertad de conciencia" (38).

El extremismo islámico, al mismo tiempo, sigue creciendo en toda el área, constituyendo “una amenaza para todos, cristianos, judíos y musulmanes" (41-42). En este contexto de conflictividad, dificultades económicas y limitaciones políticas y religiosas, los cristianos siguen emigrando: “en el juego de las políticas internacionales – se subraya – se ignora a menudo la existencia de los cristianos, los cuales son las primeras víctimas; esta es una de las causas principales de la emigración (43-44). Se invita a las Iglesias en Occidente a sensibilizar a los gobiernos de sus países sobre esta situación (45). Por otra parte se advierte la creciente inmigración en Oriente Medio de trabajadores africanos y asiáticos, entre ellos muchos cristianos, “a menudo objeto de injusticias sociales ... explotación y abusos sexuales" (49). En este contexto los católicos están llamados a ser “cada vez más testigos auténticos de la Resurrección en la sociedad" (52).



 

El Segundo capítulo está dedicado a la comunión eclesial. El documento constata que los fieles de Oriente Medio "son conscientes del hecho que la comunión cristiana tiene como fundamento el modelo de la vida divina en el misterio de la Santísima Trinidad. Dios es amor (cf. 1 Jn 4, 8), y las relaciones entre las personas divinas son relaciones de amor". Así es necesario que, en el seno de cada Iglesia, cada miembro viva "la comunión misma de la Santísima Trinidad. La vida de la Iglesia y de las Iglesias de Oriente debe ser comunión de vida en el amor, sobre el modelo de la unión del Hijo con el Padre y el Espíritu. Cada uno es miembro del Cuerpo cuya cabeza es Cristo" (54). "Esta comunión en el seno de la Iglesia católica – leemos en el texto - se manifiesta mediante dos signos principales: el bautismo y la Eucaristía en la comunión con el Obispo de Roma, Sucesor de Pedro, corifeo de los apóstoles (hâmat ar-Rusul), ‘principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de fe y de comunión’" (55).

"Para promover la unidad en la diversidad, es necesario superar el confesionalismo en lo que puede tener de limitado o exagerado, animar el espíritu de cooperación entre las diversas comunidades, coordinar la actividad pastoral y estimular la emulación espiritual y no la rivalidad" (56). "La comunión entre los distintos miembros de una misma Iglesia o Patriarcado – se lee en el Instrumentum Laboris – sucede según el modelo de la comunión con la Iglesia universal y con el Sucesor de Pedro, el Obispo de Roma. A nivel de la Iglesia Patriarcal, la comunión se expresa mediante el sínodo que reúne a los obispos de toda una comunidad en torno al Patriarca, Padre y cabeza de su Iglesia. A nivel de la eparquía/diócesis, es en torno al obispo donde se da la comunión del clero, de los religiosos y de las religiosas, como también de los laicos" (57).

Los cristianos son invitados a sentirse "miembros de la Iglesia católica en Oriente Medio, y no solo miembros de una Iglesia particular". Los ministros de Cristo y los consagrados están llamados a “ser modelo y ejemplo para los demás … muchos fieles auguran, por su parte, una mayor sencillez de vida, un desapego real en relación con el dinero y las comodidades del mundo, una práctica edificante de la castidad y una pureza de costumbres transparente" (58). "El Sínodo debe animar a los fieles a asumir mayormente su papel de bautizados promoviendo iniciativas pastorales, especialmente en lo que respecta al compromiso social, en comunión con los pastores de la Iglesia" (60).



 

El Tercer capítulo afronta el tema del testimonio cristiano. Se reafirma ante todo “la importancia de la catequesis para conocer y transmitir la fe”, eliminando “el desapego a la verdad creída y a la vida vivida": se enumeran algunos métodos de catequesis (62-69). En lo que respecta a la liturgia el documento recoge el deseo de muchos por “un esfuerzo de renovación, que, aun permaneciendo firmemente arraigado en la tradición, tenga en cuenta la sensibilidad moderna y las necesidades espirituales y pastorales actuales". "El aspecto más relevante de la renovación litúrgico llevado a cabo hasta ahora, consiste en la traducción en lengua vernácula, principalmente en árabe, de los textos litúrgicos" (70-75).

