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Servicio diario - 8 de septiembre de 2010

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Santa Sede

La Iglesia necesita hoy mujeres santas, asegura Benedicto XVI

El Papa insta a desarrollar la validez universal de los derechos humanos

La Santa Sede contra la quema del Corán: “grave ultraje”

Mozart enseña una “consoladora” relación con la muerte, explica el Papa

El Papa en Gran Bretaña

Ilusión y agradecimiento del Papa ante su visita al Reino Unido

Mundo

Capítulo general de los oblatos de María Inmaculada sobre la conversión

Perú: Encuentro Internacional por la Verdad y la Vida

Iglesia en Colombia: El Gobierno descuida a las víctimas del conflicto

Audiencia del miércoles

Benedicto XVI: santa Hildegarda de Bingen, teóloga y artista

Documentación

Mensaje vídeo de Benedicto XVI a Gran Bretaña ante su inminente visita

Benedicto XVI en el LX aniversario de la Convención Europea sobre Derechos

Discurso de Benedicto XVI sobre el Réquiem de Mozart


Santa Sede


La Iglesia necesita hoy mujeres santas, asegura Benedicto XVI
Y teólogas, subraya, al recordar la figura de santa Hildegarda de Bingen
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI constató este miércoles que la Iglesia necesita en estos momentos mujeres santas, así como la contribución de teólogas, al recordar la figura de santa Hildegarda de Bingen, mística, teóloga, y música alemana de la Edad Media.

Continuando en la audiencia general por segunda semana consecutiva con el recuerdo de esa mujer excepcional, que se convirtió en consejera espiritual de los grandes de su época y de comunidades religiosas (Cf. ZENIT, 1 de septiembre de 2010), el pontífice alentó a las teólogas a ofrecer a la Iglesia la contribución propia de su sensibilidad.

"Invoquemos siempre al Espíritu Santo para que suscite en la Iglesia mujeres santas y valientes, como santa Hildegarda de Bingen, que apreciando los dones recibidos de Dios, aporten su preciosa y peculiar contribución para el crecimiento espiritual de nuestras comunidades y de la Iglesia en nuestro tiempo", deseó el pontífice en el encuentro con los peregrinos.

Al dirigirse a los miles de peregrinos congregados en el Aula Pablo VI, en el segundo episodio de una nueva serie de catequesis que ofrecerá sobre grandes mujeres de la historia de la Iglesia, el Santo Padre hizo un repaso de las visiones místicas de esa abadesa y escritora, fallecida en 1179.

"Con los rasgos característicos de la sensibilidad femenina, Hildegarda, en la parte central de su obra, desarrolla el tema del matrimonio místico entre Dios y la humanidad realizado en la Encarnación. En el árbol de la Cruz se realizan las bodas del Hijo de Dios con la Iglesia, su esposa, llena de gracias y que ha recibido la gracia de ser capaz de dar a Dios nuevos hijos, en el amor del Espíritu Santo", evocó.

"Vemos ya cómo también la teología puede recibir una contribución peculiar de las mujeres, porque son capaces de hablar de Dios y de los misterios de la fe con su inteligencia y sensibilidad propias", aseguró el Papa teólogo.

Y añadió: "Aliento por este motivo a todas aquellas que desempeñan este servicio a realizarlo con profundo espíritu eclesial, alimentando la propia reflexión con la oración y teniendo en cuenta la gran riqueza, aún en parte inexplorada, de la tradición mística medieval, sobre todo la representada por modelos luminosos, como Hildegarda de Bingen".

Por último, el Papa recordó la labor de Hildegarda ante la corriente herética de los cátaros, su nombre quería decir "puros", que "propugnaban una reforma radical de la Iglesia, sobre todo para combatir los abusos del clero".

"Ella les reprendió con fuerza por querer subvertir la naturaleza misma de la Iglesia, recordándoles que una verdadera renovación de la comunidad eclesial no se consigue tanto con el cambio de las estructuras, como con un sincero espíritu de penitencia y un camino de conversión. Este es un mensaje que nunca debemos olvidar", remachó.

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El Papa insta a desarrollar la validez universal de los derechos humanos
Al recibir a los miembros de la Mesa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI destacó la necesidad de desarrollar la validez universal de los derechos humanos, así como su inviolabilidad, inalienabilidad e indivisibilidad, en el actual contexto en que diferentes poblaciones y culturas se unen.

Lo hizo al recibir a los miembros de la Mesa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa este miércoles tras la Audiencia General, en la salita del Aula Pablo VI del Vaticano.

El Papa reiteró que el relativismo en el ámbito de los valores, los derechos y los deberes, conlleva riesgos.

"Si éstos carecieran de un fundamento objetivo racional, común a todos los pueblos, y se basaran exclusivamente en culturas particulares, decisiones legislativas o sentencias judiciales, ¿cómo podrían ofrecer una base sólida y duradera para instituciones supranacionales como el Consejo de Europa, y para vuestra propia tarea en esta prestigiosa institución?", preguntó.

Y añadió: " ¿Cómo podría llevarse a cabo un diálogo fructífero entre culturas sin valores comunes, derechos y principios estables, universales, entendidos de la misma manera por todos los Estados Miembros del Consejo de Europa?"

