7.06.10

Ya lo dijo Chesterton

A las 12:15 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe
 

No hay mejor que acudir a los clásicos católicos para reconocerse o, mejor dicho, para reconocer lo que otros hacen y dicen.

Como el personaje de hoy ya lo he traído en otras ocasiones a InfoCatólica ni siquiera voy a escribir su nombre porque, en realidad, tampoco hace falta.

Se le atribuye a G.K. Chesterton, escritor inglés convertido al catolicismo, entre otras frases reales e ingeniosas una que dice que “cuando alguien deja de creer en Dios, cree en otra cualquier cosa”.

Sin embargo, al parecer, el autor inglés nunca dijo eso sino que, como dice Dale Ahlquist, presidente de la American Chesterton Society lo que dijo fue algo que tampoco es poco importante: “El primer efecto de no creer en Dios es perder el sentido común”.

Lo aquí referido hoy viene a ser expresión de un proceder que pretende además de ridiculizar la fe que tenemos millones de personas en todo el mundo sentar la premisa de que la religión, aquí la católica, es cosa de disminuidos psíquicos, de personas desinformadas y, siempre, de seres humanos a los que no se les puede tener en cuenta.

Eso no es tener sentido común y, de paso, creer en cualquier cosa.

Por ejemplo, cuando alguien sostiene que las religiones fomentan un “síndrome narcótico” no lo hace con una intención sana sino con la malhadada idea de sembrar la especie según la cual creer es propio de persona de mente alienada entregadas a una droga religiosa que es exactamente igual que decir que la religión es “el opio del pueblo” que es una frase del personaje, seguramente, más perjudicial de la historia humana de nombre Karl y apellido Marx.

En esto tampoco ha sido muy original quien así ha juntado las letras.

Eso no es tener sentido común y, de paso, creer en cualquier cosa.

Cuando, además, se sostiene la “falsedad de las religiones” sin más prueba que el analfabetismo religioso de quien esto dice y se plantea que, a lo mejor, las religiones tienen gran “capacidad para imponerse por la fuerza” se está sembrando la podrida semilla según la cual no existe legitimidad por parte de las mismas para transmitir su mensaje sino, en todo caso, con unos medios distintos a los simples de llamar al corazón de las personas que dicen creer.

Eso no es tener sentido común y, de paso, creer en cualquier cosa.

No sé, por otra parte, cómo es posible, a la altura de la evolución teológica y humana en la que estamos poder sostener que “la virtud es creer, o sea, la sinrazón” cuando resulta de lo contrario la verdad de las cosas que no es sino saber que la razón apuntala la fe con la demostración de la misma en la vida humana y en la existencia de la creación de Dios.

Eso es, sin duda alguna, no tener sentido común y, de paso, creer en cualquier otra cosa.

Ahora bien, cuando se demuestra a la perfección que el grado de obcecación es grande es cuando se es capaz de sostener, tras siglos y siglos de demostración de lo contrario, que el hijo de Dios no es “más que una leyenda”.

Eso quiere decir que Jesucristo, de quien hay testimonios por escrito con mucha validez, por constatables y reales, que, por ejemplo, las obras de Aristóteles o de Platón y de cuya autoría nadie duda, es algo inventado por alguien con la malsana intención de dominar al mundo.

Esto es, sin duda alguna, no tener sentido común.

Y, por cierto, no se rinde honores a un trozo de pan ácimo embutido en un relicario” sino a la representación del al mismo cuerpo de Cristo.

Y es que parece mentira que haya que alfabetizar a personal tan espabilao, ¿Verdad, Gilbert?

Eleuterio Fernández Guzmán