Se reafirma la urgencia del ecumenismo, superando prejuicios y desconfianzas a través del diálogo y la colaboración: a propósito de esto "contribuirá, también, la celebración de los sacramentos de la confesión, de la Eucaristía, de la unción de los enfermos en una Iglesia distinta de la propia, en los casos previstos por los ordenamientos canónicos”. “Dos signos son de particular importancia: la unificación de las fiestas cristianas (Navidad y Pascua) y la gestión común de los lugares de Tierra Santa … en el amor y en el respeto mutuo". Se condena "decididamente el proselitismo que usa medios no conformes al Evangelio" (76-84).

Se pasa revista también a las relaciones con el judaísmo, que encuentran “en el Concilio Vaticano II un punto de referencia fundamental". El diálogo con los judíos se define “esencial, aunque no fácil”, resintiéndose por el conflicto palestino-israelí. La Iglesia augura que “ambos pueblos puedan vivir en paz en una patria que sea la suya, dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas". Se reafirma la firme condena del antisemitismo, subrayando que “las actuales actitudes negativas entre los pueblos árabe y judío parecen más bien de carácter político" y por tanto extraños a todo discurso eclesial.

Los cristianos son llamados a “llevar un espíritu de reconciliación basado en la justicia y la equidad por las dos partes. Por una parte, las Iglesias de Oriente Medio invitan a mantener la distinción entre la realidad religiosa y la política" (85-94). También las relaciones de la Iglesia católica con los musulmanes tienen fundamento en el Concilio Vaticano II. Se reafirman las palabras de Benedicto XVI: "El diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes no puede reducirse a una decisión temporal. Éste es de hecho una necesidad vital, de la que depende en gran parte nuestro futuro". Se muestra que “es importante por una parte tener diálogos bilaterales – con los judíos y con el islam – y después también un diálogo trilateral".

"Las relaciones entre cristianos y musulmanes son, más o menos frecuentemente, difíciles – se lee en el documento – sobre todo por el hecho de que los musulmanes no hacen distinción entre religión y política, lo que pone a los cristianos en la delicada situación de no ciudadanos, mientras que éstos son ciudadanos de estos países ya desde bien antes de la llegada del Islam. La clave del éxito de la coexistencia entre cristianos y musulmanes depende del reconocimiento de la libertad religiosa y de los derechos del hombre". "Los cristianos son llamados ... a no aislarse en guetos, en actitudes defensivas y de replegamiento sobre sí mismos típicos de las minorías. Muchos fieles insisten en el hecho de que cristianos y musulmanes están llamados a trabajar juntos para promover la justicia social, la paz y la libertad, y defender los derechos humanos y los valores de la vida y de la familia". Se sugiere "la revisión de los libros escolares y sobre todo de la enseñanza religiosa, y sobre todo de enseñanza religiosa, para que sean libres de todo prejuicio y estereotipo sobre el otro” y se invita al diálogo de la "verdad en la caridad" (95-99).

En la conflictiva situación de la región los cristianos son exhortados a promover "la pedagogía de la paz": se trata de una vía "realista, aunque corre el riesgo de ser rechazada por la mayoría; también tiene más posibilidades de ser acogida, dado que la violencia, tanto de los fuertes como de los débiles, ha llevado, en la región del Oriente Medio, únicamente a fracasos y a un bloqueo genera". Se trata de una situación “aprovechada por el terrorismo mundial más radical". La contribución de los cristianos, “que exige mucho valor, es indispensable" aunque “demasiado a menudo” los países de Oriente Medio “identifican Occidente con el Cristianismo" provocando gran daño a las Iglesias cristianas (100-102).

El documento analiza también el fuerte impacto de la modernidad que se presenta al musulmán creyente “con un rostro ateo e inmoral. Él la vive como una invasión cultural que le amenaza, turbando su sistema de valores". "La modernidad, por lo demás, es también lucha por la justicia y la igualdad, defensa de los derechos". Las escuelas católicas intentan "formar personas capaces de discernir lo positivo de lo negativo, para tomar solo lo mejor". Pero "la modernidad es también un riesgo para los cristianos": las sociedades de la región están también ellas amenazadas por la ausencia de Dios, por el ateísmo y por el materialismo, y más aún por el relativismo y el indiferentismo … Tales riesgos, a la par que el extremismo, pueden fácilmente destruir ... familias, sociedades e Iglesias (103-105). "Desde este punto de vista, musulmanes y cristianos deben recorrer un camino común".