Benedicto XVI destacó como "algo accesible al razonamiento humano" el hecho de que "esos valores, derechos y deberes tienen su origen en la dignidad natural de toda persona".

También señaló que "la fe cristiana no impide, sino que favorece, esta búsqueda y es una invitación a buscar una base sobrenatural para esa dignidad".

"Estoy convencido de que esos principios, mantenidos fielmente, sobre todo cuando se trata de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, del matrimonio -basado en la entrega mutua exclusiva e indisoluble entre un hombre y una  mujer- y la libertad de religión y educación, son condiciones necesarias si queremos responder adecuadamente a los decisivos y urgentes desafíos que la historia os presenta a cada uno de vosotros", afirmó.

Al principio de su discurso, Benedicto XVI expresó a los miembros de la Mesa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa su alegría por recibirles en el sexagésimo aniversario de la Convención Europea de Derechos Humanos.

Esta Convención compromete a los Estados Miembros del Consejo de Europa a promocionar y defender la dignidad inviolable de la persona humana.

También expresó su alegría por la voluntad de esta oficina europea de "llegar a todos los que sufren" y les animó "a cumplir vuestra delicada e importante misión con moderación, prudencia y valentía al servicio del bien común de Europa".

La Mesa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa está compuesta por un presidente y veinte vice-presidentes, presidentes de grupos políticos o sus sustitutos y presidentes de comisiones.

Tiene diversas funciones, entre ellas preparar el orden del día de la Asamblea y negociar con otros organismos internacionales.

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La Santa Sede contra la quema del Corán: “grave ultraje”
Comunicado del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha acogido con "profunda preocupación" la propuesta de una comunidad evangélica de los Estados Unidos de un "Día de Quema del Corán", con motivo del 11 de septiembre, aniversario de los trágicos atentados terroristas que en el año 2001 provocaron numerosas víctimas inocentes e inocentes daños materiales.

Un comunicado difundido por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso afirma que "esos lamentables actos de violencia no se pueden remediar oponiendo un gesto de grave ultraje al libro considerado como sagrado por una comunidad religiosa".

"Cada religión, con los respectivos libros sagrados, lugares de culto y símbolos tiene derecho al respeto y a la protección: se trata del respeto debido a la dignidad de las personas que adhieren a ella y de sus decisiones libres en materia religiosa", indica el dicastero vaticano presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran.

"La necesaria reflexión que todos deben hacer en recuerdo del 11 de septiembre --sigue diciendo el comunicado del Consejo Pontificio-- renueva, ante todo, nuestros sentimientos de profunda solidaridad con todos los que fueron golpeados por los horrendos ataques terroristas. A estos sentimientos se une nuestra oración por ellos y por los seres queridos de aquellos que perdieron la vida".

"Todos los responsables religiosos y todos los creyentes están llamados también a renovar la firme condena de toda forma de violencia, en particular la realizada en nombre de la religión", recuerda, como han hecho numeroso obispos católicos de los diferentes continentes.

Juan Pablo II, recuerda el comunicado, afirmó en 1999, en Pakistán que "el recurso a la violencia en nombre de una creencia religiosa es una perversión de las enseñanzas mismas de las mayores religiones", mientras que Benedicto XVI ha declarado que "la intolerancia y la violencia no pueden justificarse nunca como respuestas a las ofensas, pues no son compatibles con los sagrados principios de la religión".

 

Por su parte, representantes de varias religiones en los Estados Unidos, entre quienes se encuentra el arzobispo emérito de Washington, el cardenal Theodore McCarrick, han condenado duramente en una declaración común la propuesta del "Día de Quema del Corán", lanzada por la comunidad evangélica de Florida, denunciando con fuerza lo que han definido como "frenesí anti-musulmán".

"Estos no son los verdaderos Estados Unidos --ha dicho el cardenal McCarrick--, nunca lo ha sido y nunca deberá serlo. Lo que decimos en este documentos es que para nosotros los auténticos Estados Unidos son un lugar donde las religiones son respetadas".

 

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Mozart enseña una “consoladora” relación con la muerte, explica el Papa
En un concierto en el que se interpretó el Réquiem
CASTEL GANDOLFO, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Wolfgang Amadeus Mozart enseña con su obra musical que la muerte es "como una 'llave' para atravesar la puerta hacia la felicidad", explicó Benedicto XVI este martes por la tarde al participar en un concierto en el que se interpretó el Réquiem del "sumo músico" de Salzburgo.

El pontífice, confesando que desde su infancia su vida ha estado ligada de manera particular a la música de Mozart, explicó cómo para el compositor la muerte no es algo que provoca miedo, sino más bien una certeza "consoladora".

El Papa tomó la palabra al final del concierto en el que la Orquesta de Padua y del Véneto y el coro "Academia de la voz" de Turín interpretaron la Misa de Réquiem en re menor K 626, en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, como homenaje al pontífice de la Academia Pontificia de las Ciencias.

Hablando del compositor austriaco, confesó que "cada vez que escucho su música no puedo dejar de volver con la memoria a mi iglesia parroquial, donde cuando era un muchacho, en los días de fiesta, resonaba una de sus 'misas': en el corazón sentía que me alcanzaba un rayo de la belleza del Cielo , y esta sensación sigo experimentándola también hoy cada vez, escuchando esta gran meditación, dramática y serena, sobre la muerte".

