Joven misionera madrileña a su regreso de Etiopía: "He traído a los pobres en mi corazón"

 

01:00 (08-09-2010)

El pasado sábado, 4 de septiembre, regresaba de Etiopía el grupo de 22 jóvenes que vivió allí, durante tres semanas, una experiencia con las Misioneras de la Caridad, propuesta por el delegado de Misiones de Madrid, José María Calderón.


La Gaceta de la Iglesia / Ecclesia. 8 de septiembre. El grupo se subdividió en otros tres más pequeños enviados a trabajar con las misioneras en las casas que tienen en Alamata, Jima y Kebre Mengist, localidades distantes entre sí a cientos de kilómetros, mucho más largos si se tienen en cuenta las condiciones de las carreteras en el país. Por tanto, los jóvenes no volvieron a verse hasta el final, cuando coincidieron en Adís Abeba para regresar a Madrid.

Pese a las diferencias de lugar y a los distintos trabajos realizados con los pobres, la mayoría de los jóvenes coincidía en agradecer esta oportunidad de poder vivir unos días "entre los más pobres entre los pobres", según el deseo de Madre Teresa. Todos pudieron comprobar la dedicación de las Misioneras de la Caridad a "sus pobres" y la fuerza que sacan diariamente de la oración para realizar este trabajo.

Una de las jóvenes que ha participado en esta experiencia misionera confiesa que al llegar a la casa de las misioneras en Adís no comprendió las palabras del delegado de Misiones: "Esto es un trocito de cielo". Impactada todavía por la pobreza, la enfermedad y la miseria, no había podido calar el significado de esa expresión. Sin embargo, después de tres semanas entre los pobres, confiesa que aquello era en verdad un trozo del cielo, porque allí estaban los pobres de las Bienaventuranzas, los pobres que -asegura- ha traído para siempre en el corazón.