Los cristianos, por su parte, deben ser conscientes de pertenecer a Oriente Medio y de ser en él "un componente esencial como ciudadanos": al contrario, "han sido los pioneros del renacimiento de la Nación árabe" y "su papel es reconocido en la sociedad" (106-108) aunque “con el crecimiento del integrismo islámico, aumentan un poco por todas partes los ataques contra los cristianos" (110). "El cristiano tiene una contribución especial que aportar en el ámbito de la justicia y de la paz”; tiene el deber de "denunciar con valor la violencia, venga ésta de donde venga, y sugerir una solución, que sólo puede pasar por el diálogo", la reconciliación y el perdón. Con todo los cristianos deben “exigir con medios pacíficos" que también sus derechos “sean reconocidos por las autoridades civiles" (111-114).

El documento afronta también el tema de la evangelización en una sociedad musulmana, que puede venir sólo a través del testimonio: pero “se pide que éste venga garantizado también por oportunas intervenciones extranjeras". En todo caso, la actividad caritativa de las comunidades católicas "hacia los más pobres y excluidos, sin discriminación, representa el modo más evidente de la difusión de la enseñanza cristiana". Estos servicios a menudo son asegurados sólo por las instituciones eclesiales (115-116).



 

En la Conclusión, el documento muestra "la preocupación por las dificultades del momento presente, pero, al mismo tiempo, la esperanza, fundada sobre la fe cristiana". "La historia – se lee – ha hecho que nos convirtiésemos en un pequeño rebaño. Pero nosotros, con nuestra conducta, podemos volver a ser una presencia que cuenta. Desde hace décadas, la falta de resolución del conflicto palestino-israelí, la falta de respeto del derecho internacional y de los derechos humanos, y el egoísmo de las grandes potencias han desestabilizado el equilibrio de la región e impuesto a las poblaciones una violencia que corre el riesgo de abocarlas a la desesperación. La consecuencia de todo esto es la emigración, especialmente de los cristianos.

Frente a este desafío y apoyado por la comunidad cristiana universal, el cristiano de Oriente Medio está llamado a aceptar su propia vocación, al servicio de la sociedad". La invitación a los creyentes es que “sean testigos, conscientes de que dar testimonio de la verdad puede llevar a ser perseguidos”. “A los cristianos del Oriente Medio – concluye el Instrumentum Laboris – se puede repetir aún hoy: ‘No temas, pequeño rebaño’ (Lc 12, 32), tienes una misión, de ti dependerá el crecimiento de tu país y la vitalidad de tu Iglesia, y esto sucederá sólo con la paz, la justicia y la igualdad de todos sus ciudadanos" (118-123).

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]

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Declaración de la Santa Sede sobre la revisión del Estatuto de Roma
Intervención de monseñor Alain Paul Lebeaupin en Kampala

KAMPALA, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la declaración del nuncio apostólico en Kenya, monseñor Alain Paul Lebeaupin, director de la delegación de la Santa Sede ante el debate general de la Conferencia para la Revisión del Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, celebrada en Kampala el pasado 1 de junio.

***

Señor Presidente,

Mi delegación querría unirse a los que agradecen al gobierno de Uganda por su hospitalidad y su disposición para acoger este importante encuentro para revisar el Estatuto de Roma.

Hace doce años, los delegados fueron a Roma a llevar a cabo el objetivo de crear una nueva estructura legal internacional que buscaba garantizar que violaciones masivas de los derechos humanos no fueran toleradas por la comunidad internacional durante más tiempo y que los responsables de la perpetuación de tales violaciones fueran considerados responsables de sus acciones.

Ahora, venimos a Kampala para medir la efectividad de esos esfuerzos y continuar mejorando los sistemas judiciales para garantizar que la verdadera justicia está disponible para todos en todos los rincones del planeta.