"En Mozart, todo está en perfecta armonía, cada nota, cada frase musical; es así y no podría ser de otra manera; incluso los opuestos quedan reconciliados es la mozart'sche Heiterkeit, la 'serenidad mozartiana' todo lo envuelve, en cada momento".

"Es un don de la Gracia de Dios --añadió el Papa--, pero es también el fruto de la fe viva de Mozart que, especialmente en la música sacra, logra reflejar la respuesta luminosa del Amor divino, que da esperanza, incluso cuando la vida humana es lacerada por el sufrimiento y la muerte".

El Papa citó la última carta que escribió Mozart a su padre, Leopold, fechada el 4 de abril de 1787, en la que escribía "...¡desde hace algún año he alcanzado tanta familiaridad con esta amiga sincera y sumamente querida del hombre, [la muerte], que su imagen ya no sólo no tiene nada de aterrador, sino que me parece incluso muy tranquilizante y consoladora! Y doy gracias a mi Dios por haberme concedido la suerte de tener la oportunidad de reconocer en ella la clave de nuestra felicidad".

"No me acuesto nunca sin pensar que al día siguiente quizá ya no estaré --añadía el gran músico--. Y sin embargo nadie que me conozca podrá decir que en compañía yo sea triste o de mal humor. Y por esta suerte doy las gracias cada día a mi Creador y lo deseo de todo corazón a cada uno de mis semejantes".

En este escrito el Papa percibe "una fe profunda y sencilla, que aparece también en la gran oración del Réquiem, y nos lleva, al mismo tiempo, a amar intensamente las vicisitudes de la vida terrena como dones de Dios y a elevarnos por encima de ellas, contemplando serenamente la muerte como una 'llave' para atravesar la puerta hacia la felicidad".

Por eso, concluyó, "el Réquiem de Mozart es una elevada expresión de fe, que reconoce el carácter trágico de la existencia humana y que no oculta sus aspectos dramáticos, y por este motivo es una expresión de fe propiamente cristiana, consciente de que toda la vida del hombre está iluminada por el amor de Dios".



 

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El Papa en Gran Bretaña


Ilusión y agradecimiento del Papa ante su visita al Reino Unido
Los refleja en un mensaje leído durante la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI mostró hoy su agradecimiento a todas las personas que han colaborado de alguna manera en su visita apostólica al Reino Unido, así como su ilusión ante ese viaje y sus eventos y encuentros. 

Tras su saludo en inglés a los congregados en el Aula Pablo VI para la Audiencia General, el Papa leyó un mensaje con motivo de la visita al país, que tendrá lugar del 16 al 19 de septiembre con el tema El corazón habla al corazón.

"Estoy muy ilusionado con mi visita al Reino Unido dentro de una semana y envío saludos cordiales a todo el pueblo de Gran Bretaña", afirmó.

Y continuó: "Soy consciente de que una gran cantidad de trabajo ha ido a los preparativos de la visita, no sólo por parte de la comunidad católica sino también por el Gobierno, las autoridades locales de Escocia, Londres y Birmingham, los medios de comunicación y los servicios de seguridad".

El Pontífice expresó "lo mucho que aprecio los esfuerzos que se han hecho para garantizar que los diversos eventos previstos sean verdaderamente celebraciones gozosas".

"Sobre todo agradezco a las innumerables personas que han estado rezando por el éxito de la visita y por un gran derramamiento de la gracia de Dios sobre la Iglesia y las personas de vuestra nación", aseguró.

También destacó la "especial alegría" que le supondrá beatificar al venerable John Henry Newman en Birmingham el domingo 19 de septiembre.

"Este verdaderamente gran hombre inglés vivió una vida sacerdotal ejemplar y a través de sus extensos escritos realizó una contribución perdurable a la Iglesia y a la sociedad, tanto en su tierra natal como en muchas otras partes del mundo", explicó.

Y añadió que espera y reza para "que cada vez más personas se beneficien de su suave sabiduría y sean inspiradas por su ejemplo de integridad y santidad de vida".

Por otra parte, subrayó su anhelo de encontrarse con los representantes de las distintas tradiciones religiosas y culturales que conforman la población británica, así como con líderes civiles y políticos.

"Estoy muy agradecido a Su Majestad la Reina y a Su Gracia el Arzobispo de Canterbury por recibirme, y estoy deseando encontrarme con ellos", dijo.

Finalmente lamentó que "hay muchos lugares y personas que no tendré la oportunidad de visitar" y concluyó: "Quiero que sepáis que todos vosotros sois recordados en mis oraciones. ¡Dios bendiga al pueblo del Reino Unido!".



 

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Mundo


Capítulo general de los oblatos de María Inmaculada sobre la conversión
Elegirá a un nuevo superior general

ROMA, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Del 8 de septiembre al 8 de octubre se está celebrando en Roma el capítulo general de los misioneros oblatos de María Inmaculada sobre el tema de la conversión.

