Khalil Carlos Jaar ha logrado la convivencia fraterna de jóvenes árabes e israelíes

El Papa elogia el proyecto de paz del Padre Carlos

"Hace varios años fui secuestrado en Bagdad, me tuvieron preso cuatro días"

Redacción, 09 de junio de 2010 a las 18:29


 

Tan alegre estaba el Papa Benedicto XVI con la convivencia fraterna entre jóvenes árabes e israelíes que felicitó al impulsor de este proyecto durante tres ocasiones en el encuentro que sostuvieron en febrero pasado en el Vaticano. Este hecho, de por sí extraordinario por reunir a adolescentes de dos pueblos que libran una guerra permanente en Oriente Medio, lo es aún más porque el protagonista principal de ese plan de reconciliación es el sacerdote sampedrano Khalil Carlos Jaar.

El religioso, nacido el 10 de marzo de 1953, vino recientemente al país a disfrutar 10 días de vacaciones junto a su familia; sin embargo, se puso a disposición del obispo Ángel Garachana y ofició misas en varias parroquias de la ciudad.

Antes de regresar a Asia compartió sus vivencias en la región más polarizada del mundo y habló de sus proyectos, dos de los cuales consisten en alimentar y asistir a 1,500 niños con su programa "Mensajeros de la Paz" y atender a 1,600 familias iraquíes que están refugiadas en Jordania. Lo entrevista el diario La Prensa de Honduras.

¿En qué se basa su proyecto de unir a árabes e israelíes?

He sido párroco de las ciudades de Aqaba, Jordania, y Elat, Israel, que son fronterizas. Desde que llegué me propuse emprender un proyecto de reconciliación, cuyos protagonistas iban a ser los jóvenes. Al inicio nadie estaba de acuerdo, ni de un lado ni del otro, existía miedo y me decían que era peligroso; pero no me di por vencido y desde el año 2000 vengo logrando que dos veces al mes los jóvenes de ambas ciudades se reúnan durante un día para que compartan, charlen, se vean como hermanos y que el odio que les han inculcado los mayores desaparezca.

¿Y qué pasó?

Bueno, los muchachos se han integrado bien, interactúan, incluso formé un equipo de fútbol mixto de categoría sub-14 que cada año se traslada a Genova, Italia, a disputar la Copa de la Amistad.

¿Le gusta el fútbol?

No, pero el deporte es otra vía para alcanzar la paz. Todos hemos salido ganando, el programa ha sido un éxito total hasta el punto de que cuando están juntos ya no es posible saber quién es jordano y quién es israelí.

¿Cree que árabes e israelíes logren la paz algún día?

Sí, ¿por qué no? Los niños nacen con buen corazón, pero los adultos se los enferman; entonces, lo que hay que hacer es educarlos, hacerles ver que son hermanos e invitarlos al diálogo permanente para que acaben con sus diferencias.

¿Qué dicen las autoridades de su proyecto?

La ministra de Educación de Jordania ha dicho que el ejemplo que da el padre Carlos es único, que yo he logrado lo que no han podido durante años ni diplomáticos, ni gobernantes ni militares.

En Honduras en estos momentos hay mucha polarización. ¿Qué sabe sobre esto?

Estoy al tanto de todo desde que empezó la crisis. Amo mucho a mi país, lo que puedo aconsejar es que ambos bandos se acepten y que charlen para lograr un entendimiento.

¿Le sorprende esta división en el pueblo hondureño?

No, para nada, es normal que las familias tengan diferencias, en toda relación hay subidas y bajadas., no debemos asustarnos por eso. Lo que no es normal es que se produzcan enfrentamientos. Yo estoy rezando mucho para que ambas partes se sienten a dialogar, para que exista el respeto mutuo.

Algún consejo en especial

Sí, que no dejen que gente de otro país intervenga, éste es un problema entre hondureños y debe ser resuelto por hondureños.

Usted vive en la región más violenta del mundo. ¿Ha temido por su vida?

Sí, no lo puedo negar. Hace varios años fui secuestrado en Bagdad. Iba a traer a unos niños para que les brindaran un tratamiento médico en España cuando fui apresado por un comando armado. Me tuvieron cautivo cuatro días. Mi apoyo era la oración; cuando constataron que no tenía nexos armados ni políticos con nadie me liberaron en un mercado. La otra vez que mi vida estuvo en peligro me salvó la irresponsabilidad de mi chófer.

¿Cómo así?

En agosto de 2003 estaba yo en Bagdad y tenía una reunión con Sergio Vieira de Mello, representante del secretario de la ONU en Irak. La cita era a las cuatro de la tarde, así que con el chófer que me asignaron pacté que pasara a recogerme a las tres por el hotel.
Yo bajé al lobby a la hora indicada, pero el conductor llegó por mí hasta las 4.10. Estaba muy molesto con él. Cuando nos acercábamos a la sede de la ONU nos encontramos con patrullas policiales, ambulancias y las calles adyascentes al edificio estaban cerradas, mientras se levantaba una gran columna de humo.

Había explotado un cochebomba en la sede de la ONU que mató a Vieira y 22 personas más. Sólo llegué a darle la absolución in extremis a Sergio. Cuando íbamos de regreso al hotel él chófer me dijo: ‘Padre, si soy puntual a estas horas usted ya estaría muerto'.

¿Conoce al cardenal Óscar Rodríguez?

Claro, coincidí con él en Roma, tiene mucho carisma, es muy querido en el Vaticano, yo oré mucho para que fuera escogido como papa.

¿Cuál ha sido su papa favorito?

Juan Pablo Segundo, él irradiaba amor, fue muy especial, aún lo sigo recordando.

¿Qué lo orilló a ser cura?

Lo sentí en mi corazón, mi familia reaccionó sorprendida cuando les dije que quería ser sacerdote, mis hermanos estaban extrañados. Mi madre me dio su respaldo en forma inmediata.

¿En qué año fue ordenado?

En 1976 en Jerusalem. He sido párroco en Jordania e Israel.

¿Qué estudió?

Tengo un máster en Filosofía y un doctorado en Historia.

¿Cuántos idiomas habla?

Siete: inglés, francés, italiano, español, árabe, griego y hebrero.

¿Qué hace en su tiempo libre?

Además de leer la Biblia, medito y escucho música clásica.

¿A su juicio cuál es el mayor peligro de la humanidad?

El fanatismo. Surge por ignorancia, por falta de educación y la ausencia de Dios en el corazón. No puede ser que la gente se mate sólo porque no respeta la manera de pensar y actuar de su prójimo.

¿Qué hay que hacer para que el mundo viva en paz?

Hay que acercarse a El Señor. Sin Él no se puede hacer nada, este mundo es propiedad de Dios.

¿Qué otro proyecto social maneja?

Brindo asistencia a 1,600 familias iraquíes refugiadas. Les proporcionamos víveres y vestimenta. También formo parte de Mensajeros de la Paz una ong que se encarga de atender médicamente en Madrid a niños víctimas de la guerra en Oriente Medio y a otros de América Latina.

¿Qué futuro le ve a Honduras?

Promisorio. ¿Después de una crisis que es lo que viene? La paz, la tranquilidad, así que debemos tener fe y dialogar. Ya verán que después de este conflicto el país saldrá fortalecido.