En el corazón de este ejercicio se encuentra la necesidad de entender plenamente lo que significa lo que llamamos “justicia”. Justicia es la virtud que reconoce la necesidad de las personas de dar lo debido a Dios y a los demás y pide que cada persona respete los derechos de los demás y establezca en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común1. Esta justicia no se basa meramente en determinaciones legales o instrumentos jurídicos, sino más bien en la ley moral que reconoce la inherente dignidad de la persona humana.

Esta justicia reconoce varias formas: la justicia conmutativa, que regula los intercambios entre personas y entre instituciones con estricta adherencia a sus derechos; la justicia distributiva, que determina lo que la comunidad debe a sus ciudadanos en proporción a sus necesidades y contribuciones; la justicia legal, que determina lo que un ciudadano debe a la comunidad, y la justicia social, que tiene en cuenta las preocupaciones sociales, políticas y económicas así como sus correspondientes dimensiones estructurales en la sociedad2. Reconociendo que el trabajo por la justicia requiere acciones en varias áreas, reconocemos que la justicia no puede limitarse a la esfera de la responsabilidad legal sino que también requiere que la sociedad trabaje de manera positiva para la creación de una sociedad más justa en todos los aspectos del orden social.

Cuando se traduce a sistemas legales penales y civiles nacionales e internacionales, esta justicia requiere que los organismos legales y jurídicos apliquen reglas e instituciones que busquen hacer realidad esos principios de una manera que respeten la verdad moral objetiva y coloquen a la persona humana en el centro de la toma de decisiones. En este sentido, el Estatuto de Roma realizó una importante contribución para el respeto de la persona humana reconociendo que los derechos humanos no están limitados por fronteras nacionales, posturas políticas, creencias religiosas o patrimonio cultural, sino que son inherentes a toda persona humana.

Señor Presidente,

La promesa del Estatuto de Roma reside en última instancia en su habilidad para refinar aún más el derecho de las naciones (ius gentium) en el que las normas reconocidas universalmente son superiores a las leyes de los Estados y que exige rendir cuentas ante toda la comunidad global. Sin embargo, para que esta promesa pueda traer frutos, los Estados deben continuar trabajando en la construcción de la confianza entre sí. Fallar en la construcción de esta confianza dará lugar en última instancia a la justicia selectiva o retribución. Para construir esta confianza, los Estados deben respetar la norma de que los acuerdos deben mantenerse (pacta sunt servanda), así como el incumplimiento de los compromisos conduce a una mayor desconfianza entre los Estados por la escalada de la culpa y la fricción, que en última instancia socava la paz global y la seguridad.

Además, el respeto al principio de subsidiariedad permite a los Estados y comunidades tomar medidas en la rendición de cuentas, y a las víctimas y comunidades afectadas, participar en el proceso judicial para enfrentar los daños causados por masivas violaciones de los derechos humanos, que fomenten la restauración y amplíen la paz a largo plazo. De esta manera, esta noción está dirigida bajo el concepto de complementariedad, que reconoce que los sistemas locales nacionales deben ser la principal fuente para tener individuos responsables. Al hacerlo así, reconocemos que la subsidiariedad ayuda a restaurar las comunidades locales pero también fomenta la confianza entre los Estados así como los gobiernos nacionales mantienen la responsabilidad de sostener la rendición de cuentas de los perpetradores.

Durante esta Conferencia de Revisión, los Estados Partes están trabajando para adoptar una enmienda que reconozca el Crimen de Agresión y delimite la jurisdicción del Tribunal sobre este tipo de crímenes. Este enmendado busca institucionalizar, en instrumentos jurídicos internacionales, un principio que rechace la guerra como un medio para resolver controversias y sustituir la ley de la fuerza por la fuerza de la ley. Aprendiendo de la mejor tradición de pueblos y naciones comprometidos en el debate pacífico y en la creación de acuerdos, esta enmienda construye sobre las trágicas lecciones aprendidas en todo el mundo de que recurrir a la fuerza, o incluso la amenaza de la fuerza, ha minado la seguridad global y personal de individuos y naciones. Con este fin, la Santa Sede ha sido desde hace mucho tiempo abogada contra las guerras de agresión y rechaza la lógica defectuosa de la violencia y la destrucción como factores de progreso o de avance político.