La asamblea reúne a 89 religiosos de todo el mundo para vivir lo que sus Constituciones y Reglas llaman: "un tiempo privilegiado de reflexión y conversión comunitarias. Juntos, y unidos a la Iglesia, discernimos la voluntad de Dios en las necesidades urgentes de nuestro tiempo y le damos gracias por la obra de salvación que lleva a cabo por medio de nosotros".

Al terminar sus doce años de servicio como superior general, el padre Wilhelm Steckling, undécimo sucesor de san Eugenio de Mazenod, en su informe al Capítulo general, ha recordado a toda la Congregación la centralidad de este importante momento en la historia de la Familia oblata.

"El tema de nuestro Capítulo es, sorprendentemente, no la misión, sino la conversión", asegura. El capítulo, como han acordado los religiosos tiene este objetivo: "Centrados en la persona de Jesucristo, la fuente de nuestra misión, nos comprometemos a una conversión profunda y comunitaria".

El proceso de preparación del capítulo ha estado guiado por el lema: "Conversión: un nuevo corazón - un nuevo espíritu - una nueva misión¡". 

Las Constituciones y Reglas prevén que "el Capítulo general es la Autoridad Suprema en la Congregación... Elige al Superior general y al consejo, formula la perspectiva misionera y determina la orientación general de la Congregación y toma las decisiones necesarias. Si es preciso, revisa las Reglas o propone a la Santa Sede modificaciones en las Constituciones". 

 

Los misioneros oblatos fueron fundados en 1816 por san Eugenio en Aix de Provenza (Francia). Hoy son más de 4.400, que desempeñan su servicio en 70 países (más de 700 en África, 1.450 en Europa, 630 en Asia, 360 en América latina, 750 en Canadá, 480 en Estados Unidos).


Más información en www.omiworld.org.


 

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Perú: Encuentro Internacional por la Verdad y la Vida
Organizado por el Centro de Promoción Familiar y Human Life International
LIMA, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- El Centro de Promoción Familiar y Regulación Natural de la Fertilidad (CEPROFARENA) y Human Life International organizan el Encuentro Internacional por la Verdad y la Vida, que se llevará a cabo en Lima, Perú, del 22 al 26 de septiembre.

En la organización participa también REDESSVIDA (Red Latinoamericana de Sacerdotes y Seminaristas por la Vida).

Auspician el encuentro el Arzobispado de Lima, la Universidad Católica Sedes Sapientiae, el Consorcio de Centros Educativos Católicos y la Coordinadora Nacional Unidos por la Vida y la Familia.

El objetivo del evento, que tendrá lugar en el Colegio de Jesús, en Pueblo Libre, es la difusión de temas de actualidad como la dignidad de la vida humana, bioética, control poblacional, derechos sexuales y reproductivos, la manipulación del lenguaje y las ideas, entre otros.

Según señalan los organizadores, en el marco del evento se realizará también el Primer Encuentro de la Red Latinoamericana de Sacerdotes y Seminaristas por la Vida, del 22 al 24 de septiembre en el mismo lugar.

El Encuentro Internacional por la Verdad y la Vida, para el público en general, se llevará a cabo del 24 al 26 de septiembre, en el Colegio de Jesús; y la versión del encuentro sólo para jóvenes, se realizará el 25 de septiembre, en el Auditorio Juan Pablo II de la Universidad Pontificia Católica de Perú.

El Centro de Promoción Familiar y Regulación Natural de la Natalidad (CEPROFARENA) -indica su página web--, "con el apoyo de la oración y los sacramentos, tiene como fin el promover a la persona y a la familia hacia la búsqueda de su verdadera realización bajo la dimensión cristiana de valores y defensa de la vida".

Mayor información en:http://ceprofarena.blogspot.com/2010/06/encuentro-internacional-por-la-verdad-y.html.

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Iglesia en Colombia: El Gobierno descuida a las víctimas del conflicto
Lanzada la campaña en favor de los afectados por la violencia
BOGOTÁ, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia manifestó que el Gobierno no se toma en serio el problema de las víctimas del conflicto armado, millones de desplazados. Sus declaraciones se producen en el marco de la Campaña de la Iglesia en favor de los afectados por la violencia, lanzada este lunes.

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS/Cáritas Colombiana) lanzaron este lunes en Bogotá laCampaña en favor de las víctimas de la violencia: "Porque ninguna víctima me es ajena".

El evento tuvo lugar en la sede de la Conferencia Episcopal. El director del SNPS/Cáritas Colombiana, monseñor Héctor Fabio Henao, explicó que esta campaña (Cf. ZENIT, 2 de septiembre de 2010) comenzó hace varios años, recogiendo las expresiones de diversas entidades y personas que apoyan los esfuerzos de paz en Colombia.

En 2010 se avanza ya en la tercera fase de esta campaña, en la que se quiere subrayar el carácter ético que tiene la situación de las víctimas y particularmente de la población desplazada.

Durante el lanzamiento de la campaña, el SNPS/Cáritas Colombiana hizo la presentación del Informe "Reviviendo la esperanza: una mirada crítica en la reconstrucción de la dignidad de las personas víctimas en el marco del conflicto armado colombiano". 

Por su parte, el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba, consideró, en declaraciones a RCN Radio, que el Gobierno "no se toma en serio" a los 3,5 millones de personas que, según sus cálculos, se han visto obligadas a abandonar sus hogares por el conflicto armado, cifra que calificó de "alarmante".

"Esto no se puede solucionar con pañitos de agua tibia, con dar a cien familias unas tierras, sino con un proyecto de envergadura que el país vea, que todos sintamos que a esos millones de personas se les están devolviendo tierras, dando una acción social y una casa", afirmó monseñor Córdoba.

Aunque el Gobierno de Juan Manuel Santos contempla un proyecto legal de reparación a víctimas y la restitución de los más de cinco millones de hectáreas usurpadas a los desplazados, monseñor Córdoba subrayó que los desarraigados "aumentan, aumentan, aumentan, y no hay planes".

"Estamos improvisando cosas, hay de por medio muchas acciones de política, de llevar adelante planes municipales, gubernamentales y nacionales, y eso está bien, pero no se está tomando en serio el problema", afirmó.

En este sentido, el prelado recomendó un plan de "envergadura" que implique proyectos de vivienda, acción social, formación, trabajo, acompañamiento y prevención de delincuencia.

"Seamos realistas, no tapemos las cosas, afrontémoslas con realidad, la restitución de tierras debe hacerse con un proyecto, un programa desde el Gobierno nacional, con personas muy rectas, técnicas, que puedan realmente y con autoridad ejercer una acción concreta para devolver las tierras a la gente", sugirió monseñor Córdoba.

La Corte Constitucional colombiana alertó la semana pasada de que entre 2004 y 2009 la cifra de desplazados pasó de 1,5 a más de cuatro millones.

La cifra es mayor para la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes). Según recoge la agencia Efe, la cifra que maneja esta organización no gubernamental es de 4,5 millones de desplazados. Un dato que hace que Colombia sufra una de de las mayores tragedias humanitarias a nivel internacional.

Por Nieves San Martín

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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI: santa Hildegarda de Bingen, teóloga y artista
Intervención en la audiencia general de este miércoles
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Benedicto XVI en la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, en la que continuó con la presentación de la figura de santa Hildegarda de Bingen que había comenzado la semana anterior (Cf. Benedicto XVI: santa Hildegarda de Bingen, poetisa y mística).

 


 

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

Quisiera retomar y continuar la reflexión sobre santa Hildegarda de Bingen, importante figura femenina de la Edad Media, que se caracterizó por su sabiduría espiritual y santidad de vida. Las visiones místicas de Hildegarda se parecen a las de los profetas del Antiguo Testamento: al expresarse con las categorías culturales y religiosas de su tiempo, interpretaba a la luz de Dios las Sagradas Escrituras, aplicándolas a las circunstancias de la vida. De este modo, todo los que la escuchaban se sentían invitados a vivir un estilo de existencia cristiana coherente y comprometido. En una carta a san Bernardo, la mística del Palatinado Renano confiesa: "La visión atrae todo mi ser: no sólo veo con los ojos del cuerpo, sino que se me aparece en el espíritu de los misterios... Conozco el significado profundo de lo que se expone en el Salterio, en los Evangelios, en los demás libros, que se me han mostrado en esta visión. Ésta quema como una llama en mi pecho y en mi alma, y me enseña a comprender profundamente el texto (Epistolarium pars prima I-XC: CCCM 91).

Las visiones de Hildegarda están llenas de contenido teológico. Hacen referencia a los principales acontecimientos de la historia de la salvación, y usan un lenguaje principalmente poético y simbólico. Por ejemplo, en su obra más famosa, titulada "Scivias", es decir, "Conoce los caminos", resume en treinta y cinco visiones los eventos de la historia de la salvación, desde la creación del mundo al fin de los tiempos. Con los rasgos característicos de la sensibilidad femenina, Hildegarda, en la parte central de su obra, desarrolla el tema del matrimonio místico entre Dios y la humanidad realizado en la Encarnación. En el árbol de la Cruz se realizan las bodas del Hijo de Dios con la Iglesia, su esposa, llena de gracias y que ha recibido la gracia de ser capaz de dar a Dios nuevos hijos, en el amor del Espíritu Santo (Cf.Visio tertiaPL 197, 453c).

A partir de estas breves referencias vemos ya cómo también la teología puede recibir una contribución peculiar de las mujeres, porque son capaces de hablar de Dios y de los misterios de la fe con su inteligencia y sensibilidad propias. Aliento por este motivo a todas aquellas que desempeñan este servicio a realizarlo con profundo espíritu eclesial, alimentando la propia reflexión con la oración y teniendo en cuenta la gran riqueza, aún en parte inexplorada, de la tradición mística medieval, sobre todo la representada por modelos luminosos, como Hildegarda de Bingen.

La mística renana es autora también de otros escritos, dos de ellos particularmente importantes, porque muestran, como en "Scivias", sus visiones místicas: el "Liber vitae meritorum" (Libro de los méritos de la vida) y el "Liber divinorum operum" (Libro de las obras divinas), también llamado "De operatione Dei". En el primero, se describe una visión única y poderosa de Dios que vivifica el cosmos con su fuerza y con su luz. Hildegarda subraya la profunda relación entre el hombre y Dios y nos recuerda que toda la creación, de la que el ser humano es la cumbre, recibe la vida de la Trinidad. El texto está centrado en la relación entre virtud y vicios, de manera que el ser humano debe afrontar diariamente el desafío de los vicios, que le alejan en el camino hacia Dios y las virtudes que le favorecen. Es una invitación a alejarse del mal para glorificar a Dios y entrar, después de una existencia virtuosa, en la vida "llena de alegría".