Al debatir esta enmienda es un imperativo que se realicen esfuerzos para equilibrar la prevención de guerras de agresión con los derechos de las naciones para legitimar su propia defensa. Este equilibrio sólo puede lograrse si el resultado de estos debates es una enmienda que verdaderamente refleje las preocupaciones y pensamientos de toda la comunidad internacional y promueva la búsqueda de la justicia en lugar de la retribución. Los esfuerzos para crear mecanismos de jurisdicción que estén regidos por el voto político de las mayorías reemplazarían la fuerza militar por la política y perjudicarían en última instancia la confianza entre naciones y minarían la paz a largo plazo y la viabilidad a largo plazo de organismos legales multilaterales. Por tanto, estos debates deben sopesar estas preocupaciones urgentes y garantizar que estos debates no están motivados por un deseo de buscar mayor influencia política o militar sino por un genuino deseo de promover una justicia que proteja los derechos humanos y fomente una mayor confianza entre las naciones.

Señor Presidente,

Así como los esfuerzos durante estos encuentros para adoptar y ultimar las enmiendas al Estatuto de Roma son importantes, igual de importante es la necesidad de hacer un balance del trabajo que se ha realizado desde la adopción del Estatuto de Roma, especialmente en la promoción de la paz y la justicia.

La Santa Sede ha declarado sistemáticamente que la paz no sólo es posible sino que la paz es un derecho que debe construirse sobre los pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad. La ley favorece la paz y, así, ambas están intrínsecamente unidas. De esta manera la paz y la justicia no están en contradicción entre sí, sino más bien la justicia es un cimiento para la paz y las leyes justas proporcionan medios para estimular una mayor justicia. En este contexto, la justicia no debe limitarse únicamente al ámbito de la “justicia legal” sino que debe también abordar la necesidad de una justicia conmutativa, distributiva y social.

Por su parte, la Santa Sede continúa pidiendo a todos los individuos de la sociedad que sean constructores de paz y trabajen por la justicia. Estos esfuerzos se centran en la verdad de que toda persona humana tiene una dignidad inherente y valiosa que debe ser respetada independientemente de las distinciones raciales, étnicas, religiosas, políticas o sociales. La Santa Sede considera que, a través de la enseñanza de la paz y la justicia, las instituciones educativas pueden desempeñar una importante función en el fomento de una situación social que ve nuestros vecinos no como forasteros de los que desconfiar y a los que injuriar, sino como hermanos y hermanas que respetar y amar.

Señor Presidente,

La Santa Sede da la bienvenida a esta conferencia y espera que en última instancia sirva para promocionar el respeto a la justicia internacional, proporcione un mayor reconocimiento de los derechos humanos y promueva una mayor confianza entre poblaciones y Estados.

Gracias, Señor Presidente.

- - - - - - -

1 Catecismo de la Iglesia Católica, 1807.

2 Ibid. 2411.

 



 

[Traducción del original inglés por Patricia Navas]

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Conclusiones del Congreso de Pastoral con personas sordas
 

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Por su interés ofrecemos a continuación las Conclusiones Ejecutivas adoptadas por el Congreso de Pastoral de la Salud “¡Effatá! La persona sorda, heraldo y testigo del anuncio del Evangelio”, que concluyó ayer en el Vaticano.



 

* * * * *

Consejo Pontificio

Para los Operadores Sanitarios

Congreso de Pastoral de la Salud “¡Effatá! La persona sorda,

heraldo y testigo del anuncio del Evangelio”

Ciudad del Vaticano, 4 - 6 junio 2010

 