En el segundo libro, considerado por muchos su obra maestra, describe la creación en su relación con Dios y la centralidad del hombre, expresando un fuerte cristocentrismo de sabor bíblico-patrístico. La santa, que presenta cinco visiones inspiradas en el Prólogo del Evangelio de san Juan, refiere las palabras que el Hijo dirige al Padre: "Toda la obra que has querido y que me has encomendado, la he cumplido, y yo estoy en ti y tú en mi, y que somos una sola cosa" (Pars III, Visio XPL 197, 1025a).

En otros escritos, por último, Hildegarda manifiesta una variedad de intereses y el dinamismo cultural de los monasterios femeninos de la Edad Media, a diferencia de los prejuicios que todavía hoy siguen extendiéndose sobre esa época. Hildegarda se dedicó a la medicina y a las ciencias naturales, así como a la música, pues tenía talento artístico. Compuso también himnos, antífonas y cantos, recogidos con el título Symphonia Harmoniae Caelestium Revelationum (Sinfonía de la Armonía de las Revelaciones Celestes), que eran gozosamente interpretados en los monasterios, difundiendo una atmósfera de serenidad, y que han llegado hasta nosotros. Para ella, toda la creación es una sinfonía del Espíritu Santo, que es en sí mismo alegría y júbilo.

La popularidad que rodeaba a Hildegarda llevaba a muchas personas hacerle consultas. Por este motivo, disponemos de muchas de sus cartas. A ella se dirigían comunidades monásticas de hombres y mujeres, obispos y abades. Muchas de las respuestas siguen siendo válidas para nosotros. Por ejemplo, a una comunidad religiosa femenina Hildegarda le escribía: "La vida espiritual debe ser atendida con mucha dedicación. Al inicio el cansancio es amargo. Dado que exige la renuncia a los caprichos, al placer de la carne y a cosas semejantes. Pero, si se deja fascinar por la santidad, un alma santa experimentará como algo dulce y agradable el mismo desprecio del mundo. Sólo es necesario prestar atención inteligentemente a que el alma no se marchite" (E. Gronau,Hildegard. Vita di una donna profetica alle origini dell'età moderna, Milano 1996, p. 402). Y cuando el emperador Federico Barbarroja provocó un cisma eclesial oponiendo tres antipapas al Papa legítimo, Alejando III, Hildegarda, inspirada en sus visiones, no dudó en recordarle que también él, el emperador, estaba sometido al juicio de Dios. Con la audacia que caracteriza a todo profeta, escribió al emperador estas palabras de parte de Dios: "¡Atento, atento a esta malvada conducta de los impíos que me desprecian! ¡Escucha, rey, si quieres vivir! ¡De lo contrario mi espada te traspasará!" (Ibídem, p. 412).

Con la autoridad espiritual de la que estaba dotada, Hildegarda viajó en los últimos años de su vida, a pesar de la edad avanzada y de las penosas condiciones de los desplazamientos. Todos la escuchaban con gusto, incluso cuando utilizaba un tono severo: la consideraban una mensajera enviada por Dios. Exhortaba sobre todo a las comunidades monásticas y al clero a vivir en conformidad con su vocación. En particular, Hildegarda se opuso al movimiento de los cátaros alemanes. Los cátaros, literalmente "puros", propugnaban una reforma radical de la Iglesia, sobre todo para combatir los abusos del clero. Ella les reprendió con fuerza por querer subvertir la naturaleza misma de la Iglesia, recordándoles que una verdadera renovación de la comunidad eclesial no se consigue tanto con el cambio de las estructuras, como con un sincero espíritu de penitencia y un camino de conversión. Este es un mensaje que nunca debemos olvidar.

Invoquemos siempre al Espíritu Santo para que suscite en la Iglesia mujeres santas y valientes, como santa Hildegarda de Bingen, que apreciando los dones recibidos de Dios, aporten su preciosa y peculiar contribución para el crecimiento espiritual de nuestras comunidades y de la Iglesia en nuestro tiempo.

[Al final de la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:

Quisiera continuar en el día de hoy hablando de Santa Hildegarda de Bingen, religiosa benedictina de origen alemán que, en el siglo XII, se distinguió por su santidad y sabiduría espiritual.

Esta santa gozó durante toda su vida de continuas visiones místicas, que una vez reconocidas por la autoridad de la Iglesia, se pusieron por escrito en diversos libros. Éstos rezuman un amplio conocimiento de las Sagradas Escrituras y de los Padres de la Iglesia. Las obras de Santa Hildegarda se centran en la exposición de los principales misterios de la historia de la salvación, presentados con una notable profundidad teológica, y con su peculiar inteligencia y sensibilidad femenina. Además de su producción teológica y moral, Hildegarda abordó temas relativos a la medicina, las ciencias naturales o la música.

Gozó de gran popularidad en su época, por lo que numerosos obispos y abades mantenían correspondencia con ella, consultándole muchos de los problemas que se les planteaban. En los últimos años de su vida, se dedicó también a hablar de Dios a la gente, subrayando especialmente la necesidad de una continua conversión en la vida monástica y sacerdotal.