CONCLUSIONES EJECUTIVAS

Al término de este Congreso de Pastoral, titulado “¡Effatá! La persona sorda, heraldo y testigo del anuncio evangélico” y organizado por el Consejo Pontificio para los Operadores Sanitarios, ha llegado a definir los instrumentos para la realización de algunas prioridades en el ámbito de la integración de los no oyentes en la vida eclesial y más en general en la sociedad. En esta segunda etapa del compromiso del Dicasterio en favor de los afectados por sordera, se han acogido y ha comenzado la realización de las recomendaciones surgidas al término de la Conferencia Internacional “¡Effatá! La persona sorda en la vida de la Iglesia”, celebrada el pasado noviembre siempre en el Vaticano. Este resultado se ha conseguido gracias a la participación activa o a la adhesión de exponentes del mismo Consejo Pontificio y de otras oficinas vaticanas, de la Conferencia Episcopal Italiana y de las diócesis de Roma, Bari, Brescia, Foggia, Chieti, Crotone, Padua, Patti, Vicenza, Bolonia, Palermo, Sulmona, Aquila, Imperia, Agrigento, Teramo, Asís, Florencia, Foligno, Frosinone, Salerno, Milán, Trani, Módena, Tursi-Lagonegro, Venecia, Messina, Perusa, Terni, Rímini, y Pordenone. A ellos se han sumado el personal religioso, los especialistas y los voluntarios. Una gran aportación ha sido también proporcionada por los representantes de la Iglesia estadounidense, española, irlandesa y alemana, venidos a propósito a Roma para el Congreso.

Estas son en síntesis las prioridades y los instrumentos delineados en estos tres días de trabajo:

1. Ofrecer a las Iglesias locales y particulares los instrumentos para comenzar a trabajar “por y con” las personas sordas, a partir tanto de elementos específicos para la programación pastoral como por subsidios multimedia. Entre estos los DVD visuales, que contengan la traducción en la lengua de los signos, que se emplearán como auxilio al camino de formación y a la participación en la vida de la comunidad eclesial.

2. Cuidar y difundir con particular empeño la “formación de los formadores”, en primero lugar de los futuros presbíteros, del personal religioso y de todos los agentes de pastoral.

3. Como ha surgido en este congreso, se considera de fundamental importancia que, por ejemplo en los seminarios, sea posible acercarse a la realidad de los no oyentes aprendiendo: las bases de la lengua de los signos, su vivencia histórica y personal, es decir, las dificultades que encuentran en la sociedad y en la escuela, así como en la Iglesia. Un esquema de formación así, con las debidas adaptaciones, podrá ser usado en todas las latitudes.

4. Convertir en permanente, ante el Consejo Pontificio para los Operadores Sanitarios, el Grupo de Estudio anunciado durante la Conferencia Internacional. Este organismo permitirá las necesarias cualidades e uniformidades del trabajo llevado a cabo en este ámbito.

5. Crear un espacio Internet de referencia, útil para la difusión de las iniciativas, así como a la comunicación y al intercambio entre quienes trabajan en la Pastoral de las personas sordas.

6. Promover la institución de una certificación Ad hoc para quien traduce en la lengua de signos en el ámbito eclesial. Se considera de hecho fundamental que se efectúe una distinción entre el “traductor” y el “facilitador”. Este último deberá tener las competencias religiosas suficientes para permitirle hacer seguir correctamente, por ejemplo en el transcurso de una liturgia eucarística, el proceder de la función religiosa.

Todos los participantes en el Congreso, finalmente, se han comprometido y se comprometen para que dichas conclusiones operativas sean pronto concretadas, en respuesta a cuanto se ha solicitado por mérito de Su Santidad el Papa Benedicto XVI y recordado durante la apertura de los trabajos de este Congreso por el presidente del Dicasterio, arzobispo Zygmunt Zimowski.

Ciudad del Vaticano, 6 de junio de 2010



 

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Consejo Pontificio para la Pastoral de Operadores Sanitarios]



 

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¡Gran celebración en Querétaro, México.
La ciudad de Querétaro en México, se vestirá de fiesta la semana del 12 al 18 de julio.
El día 12 de julio dará inicio el XXXIII Retiro Nacional de Sacerdotes, con la participación del Cardenal Oscar Rodríguez Madariaga.
La celebración Eucarística del 16 de julio, para finalizar el Retiro Sacerdotal, será también el inicio del festejo del XXV Jubileo del Encuentro Nacional de Jóvenes en el Espíritu Santo, donde se espera la participación de 20,000 jóvenes.
¡Sacerdote!¡Joven! No puedes faltar a esta fiesta en el Señor.
Para mayor información ingrese a la página http://www.renovacion.com.mx

http://www.renovacion.com.mx/index_archivos/Page2289.htm

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