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la Diócesis de Tula, en México, que están celebrando el cincuenta aniversario de la creación de esa diócesis; a los médicos y administrativos de la Arquidiócesis de Salta, en Argentina; así como a los demás fieles provenientes de España, México, Panamá, El Salvador, Honduras y otros países latinoamericanos. Invoquemos al Espíritu Santo, para que suscite siempre en la Iglesia mujeres santas que, contribuyan al crecimiento espiritual de nuestras comunidades. Muchas gracias.

[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina

©Libreria Editrice Vaticana]

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Documentación


Mensaje vídeo de Benedicto XVI a Gran Bretaña ante su inminente visita
“Estoy muy ilusionado", confiesa
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje en vídeo en inglés que Benedicto XVI grabó al final de la audiencia general de este miércoles, en el Aula Pablo VI, con motivo de la inminente visita al Reino Unido.

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Estoy muy ilusionado con mi visita al Reino Unido dentro de una semana y envío saludos cordiales a todo el pueblo de Gran Bretaña. Soy consciente de que una gran cantidad de trabajo ha ido a los preparativos de la visita, no sólo por parte de la comunidad católica sino también por el Gobierno, las autoridades locales de Escocia, Londres y Birmingham, los medios de comunicación y los servicios de seguridad, y quiero decir lo mucho que aprecio los esfuerzos que se han hecho para garantizar que los diversos eventos previstos sean verdaderamente celebraciones gozosas. Sobre todo agradezco a las innumerables personas que han estado rezando por el éxito de la visita y por un gran derramamiento de la gracia de Dios sobre la Iglesia y las personas de vuestra nación.

Será una especial alegría para mí beatificar al Venerable John Henry Newman en Birmingham el domingo 19 de septiembre. Este verdaderamente gran hombre inglés vivió una vida sacerdotal ejemplar y a través de sus extensos escritos realizó una contribución perdurable a la Iglesia y a la sociedad, tanto en su tierra natal como en muchas otras partes del mundo. Es mi esperanza y mi oración que cada vez más personas se beneficien de su suave sabiduría y sean inspiradas por su ejemplo de integridad y santidad de vida.

Estoy deseando encontrarme con representantes de las distintas tradiciones religiosas y culturales que conforman la población británica, así como con líderes civiles y políticos. Estoy muy agradecido a Su Majestad la Reina y a Su Gracia el Arzobispo de Canterbury por recibirme, y estoy deseando encontrarme con ellos. Lamentando que hay muchos lugares y personas que no tendré la oportunidad de visitar, quiero que sepáis que todos vosotros sois recordados en mis oraciones. ¡Dios bendiga al pueblo del Reino Unido!

[Traducción del original inglés realizada por Patricia Navas

© Libreria Editrice Vaticana]

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Benedicto XVI en el LX aniversario de la Convención Europea sobre Derechos
Discurso al Bureau de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que Benedicto XVI dirigió a los miembros de la Mesa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa al recibirles hoy en audiencia en la salita del Aula Pablo VI tras la Audiencia General.

 



 

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Señor Presidente,

Queridos miembros de la Mesa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa:

Estoy muy agradecido al Honorable Sr. Çavuşoğlu por las amables palabras que me ha dirigido en nombre de la Mesa y extiendo a todos vosotros una cordial bienvenida. Estoy contento de recibiros en el sexagésimo aniversario de la Convención Europea de Derechos Humanos que, como se sabe, compromete a los Estados Miembros del Consejo de Europa a promocionar y defender la dignidad inviolable de la persona humana.

Sé que la Asamblea Parlamentaria tiene en su agenda temas importantes relacionados sobre todo con personas que viven en situaciones especialmente difíciles o están sujetas a graves violaciones de su dignidad. Pienso en las personas afectadas por discapacidades, los niños que sufren violencia, los inmigrantes, los refugiados, los que más pagan por la actual crisis económica y financiera, los que son víctimas del extremismo o de nuevas formas de esclavitud como el tráfico de personas, el tráfico ilegal de drogas y la prostitución. Vuestro trabajo también está relacionado con las víctimas de la guerra y con las personas que viven en democracias frágiles. También he sido informado de vuestros esfuerzos para defender la libertad religiosa y oponeros a la violencia y la intolerancia hacia los creyentes en Europa y en todo el mundo.

Teniendo presente el contexto de la sociedad actual en la que diferentes poblaciones y culturas se unen, es un imperativo desarrollar la validez universal de esos derechos, así como su inviolabilidad, inalienabilidad e indivisibilidad.

En distintas ocasiones, he señalado los riesgos asociados al relativismo en el ámbito de los valores, los derechos y los deberes. Si éstos carecieran de un fundamento objetivo racional, común a todos los pueblos, y se basaran exclusivamente en culturas particulares, decisiones legislativas o sentencias judiciales, ¿cómo podrían ofrecer una base sólida y duradera para instituciones supranacionales como el Consejo de Europa, y para vuestra propia tarea en esta prestigiosa institución? ¿Cómo podría llevarse a cabo un diálogo fructífero entre culturas sin valores comunes, derechos y principios estables, universales, entendidos de la misma manera por todos los Estados Miembros del Consejo de Europa? Esos valores, derechos y deberes tienen su origen en la dignidad natural de toda persona, algo accesible al razonamiento humano. La fe cristiana no impide, sino que favorece, esta búsqueda y es una invitación a buscar una base sobrenatural para esa dignidad.

Estoy convencido de que esos principios, mantenidos fielmente, sobre todo cuando se trata de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, del matrimonio -basado en la entrega mutua exclusiva e indisoluble entre un hombre y una mujer- y la libertad de religión y educación, son condiciones necesarias si queremos responder adecuadamente a los decisivos y urgentes desafíos que la historia os presenta a cada uno de vosotros.

Queridos amigos, sé que vosotros también deseáis llegar a los que sufren. Esto me alegra y os animo a cumplir vuestra delicada e importante misión con moderación, prudencia y valentía al servicio del bien común de Europa. Os doy las gracias por venir y os garantizo mis oraciones. ¡Que Dios os bendiga!



 

[Traducción del original inglés realizada por Patricia Navas

© Libreria Editrice Vaticana]



 

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Discurso de Benedicto XVI sobre el Réquiem de Mozart
La muerte, una "llave" para atravesar la puerta hacia la felicidad
CASTEL GANDOLFO, miércoles, 8 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI este martes por la tarde, Benedicto XVI, al final del concierto en el que se interpretó el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart (Misa de Réquiem en re menor K 626) en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.

El concierto fue interpretado por la Orquesta de Padua y del Véneto, dirigida por el maestro Claudio Desderi, y por el coro "Academia de la voz" de Turín, dirigida por la maestra Sonia Franzese.

 



 

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Queridos amigos:

Doy las gracias de corazón a la Orquesta de Padua y del Véneto y al coro "Academia de la voz" de Turín, dirigidos por el maestro Claudio Desderi, y a los cuatro solistas por habernos ofrecido este momento de alegría interior y de reflexión espiritual con una intensa interpretación del Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart. Junto a ellos, doy las gracias a monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, secretario de la Academia Pontificia de las Ciencias, por las palabras que me ha dirigido, así como a las instituciones que han contribuido a la organización de este acontecimiento. Sabemos bien que Mozart, cuando era muy joven, en sus viajes por Italia con su padre, se detuvo en varias regiones, entre las cuales se encontraban también el Piamonte y el Véneto, pero sobre todo sabemos que pudo aprender de la viva actividad musical italiana, caracterizada por compositores como Hasse, Sammartini, Padre Martini, Piccinni, Jommelli, Paisiello, Cimarosa, por citar a algunos de ellos.

Permitidme, sin embargo, que exprese una vez más el afecto particular que me une, podría decir desde siempre, a este sumo músico. Cada vez que escucho su música no puedo dejar de volver con la memoria a mi iglesia parroquial, donde cuando era un muchacho, en los días de fiesta, resonaba una de sus "misas": en el corazón sentía que me alcanzaba un rayo de la belleza del Cielo , y esta sensación sigo experimentándola también hoy cada vez, escuchando esta gran meditación, dramática y serena, sobre la muerte. En Mozart, todo está en perfecta armonía, cada nota, cada frase musical; es así y no podría ser de otra manera; incluso los opuestos quedan reconciliados es la mozart'sche Heiterkeit, la "serenidad mozartiana" todo lo envuelve, en cada momento. Es un don de la Gracia de Dios, pero es también el fruto de la fe viva de Mozart que, especialmente en la música sacra, logra reflejar la respuesta luminosa del Amor divino, que da esperanza, incluso cuando la vida humana es lacerada por el sufrimiento y la muerte.

En su última carta escrita al padre moribundo, fechada el 4 de abril de 1787, escribe hablando precisamente de la etapa final de la vida sobre la tierra: "...¡desde hace algún año he alcanzado tanta familiaridad con esta amiga sincera y sumamente querida del hombre, [la muerte], que su imagen ya no sólo no tiene nada de aterrador, sino que me parece incluso muy tranquilizante y consoladora! Y doy gracias a mi Dios por haberme concedido la suerte de tener la oportunidad de reconocer en ella la clave de nuestra felicidad. No me acuesto nunca sin pensar que al día siguiente quizá ya no estaré. Y sin embargo nadie que me conozca podrá decir que en compañía yo sea triste o de mal humor. Y por esta suerte doy las gracias cada día a mi Creador y lo deseo de todo corazón a cada uno de mis semejantes".

Este escrito manifiesta una fe profunda y sencilla, que aparece también en la gran oración del Réquiem, y nos lleva, al mismo tiempo, a amar intensamente las vicisitudes de la vida terrena como dones de Dios y a elevarnos por encima de ellas, contemplando serenamente la muerte como una "llave" para atravesar la puerta hacia la felicidad.

El Réquiem de Mozart es una elevada expresión de fe, que reconoce el carácter trágico de la existencia humana y que no oculta sus aspectos dramáticos, y por este motivo es una expresión de fe propiamente cristiana, consciente de que toda la vida del hombre está iluminada por el amor de Dios. Gracias una vez más a todos.



 

[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina

© Libreria Editrice Vaticana]



 

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